—Me iré mañana — anunció después de un largo silencio, TaeHyung abrazaba sus piernas apoyado a la ventana que permanecía cerrada, iluminando la habitación con la luz tenue de la luna de la noche más fría de invierno que había vivido. Bajó al instante la mirada intentando guardar la cordura. —Sólo será por unos años... Volveré lo prometo — lo convenció, TaeHyung sonrió de lado y masajeó su cabeza, tanta despedida le daba migraña, y ahora que era con JungKook, sentía que la misma iba a explotarle.
Quizás, sólo era por retener las enormes ganas de llorar.
—¿Sabes? No tienes que prometerme nada — emitió una risa llenando esa fría habitación con algo de tranquilidad —De hecho... estoy muy feliz — volvió a mirarlo a la cara, deshaciendo todo rastro de lágrima con la manga de su suéter de lana. Un cosquilleo atravesó la espalda de JungKook y aclaró como pudo su garganta para continuar hablando.
—Volveré en verano, nos estaremos llamando — afirmó tomando su chaqueta del suelo; Taehyung ignoró manteniendo la misma sonrisa y volvió su vista a la ventana empañada, helada por el clima tan bajo de aquella zona.
Accedió a los pocos segundos, se acercó y tomó su mano debajo la suya, le observó por unos pocos segundos, y luego, TaeHyung se abalanzó encima suyo, abrazándolo con todas la fuerzas que cabían dentro de su cuerpo, derramando las pocas lágrimas que le quedaban después de tanto llorar en su regazo.
—Te voy a esperar Jeon — aseguró bajando el tono de su voz, aferrándose más como su único refugio que le consolidará. Por ahora.
—Igual te esperaré, más bien, regresaré y todo estará como antes — contestó igual al tono que TaeHyung había usado —Si quieres... de vez en cuando vendré, claro, si tengo tiempo.
—No — respondió —Quiero que te enfoques en tus sueños, no quiero ser un obstáculo — murmuró seriamente causándole estragos. —Olvídame. — le dijo, mirándole a los ojos mientras los corazones de ambos chicos se rompían en mil pedazos; negó enseguida.
—No puedo hacer eso — sollozó. —Tae, yo te amo.
—Yo también te amo, pero es lo correcto — suspiró —No funcionará así...
—Podemos encontrar una solución — insistió.
—JungKook por favor escúchame — obedeció — No importa el tiempo que pase, cumple tus sueños, vete a dónde tu corazón diga y se libre, yo te buscaré y cuando sea el momento, volveremos a estar juntos.
—¿Lo prometes?
Soltó una pequeña risa sorbiendo la nariz al mismo tiempo —Lo prometo.
No resistió más tiempo, lo tomó de la nuca y con su brazo lo acercó a su cintura, sintiendo el pequeño aroma a canela de TaeHyung, y luego su respiración en su nariz, cálida, iba a extrañar esa sensación, lo pensó por un segundo, pero no podía resistirlo más. Acercó su rostro y poco a poco, ambos se besaron, por el momento, por última vez.
Accedió —Está bien — no quería separarse, sólo quería aspirar el aroma de su ropa ochentera que siempre usaba y que se aferrara a sus fosas nasales como banquete principal y vino en la mañana de cualquier alcohólico. —Te esperaré. Te amo.
A la mañana siguiente tomó un taxi y con maletas listas se montó al avión que le correspondía.
Si bien una noche positiva no había pasado; en cambio, las cosas que había dejado y el cierre que había tenido con TaeHyung le habían reanimado aquella mañana.
Son sólo recuerdos del pasado, que de una vez, se tienen que dejar en el camino que irá dejando. Sin embargo, Kim TaeHyung no era parte de ellos.
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