minminyoonji Minmin YoonJi

Hoseok es un joven estudiante de artes y por azares del destino termina en un taller de arte para personas dispacitadas. Allí conoce a Yoongi, un joven muchacho ciego cuya mirada atrapa por completo a Hoseok.


Hayran Kurgu Gruplar/Şarkıcılar Sadece 18 yaş üstü için.

#bts #yoongi #hope #suga #hoseok #drama #romance #discapacidad
395
8.1k GÖRÜNTÜLEME
Tamamlandı
okuma zamanı
AA Paylaş

Uno

Me desperté como cada mañana apenas escuchar el despertador, no soy una persona demasiado perezosa así que por lo usual me levanto con cierta facilidad. Hacía tiempo mi madre había dejado de prepararnos el desayuno a mi hermana y a mi, así que yo tenía que comer la primera cosa que se me ocurriera y como no me gusta perder las buenas costumbres, termine por tomar un plato de mi cereal favorito. Ya vestido y arreglado, subí al auto con la total disposición de ir a clases. Unos minutos de camino y ya estaba en el estacionamiento de mi facultad.

Mis días escolares eran, en lo general, lo mismo de siempre. Moverse de un salón a otro para cada clase, recorriendo los amplios y endemoniadamente largos pasillos. Antes de la primera hora del lunes debía tomar un par de libros de mi casillero, que quedaba justo del lado contrario de donde tenía mi clase. Así que me apresure porque nunca he sido afecto a eso de llegar tarde. En mi camino regular, el cual me parecía ser el más corto, me encontré con mi amigo JiMin y su dorada cabellera a medio ordenar. Me detuve apenas un momento para saludarle y entonces fue que note llevaba en brazos un pancle bastante voluminoso de hojas de colores.

— ¿Qué llevas ahí? — Pregunté señalando a los papeles.

— La tutora me ha pedido que pegue algunos de estos por todo el campus. — JiMin hizo un puchero, meciéndose sobre sus talones. — Y los demás debo repartirlos con quien me topé en mi camino.

— ¿Por todo el campus? — Silbe divertido mientras dejaba escapar media risa. — Eso te va a tomar toda la mañana.

— Ni me lo digas. — Suspiro antes de mirarme con sus ojos brillantes. — ¡Tú podrías ayudarme!

Inmediatamente negué, no, no iba a dejar que ese niño me metiera en sus cosas. Le dije que tenía clase y que claramente no me la saltaría nada más porque sí.

— Se un buen Hyung, HoSeok. — JiMin me tomó del brazo y sacudió juguetonamente de él, puchereando con gracia, el pequeño era bastante tierno y chantajista cuando se lo proponía. — Anda, eres mi mentor y entre tus labores está apoyarme en momentos de dificultad.

— La labor de mentor solo se limita a lo estrictamente escolar. — Dije frotando mis nudillos contra su cabellera, a modo de regaño y castigo, JiMin hizo una mueca de dolor, tratando de librarse de mí. — Esto es lo que se define como un abuso de mi buena voluntad.

Seguí con mi camino y JiMin detrás rogando e insistiendo, no pude evitar pensar que el tiempo que estaba perdiendo conmigo bien pudiera haberlo invertido en realizar la tarea asignada de pegar todos esos panfletos. Me detuve en mi casillero y JiMin siguió tirando de mi camisa una y otra vez. Volví a observar el montón de papeles y la verdad es que si eran muchos para que una sola persona pudiera terminar con ellos en una sola mañana. JiMin era un gran chico que conocí durante mi segundo año de carrera, justo cuando él era un Hoobae* novato de primer año, de eso ya casi año y medio. Entre sus cualidades estaba ser una buen estudiante, también era un buen pupilo al cual dar asesorías y sobre todo un maravilloso amigo, quien definitivamente me admiraba. Habría sido muy grosero y muy malo de mi parte simplemente ignorarlo, así que al final, débilmente termine por ceder.

