Mentira Hikayeyi takip edin

La sofisticación en la elaboración de mensajes es uno de rasgos de nuestro tiempo. La Comunicación, como técnica, ha alcanzado un gran desarrollo y es de importancia estratégica para lograr los fines de particulares, empresas, entes etcétera.

Hace muchos años el gran articulista Eduardo Haro Tecglen planteaba la cuestión de manera certera. Escribía que tenía un gran problema filosófico y vital: Le resultaba casi imposible identificar la verdad, pero era plenamente consciente de que le rodeaban mentiras, mensajes cifrados, manipulados para mover a las personas en determinadas direcciones.

A veces se habla de ésta era como el tiempo de la post-verdad. La publicidad, y su variante política, la propaganda, siempre han jugado en una zona ambigua. El márketing, de hecho, tiene mucho que ver con éste abracadabra de medias verdades, medias mentiras, para vender un artículo, un producto, un servicio o a uno mismo para caminar con éxito por el gran mundo.

La Axiología es la Teoría de los Valores. Un valor es algo positivo. Un disvalor, algo negativo. De éste modo, la Verdad, decir la Verdad, es un Valor. Mentir, manipular, decir medias verdades, medias mentiras, es un disvalor.

De niños nos educan para decir la verdad. En algún momento de nuestras vidas descubrimos la Mentira, bien porque la sufrimos, bien porque en la zona oscura descubrimos que es una herramienta.

Se miente por muchas razones. Las más dignas son defensivas y/o piadosas. Las más espúreas tienen que ver con la ambición, con la manipulación, con el uso de medios negativos, sin escrúpulos, para lograr Fines concretos.

Voy a decirles una Verdad. A veces miento. Casi siempre tengo mala conciencia cuando lo hago. Me sirve para salvar situaciones en las que quedo enredado, un sinfín de circunstancias en las que utilizo la Mentira como recurso, como vía de escape.

Sufro por ello. Pero lo cierto es que a veces miento. Y que miento es la mayor Verdad de cuanto he escrito hasta ahora.