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Las casualidades hicieron que sus caminos se cruzaran, pero ese encuentro no fue casualidad, era algo que estuvo destinado debido a una promesa de hace muchos años


Romantizm Genç Yetişkin Romantizmi Tüm halka açık.

#amor #destino #258 #drama #reencuentro #vida
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Zheri y Atty

Las frías noches de la ciudad de Odense guardaban entre sus cielos muchas historias. Historias de amor y desamor. Relatos de lágrimas y sonrisas.

>>Atty Milberg<<

La alarma sonaba y sonaba. Eran las 7:55 AM y la Escuela Nórdica comenzaba sus clases a las 8:00 AM. Era algo que solía pasar a menudo. Era la rutina diaria de Atty Milberg. A sus 17 años de edad estaba cursando su último año de secundaria en la cual no había cambiado mucho respecto a sus años en la escuela en donde estuvo apartada de amigos. Su forma de ser tímida no le dejó conectar con nadie y se pasó gran parte de su etapa escolar totalmente sola. Para ella terminar la escuela era un gran alivio debido a que jamás pudo encajar en aquel sitio.
— ¡Otra vez me quedé dormida! —gritaba Atty mientras se levantaba de su cama y corría de un lado a otro para arreglarse. Su cabello era un desastre, estaba totalmente despeinada.
— ¿Otra vez te quedaste dormida hija? —decia su madre mientras pasaba por el pasillo de su casa. —pareces una momia.
— ¿Que importa arreglarme? Solo iré a la escuela —respondía Atty. Siempre se mostraba con un aspecto terrible. Su piel pálida lucía más pálida con su cabello negro aunque su peinado con una cola que resaltaba por las puntas rojas de su cabello.
— ¡Son las 8:13! ¿No quieres que te lleve a la escuela? —preguntó su padre.
— Te prometo que mañana despertaré temprano papá —decía Atty a su padre mientras tomaba su cabeza.
El auto de papá daba marcha. Atty sentada en el asiento delantero junto a su padre iba muy callada y miraba a la ventana algo distraída
Su padre siempre notaba eso. Su hija es demasiado distraída. Es como si viviera en su mundo.
— ¿Que tantos piensas hija? —preguntaba su padre. Atty seguía mirando por la ventana mientras pensaba. No escuchaba nada. Solo miraba con una mirada perdida como si estuviera buscando algo más allá de aquella ventana del automóvil.
Mientras iban camino a la escuela.

