El rojo había sido mi color favorito hasta ese momento.
Me sentía asqueada.
Las nauseas recorrían mi garganta amenazando con echar lo poco que había logrado desayunar aquella mañana. Las manos me temblaban y el sudor recorría mi piel pálida por el miedo que sentía.
Miedo de mi misma.
¿Qué más sería capaz de hacer?
Miré de nuevo el lavabo salpicado de sangre, mis manos aún eran incapaces de moverse. Quería borrar todo rastro de lo que había pasado pero mi cuerpo no reaccionaba a mis órdenes, como si mi propio cerebro me dijese "Esto es lo que has hecho. Tú, nadie más. Eres un monstruo".
¿Lo era?
¿Acaso tenía elección?
"Monstruo. Asesina. Psicópata. Peligro para la sociedad."
Pero no había sido mi decisión, yo no quería hacerlo. Me obligaban, ellos me había ordenado matarlo.
¿Realmente eso me eximía de toda responsabilidad?
El llanto rompió el silencio. Comencé a temblar mientras lloraba cada vez más fuerte, perdiendo las fuerzas para acabar tumbada en el suelo agarrándome las rodillas con las manos ensangrentadas. Mi mente me atacaba, me recordaba lo que había ocurrido minutos antes haciendo que el pecho me doliese.
En esos momentos quería morir.
Okuduğunuz için teşekkürler!
Ziyaretçilerimize Reklamlar göstererek Inkspired’ı ücretsiz tutabiliriz. Lütfen AdBlocker’ı beyaz listeye ekleyerek veya devre dışı bırakarak bizi destekleyin.
Bunu yaptıktan sonra, Inkspired’i normal şekilde kullanmaya devam etmek için lütfen web sitesini yeniden yükleyin..