gabydpjb28 Gaby Dussán Pavía

Este es mi cuento para el concurso “Love is in the air” de la comunidad de Romance y Cuento. Isabella es una chica de 22 años que viaja a Londres con el propósito de conocer lugares, personas, y aprender inglés. Hace algunos años antes, conoce a Julien, un chico Francés de 26 años, con el cual ha mantenido contacto todos los días, sin llegar a verse en persona. Pero esto cambia cuando Julien se entera que ella vivirá en la capital de Inglaterra por un buen tiempo, por lo que decide visitarla un fin de semana. Durante estos días pasan momentos increíbles, pero llega la inevitable despedida, donde Isabella se entera de algo que cambiará todo. Espero que disfruten la historia y me dejen saber lo que piensan! <3 :D


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#SoyRomance #romance #347 #357 #389
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Fin De Semana

Nos habíamos quedado de encontrar afuera de la estación de Oxford Circus. Salí de clases apurada. ¿Cómo será? Cuando subía las escaleras, un letrero grande llamó mi atención: “LOS TRENES DE LA LÍNEA BAKERLOO NO PARARÁN EN OXFORD CIRCUS POR EL DÍA DE HOY" Mierda. Gracias a las benditas reparaciones, me di un buen tour por casi todas las estaciones y paradas existentes del metro Londinense. Bueno, tal vez exagero un poco.

Cinco minutos antes de llegar, la ansiedad se había apoderado de mí, y, como buen europeo, él estaba allí desde la hora acordada, lo que me ponía un poco más nerviosa, pero bueno, lo hecho, hecho estaba. Sólo al salir había tanta gente que apenas podía moverme, algo parecido a unas sardinas enlatadas caminantes. La verdad, no había sido la mejor idea el vernos un viernes a las seis de la tarde en pleno corazón de una de las ciudades más turísticas del mundo.

Ubiqué la enorme tienda de H&M diagonalmente pero no lo veía y mi corta estatura no me estaba ayudando demasiado, así que crucé la calle cuando se alumbró el hombrecito verde y fue cuando lo vi, recostado contra la baranda de la otra entrada de la estación, miraba tranquilo todo a su alrededor; llevaba unos jeans azules oscuros con una chaqueta negra y guantes del mismo color.

Respiré profundo y empecé a caminar hacia él, “que no voltee, que no voltee”, a unos escasos metros de distancia volteó y nuestros ojos se encontraron, me dedicó una sonrisa tímida pero la más hermosa que jamás haya visto, sentí como si fuera el choque de dos planetas que cambia todo el universo como se conoce, rápidamente hicimos como si hubiera pasado nada.

-Hola – lo saludé cuando llegué, después de que se me hiciera eterno alcanzarlo, y mi voz se desvaneció en el mar de ruido que había en el lugar, él se enderezó.

-Hola –habíamos hablado tantas veces de cómo sería, ese primer instante en el que nos encontráramos en un mismo lugar, a la misma hora, resultaba mucho más inquietante de lo que hubiéramos imaginado.

-Bueno, ¿vamos?

Yo tomé la iniciativa ya que llevaba más tiempo en la ciudad, no sabíamos qué decir así que una vez cada ciertos segundos, nos mirábamos mientras pasábamos entre la gente, el parecía estrellarse con más frecuencia de la normal, yo lo encontraba tierno y divertido.

- ¿Cómo te fue en el viaje? ¿Cansón o relajado? – le pregunté con el fin de empezar a romper el hielo.

-Bien, no muy largo, pero sí – se rio de su respuesta, todavía no dominaba completamente el español así que iba a ser una tarea más mía que suya.

- ¿A dónde vamos? – frené en seco cuando me di cuenta de que caminábamos sin pensar a dónde.

-Hm, no sé, tu dime.

-Vale, ¿qué te parece si vamos a cenar y después a tomar unas cervezas por Picadilly Circus?

-Me parece una buena idea – asentí y continué la caminata – espera – dijo y juro que sentí cómo mi respiración se detenía– ¿no es hacia el otro lado? Miré en el mapa y me parece que vamos en la dirección contraria – me quedé pensando unos segundos.

- ¡Jaja qué tonta, claro! – me reí con más ganas, él se rio también – me debí haber visto increíblemente perdida.