Martes 10 de Abril, 2018
Al día siguiente. La alarma sonaba y sonaba. Ya eran las 7:51 AM y como era costumbre, Atty se había quedado dormida. Su madre subía a su alcoba a despertarla. Obviamente su madre era más ruda que el padre y tomó las sábanas y las lanzó hacia la muralla. Atty no despertaba aún pero su madre miraba las manos de Atty la cual tenía un libro en sus manos. Otra vez se quedó leyendo hasta tarde.
Eran las 8:20 y Atty ya estaba camino a la escuela. Esta vez su padre no podía ir a dejarla y tuvo que irse sola. Iba caminando con una mirada perdida. Tenía una forma de ser muy estoica. Tenía sus audífonos puestos y caminaba hacia la escuela sin pensar en nada. Sólo se dejaba llevar por la música. Cruzando por las calles de Odense. A veces se cruzaba con su compañeros pero no solía tomarlos en cuenta. Marginada de novios y amigos. La vida de Atty tuvo un cambio repentino hace algunos años. Caminaba y caminaba y sin darse cuenta ya estaba frente a la Escuela Nórdica.
Sacaba sus audífonos y entraba a la escuela. Su paso se frenaba ante una de sus compañeras. Una chica de cabello rojo estaba parada frente a ella esperando a que se acerque.
— ¿Milberg? ¿Llegaste tarde porque no podías salir de tu sarcófago? —le decia la chica a Atty para molestarla. Con un tono de superioridad hacia referencia a que ella parecía una momia. De inmediato llegan las amigas de la chica a seguir molestando a Atty pero ella solo caminaba. Volvía a poner sus audífonos y se iba.
— Intenta no escucharnos jajaja. —decia una de las chicas. —Que chica tan estúpida.
Atty no tiene amigos en la escuela. Más que amigos, solo tiene gente que intenta humillarla para fortalecer sus propios egos. Atty caminaba escuchando su música. Prefería no decir ninguna palabra.
Finalmente entraba al salón de clases en donde estaba la Maestra Haller. Una mujer de edad de carácter algo fuerte.
— ¡Señorita Milberg! ¡Ya tiene más de 10 atrasos en el año! —le decía su maestra.
— ¡Lo siento Maestra Haller! ¡Son solo 12 atrasos! —respondía Atty.
— ¡12 atrasos y solo llevamos un mes de clases! —le decía su maestra. — Ve a tu asiento.
Atty se sentaba y abría su libro. Miraba a la ventana ya que se sentaba al lado de ella y miraba las nubes.
"Tan libres y hermosas, como me gustaría ser una nube y sentirme así de libre" pensaba Atty mientras miraba las nubes. De pronto suena la campana para salir a recreo aunque Atty seguía en su mundo. Todo salían y atte seguía mirando como si no hubiera nada a su alrededor. La maestra observaba a Atty y se acercó a ella. Atty se dió cuenta y miró a la maestra.
— ¿Que piensas Atty? Estuviste toda mi clase mirando la ventana. —preguntó la maestra.
— Lo siento maestra. No volverá a ocurrir. —decia Atty mientras miraba hacia abajo y se disculpaba.
— Es tu último año y debes aprovecharlo para hacer amigos aunque sea. No ha tenido ningún amigo y has estado sola toda la secundaria, ¿Porqué?. —preguntó la maestra. Atty no quiso responder y se levantó de su asiento diciendo que debía ir a recreo. La maestra notó que Atty prefería evitar el tema.
El patio estaba repleto de alumnos. La Escuela Nórdica era muy grande y tenía muchos alumnos entre ellos. Atty Solo se sentaba en una banca escuchando música con sus audífonos intentando evitar contacto visual o alguna palabra con los demás. No era como si alguien le fuera a hablar.
Los chicos de cuarto año de secundaria estaban jugando soccer. Entre ellos habían muchos alumnos pero había uno que destacaba. Un chico de cabello rubio el cual era admirado por todos. Las chicas lo miraban mientras brillaba en aquel deporte. Obviamente era el más popular de su escuela.
— Eso ha sido increíble Tyrone, hemos ganado por 5-0 gracias a ti —le decía uno de los chicos. El solo sonreía y movía su cabello impresionando a las chicas que estaban cerca. Todas se morían por el obviamente. Lo cual hacia que todos los chicos estuvieran lo más cerca posible de él para atrapar un poco de popularidad.
Fue un partido duro y los chicos se dirigían a las duchas. Pasaban por la escuela y las chicas se volvían locas por Tyrone. Atty se daba cuenta que ellos iban pasando y Tyrone también pasaba ahí. Sus miradas se cruzaron y Atty tenía recuerdos de hace años. Un recuerdo en donde se veía feliz.
Atty quedaba sin palabras, había algo en ese muchacho que se relacionaba al pasado de Atty. Obviamente ellos se conocían de antes.
— ¿Porqué te quedaste mirando con esa chica fea? —preguntaba uno de los amigos de Tyrone.
— No lo sé. Esa chica me da lástima, solo es eso. — respondió Tyrone.
— Jaja, es obvio que alguien como tú jamás hablaría con una chica tan sencilla como ella. —decía su amigo a Tyrone.
Atty estaba ahí mirando a Tyrone mientras veía como se alejaba. Sentía una presión en el pecho con tan solo verlo. Si vista seguía fijada en Tyrone. De pronto una chica corría hacia Tyrone y lo abrazaba. La mirada de Atty se volvía de tristeza. La chica abrazaba a Tyrone y este le correspondía. Eran novios.
Atty miraba a la chica. Su cabello negro y su figura de princesa hacia que los amigos de Tyrone se quedaran estáticos observando a la chica.
— ¿Ayer te estuve llamando y no me respondiste Tyrone? —le decía la chica mientras lo abrazaba.
Tyrone solamente la abrazaba aunque parecía que solo quería seguir caminando. Este solo le contestó: —Estuve ocupado ayer jugando soccer con los chicos.
Los demás quedaron algo confundidos ya que ayer no se vieron. Los chicos estaban entrando a las duchas y la chica tuvo que soltar a Tyrone. Mientras entraban unos de sus amigos le dijo a Tyrone:
— Ayer no jugamos soccer Tyrone, ¿Donde estuviste?
— Bueno Sherman. Ayer estuve con Brie Russell de la Escuela Germana. Pasamos la noche juntos.
— ¡Y no me contaste! ¡Que suertudo eres! —Gritaba Sherman. Obviamente para Tyrone una relación no significaba nada.
—Aunque...—decia Tyrone. —...ayer en la noche mientras estaba con Brie, Ella tenía una amiga que me llamó mucho la atención.
— ¿Una amiga? —preguntaba Sherman.
— Era una chica de cabello rubio, era preciosa y sus ojos azules eran increíbles. Estudia en la Escuela Germana. —decia Tyrone a Sherman describiendo a la chica.
— ¿Que te parece si hoy vamos a la Escuela Germana después de clases? —dijo Sherman.
—Eso es una gran idea.
La campana sonaba. Habían pasado unas horas y ya era hora de salida. Tyrone y Sherman caminaban. De pronto Sherman iba corriendo a la a buscar a Tyrone que estaba afuera y su paso se frena al chocar con una chica. Ambos caen al suelo y Sherman se queda mirando algo molesto.
— ¿Puedes tener más cuidado? —le decía a la chica que estaba en el suelo mirando hacia abajo. Ella solo se levantó y caminó sin mirar ni dirigir alguna palabra. Solo observó su cabello negro y sus puntas color granate. Era la chica que Tyrone estaba mirando. Sherman la miraba y Tyrone se acercó a él.
— ¿Que pasó Sherman? —preguntó Tyrone.
— Acabo de chocar con ese parásito que va caminando allá —Dijo Sherman muy molesto.
— ¿Atty?
— ¿Conoces a esa cosa? —dijo Sherman algo sorprendido.
— ¡Claro que no! — decía Tyrone. — ¡Ya vámonos! ¡La Escuela Germana está a punto de salir!

