agapesae steve alice

{⁺₊·} Tal vez solo necesitaban un poco más de alcohol en el cuerpo para decir todo aquello que siempre habían callado.  › taehyung + jungkook  › one shot // una parte  › sin roles definidos  › lenguaje explícito   Publicada en wattpad e inkspired Diseño de cubierta: © agapesae   Primera edición: 08 de abril de 2018 Segunda edición: 21 de enero de 2021 Versión taekook: 21 de septiembre de 2021   © 2018, agapesae   Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra.


Hayran Kurgu Gruplar/Şarkıcılar Tüm halka açık.

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Kısa Hikaye
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Tamamlandı
okuma zamanı
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parte única


La suave brisa nocturna golpeaba sus rostros, cosquilleando.


Solo querían pasar un buen rato ahí, en casa de Jungkook, en su balcón, riéndose de la primera anécdota que recordaran, con un vaso de soju en la mano y la simple compañía del otro.


Era peligroso, beber estaba siendo demasiado peligroso para Taehyung, y es que él no se consideraba una persona valiente, pero el alcohol avanzaba rápido y de pronto quería contarle todo a su dongsaeng, absolutamente todo, desde cuánto le gustaba su sonrisa hasta cómo se moría por besarlo.


Bastaba una palabra del menor para que se perdiera en sus labios, imaginando, deseando, anhelando acabar con la poca distancia.


Una broma lo detuvo, haciéndolo reír. Fuerte, claro, tan natural que el mayor lo imitó, dando las mismas palmaditas que él, tal como siempre lo hacían.


Jungkook decía algún chiste sin sentido para que el castaño empezara a reírse, con todo y aplausos, presumiendo esa hermosa carcajada que tanto le gustaba. Incluso si parecía que a ratos se ahogaba o le daba hipo, el rubio seguía pensando que era la melodía más preciosa del universo.


—Eres tan tonto —diría Taehyung, todavía riéndose, dándole un empujoncito cálido.


Porque era cálido, todo en él, desde sus ojos risueños hasta el suave tacto de sus manos, las caricias, los abrazos, la forma en que se apoyaba en su hombro y suspiraba, acurrucándose un poco más cerca de él.


Jungkook, en cambio, lucía frío, distante, con sus ojos entrecerrados y su mandíbula tensa. No había persona que despertara emociones en él y su expresión variaba entre seria y concentrada, ninguna muy agradable para el resto.


El típico tsundere, así le decía Taehyung, porque bastaba una mirada del castaño para que todo fuera sonrisas y cursilerías, con esos momentos íntimos que solos ellos sabían que existían.


Un galán de película, eso era, y el mayor se encontró pensando en ello con una sonrisa, una gran sonrisa, y es que jamás pensó que le gustaría tanto ese idiota que sostenía su mano y dejaba leves caricias en la zona.


—Creo que me gustan los hombres, Kook. —Simplemente soltó, encontrando valor en la cuarta botella de soju.


El rubio se tensó, dejando de acariciarlo.


—Y lo dices como si nada. —Su risa sonó entrecortada, nerviosa, y su mano siguió inmóvil en su lugar.


—¿Te molesta? —Taehyung sonaba triste, su voz más baja de lo habitual y sus dedos inquietos.


No, no le molestaba, ni siquiera un poco, pero no pudo decirlo. Solo volvió a reírse, incluso más nervioso que antes, y se alejó del castaño con la mayor suavidad posible, soltando su mano.


Taehyung quiso llorar, imaginándose los peores escenarios.


Pero Jungkook no estaba burlándose de él, ni tampoco se veía molesto. No dejaría de quererlo por algo como eso, lo sabía. Solo estaba pensando, analizando, buscando la mejor respuesta para una declaración tan... ¿profunda? como esa.


—¿Por qué me molestaría? —Empezó, volteándose apenas un poco hacia él—. Sigues siendo el mismo Taehyung de siempre y eso es lo único que me importa.


—¿Por qué te alejaste, entonces? —preguntó sin alzar la voz, sus ojos inquietos—. Y-yo... n-no es como si me gustaras tú, n-no es como si... como si...


—Está bien. —Jungkook lo detuvo, acunando su rostro con ambas manos—. No me debes explicaciones, Taehyung-ssi. Ninguna.