Las pantallas gigantes a medida que caminábamos iluminaban todo el lugar, se escuchaba alguien cantando por acá, alguien entretenía con magia o baile, o alguien que tocaba una trompeta por allá. Constantemente se escuchaban todos los idiomas que nunca había escuchado juntos, algunos los reconocía, otros no, las calles eran un gran cóctel de culturas por donde se mirara.

Después de sentarnos y ordenar la comida, ya resultaba un poco más fácil la interacción entre los dos, pero lo cierto es que mirarlo me hacía sentir de todo y nada al mismo tiempo.

-Entonces, ¿te gusta la ciudad? – me preguntó después de tomar un poco de su copa de vino.

-Sí, es muy bonita, se encuentran personas de todo tipo, hay lugares espectaculares – el asintió serio – aunque el frío es impresionante y ahora con tanta lluvia y viento…

-Sí, lo bueno es que yo ya estoy acostumbrado – mi corazón palpitaba fuerte cuando mostraba esa sonrisa suya.

-Jaja sí, no debe ser tan duro para ti. No puedo creer que nunca hayas venido, es tan cerca, además no necesitas visa ni nada.

-Sí, no sé, supongo que prefería ir a otros países.

Al terminar de cenar, acordamos ir por unas cervezas.

-Conozco un pub muy chévere, al primero que fui recién llegada.

Habíamos tomado la suficiente confianza por lo que no se demoró en molestarme porque antes no sabía hacia donde iba, a mí me gustaba que me molestara. Alzaba las cejas, me daba disimulados codazos en son de complicidad, o simplemente se quedaba mirándome fijamente con ninguna otra intención más que hacerme sonrojar.

-Acá es – dije señalando un pequeño lugar lleno de luces y música en una esquina, había muchísima gente tanto fuera como dentro. Me acerqué a la barra.

- ¡Hola! – le dije a uno de los baristas el cual llevaba pelo negro alborotado, unos cuantos piercings y una camiseta blanca ajustada que dejaba ver varios tatuajes de diferentes formas, colores y tamaños – ¿me das una Guinness, por favor? – Volteé a mirar a Julien – ¿qué quieres?

-Una Guinness, por favor.

- ¿En serio? ¿Te gusta? – pregunté curiosa.

-Sí, es mi favorita – contestó sonriendo.

-La mía también – le devolví la sonrisa antes de girarme – otra Guinness, por favor.

El tiempo pasaba volando, pero no nos preocupábamos, en tan solo pocas horas se había creado una conexión que no había sentido antes, aunque sí, sonara cursi. Antes de las doce nos acabamos las últimas cervezas, pues el metro funcionaba hasta la media noche.

Después de que el alcohol hiciera su efecto, nos fuimos todo el camino riendo de las cosas más tontas y simples del universo, sentía que la versión más ingenua de mi podía expresarse libremente sin pensar en el qué dirán. Al llegar a la entrada del bloque de apartamentos donde vivía con mis tíos, nos sentamos en el borde de las escaleras exteriores, hacía tanto frío que casi sentía como mis huesos se adormecían.

- ¿Qué tal la pasaste? – me preguntó poniéndose un poco más serio.

-Bien, estuvo muy divertido, ¿no? – respondí alegre.

-Sí, me gustó mucho – afirmó mirándome con esos ojos azules que parecían dos lunas de las que era imposible no dejarme llevar.

Se acercó rozando su rodilla con la mía y me acarició lentamente la cara, me quedé como una estatua mirándolo, hasta que acabó con mi agonía cuando presionó sus labios contra los míos, recorriéndolos suavemente y tocándolos de una manera muy sutil con la punta de su lengua. Sentí que nunca había realmente besado a alguien hasta ese momento.

Cuando abrí los ojos fue como si hubiera caído de sopetón en este mundo después de haber tenido el mejor sueño de todos, pero no era un sueño, me miraba con tanta intensidad y sus labios enrojecidos un poco más que antes, me invitaban a adentrarme en ellos nuevamente.

- ¿Nos vemos mañana entonces? – pregunté finalmente, y aunque sabía la respuesta, la confirmación de esta me llenaba de emoción y alegría.

-Si, nos vemos a las diez en Paddington – dijo al mismo tiempo que se ponía de pie.

Entré silenciosamente al apartamento con el corazón hinchado y una sonrisa tonta en la cara. Arreglé un poco el desorden que había dejado antes de irme a estudiar y me acosté a dormir. A las ocho de la mañana ya tenía los ojos abiertos como platos, parecía una niña pequeña cuando sabe que ha llegado el día para ir al parque de diversiones. Me alisté y traté de verme lo más atractiva posible, me sentía en confianza conmigo misma, pero tampoco podía hacer milagros. Mis ojos color chocolate desprendían una energía llena de positivismo.