Atty se iba a su casa con una expresión enojada. Estaba aburrida de que los demás la miren como un bicho raro. Mientras miraba al frente estaba otra chicas. Eran de la Escuela Germana.
La Escuela Nórdica y Germana quedaban a unas cuadras y eran escuelas hermanas. Tenían un convenio entre ambas. Eran las más conocidas de la ciudad de Odense.
— ¿Irás a visitar a tu novio Vienna? — preguntaba una de las chicas a otra. Eran cuatro chicas y entre ellas había una que era la más popular. La chica de gafas y cabello color caoba. Estaba al frente de Atty con las otras chicas hablando entre ellas. Atty la miraba y se preguntaba:
— ¿Si yo fuera como esa chica podría hacer amigos? ¿Quizás la gente dejaría de tratarme como un bicho raro? — pensaba Atty mientras miraba a la chica.
Las chicas seguían hablando entre ellas. Estaban planeando salir entre ellas.
— Iremos las cuatro de compras en la tarde, ¿Irás con nosotras Vienna? — decía una de las chicas.
— ¡Obvio! ¡Iré con ustedes! — Respondió la chica.
— ¿Que hay de tu novio? ¿Acaso no estaban de aniversario? —decia una de las chicas a Vienna.
— ¡Me da igual! No es como si me importara —respondió Vienna de una manera muy fría. Mientras hablaban se dieron cuenta que había alguien detrás de ella. Las cuatro chicas se voltearon y miraron a Atty la cual se puso muy nerviosa.
— ¿Cual es tu maldito problema? ¿Nos estás siguiendo? —le gritaba Vienna a Atty.
— ¡Claro que no! ¡Yo solo me voy a mi casa! — respondía Atty muy nerviosa y asustada. Vienna seguía gritándole pero una chica de cabello rubio y rizado detiene a Vienna.
— ¡Ya basta Vienna! ¡No perdamos el tiempo con esa chica! —le decía a Vienna mientras la alejaba de Atty. Las chicas se fueron pero el susto no se lo quitaban a Atty.
Pasaron las horas y Atty estaba en su habitación leyendo su libro. Era su único escape de la realidad.