—Pero yo... —Se detuvo, mirando los ojos del menor con tal profundidad que todo cobró sentido.


No serían felices juntos, jamás. Incluso si él le contaba cuánto le gustaba, las probabilidades de que Jungkook lo correspondiera eran tan bajas que... sí, claro que dolía.


Solo quería un beso, pero no... él no estaba dispuesto a perderlo todo. No perdería a su mejor amigo por un amor no correspondido, no tan pronto, no esa noche.


—¿Qué pasa, Taehyung? —El rubio insistió, sonriendo.


Estaba tan cerca que la brisa ya no lo golpeaba, no directamente, y esa frescura... solo podía sentir la respiración del menor, abrazándolo, haciendo que el frío de la noche se sintiera tan inútil como él.


—Es hora de entrar —dijo en cambio, sonriendo solo con la comisura de sus labios—. Ya es tarde y estamos demasiado borrachos para seguir en el balcón.


Jungkook sonrió, pero no dijo nada. Solo tomó la mano de Taehyung y dejó que lo guiara dentro de su propio cuarto.


No quería entrar, incluso si había oscurecido lo suficiente y el viento corría con más fuerza que antes; no quería entrar, porque hacerlo significaba que las risas habían terminado y que el mayor pronto se iría, y que él lo extrañaría, ¡claro que lo extrañaría!, y es que últimamente se había encontrado pensando en el castaño mucho más de lo habitual, con tanta, pero tanta necesidad.


—¿Te quedarás a dormir? —preguntó al cerrar la ventana, dándole la espalda a Taehyung.


La habitación estaba oscura, demasiado oscura, pero no se sentía aterradora. Nada era más aterrador que sus emociones.


—Mi cuarto está cerca, Kook. —Alzó los hombros y mordió su labio, jugueteando torpemente con sus dedos.


—Pero estás borracho. —Sonó burlón aun si su mirada era cálida, y es que por fin lo estaba viendo de regreso—. Si dejo que te vayas así, despertarás a todo el recinto.


—Todos deben estar borrachos, Kook —soltó con timidez, bajando la mirada—. Es sábado en la noche y la universidad es una mierda. Por supuesto que quieren beber y relajarse un poco.


—A no ser que aún sean ilegales. —Siguió riéndose, acercándose lo suficiente para que Taehyung lo viera otra vez.


—Bien, me quedaré. —Sonrió apenas, su boca temblorosa—. Solo porque tienes razón.


—Siempre tengo razón —alardeó, acariciando su pelo castaño.


La distancia se volvió nula cuando Taehyung pestañó, encontrándose con el menor a solo centímetros de su rostro, sus frentes unidas y sus narices tan cerca que pudieron sentir la forma en que se arrugaban y pedían un poco más de roce, solo un poco, como si el temblor de sus cuerpos no fuera muestra suficiente de lo que sentían.


—Y-yo...


—¿Puedo besarte? —Jungkook dijo primero, acunando su rostro nuevamente.


—N-no. —Taehyung no estaba seguro de cómo, pero sus manos terminaron en el pecho del menor, ejerciendo una leve presión—. S-si no estás seguro, prefiero que no.


No hubo más sonido que sus respiraciones, rápidas, muy rápidas, como si todo pendiera de un hilo.


El mayor se encontró ansioso por una respuesta que jamás llegó, ni siquiera en acciones, y es que Jungkook simplemente sonrió y se alejó, tomando su mano con el mismo cariño de siempre...


...el mismo cariño fraternal.


Quizá debió aprovechar la oportunidad, aun si no era recíproco, pero él nunca pensó... jamás imaginó... ¿cómo iba a saber que Jungkook controlaría su impulso?


Sabía que era calmado, que ocultaba sus emociones y que controlaba cada aspecto de su vida, pero él en serio... ¿Había sido muy iluso pensar que sus sentimientos podían ser correspondidos?


Suspiró simplemente, alzando la mirada. Jungkook seguía frente a él, inmóvil, observando algún punto fijo de la cama.


Soltó sus manos, le dedicó una leve sonrisa y se acostó, con todo y ropa, sintiendo que su garganta presionaba y que su pecho se encogía con una rapidez abrumadora.


—Cuando esté seguro... —Jungkook empezó, sentándose a su lado en la cama.