Después de abrirme paso entre algunas personas, bajé a la plataforma donde tomaríamos la ruta que nos llevaría al primer destino. Al doblar la esquina, lo vi sentado, relajado leyendo un libro. ¿En serio siempre llegará tan temprano? Me asombraba su puntualidad. Nuevamente, alzó su mirada y me vio mucho antes de que alcanzara a sorprenderlo.

-Hola – dije tratando de disimular mis manos temblorosas. Si, soy así de tímida, y más aún con él, lo cual no llegaba a comprender muy bien.

-Hola Isa – justo en ese momento llegaba el tren, subimos a él y nos quedamos de pie – he leído que hay un café muy bonito cerca al London Eye, si quieres podemos ir después de caminar un rato por Hyde Park.

El viaje fue corto, o eso me pareció, caminamos por un buen rato disfrutando de todas las personas que se reunían a almorzar, practicar deportes o simplemente conocer el parque como lo estábamos haciendo nosotros. La verdad, no sabíamos hacia dónde íbamos, nos dejábamos llevar y eso resultaba mucho más atractivo. De pronto, vimos algunas ardillas al lado de un gran árbol, iban de un lado para otro, se acercaban, se quedaban curioseando y después decidían alejarse. Julien impulsado por la emoción se apresuró a darle almendras a una de las ardillas, se agachó suavemente para no asustarla, y esta aceptó su invitación. Yo estaba encantada con la escena.

-No se nota que te encantan las ardillas – dije sarcásticamente cuando volvió a mi lado.

-Jaja, lo sé, siempre que las veo, quiero tocarlas, son tan bonitas – se volteó para mirarme, pero yo volteé la cara, no podía demostrar que estaba tan enganchada, me daba miedo lo que fuera a pensar.

Decidimos almorzar en un restaurante donde vendieran el famoso plato Fish & Chips, sin embargo, salimos de aquel lugar un poco decepcionados. Por una parte, yo no conocía la ciudad tan bien hasta ese momento para saber el sitio adecuado donde quedáramos enamorados de la comida Londinense; y por otra, el nunca había visitado Londres, así que, si yo no sabía, él mucho menos. A pesar del inconveniente, nos reímos por no haber sido más inteligentes y averiguar antes de lanzarnos al primero que encontráramos.

Para reponernos un poco del incidente, nos dirigimos al café que había mencionado, además, así podríamos visitar gran parte de una de las zonas turísticas más bonitas de la ciudad. Cuando salimos de la estación, nos encontramos con una cantidad considerable de personas, tomando fotos, caminando, mirando el helado río Támesis y los barcos que pasaban a lo largo de él. Agradecimos el ambiente cálido dentro de la galería donde tomaríamos nuestro tan deseado café. Nos sentamos en una mesa de dos puestos con vistas al London Eye y Big Ben.

-Así que te gusta escribir … - mencionó poniendo sobre la mesa los pasteles y bebidas que escogimos minutos antes.

-Si – respondí con una sonrisa y tratando de calentar mis manos con el café, no me hubiera imaginado que el frío podía ser tan extremo en Londres, y eso que el invierno hasta ahora empezaba – pero no me pidas que te muestre mis escritos, tengo esta creencia de que son muy malos, para mí, así que me da vergüenza que alguien más los lea – el alzó las cejas en gesto de duda.

-Bueno, pues es mejor mostrarlos y que recibas consejos y así los mejoras ¿no crees?

-Si, tal vez, algún día te los mostraré – sonreí, sabiendo que ese día no sería muy pronto.

-Y, ¿cuál es tu libro favorito?

-Orgullo y Prejuicio – dije casi que mecánicamente – es una historia realmente hermosa, creo que estoy un poco enamorada de Mr. Darcy – confesé encogiéndome sonrojada.

-No lo he leído, pero vi la película, y también me pareció muy bonita, ¿te gusta la historia porque el personaje principal lleva tu mismo nombre? – preguntó bromeando.

-No, jaja, pero tal vez influya de alguna manera – tomé un sorbo más de mi café – la protagonista sabe que el matrimonio no puede basarse solo en el dinero o cosas superficiales, y espera a conocer a esa persona que la haga sentir lo que es el amor – hice una pausa – sí, es muy cursi, pero me encanta.