>>Zheri Siszceck<<
Martes 10 de Abril, 2018.
8:00 AM
La Escuela Germana daba inicio a sus clases. Todos los alumnos relucían sus poleras negras con detalles color rojo en su cuello. En ese montón iba Zheri Siszceck, junto a sus dos amigos, Nemanja y Zamy. Han sido amigos hace tres años y siempre han estado juntos. Zamy era el más extrovertido, Nemanja era el más callado y Zheri era de actitud simpática y amable.
Las clases iniciaban y Zheri estaba clases, la primera clase era de arte. La favorita de Zheri. Desde pequeño siempre fue destacado en el dibujo. Su forma de ser tan tranquila le permitían enfocar sus sentimientos en cada dibujo que hacia. Su forma de ser hacia que mucha gente se acercara a él. Tenía muchos amigos. Aunque tiene una mirada fría es todo lo contrario.
— ¿Oye Zheri? ¿Que te parece ir al centro comercial hoy en la noche? — le decía Nemanja a Zheri. Tenía planes de salir en la tarde.
— Lo siento. Pero tengo cosas que hacer en la tarde, ¿Podría ser mañana? —respondió Zheri.
— Habrá mucha gente en el centro comercial, ¡En especial chicas! — decía Zamy uniéndose a la conversación.
— ¡Ustedes tres! ¿Podrían callarse! —gritó la maestra. Los tres amigos asustado de inmediato se callaron. La maestra siempre los retaba debido a que solían hablar mucho.
La clase seguía y los alumnos tenían que hacer un trabajo de dibujo. Los alumnos seguían dibujando y Zheri se levantaba de los primeros ya que había terminado.
— ¡Señor Siszceck, su trabajo es increíble! —decia la maestra a Zheri.
Todos miraba el dibujo el cual era del agrado de todos. Mientras Zheri era alabado por la maestra uno de sus compañeros miraba de una forma muy molesta. Se notaba que no se llevaba muy bien con Zheri. Apesar de su cuerpo robusto y ser el más rudo de la escuela. Había una rivalidad entre el y Zheri que se veía a simple vista.
La campana sonaba y era hora del recreo. Zheri estaba en la sala de cuarto año. Él era del cuarto año A y estaba afuera de la sala del cuarto año B de secundaria. Aunque ya habian salido.
— ¿Esperas a tu novia? —le preguntó Zamy a Zheri.
— ¡Así es! Pero al parecer ya salieron —respondió Zheri.
Los chicos caminaban por la escuela. Ante ellos pasaba una chica de cabello rizado. Zamy y Nemanja quedaban sin palabras. Miraban a la chica por su belleza.
— ¡Mira eso Zamy, Es Sabrina! —le decía Nemanja a Zamy. Ambos con una mirada llena de ilusión. Estaba ante sus ojos una chica muy hermosa. Zheri solo los miraba y le causaba risa las caras de sus amigos.
Las clases terminaban y los alumnos iba a sus casas. Mientras iban caminando por la calle se topan a uno de sus compañeros.
— ¡Hey chicos! —gritó
— ¡Mierda! ¡Esa es la voz de Robson! — decía Zamy.
— ¿Que quiere ahora este idiota? ¡No lo soporto! —dijo Zheri.
— ¡Muchachos! ¡Como todos saben en la escuela, el sábado es mi fiesta de cumpleaños! —les dijo Robson a los demás. Era alguien popular aunque esa popularidad no era suficiente para conseguir su principal objetivo.
— Dudo mucho que asista, lo siento. —le dijo Zheri a Robson.
— Supongo que alguien que no es tan popular como yo no sale mucho a fiestas. —le respondió Robson en tono molesto.
— Una fiesta de Robson y habrán muchas chicas —decian Zamy y Robson.
— Bien. Tus amigos irán a la fiesta, espero que también asistas Zheri. —le dijo Robson a Zheri.
Robson se fue por su camino mientras que Zamy y Nemanja estaban muy entusiasmados por la fiesta. Todas las fiestas de Robson eran muy conocida y asistía mucha gente.
Zamy y Nemanja caminaba y Zheri tenía que irse.
— ¿Te vas?. —preguntó Zamy a Zheri.
— ¡Esperaba a que nos acompañaras al centro comercial! — le dijo Nemanja.
— Lo siento. Pero tengo que salir con mi novia y he estado haciendo un regalo hace una semana y llegaré a terminarlo.
— ¡Es verdad! ¡Nuestro amigo se ha enamorado! —le dijo Zamy en tono divertido para molestarlo. Zheri se sonrojaba y se despedía. Tenía cosas que hacer.

