La ciudad de Nocturna se sumía en una eterna penumbra, sus edificios retorcidos por el tiempo y las luces parpadeantes creando una atmósfera surreal. Bajo el manto de sombras, un grupo variopinto avanzaba por las calles empedradas, cada uno de sus pasos resonando con determinación. Eran los Crepúsculos, seres atormentados y poderosos que desafiaban la tiranía de la Orden de la Luz.
Víctor Draclau, con su capa oscura ondeando al viento, lideraba la marcha. Sus ojos reflejaban una mezcla de rabia y dolor, alimentados por el recuerdo de la noche en que la Orden arrebató su familia. A su lado, Evangeline Noire caminaba con gracia mecánica, su mirada fija en los hologramas que danzaban alrededor. La tecnología se había fusionado con su ser, pero la desconexión de sus emociones humanas era cada vez más evidente.
Detrás de ellos, Isabella Lobo acechaba en las sombras, sus ojos dorados brillando con intensidad mientras cambiaba su forma de humana a criatura nocturna. Cansada de esconder su verdadera naturaleza, se había unido a los Crepúsculos en busca de aceptación y venganza.
Los Crepúsculos avanzaron hacia un callejón oscuro, donde Nyx, un informante misterioso, los esperaba. Nyx emergió de la oscuridad con una sonrisa enigmática, su figura apenas visible bajo un manto de sombras. "Los tiempos son oscuros, pero también lo es la promesa de cambio", murmuró Nyx, extendiendo una mano hacia ellos.
Mientras el viento aullaba a su alrededor, Víctor, Evangeline e Isabella unieron sus manos a la de Nyx en un pacto silencioso. Las energías oscuras y tecnológicas se entrelazaron, sellando su compromiso de desafiar a la Orden y liberar a Nocturna de su yugo opresivo.
El grupo se separó, cada uno sumido en sus propios pensamientos y motivaciones. Sabían que su lucha no sería fácil, que enfrentarían desafíos sobrenaturales y humanos por igual. Pero en su determinación compartida, encontraron la fuerza para enfrentar lo desconocido y luchar por un mundo donde la oscuridad y la luz pudieran coexistir.
Con los primeros pasos de su revolución en la penumbra, los Crepúsculos se preparaban para enfrentar el destino que habían elegido. La ciudad de Nocturna, en todo su esplendor gótico, estaba a punto de ser testigo de una batalla épica entre el poder opresivo y la resistencia impulsada por la oscuridad misma.