— Esta bien, esta bien. — Dije derrotado, cerrando mi casillero sin sacar absolutamente nada. — Te voy a ayudar.

JiMin dio un pequeño grito de vitor, haciendo caer en eso, la mayor parte de los papeles al suelo. El y yo reímos tontamente antes de levantarlos y repartirnos el paquete a mitades, ya saben, lo más equitativo posible.

— Bueno, y dime. — Tome una hoja y la sostuve delante mío para empezar a leerla. — ¿Para que rayos es esto?

— Uhm. — JiMin y yo empezamos a caminar por los pasillos, en dirección a uno de las muchas pizarras para anuncios que había en el edificio. — Es un taller de pintura y arte para personas con discapacidad.

¿Discapacidad? Eso me sonó algo o más bien bastante interesante. Le pedí a JiMin que me siguiera contando, caminar y leer al mismo tiempo no es algo que pudiera hacer con demasiada destreza.

— No se mucho, solo se que el taller funciona en su mayoría a base de voluntarios, por eso los volantes, necesitan gente que se les una para ayudar con las clases. — Llegamos a la primera tabla de anuncios, JiMin sacó de su bolsillo un pequeño paquete de tachuelas, tomo una y colocó la primera hoja (de un montón) y la colocó en el primer espacio libre que visualizo. — Hay algo así como un pequeño apoyo económico para transporte si así lo necesitas pero nada más. El único incentivo que de verdad vale la pena son los puntos extracurriculares, me parece que son ocho o diez créditos al final del semestre.

Avanzamos otro poco hasta llegar a las escaleras y allí también pegamos otro par de hojas usando un poco de cinta adhesiva. Les entregue algunos volantes a los que pasaban por allí aunque siendo sincero pude ver cómo una de las chicas que me lo recibió término por tirarlo al cubo de la basura unos pasos más adelante, la verdad es que ya me esperaba algo así.

— ¿Es todos los días? — Pregunte medio viendo la hoja con los horarios impresos.

— Eso creo. — JiMin respondió mientras pegaba un par de los papeles en la puerta principal de nuestro edificio. — Según le entendí a la Maestra es por las tardes, poco después de la hora de almuerzo, no me dijo mucho ¿Sabes? Ella siempre anda a las prisas, solo me dio todo el pancle de hojas y salió corriendo, ni tiempo de negarme tuve.

— Nunca te habrías negado. — Le dije riendo porque lo conocía demasiado bien y si algo tenía JiMin es que jamás podría negarse a nada que sus superiores le pidiesen, ni siquiera para inventar una excusa que lo safara era capaz.

JiMin me miró feo, le incite a que me desmintiera pero no hizo nada, obviamente él bien sabía que yo tenía razón.

— Como sea. — Camino hasta la cafetería rápidamente, seguí ofreciendo los papeles al mar de chicos y chicas que cruzaban por ahí, vi a otro par arrugar las hojas antes de deshacerse de ellas, en serio si no las querían era mejor que ni las aceptaran en un principio, es que es un maldito desperdicio de papel.

JiMin terminó en la cafetería y me indicó que le siguiera hasta el edificio de computación que estaba un poco más adelante.

— Me has hecho muchas preguntas al respecto. — Me dijo JiMin con media sonrisa. — ¿Estás planeando unirte?

Hasta antes de que JiMin preguntaran no me lo había pensado realmente, yo solo estaba curioso al respecto. Contemple la idea por tan solo unos segundos. JiMin y yo estudiabamos artes plásticas, unirme a este pequeño proyecto no resultaba demasiado demandante a mi parecer, después de todo parecía bastante relacionado con lo que yo siempre había estado haciendo. Tampoco es que fuese desfavorable, los créditos no eran poco, valían tanto como cualquiera de mis clases de formación básica. Igual estaba esto de la intención de los cursos, me pareció algo bastante admirable, la tarea de participar como maestro de alguien siempre ha sido uno de mis gustos particulares, de allí que me anotara como estudiante mentor y conociese a JiMin.

