trenckin Ricky Aguilera

Un hombre de improviso se encuentra dentro de un túnel, buscando la salida da cuenta que no está solo en aquel lúgubre lugar.


Gizem/Gerilim Tüm halka açık.

#misterio #destino
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El tunel

Yacía en un lugar sombrío, divisaba a lo lejos entre la niebla diversas figuras de apariencia antropomórficas que parecían mezclarse con la oscuridad que les rodeaba. Me escrutaban de pies a cabeza, podía sentir sus ojos escudriñando todo mi cuerpo. Eso creía al comienzo, pero mientras pasaban los minutos logré darme cuenta que no era sólo aquello, sino que era algo más profundo, esas figuras no se conformaban, examinaban mucho más allá, ellos vislumbraron los temores y deseos de mi alma, me sentí en el limbo, era juzgado por aquellos espantos.
El frío era inmenso, con un caminar entorpecido me dirigía en línea recta en lo que parecía un túnel. De vez en cuando refregaba las manos y les lanzaba un poco de vapor de mi boca, pero para mí sorpresa, tan solo ráfagas de polvo salían de ella, era seco y helado, como si dentro de mi hubiese un tempano de hielo. No sentía las piernas, se movían de manera automática, por lo que mi control sobre ellas era nulo. El sudor helado resbalaba de mi frente, era una caminata ardua, a esas alturas no sabía si había pasados minutos, horas o días. Era una pesadilla interminable donde mi única compañía en ese lúgubre lugar eran ellos. Emitían ruidos que rebotaban por las paredes, creaban una sinfonía macabra, la cual a cada segundo que pasaba, se sentía más profundo en mi mente. Al pasar de los minutos pude observarlos y oírlos mejor. Tenían la boca abierta y un color morado oscuro en su piel, sus ojos negros, parecían perdidos. Sus brazos caídos casi llegaban al suelo, lo que provocaba que estuviesen encorvados. Algunos de ellos solo tenían un ojo, o un brazo o tan solo una pierna ancha que los mantenían en pie. Sin embargo, todos tenían algo en común, sus ojos estaban clavados en mí.
Seguía caminando por lo que parecía un pasillo sin fin. Los espantos se mantenían conmigo como si esperasen que dijese algo, que les increpara o les retara, no lo sabía, pero estaba inquieto, esperaba lo peor. Continuaban con ese horrible ruido, el cual con el pasar de los minutos me parecía más reconocible, ahora todas esas figuras pronunciaban lo que mi oído, ya más entrenado, distinguía como los lloriqueos de un bebé, se hacían cada vez más fuerte y espantosos. Un profundo dolor de cabeza me agolpeaba, estaba cansado. Me sorprendia la calma que mantenía, por alguna razón no me había desesperado ni entrado en pánico. Sentía como si aquel lugar me fuese familiar, como si en mis sueños más horribles hubiera convivido con aquellas criaturas en este mismo espacio. Los llantos del bebe crecían y crecían, y con aquello también mi dolor. Quería gritar, pero mi débil sentir, no podía generar sonido alguno, lo único que salía de mí, era el maltrecho respirar de mis cansados pulmones. La calma que hace pocos minutos tenía, comenzaba a desaparecer. La familiaridad del lugar, junto con aquel insoportable llanto me tenía exasperado. Quería correr, pero no podía.
Mire a las criaturas y tuve la leve impresión de que estaban más cerca que hace unos minutos, sentía como si de a poco se acercasen más y más. De pronto un dolor en el pecho detuvo en seco mis piernas, me precipite hacia al piso, oyendo el duro golpe de mis rodillas chocando contra el suelo. Una gota cayó, un temblor leve, el llanto del niño aumentó su volumen y el dolor de cabeza con él, rechinaban mis articulaciones y un sonido metálico trono en mis oídos. Con los ojos cerrados y aun en el suelo, sentí como algo me tomaba de la camisa, mire hacia arriba y me vi rodeado de aquellos espantos, se encontraban con la cabeza gacha mirando justo por encima de mí. Entre en pánico, intente mover las piernas pero el dolor no me permitía hacer ningún movimiento. Levante la cabeza y justo entremedio de aquellos entes, pude ver una pequeña luz, que parecía estar a unos metros más allá. Armándome de un coraje que creía inexistente en mí, logré moverme, los empuje hacia un lado sintiendo su frío cuerpo, la adrenalina mitigaba cualquier dolor que pude haber tenido hace unos segundos. Algo en mi me decía que si no salía de allí seria uno más en aquel túnel. Mientras corría, pegue una pequeña mirada hacia atrás, esos espantos seguían con sus ojos fijos en mí, parados en el lugar donde yo hace pocos minutos me encontraba. Seguí mi marcha, mientras mis torpes piernas comenzaban a debilitarse. El llanto parecía aumentar conforme me acercaba a la luz. Mi respiración era rápida, mi corazón completamente acelerado, con cada latido una pequeña puntada. Logré llegar, la cabeza a punto de explotar, un sonido metálico y el llanto.

-¡Andrés! ¡Devuélveme el Tablet es mi turno!- Me grito mi hermana Jessica. Mientras desorientado intentaba entender dónde estaba y que había sucedido.

-¡Ya! paren su leseo, es tarde, está oscuro y su papá tiene que manejar, por favor compórtense, que además su hermanito está durmiendo -dijo mi madre.-Que si no les quitare la cuestión y los dos se van castigados- Añadió mirando hacia atrás.

-¡Pero mamá!!! - Grito Jessica

-Ya pué cálmense. Miren vamos a pasar este túnel. Hagamos algo, el que aguanta la respiración hasta el final del túnel, usa el Tablet. ¿Ya? ¿Les tinca?- Dijo mi papá con la vista en la carretera

Mi hermana aun enojada, me miro y me pregunto si estaba de acuerdo, le respondí que sí, sin entender nada de lo que sucedía.

-Ya contemos hasta tres- Dijo mi Padre. Para que partan al mismo tiempo, así ninguno hace trampa.

-Ya ya ya.- dijo mi hermana emocionada. Yo simplemente observaba el camino, sentía que olvidaba algo, pero no sabía el que.

-1

-2

-Tres…- contaba mi padre, mientras nos miraba por el retrovisor con rostro entretenido.

-¡Jorge cuidado!!- gritó mi madre tomándolo del brazo.

-¡Mierda!- dijo mi papa mientras con rapidez movía el volante hacia la derecha. Un enorme camión se dirigía justo hacia nosotros, solté el Tablet y de pronto recordé todo lo que había vivido hace un instante.

La luz deslumbrante del camión, el sonido del metal comprimiéndose y el llanto de mi hermano. Los Espantos se giraban hacia mí desde los asientos de mi familia, penetraban con su mirada hasta lo más profundo de mí ser. De pronto me vi en el suelo, con una horda de esos monstruos dando vueltas alrededor, acercándose cada vez se más y más, hasta que los vi justo encima de mí. Un dolor de pecho, una gota cae por mi frente, los llantos junto con un fuerte dolor de cabeza, un túnel.

15 Nisan 2019 02:52 0 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
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