Cuenta la leyenda que Dios bendijo el cayado de Moisés dándole poderes milagrosos para poder liberar a su pueblo de los egipcios. Dicha energía divina provino del fuego dorado que incendiaba las ramas de la Zarza ardiente. Según se dice aquella vara que Moisés uso se perdió durante el peregrinaje hacia la tierra prometida, otras versiones indican que su bastón también acompañó a su portador cuando Moisés fue llevado por Dios. Fuese cual fuese su destino todo indicaba que aquella reliquia desapareció de la faz de la tierra y de los escritos bíblicos una vez terminada la historia de Moisés. Aunque nadie imaginaba que esta volvería a ser nombrada muchos siglos después.
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