Llegaba a su casa. Vivía junto a su abuelo en la casa. Su padre vivía en Polonia y su madre era de Copenhague. Zheri se fue de Polonia hace 8 años, específicamente a los 9 años.
— ¡Ya llegué abuelo! —gritó Zheri mientras entraba a su casa.
Dejaba su bolso en el sofá. El abuelo tenía 61 años aunque estaba en muy buena forma apesar de su avanzada edad. Podía caminar como un joven de 20 años como él solía decir.
— ¿Como te fue en la escuela Zheri? — preguntaba el abuelo mientras salía de su habitación. Estaba leyendo el diario y lo tenía en sus manos.
— Fue un buen día —respondió Zheri. — ¿Has visto el cuadro que estaba en la mesa.—agregó.
El abuelo fue a su habitación y trajo el cuadro que mencionó Zheri. Era un dibujo que Zheri estaba dibujando. Su abuelo siempre ha apoyado a Zheri ya que el solia ser un gran artista pero abandonó sus sueños. El abuelo se veía reflejado sus sueños en Zheri.
— Está pintura está increíble, ¿Que harás con ella? — preguntaba el abuelo.
— Hoy estoy de aniversario con mi novia y le quise regalar un cuadro dibujado a mano de ella y yo. — respondió Zheri. Conoce a su novia desde que llegó a Odense y siempre ha sentido atracción por ella. Siempre solía ser muy detallista.
— Yo a tu edad también hacia lo mismo. Le dediqué a una persona muchas obras de arte — le dijo el abuelo recordando su pasado.
— ¿Se las regalaste a la abuela?
— A decir verdad, era otra persona aunque estoy muy viejo para recordar. —respondió el abuelo.
Zheri tomó el cuadro y fue a terminarlo. Mientras que el abuelo regresó a su habitación.
Pasaron las horas y Zheri fue hasta el parque central de Odense en donde se juntaría con su novia a las 18:00 PM. Zheri estaba ahí desde las 17:30 PM con su cuadro en las manos que había terminado. Los minutos pasaban y ya eran las 18:00 PM. Estaba esperando ansiosamente a su novia para desearle un feliz aniversario. Tenía planeado salir al cine. Pasaban los minutos y aún no llegaba. Quizás se retrasó un poco pensaba Zheri. Ese retraso ya era de una hora. Pasaban y pasaban los minutos y Zheri aún estaba esperando. Dejaba mensajes al teléfono de su novia pero no eran leídos. Zheri se quedó esperando.

