Habitacion Oscura Hikayeyi takip edin

Las manecillas del reloj no dejaban de resonar en este triste, oscuro y desolado lugar, mi cabeza no paraba de dar vueltas y vueltas, sentia como si mil agujas la atravesaran al mismo tiempo, con tanto odio que parecia que quisieran matarme.

Al abrir mis ojos no vi nada mas que esta terrible oscuridad que invadia todo como un virus mortal a un cuerpo descuidado, no podía ver nada, solo podía escuchar aquellas manecillas lejanas y una pequeña brisa que parecia que provenia del exterior, aunque no podía localizar de donde, pues no había señal alguna de luz, ni algún otro indicio que me dijera que había salida de aquí.

Intente moverme, pero ninguna parte de mi cuerpo me respondía, era como si no tuviera cuerpo, sentía como si flotara en un vacío que intentaba arrastarme a mi fin.

El pánico logró apoderarse de mi ¿Donde estaba?

¿Qué era este lugar?

Intente recordar algo que me fuera de ayuda, pero no podía recordar nada, absolutamente nada, era como si yo no hubiera existido jamas.

Intente gritar y pedir ayuda pero nada salió de mi boca, quise llorar pero no sentí que salieran las lágrimas.

¿Acaso estaba muerto?

Me di por vencido, supe que no podía hacer nada, sea lo que sea que me haya pasado o quien haya sido, ahora no importaba, me resigne y cerré los ojos una vez mas, al fin y al cabo abiertos o cerrados no importaba.

Era la misma oscuridad.

Perdí la noción del tiempo, no sabía cuanto llevaba aquí, los segundos parecían minutos, los minutos horas y las horas parecían días, aunque claro, puede que mi mente solo jugara conmigo y en realidad no haya pasado ni una hora.

Me encontraba sin hacer nada, sentía como me tambaleaba lentamente, sumergido en lo mas profundo de mis pensamientos, rogando que esto terminara, que fuera un mal sueño y encontrar alguna respuesta para esto, pero había nada, nada pasaba.

Nada.

Quería dejar de sentir este vacío, este pánico, esta sensación de que algo estaba mal y a lavez la curiosidad de saber que pasaba a pesar del peligro.

De repente la oscuridad dejo de ser tan oscura, pasó a ser todo gris con un aire deprimente y el silencio fue roto por un nuevo sonido, sonaba como un leve chirrido, lento pero profundo.

¿Acaso eso era...? Una puerta!

Intente ver mas de lo que mi débil vista podía ver y encontré una luz al final de lo que parecía una habitación, pero.

¿Que caso tenía?

No podía moverme, era inservible...

Mi oportunidad se iba lentamente.

Una sensación extraña empezó a recorrer mi cuerpo, senti como era levantado, empecé a sentir las extremidades de mi cuerpo poco a poco, sentí mis brazos, mis piernas, todo.

De repente esa sensación pasó a mi cara.

Y pude verlo todo con claridad, vi a esa hermosa chica que me sonreía, su cara era blanca y pálida, su cabello era castaño y tenía unos ojos azules y profundos.

Pude sentir sus frías manos tocando mi cuerpo, pude ver aquella triste habitación, que resulto no ser tan triste, de hecho parecía algo cálida.

Devolví mi mirada a la chica quien parecía algo triste, y en su mano poseía algo, parecía un pincel.

—Tu serás.

Dijo tosiendo.

—El noble caballero Christopher.

Dijo con su voz débil pero mantuvo su sonrisa.

-Liliana! Tenemos que irnos, no hay tiempo! Nos encontraron.

Una voz apagada, pero agitada salió de afuera de la habitación.

—Ya casi padre.

Gritó la niña.

Un hombre de alta estatura y muy flaco entró por la puerta

—El es el último, sólo falta algo.

Dijo la niña mirándome.

—No hay tiempo.

La tomó por el brazo y la llevó afuera

—Pero...

Dijo dejándome en una mesa

—Es todo...

Se miraron a los ojos y ambos salieron por la puerta.

A lo lejos solo pude oir fuertes sonidos que no pude reconocer.

Ella se había ido y yo volvía a estar solo.

Pensamientos:

—Es un largo camino, desde que morimos hasta que nacemos.