-Un poco – contestó riéndose – pero es verdad lo que dices, el amor no tiene nada que ver con esas cosas – añadió y sus ojos me hipnotizaron una vez más.

El tiempo era una ilusión cuando estábamos juntos y el cielo oscuro allá afuera era una prueba irrefutable. Empezaba a caer una lluvia torrencial, lo cual se traducía a que apenas saliéramos de aquel cálido y agradable lugar, estaríamos completamente mojados en cuestión de minutos, gracias a que ninguno de los dos había pensado en llevar algo para cubrirnos de la lluvia.

Hice lo posible por abrigarme tanto como pude, Julien hizo lo mismo, y nos adentramos en la multitud de gente que agilizaba el paso para encontrar donde esperar a que escampara. Otros simplemente seguían tomando fotos y pasándola increíble, porque habían sido lo suficientemente listos para llevar una sombrilla.

Justo cuando estábamos pasando por la mitad del puente que se alza sobre el Támesis frente al Big Ben, Julien frenó en seco y yo lo imité confundida porque no entendía lo que planeaba hacer. Ya estábamos emparamados, sí, pero tampoco podíamos abusar, el resfriado que nos esperaba los días siguientes no sería nada divertido.

De repente tomó mi cara entre sus manos y me plantó un beso como ninguno otro, podía sentir la pasión que nuestros cuerpos desprendían al estar tan juntos. Rodeé su espalda con mis brazos y me dejé llevar. En ese preciso instante, ni la lluvia, ni las personas que pasaban y se quedaban mirando, ni el resfriado, nada existía más que los dos. Unos segundos más tarde se alejó de mi cara y me miró con esos ojos azules tan profundos y enigmáticos.

-Es tu sonrisa, me hace enloquecer – soltó mientras agarraba mi mano para volver a correr hacia la estación de metro, dejándome el corazón a punto de estallar.

Nos faltaban dos calles para llegar a mi edificio, yo lo miraba y sentía que todo lo que había pasado y estaba pasando no era real, se parecía más a una historia de película, de esas que muestran amores imposibles, demasiado platónicos. De pronto fui consciente de algo que destruyó todo ese mundo rosa en el que había estado viviendo los últimos dos días: en unas horas se devolvería a Paris y yo me quedaría en Londres.

Había estado tan sumergida en sus ojos, su sonrisa y todo el encanto que él y estar a su lado representaban, que me había olvidado de pensar en lo que significaba lo que habíamos pasado juntos, lo que había entre los dos, no sabía cómo llamarlo y todavía menos, sabía si nos encontraríamos otra vez o no. Todo era incierto, porque no habíamos hablado de ello en ningún momento, lo cual me causaba cierto malestar.

Julien me miró y pude ver que pensaba en lo mismo, pero ¿cómo hablarle del tema sin parecer demasiado apresurada? No me surgían las palabras. Finalmente llegamos a las escaleras del edificio, nos sentamos en silencio. Yo no podía dejarlo irse, así como así, necesitaba una respuesta, algo que me dijera que lo que se había creado entre nosotros, podría llegar a ser algo real en un futuro no muy lejano.

-Me voy a vivir a Hong Kong – la confusión en mi corazón y mente que sentía después de escuchar esas palabras no dejaba que pensara en una respuesta coherente en ese momento.

-Okay, ¿por qué? – fue lo único que fui capaz de expresar, me giré un poco para no tener que estar de frente, pero podía ver con el rabillo del ojo que el seguía mirándome fijamente.

-Me ofrecieron un trabajo que no he podido negar, me voy en un mes, me encantaría que fueras a visitarme cuando puedas – prosiguió y esta vez mi corazón se llenó en cierta parte de enojo, porque no parecía afectarle demasiado y eso me dolía más que su partida.

-Bueno, espero que te vaya muy bien, estamos hablando entonces, pasé un buen fin de semana contigo – dije haciendo mi mejor esfuerzo porque no notase mi reacción anterior.

Le di un beso en la mejilla y me dirigí a abrir la puerta, pero justo antes Julien me agarró de la muñeca pegándome a su cuerpo y lanzándose a mi boca, nos besábamos tan intensamente que dolía, física y emocionalmente.

-Yo no pasé un buen fin de semana contigo, Isabella, yo pasé el mejor fin de semana contigo – me dio otro beso, más corto y menos intenso, y sacó un libro de bolsillo de su abrigo – quería darte esto como un recordatorio.

