Entendi que el amor duele, cuando acepté que no eres mío y nunca lo serás, y te seguí amando, sin dudarlo y sin mirar atrás. Aún así espero que entiendas que me aterra verte en otros brazos, que me destroza enfrentar mi realidad, que siento ganas de gritar que te amo y no me queda más que callar

Admiro tu luz, más brillante y más cálida que el Sol, tan hermosa y serena como la de la Luna, que ilumina cada rostro y cada alma que se acerca a ti. Le brindas felicidad a todo aquel que te escuche, y paz a los ojos que te observen, cualidades dignas del Ángel que eres...

Recostada en su pecho escuchando resonar cada uno de sus latidos, melodía que daba vida al ángel que estaba amando, se preguntaba si en cada uno de ellos se encontraba su nombre, si ese corazón al latir le dedicaba al menos uno.