Omega en celo Hikayeyi takip edin

Siendo que estos son amigos desde nacidos, tienen la suficiente confianza para llegar a ese punto donde dejan guiarse por sus más bajos instintos. Claro, sin llegar al acto sexual, sólo ayudarse a llegar a la cúspide.

—¡Si, si, si! ¡Mmgh!! Má-ás... m-más, JungKookie, más adentro~

La lengua de Jeon se paseaba por la cavidad anal del menor siendo que este estaba sentado en la orilla de la cama con el culo al aire y el mayor desparramado en el suelo con la cara entre sus nalgas y la lengua en su recto delineandolo sabrosamente haciendo que TaeHyung vea lucesitas.

—Jun-JungKook... Dé-éjame ¡aah!... Déjame chupartela, ¿si?

—Dijimos que la vez anterior sería la última— habla el moreno despegándose de las suaves nalgas.

—Vamos, Kookie... déjame saborear ese gran y gordo pene que tienes entre las piernas... Por favor... —suplicó

—La sinceridad ante todo, ¿no? —ambos rieron cortamente.

El de piel más blanca se reincorpora y saca su pantalón, mientras TaeHyung se acuesta en cuatro en la cama apoyado en sus codos, quedando justo enfrente del pedazo de carne de su hyung.

Comenzó a chuparlo en la base, intercalando los cargados testículos del Beta y una porción del tronco para dejar chupones. Poco a poco su lengua fue ascendiendo hasta que rodeó el palpitante glande en forma de hongo.

Kook gruñó alto ante la primera succión que TaeHyung le otorgó; y es que, aunque sea egoísta de su parte, Jeon se regocijaba de que él fuera el único que podía disfrutar de esa faceta del menor.

Tan necesitado y caliente.

Al ser Beta y un amigo de extrema confianza, TaeHyung le pidió que le ayudara en cada uno de sus celos. Pues él no caería ante la gran cantidad de feromonas que este soltaba llamando a alguien a que lo atienda.

Lo que Kim ignoraba era que el Beta si podía oler sus feromonas, inclusive podía caer un poco ante ellas, pero aún así lograba ser consciente y evitar quedar atrapado. Su amigo contaba con su control.

Volviendo al presente, el de cabellos rubios se encontraba disfrutando de la estirada garganta de TaeHyung.

JungKook miró el redondo trasero de TaeHyung desde arriba y se inclinó un poco llevando sus manos a los cachetes traseros del menor propinando dulces nalgadas, luego buscando la húmeda y dilatada entrada, metiendo dos dedos en ella. Recibiendo en respuesta una vibración alrededor de su falo.

Comenzó a martillarle con sus largos, huesudos y delgados dedos; TaeHyung ahogaba gran parte de su excitación en la mamada que aún realizaba.

JungKook no sabía cuánto más podría durar medianamente consciente; en esta ocasión sentía ser asfixiado por el aroma a pétalos de amapola que TaeHyung desprendía en extensas cantidades.

Se corrió sin previo aviso en lo más hondo de la garganta del menor, saliendo rápidamente de él para que pudiera tragar o escupir, así como respirar mejor. TaeHyung degustó el espeso semen y luego lamió el miembro -aún- semierecto de Jeon para limpiarlo.

Gimió de sorpresa cuando este lo empujó de los hombros para recostarlo mejor sobre su espalda. JungKook se posicionó sobre él, besándole los labios por primera vez en la vida.

TaeHyung volvió a gemir pero cerrando sus ojos y enredando sus dedos en las pálidas hebras de cabello, mientras el mayor se acomodaba entre sus piernas y su brazos lo abrazaban por sus costados.

Ninguno quería separarse, y no lo harían. Inhalando por la nariz entre beso y beso lograron durar un rato pegados a los labios contrarios.

—TaeHyung

—¿Mmh?

—Te amo

Confesó mientras lo volvía a besar, no dando tiempo de ordenar bien las palabras en su mente.

Sus manos volvieron hacia abajo buscando abrir sus piernas, cuando lo logró separó en un chasquido sus bocas, para ver hacia sus intimidades y masturbarse un poco esparciendo su pre-semen por su falo. Cuando se creyó listo alineó la punta y volvió su rostro al menor.

Este lo veía agitado esperando que entrara, le confirmó todo con un asentamiento a la vez que envolvía el pálido cuello con sus brazos.

Jeon entró sin demasiada prisa, esperando lo debido para iniciar sus movimientos.

—Dale, Koo— fueron las palabras que dieron inicio al acto con más amor que este par haya realizado hasta el momento.

Sus pieles chocaban una y otra vez, al igual que sus bocas. Jeon trataba de tener lo más cerca que podía a TaeHyung, este también se aferraba a su anatomía como si temiera que todo fuera un sueño y que su amigo se desvaneciera en cualquier instante.

Ambos gimieron sus nombres cuando el éxtasis máximo tocaba sus cuerpos, una presión en el cuello del Omega los hizo sentir completamente uno; fue cuando ambos se desplomaron en la desarreglada cama. Dos cuerpos sudorosos, cansados, pero llenos de amor por dentro.

—KooKoo

—¿Mmh?

—También te amo