>>Atty Milberg<<

Eran las 20:00 PM. Atty solía visitar el Parque Central de Odense en donde había un lago en el cual se concentraban unos peces. Atty como gran amante de los animales iba a alimentar a los peces. Solía hacerlo muchas veces. Era una manera de despejar su mente de los malos pensamientos y vibras que le daba el mundo. Tomaba su suéter color lila y su bufanda roja y se iba al parque. Caminaba por las calles mientras observaba los alrededores. Pensaba en muchas cosas y a la vez en nada. Su mente era una constante cascada de pensamientos.
La noche de algo fría. Las luces iluminaban el paisaje verde del parque. Un lugar repleto de vegetación y áreas verdes que poseía un gran lago en medio del parque que lo atravesaba un hermoso puente.
Sentada en la banca que estaba frente al lago. Las migas de pan se dispersan por el lago. La mirada de Atty estaba totalmente perdida entre el movimiento de los peces. Mientras veía su reflejo en el agua solía pensar. Se cuestionaba por su apariencia. Odiaba cada parte de su ser y deseaba ser diferente.
— Esos peces se mueven libremente sin ser rechazados por sus similares, desearía ser un pez —decía Atty en voz baja. Ya eran las 21:00 PM y la noche se hacía mucho más fría. Atty estaba tranquila viendo a los peces y con sus audífonos aunque ya se hacía tarde por lo que decidió irse a su casa. Mientras caminaba y salía del parque miraba a los lejos a un chico. Estaba de espaldas por lo que no pudo ver su rostro aunque se veía que algo cansado. Al parecer llevaba varias horas ahí. Atty sintió curiosidad y se dirigía hacia donde estaba él. De pronto el mensaje de su madre diciendo que se fueras casa ya que la cena ya estaba lista frenó su paso. Pero no dejaba de llamar su atención aquel chico sentado en el parque. Atty se iba a su casa pensando en eso aunque cuando llegó a su casa ya no le tomó importancia.

>>Zheri Siszceck<<

Eran las 19:30 y aún no llegaba. Zheri esperaba sentado pacientemente. Era un día especial para él ya que cumplía un año junto a su novia. Aunque si novia aún no llegaba.
— ¿Donde estará Vienna? —se preguntaba a si mismo. Estaba muy preocupado por ella. Tenia miedo que le haya pasado algo. Más que su cita, le preocupaba que ella estuviera bien. No había nada más importante para él que su novia Vienna. Pasaban y pasaban los minutos. Eran las 20:00 PM y Zheri seguía ahí. Vienna no contestaba los mensajes. No sabía dónde estaba. Zheri metió si mano en su entre su chaleco que traía puesto. Sacó un collar color dorado con el nombre "Vienna" grabado en él. Eran aproximadamente las 21:48 PM y Zheri decidió ir a la casa de Vienna a ver si estaba ahí. Se levantó de su asiento y pudo ver una chica caminando que iba saliendo del parque. Por un momento pensó que era Vienna pero el color de su cabello era negro y con una cola de caballo y puntas rojas, era diferente al cabello color caoba de Vienna. Además su estilo era algo diferente. Esa chica usaba ropa que Vienna jamás usaría. Zheri se levantó y se fue a la casa de Vienna. Estaba algo lejos pero la preocupación de Zheri era muy grande.
Eran las 22:10 PM y Zheri estaba afuera de la casa de Vienna. De pronto un automóvil se acercaba y Zheri decidió esconderse. Del automóvil se bajaba Vienna junto a sus amigas. Habían dos amigas junto a Vienna. Eran las chicas que Atty se había topado anteriormente.
— ¡Adiós Vienna! ¡Te veo mañana! —le decía una de sus migas mientras caminaba en dirección a su casa. Vienna entraba a su casa. Al parecer habia ido de compras con sus amigas. Zheri observaba a Vienna y se preguntaba a si mismo el porqué no asistió al parque. Era una fecha especial para ellos aunque justificó la actitud de Vienna pensando en que quizás lo había olvidado solamente. Obviamente no era así y Vienna sabía perfectamente que día era. Aunque Zheri estaba muy cegado para darse cuenta. O más bien para asumir que las cosas no iban funcionando hace algunos meses.