Pero Taehyung no se volteó, no podía. Solo se abrazó un poco más, escondiéndose en las mantas, ocultando el vacío de ese corazón que latía deprisa y se volvía loco con cada movimiento del menor.


—Cuando esté seguro —repitió, observando la pequeña figura del castaño—, te prometo que te besaré.


—Ni siquiera he dicho que me gustas —soltó apenas, su voz al borde del llanto, tan pero tan baja.


—Pero lo sé —reveló simplemente, dejándose caer en su almohada—. Desde la primera vez que viniste a mi cuarto, siempre lo he sabido.


Asintió, aun si nadie podía verlo, recordando la forma en que había actuado ese día. La felicidad que sentía, la emoción, toda esa dicha de conocer un poco más del reservado Jungkook; todo lo había llevado a abrazarlo por el cuello y agradecerle la invitación, espantando al chico que jamás se sintió tan espantado como él pensó.


Jungkook no pudo responder al abrazo, fue demasiado rápido para él, mas el recuerdo se mantuvo intacto cada vez que el mayor volvió a abrazarlo, como si encontrara un pedacito de él en cada uno de esos momentos.


—Desde entonces me gustas. —El castaño reveló, encogiéndose un poco más en su lugar.


Taehyung sabía que beber tanto alcohol había sido una mala idea, lo supo desde el inicio, pero ya era demasiado tarde como para hacer algo al respecto.


—T-tú... tú... m-me gustas —susurró finalmente, casi en un suspiro, dejando ir todo ese aire que había retenido.


La cabeza le dolía tanto o más que el corazón, y su cuerpo temblaba con cada movimiento de Jungkook. Cuando se cubrió con las mantas, cuando suspiró, cuando giró en su lugar y cuando sus manos terminaron en su cintura, acercándolo un poco más a él.


—Kook...


Tener a Taehyung así de cerca... lo reconfortaba, mucho, pero también lo confundía. El simple sonido de su risa lo alteraba y despertaba las sensaciones más extrañas en su pecho, y en su estómago, e incluso en toda su mente.


No, no acostumbraba a mostrar sus verdaderos sentimientos, no con el resto, pero con él... con el castaño siempre quería gritar que se sentía feliz, completo, que no necesitaba nada más que su cálida sonrisa, y sus cálidas manos, y esos cálidos abrazos que siempre le daba.


¿Y si también le gustaba Taehyung? ¿Era algo malo?


—¿Puedo besarte? —repitió, sin ser consciente, cerrando los ojos por simple nerviosismo.


Taehyung tragó saliva, inmóvil. Se cuestionó cada cosa que podía salir mal, la incomodidad que vendría después, el vacío existencial, las altas probabilidades de que todo fracasara; pero se volteó, lento, inseguro, temblando bajo el tacto del contrario.


—Creo que es una pésima idea. —Sin embargo, soltó una risita, acariciando las mejillas del menor—. Pero quiero que lo hagas, ¿sabes? Quiero... quiero besarte.


Jungkook abrió los ojos, viéndolo. Sus narices se rozaban, ¡sus narices se rozaban y su corazón latía como loco!


—Te amo. —Taehyung murmuró finalmente, suspirando—. No es que quiera incomodarte, sino que yo... solo quería decirlo, supongo.


El rubio guardó silencio, apreciando cada facción de su rostro. Primero fueron sus cejas, un poco preocupadas, y luego sus ojos, tan brillantes como siempre. Su nariz le daba un poco de risa, quizá por el alcohol en su sangre, y sus labios...


Lo besó, sosteniendo sus mejillas.


Estaba harto de cuestionarse todo y de ocultar sus emociones. Estaba harto de prohibirse vivir esos momentos, aun si después se arrepentía. Estaba harto de preguntarse qué sentía, o qué tan real era eso, porque Taehyung... todo era real cuando se trataba de Taehyung.


Todo.

07 Ocak 2022 17:13 1 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
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Son

Yazarla tanışın

steve alice Persona no binaria. Pueden usar el pronombre y el apodo que gusten, aunque generalmente me llaman Steve o Alys. Sobre pienso demasiado, tal vez porque soy virgo en sol, luna y mercurio, o tal vez porque soy autista.

Yorum yap

İleti!
Jinnie  Jinnie
Muchas emociones en un minuto graciassdsss infinitamente
March 21, 2022, 23:33
~