— Tal vez. — Respondí encogiendo mis hombros. — Podría intentar.

— Uhm… Eres bueno enseñando. — Me dijo JiMin haciendo media mueca y extendiendo un volante a un grupo de chicos a los cuales pasamos por nuestro camino. — Pero no creo que sea lo tuyo trabajar con personas así.

— ¿A qué te refieres?

— Pues, son personas diferentes, especiales si lo quieres decir así, que requieren cierto tipo de cuidados. — Incline mi cabeza mientras le escuchaba atentamente, había cierta razón en ello. — Tal vez parezca algo fácil pero no creo que sea así. ¿Dime, alguna vez has trabajado con algún discapacitado?¿Sabrías cómo lidiar con sus necesidades? No digo que no puedas hacerlo pero creo que es una tarea delicada que requiere demasiada responsabilidad, no estoy seguro si al menos yo podría enfrentar algo así.

Asentí, pensándolo, callado y en silencio. No dije nada al respecto por un rato, solo seguimos con nuestra tarea, recorriendo cada uno de los cincuenta y tres edificios principales del campus universitarios, desde cada facultad, pasando por las bibliotecas, hasta las pequeñas cafeterías. Toda la mañana y parte de la tarde se nos fue en ello. Para cuando llegó la hora del almuerzo estábamos simplemente exhaustos. Lo peor de todo es que se que más de la mitad de todos los volantes fueron a parar en la basura. Ya que se iba a hacer, nosotros cumplimos con nuestra labor de transmitir la información.

Invite a JiMin un gran y delicioso plato de Japchae

en un popular restaurante a las afueras de la universidad, famoso por sus ricos platillos a un accesible precio para nosotros los jóvenes estudiantes. Comimos tranquilamente y al final, los dos ya satisfechos nos despedimos para ir a nuestras respectivas casas. Lo primero que hice al llegar a casa fue tirarme en la cama, con las piernas y brazos adoloridos, demasiado ejercicio por al menos las siguientes tres semanas. Cerré un momento los ojos, removiendo el cuerpo suavemente, entonces sentí el pequeño bulto en el bolsillo trasero de mi pantalón. Saqué la hoja amarilla torpemente doblada, definitivamente las cosas de arte en papel doblado no eran lo mío. Alice lo mas que pude el volante antes de empezar a leerlo. Lo contemple por bastante rato, demasiado de hecho. Pensando si sería una buena idea esto de ser voluntario, analizando con cuidado las implicaciones. Le seguí dando vueltas al asunto una y otra vez hasta decidirme firmemente. Mire la dirección y después al reloj, según el horario impreso aun estarian a media clase. Empuje mi cuerpo hasta obligarlo a levantarse y caminar. Me hice de las llaves del auto y subí listo para arribar lo más pronto posible a mi destino. El GPS de mi celular decía treinta y cinco minutos de camino que se volvieron cincuenta cuando a medio camino me tope con una desviación a causa de un accidente menor entre dos autos.

Finalmente con prisa y después de dar con el edificio correcto, llegue al primer piso, donde me dijo el guardia se hallaba el estudio.Una gran puerta de madera, abierta de par en par me dio la bienvenida, entré con sigilo, al fondo amplias ventanas dejaban ver el atardecer, el lugar estaba lleno de mesas, estantes y muchos caballetes, pero ninguna persona a la vista. El ruido de cosas moviéndose me dijeron que aún debía haber alguien y estuve en lo correcto. Una mujer de mediana edad, algo así como de los años de mi madre, salió de una pequeña oficina al fondo. Apenas me vio ella sonrió.

— ¿Puedo ayudarte en algo? — Preguntó acercándose hasta mí, hice una reverencia a modo de saludo.

— Me llamo Jung HoSeok. — Dije presentándome antes que nada. — Yo vine por los talleres de arte, quiero ser voluntario.

— Oh, eso me alegra muchísimo. — Sonrío mucho más amplio arrugando sus ojos. — Ahora mismo el taller ya ha finalizado pero mañana mismo te nos podrías unir si así gustas, es de cuatro a seis y media, ¿Está bien para ti ese horario?