Al dia siguiente Zheri iba rumbo a la escuela muy triste. Llegaba a la escuela y buscaba a Vienna aunque no la encontraba. Iba a esperar hasta el recreo para hablar con ella. En la noche no le contestó los mensajes. Estaba muy callado y mirando al suelo durante toda la clase y sus amigos lo notaron y le preguntaban pero Zheri no respondía. Era la hora del recreo y Zheri buscaba a Vienna. Caminaba por la escuela y la encontró sentada junto a sus amigas. Estaba siempre rodeada de sus dos amigas. Vienna adquirió mucha popularidad en la escuela debido un suceso ocurrido el año anterior y obviamente hizo que bien a cambiara su forma de ser. Ya no era la misma que solía ser y Zheri obviamente no estaba contemplado en el cambio de Vienna.
— ¿Que ocurre Vienna? Ayer te estuve esperando y no apareciste —le decía Zheri a Vienna mientras se acercaba. Sus amigas se reían intentando disimular. Ella sabían que Vienna había dejado plantado a Zheri por ir de compras junto a ella. Para las amigas de Vienna, Zheri Solo era un perdedor.
— ¡Ayer tuve que salir! —le respondió Vienna sin culpa alguna. Sin saber que Zheri la esperó durante horas sentado a que ella llegara. Zheri solamente miró al suelo y dijo:
— Entiendo. Perdón por molestarte.
— Te perdono. —contestó Vienna. Zheri agachó su mirada y caminó. Sus amigos llegaron rápidamente donde estaba él.
— ¿Que ha sido eso Zheri? —preguntó Nemanja. — ¿Que más necesitas para darte cuenta que esa chica solo está jugando contigo?
— ¡Silencio Nemanja! ¡Ella solo se olvidó, a cualquiera le puede pasar! —respondió Zheri.
— ¡Vamos amigo, solo está jugando contigo! Desde que Vienna ganó popularidad ya no te habla, te ignora a menudo e incluso su madre te odia porqué no eres alguien con dinero! —decía Zamy.
— La madre de Vienna Solo busca dinero, al menos te llevas bien con su padre pero eso no es suficiente. Vienna ya dejó de tomarte importancia —le decía Nemanja a Zheri. Sus amigos intentaban hacer recapacitar a Zheri. Su relación no iba a ninguna dirección y no podía seguir aferrado a ese amor.
— Las cosas cambiarán. Estoy seguro que las cosas cambiarán y Vienna volverá a ser como antes. —decía Zheri. No quería dejar ir a Vienna aunque eso significaría lastimarse a sí mismo. Ya era la hora salida y los alumnos de la Escuela Germana comenzaban a salir. Vienna salía junto a sus amigas y se unía una chica de cabello rizado rubio. La chica más hermosa de la Escuela que se juntaba con Vienna.
— ¿Sabrina? ¿Irás con nosotras al centro comercial? —le dijo Vienna a la chica.
— Tenía pensado ir al centro comercial y ya que ustedes también irán sería bueno acompañarlas. —respondió Sabrina.
— Oye Sabrina. Te perdiste la cara de Zheri cuando le preguntó a Vienna el porqué lo dejó plantado. —le dijo una de las amigas de Vienna a Sabrina. A ellas no le agradaba Zheri y no entendían porqué Vienna estaba con él. La chica popular estaba con un chico promedio. Sabrina era alguien que se preocupaba mucho por la moda y su apariencia. Tenía una forma de ser muy reservada aunque no le gustaba mucho la atención. Sabrina caminaba mientras miraba algo distraída. Solía acompañar a las chicas pero no tomaba en cuenta lo que hablaban. Ella solía ser amiga de Vienna have mucho tiempo, pero el cambio de Vienna no le agradaba mucho.
— ¡Oye! ¡Espera! —
Una voz se escuchaba. Una chica corría tras las chicas. Sabrina se volteó y era la chica que se toparon el día anterior. La misma chica con esa expresión pálida. Era Atty quién estaba corriendo tras ella intentado hablar con alguna de ella por alguna razón.
— ¿Otra vez tú? ¿Que quieres? —preguntó Vienna haciendo señales de desprecio hacia la chica.
— ¡Se te ha caído esto! —dijo Atty que tenía una billetera en sus manos y miraba a Sabrina. Al parecer a Sabrina se le habían caído sus pertenencias y Atty se las devolvió.
— ¡Oh, gracias! ¡No me di cuenta cuando se me cayeron! — dijo Sabrina algo sorprendida. En el fondo estaba agradecida de que le haya devuelto sus pertenencias.
— ¡Que linda acción! ¡Ahora lárgate de aquí o tendré que quitarte! —le dijo Vienna a Atty. Esa chica común estaba invadiendo su espacio.
— ¡Lo siento mucho! —le dijo Atty mientras le entregaba las cosas a Sabrina con un tono asustado. De inmediato le entregó las cosas a Sabrina y se marchó algo tímida y asustada. Sabrina miraba a Atty. En el fondo estaba agradecida con ella.

