¡¡¡Suena el holoteléfono!!!
Son exactamente las 9:00 am y como todas las mañanas, de un cilindro ubicado en el escritorio de Albert Maxda, se proyecta una imagen tridimensional de unos 30 cm de alto de Zoltan Vass, su amigo personal y además su Jefe de Operaciones, con el reporte diario de infinidad de asuntos, problemas y vicisitudes que Albert debe resolver. Pero esta mañana era especial ya que el último reporte de los resultados del Proyecto “Las Puertas del Tiempo” era de noticias maravillosas, debido a que las pruebas demostraban que era posible viajar en el tiempo, tanto al futuro como al pasado. Albert por fin lo había logrado. Después de años de cálculos, análisis, pruebas e incontables horas de trabajo, seria el colofón de una de las más grandes incógnitas de la física.
A pesar de esa increíble y fantástica noticia, que inclusive le daría a Albert el premio Nobel de Física y total reconocimiento más allá de los confines del sistema solar, surgía un pensamiento y sentimiento de tristeza: aunque había conseguido la posibilidad de poder viajar al pasado, nunca más podría volver a ver a la joven y hermosa Valeria Cruciani. Esto, debido a que las pruebas confirmaban sabiamente que no es posible volver a los eventos que sucedieron antes de que la máquina del tiempo fue activada.
Habían pasado 7 años desde que Albert Maxda entró en el ascensor y como consecuencia de las fuerzas del universo y los principios de la relatividad había viajado 40 años adelante. En ese tiempo había conseguido graduarse de Físico y comenzar sus estudios para su Post-Grado y Doctorado, así como haber obtenido el cargo de Chief Ejecutive del área de Ciencia & Data de la exorbitante Corporación Sinclair, hechos que cambiarían su futuro. Pero no había pasado un día, en su maniática y psicótica vida, en que no pensara en su amada Valeria. Los hilos invisibles del destino no le habían permitido poder iniciar una relación.
Después de un día extenuante de trabajo, como era de esperarse cuando tienes a tu cargo todos los datos y proyectos científicos de una corporación que intentaba llegar a construir una Estación Espacial en los límites de la helioesfera, Albert anota en su diario, el cual empezó precisamente el día que por primera vez habló con Valeria Cruciani:
“Hoy he conseguido pruebas fehacientes de que: “Las Puertas del Tiempo” funciona y por ende es posible viajar en el tiempo tanto al futuro como al pasado. He conseguido hacer realidad la teoría y el trabajo del eminente físico del Siglo XXI Kip Thorne, gracias a que hemos logrado conectar y estabilizar 2 Agujeros Negros Rotativos con los avances en la producción de Energía Negativa, creando así curvas cerradas de tiempo, lo que ha permitido enviar a sujetos de prueba a tiempos pasados y tiempos futuros. Dependiendo en qué agujeros se entre primero. Estoy inmensamente contento y maravillado.
Nota: Lo que más me entristece y aflige es la prueba de que, aunque pueda viajar en el tiempo, más nunca podré ver a Valeria Cruciani joven.
Ya en casa, Albert, de personalidad organizada y obsesiva que le induce a llevar a cabo sus rutinas diarias, toma el ascensor a las 7:30 pm para así esperar que Valeria vieja regrese de su paseo en el parque, y juntos tomen el ascensor y puedan conversar. Todos estos años Valeria y Albert han desarrollado una hermosa relación que se quedó en solo una inmensa amistad, dado que las travesuras del Tiempo lo quisieron así.
Pero el viaje de hoy en el elevador sería distinto. Cuando Valeria se acercaba a las puertas del mismo, Albert se percató que a su lado venía una persona idéntica a ella, pero mucho más joven. Albert quedó en shock y un dejavú lo llevó 40 años atrás. Inmediatamente regresó al momento presente y se preguntó: ¿Qué está pasando?, ¿otra inexplicable locura temporal? Trató de hablar, pero las palabras no salían de su boca. A lo que Valeria, con su sonrisa habitual, expresó: “¡Hola Albert! ¿Cómo estás? ¡Gusto de verte! Por cierto, te presento a mi nieta Valentina Lefebres.”
Después de salir de su asombro, y como de una especie de sacudida mental, Albert recordó un artículo que había leído:
El ADN salta una generación. Una ley de la genética apunta a ello, por lo cual los rasgos de la abuela se ven en las nietas. Por tanto, muchas nietas son idénticas a sus abuelas.
El destino le había dado una segunda oportunidad.
Es el Universo donde se encuentra Albert Maxda, lo cual incluye el cosmo que seria nuestro Universo visible, y el Universo que seria lo que comprende todo el Universo. Tambien es posible que se viaje a otros Universos distintos de Unicosmo. Los hechos ocurren en el Siglo XXII en el 2130 Hakkında daha fazlasını okuyun Unicosmo.
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