— Sí, por supuesto. — Asentí con energía. —Mis clases son hasta las dos, me da tiempo de sobra venir.

— Oh ¿qué estudias?

— Artes plásticas. — Le sonreí amplio anticipando la respuesta que obtendría.

— ¡Eso es maravilloso! — Exclamó dando un aplauso. — Serás perfecto para esto, una gran ayuda para todos nosotros.

Después de eso la mujer se presentó conmigo como Shim HyeJin pero a su insistencia termine por llamarla solo Hye. Era una persona bastante amable y agradable, mientras hablaba con ella no pude evitar pensar que mi hermana sería muy parecida a ella cuando llegara a esa edad. Me platico a grandes rasgos las tareas que se hacían alli y el tipo de actividades que manejaban. Eran al menos veinte personas que asistían al taller con regularidad, dos maestros y cuatro voluntarios, yo incluido. Había niños, jóvenes e incluso personas adultas como alumnos, todos segun entendi, con sus propias particularidades. Hye me dijo que no me preocupara, que lo tomara con calma, pues ella me enseñaría lo que era indispensable saber, también, dado que yo era un estudiante de artes especializado en dibujo y pintura me pidió que le apoyara mayoritariamente en esa área, acepte con gusto. Me enseñó unas cuantas cosas del taller y finalmente me acompañó hasta la salida del edificio. Nos despedimos brevemente y cada uno fuimos por nuestro camino, con la promesa de vernos al siguiente día.


La mañana llegó con su habitual color rosa y un nuevo día comenzó conmigo saliendo de casa para ir directo a mis clases. Entregué lo poco de tarea que pude hacer y me concentré en poner la máxima atención para compensar la falta de estudio del dia anterior. Tomar clases de teoría como historia y esas cosas me aburrían demasiado, mis momentos favoritos eran cuando pasabamos a las aulas donde trabajamos en los diferentes proyectos, pintura, fotografía y escultura. Todo eso me gustaba, pero como habrán entendido mi favorita era pintar. El día pasó bastante rápido y cuando menos me dí cuenta ya era la hora del almuerzo. En mi camino al estacionamiento me encontré con JiMin y su risueña mirada.

— Hyung. — Me llamó mientras caminaba para encontrarse conmigo, junto a mi auto. — ¿Comemos juntos?

— Claro. — Dije señalando a la puerta del copiloto, pidiendo que subiera conmigo. — ¿Fideos? — Pregunte mientras ponía en marcha el auto.

Él asintió, conduje y comimos en el mismo lugar del día anterior. Comí no demasiado de prisa pero tampoco me detuve demasiado en las charlas de JiMin como habitualmente hacía, quería pasar a casa y cambiarme de ropa antes de ir al taller.

— Hoy estás muy callado. — Me dijo medio sorbiendo y medio masticando.

— Tengo el tiempo medido, espero pasar a casa antes de ir al taller.

— ¿Te vas a unir? — Pregunto un tanto sorprendido, asentí sonriendo. — Que bien… Uhm, suerte, supongo.

Agradecí y seguí comiendo, se que JiMin aún no estaba convencido de mi como voluntario en esas clases, pero yo estaba más que convencido de que era una tarea que yo bien podía hacer y en dado caso que no pues al menos lo habría intentado. Deje a JiMin pidiendo un postre junto con el dinero que correspondía a mi parte de la comida. Él me despidió animado y yo correspondí. Pase a casa, me cambie las ropas por algo más casual y decente en comparación a la ropa que suelo usar para la escuela, un par de vistazos al espejo y cuando estuve satisfecho solo tome un poco de dinero, las llaves y me fuí. Aquella vez si pude llegar con el tiempo indicado en el mapa, incluso un poco antes.