Mientras tanto Zheri caminaba hasta su casa. Su abuelo salía de su habitación a darle la bienvenida.
— ¿Que tal tu día?. —preguntó el abuelo.
— ¡Fue una mierda!
— No deberías usar ese vocabulario frente a tu abuelo.
— Lo siento abuelo. Fue un día muy malo.
— ¿Esa chica te dejó?
Zheri miró a su abuelo algo confundido. Su abuelo siempre sabía que decirle y pensó en pedirle consejos.
— ¿Que haces cuando una chica deja de mostraste interés?. —le preguntó Zheri a su abuelo. La mirada del abuelo se centró en Zheri y rápidamente tomó una silla y se sentó junto a Zheri. Iba a comenzar una charla.
— Sabes Zheri, no siempre la persona que creemos amar es el amor de nuestra vida. A veces debemos saber sufrir para prepararnos para amar de verdad. —le dijo el abuelo.
— ¿De qué hablas abuelo?
— Ya viste lo que pasó con tu abuela. Cuando nació tu padre ella se fue porqué yo no fui su verdadero amor. Supongo que ella se enamoró de alguien más y nos dejó.
Zheri miraba a su abuelo. El lo conocía. El abuelo de Zheri lleva mucho tiempo solo aunque eso jamás le afectó. Su mujer lo dejó cuando nació el padre de Zheri.
— ¿Crees que debería dejarla? —preguntó Zheri.
— Siempre debes luchar por amor Zheri. Pero asegúrate que la chica por la cual luchas sea la correcta.—le dijo el abuelo a Zheri. Obviamente el era mayor y tenía más experiencia. Zheri lo escuchó y le encontró sentido a sus palabras.
— ¡Muchas gracias abuelo! —le dijo Zheri. Siempre sabía que decirle cuando estaba triste. Zheri decidió salir un rato al parque a despejarse. Solía siempre visitar el parque en las tardes. Ese lugar era especial para el, ahí fue en donde conoció a Vienna hace años. Se posaba en el puente y miraba abajo donde estaba el lago. Ahí donde estaban los peces. Miraba el agua y recordaba muchas cosas. Recuerdos junto a Vienna cuando eran niños y decidió ir a buscar el cuadro y dárselo de regalo. Se puso en marcha hacia su casa. Caminaba de manera apresurada mientras miraba al suelo. No miraba si alrededor. Sólo pensaba en llegar rápido.
Mientras caminaba había una chica que caminaba mirando al suelo. Estaba pensando e iba con audífonos. Al parecer había algo que la tenía incómoda. Sus cuerpos se cruzaron por la calle aunque ambos iban mirando hacia abajo. Las líneas paralelas que cruzaban sus caminos hacia diferentes direcciones se enmarcaban en el viento. Cada uno iba en dirección diferente pero una sensación extraña recorrió el cuerpo de ambos. Como si una fuerza evitara que se alejaran. Ella miró hacia atrás sin explicarse el motivo y solo vió la espalda de ese chico. Fue solo una sensación extraña y siguió su camino. El chico sintió algo y también se volteó. Reconoció ese cabello. Reconoció que era la chica del parque de esa noche pero tenía prisa y también siguió su camino. Sus caminos fueron en direcciones distintas pero no sabían que sus caminos estaban destinados a encontrarse otra vez.

29 Aralık 2019 20:45 0 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
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