Me entregó el libro que parecía antiquísimo, la tapa de un material parecido al cuero, color chocolate con una “I” cocida en el centro. Cuando me disponía a abrirlo, puso sus manos sobre las mías.

-Léelo cuando estés en tu habitación – me pareció curioso que no lo pudiera hacer con él en frente, pero me resigné y lo guardé en mi bolso.

-Chao Julien – dije sumergiéndome en sus ojos y sonrisa una vez más, con la esperanza de recordarlos tanto tiempo como pudiera.

-Chao Isabella – respondió besándome en la frente y alejándose por el camino que habíamos recorrido anteriormente.

Al abrir la puerta del apartamento, me encontré con mi tía, yo le sonreí feliz, pero ella me dirigió esa mirada de “lo sé”, y eso, fue suficiente. Me refugié en sus brazos y lloré como una niña pequeña, pensaba que no tenía sentido el estar tan ilusionada con alguien en tan poco tiempo, aunque hubiéramos pasado años hablando sin vernos, esos dos días habían dejado una huella en mi que no podía pasar desapercibida.

Después de calmarme un poco con la ayuda de un té y hablar con mi tía, fui a mi habitación, con miles de sentimientos y pensamientos encontrados. Dejé mi bolso en la silla donde lo hacía rutinariamente, me senté en la cama para quitarme los zapatos y recordé el libro. Me apresuré a abrirlo, estaba vacío excepto por una nota en la primera hoja.

“Para que sigas escribiendo tus maravillosas historias, que ojalá me permitas leer un día” Julien.

Debajo de eso, se leía una frase que jamás había conocido, pero que ahora cobraba mucho sentido.

"No hay mejor amor que el que nunca ha sido. Los romances que alcanzan a completarse conducen inevitablemente al desengaño, al encono o a la paciencia; los amores incompletos son siempre capullo, son siempre pasión." (Alejandro Dolina)

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08 Nisan 2018 08:01 13 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
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Son

Yazarla tanışın

Gaby Dussán Pavía Literatura, baile, astronomía, viajes, veganismo Instagram: @gabydussanpavia

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İleti!
ec elena cian
tienes futuro chica...me encantoo ,hasta casi llore,te mando mis mejores vibras y que nunca dejes de escribir xq eso que tienes es un grandioso talento!! <3
March 13, 2020, 21:10
Cristhian Cardenas Cristhian Cardenas
Excelente historia, muy bien escrita! felicitaciones !
January 23, 2020, 18:05
Allie Fray Allie Fray
Me gustó mucho tu historia Gaby, tiene un tema parecido a la historia con la que yo también estoy concursando, así que te invito a leerla para que me des tu opinión, se llama "París a través de tus Ojos", ¡suerte!
April 16, 2018, 19:56

  • Gaby Dussán Pavía Gaby Dussán Pavía
    ¡Hola Alejandra! Muchas gracias por tu comentario, me alegra que hayas disfrutado mi historia. Y me encanta cómo las dos hicimos dos historias tan parecidas y diferentes al mismo tiempo. ¡Éxitos y mucha suerte! April 16, 2018, 20:45
  • Allie Fray Allie Fray
    Gracias Gaby (: April 16, 2018, 21:08
Zack Blaze Zack Blaze
Te invito a que leas mi historia del King Of Horror 2018, se que te va a perturbar, te ha hablado Isaac y te deseo buenas noches.
April 15, 2018, 03:32

Zack Blaze Zack Blaze
Muy buena historia, con ese final que se apega mucho a lo que sucede realmente, de mis favoritas para el concurso, ademas adoro la cerveza Guinness.
April 15, 2018, 00:26

  • Gaby Dussán Pavía Gaby Dussán Pavía
    Hola Isaac! Me alegra que tengamos gustos similares :p Gracias por leer mi historia y comentarla! :D April 15, 2018, 01:53
VV Victor J. Vega
Una historia que ha ido de menos a más intensidad, con un final que no parece de película, sino algo más a la realidad, y enlazándolo con la frase final... me ha gustado mucho, de verdad. Enhorabuena :)
April 12, 2018, 21:39

  • Gaby Dussán Pavía Gaby Dussán Pavía
    Hola Victor! Muchas gracias por leerla y por tu comentario, me alegra que te haya gustado :D April 15, 2018, 01:41
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