Estacione el auto un par de calles antes, encontrar espacio en el centro de Seúl es una verdadera proeza. Fui con toda tranquilidad hasta el estudio. Solo unas cuantas personas encontre allí. Pude conocer a los demás voluntarios, todos bastante agradables, me dieron cestas de plástico con un montón de utensilios de pintura y me indicaron dónde colocarlos, de a pocos fueron llegando las demás personas, una niña en silla de ruedas junto a su madre, una pareja de adultos, ambos sordos, un chico Down con su hermana mayor, algunos más con discapacidad intelectual y otros con pérdida parcial o total de la vista. No voy a negar que después de la primera impresión un nudo se formo en mi garganta, es que me pareció tan injusto, la vida en general no resulta fácil para algunos como para que el destino decidiera que debía ser aún más difícil para otros .

Todos tomaron asiento en las mesas del centro y a indicación del profesor y la profesora yo tambien me les uni. Todos hablaban entre sí, incluso uno de los voluntarios movía rápidamente sus manos en lenguaje de señas para hablar con la mujer mientras su esposo reía, supuse que era alguna especie de chiste. Creí que ya estaban todos presentes cuando una mujer apareció en la puerta con un par de chicos tomados a cada una se sus manos. El chico alto y de cabello negro divagaba la mirada sin levantarla del suelo, no sabía mucho al respecto solo algo demasiado básico pero concluí que padecía de espectro autista, pronto descubrí que tenía razón, la maestra lo saludo como SeokJin, su nombre. El otro joven lucía demasiado ordinario a primera vista, vestido pulcramente, con su cabello liso y ordenado, una piel pálida y nivea. Delinee su rostro, con rasgos tan finos que sería una estupidez que nadie voltease a verlo. Unos anteojos de armazón negra descansaban sobre el puente de su nariz, entonces lo note. Sus ojos estaban fijos en ninguna parte, inmóviles y de un color azul grisáceo, casi transparentes. Cuando la mujer lo guió hasta una de las sillas pude confirmarlo, estaba ciego. La mujer besó su cabeza sacando media sonrisa al muchacho.

— Divierte, no olvides que la madre de Jin será quien los recoja. — Dijo suavemente. — ¿De acuerdo?

— Claro, mamá. — Respondió asintiendo con media mueca.

La mujer se despidió amena y rápidamente antes de salir camino a las escaleras. Después de eso la señora Shim dio la bienvenida a todos. Me hizo ponerme de pie y me presento con todos, no dijo mucho, en realidad solo mi nombre y mi puesto como voluntario. Todos los demás empezaron a presentarse, nombre, su interés preferente por el arte y finalmente la discapacidad de la que sufrían. Casi todos se presentaron por cuenta propia, excepto el matrimonio de sordos y el chico autista, Kim SeokJin, los otros voluntarios fueron quienes hablaron por ellos. Finalmente llegó el turno del chico pálido.

— Soy Min YoonGi, me gusta pintar, ciego. — Dijo sonriendo y con una pequeña risilla. — Y es un gusto conocerte HoSeok.

Y se que tal vez haya sido una completa locura o una estupidez por parte mía, pero cuando terminó de pronunciar mi nombre, puedo casi jurar que me miro a los ojos. Tal vez solo fui yo quien lo miro.

Lo mire a él.


*Hoobae: es aquella persona, sin distinción de género ni edad que es menos experimentada en algún ámbito en específico, por ejemplo un Idol junior que lleva apenas unos meses en la industria de la música es Hoobae de aquellos que llevan muchos años como Idols senior.

*Japchae: Platillo popular coreano a base de fideos tipo celofán y batata, el toque final de este plato dulzón se lo da el salteado con aceite de sésamo.

22 Mart 2021 19:05 2 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
32
Sonraki bölümü okuyun Dos

Yorum yap

İleti!
Domenica I Domenica I
Ni bien empiezo ya me gustó la historia :)
April 19, 2021, 19:40

~

Okumaktan zevk alıyor musun?

Hey! Hala var 32 bu hikayede kalan bölümler.
Okumaya devam etmek için lütfen kaydolun veya giriş yapın. Bedava!