prettyfemalegx Mar 🤍

"El cielo te envío conmigo, Taehyung." En donde Jungkook es flechado por Cupido por primera vez. O por su costosa copa de champagne por milésima vez. | Taekook/Vkook | Omegaverse. | Mención de otras parejas | Prohibida cualquier adaptación u copia | Uso de lenguaje colonial y contenido explícito


Hayran Kurgu Sadece 18 yaş üstü için.

#romance #comedia #bts #vkook #taekook #boyslove #boyxboy #btsfanfic #taehyung #jungkook
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okuma zamanı
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p r o l o g u e | bootles of bubbles

botellas de burbujas



Los tacones de los diferentes Omegas en aquel sudoroso lugar se escucharían contra el piso de la pista central de baile sino fuese por la alta música resonando en las bocinas. Las mujeres en sus altos zapatos de aguja y los hombres con sus botas de grueso tacón -que les daba un aspecto ligeramente más sofisticado que a las mismas féminas- bailaban con esas coquetas sonrisas en sus rostros tentando a más de un Alfa de por allí.


Addiction de Doja Cat sonaba en los altavoces del club nocturno. La nueva famosa cantante que se hizo conocida por una canción repetitiva en la plataforma de Tik Tok.


El sudor combinado con el calor proporcionado de las hormonas alborotadas que expulsaban los adultos inundaba el ambiente.


La saliva se compartía allí como juguete en jardín de niños.


Los aromas naturales, artificiales y paradisíacos de los Omegas, Betas e inclusive Alfas podrían marear a cualquiera que no estuviese acostumbrado a ese ritmo de vida alocado.


Botellas de Champagne MOËT eran destapadas en el aire por los Omegas eufóricos y expectantes de una noche inolvidable, ya sea por al fin haber subido de puesto en el trabajo, haber ganado la lotería, u haber terminado con el acosador -tóxico- del novio. La espuma de las costosas botellas de burbujas manchando de manera cómica sus ropas, pero ignorándola de igual forma por el alto estado de ebriedad.


Otros por su lado estaban aprendiendo de la anatomía humana en los baños, el estacionamiento, y… Oh. En la pista de baile ni se diga. Pobre alma inocente que hayan arrastrado a ese lugar con excusas falsas de que se divertiría más en ese club que en su hogar horneando pastelillos.


Algunos sensibles seres despechados en la barra llorando por sus ex parejas a mares, contándole sus “tristes” vidas al pobre barman que quería salir corriendo a ver películas de Netflix en su casa con sus siete gatos.


Aunque...


Ninguno de esos casos era el de Jeon Jungkook.


Amante de las más descabelladas noches, de los tríos, de derrochar dinero, de embriagarse hasta no recordar nada, de besarse con media fiesta, de botar la casa por la ventana, en fin, ustedes entendieron.


Je.


Simplemente bebía de su copa del costoso champagne en una de las altas mesas alrededor de la pista de baile, con una mueca indescifrable adornando sus perfectas facciones, el pequeño tacón de sus negras botas Prada golpeándose en muestra de ansiedad contra la cerámica blanca que era el piso, repetidas veces de una forma rápida y rítmica. No, en definitiva no estaba celebrando como esos estúpidos hormonales que lo ponían de peor humor, bebía del alcohol espumante porque tenía un ánimo de “mírame y no me toques”.


Tragó su noveno sorbo del líquido con amargura sintiendo su garganta arder y observando con sus orbes cafés a una pareja besándose en frente de él, o, mejor dicho, lamiéndose la cara como perros, porque eso no era besar. Eso era ser un salvaje canino, no. Ni lo cachorritos eran tan salvajes como para compararlos con esas bestias.


Aunque si lo piensa bien, él también besaba así cuando era cuestión de una sola noche.


Ugh.


Jamás volvería a confiar en un hombre.


Dio otro sorbo apretando el fuste de la copa.


Sexta vez que Jungkook quiere iniciar una relación seria, puta.sexta.vez. Y no resultó, no duró ni dos meses.


Él normalmente tiene sexo con quién le da la gana -en sus épocas de "semisolteria" claro está- pero que cuando no quiera algo de una sola noche lo traten de muñequito de trapo no es aceptable para él.


No.


Nunca.


Jamás.


Primero muerto a destruido.


Él es el magnífico Jeon Jungkook, cuerpo de infarto, editor de EGO Korea, la revista de moda más importante en todo el maldito continente asiático. Las mejores marcas lo contactan a él para aprobar sus desfiles de época de temporada. ¡Aprobar! ¿Siquiera sabes el peso que tiene su palabra?, Una arruga en el medio de sus perfectas cejas y el vestido verde vómito va afuera de la pasarela de otoño de Versace.


Sí.


Así de importante era esa revista.


Porque él era la voz. Él era el que tomaba la decisión de si hacer que el desfile fuera una bomba de dinamita explosiva cargada de estrellas para todo el mundo o un lamentable pastel de zanahoria quemado que no supieron hornear.


¿Por qué coño se dejaría pisotear por un imbécil que le montó el cuerno con su secretaria?


Quiso dar otro sorbo, sin embargo, puso la copa de cristal con mala gana en la superficie de la mesa al ya estar evidentemente vacía. Uh, iría a buscar otra.


¿Mencionó que estaba en ese club porque era una fiesta en la que celebraban la nueva adquisición de la revista en Shanghái?


Porque ya quiere irse a su camita con sus almohadas de plumas cubiertas de sábanas de seda, anhela colocarse su sudadera de algodón vieja y arrugar los dedos de sus piecitos en su cobertor.


—Jungkookie.


Pero él era un estúpido.


¿Enserio tuvo que haberse fijado en el CEO de la revista?


Sus rosados labios dibujaron una línea recta en disgusto por las náuseas que le provocó el escuchar ese seudónimo cariñoso salir de la sucia boca de su ahora ex novio. Parpadeó una sola vez antes de virar su cuello a la derecha con ligereza, lugar donde el imponente Alfa yacía de pie con una cara de terror puro.


«Oh sí hijo de puta, te vi.» Pensó el Omega captando la mirada nerviosa del mayor por cuatro años.


—Jungkookie, ¿Qué haces aquí sentado?


Jungkookie enseñó su perlada dentadura en sarcasmo.


—¿Qué haces aquí estorbando? — Sus dedos tintinearon en el cristal de la copa vacía —. No me digas que ya te atragantaste con Irene.


La mandíbula gruesa del Alfa se desencajó al escuchar ese nombre. Dio un paso hacia atrás anonado.


—¿Có-


—Cariño, deberías saber que los baños son públicos y muy poco prácticos para un CEO. — Jungkook hizo un puchero falso.


—Déjame explicarte, Kook. — Pidió el hombre dueño de cabellos rubios.


¿Explicar?


¿Explicar qué? ¿El que Jungkook quería ir a retocarse el labial en sana paz y tuvo la espectacular sorpresa de verlo a él follando con su secretaria en el puto baño?


No, Jungkook jamás caería tan bajo por pedirle explicaciones a un imbécil gilipollas que piensa con el pene. Primero él, segundo él y tercero él. No se dejaría engatusar con patéticas excusas u explicaciones que griten “Estaba borracho” pero que callen “Me la quise coger”, porque en los ojos del CEO no había ningún indicio de alcohol.


¡Ah! ¡Los Alfas son tan estúpidos!


El Omega se levantó de su cómodo asiento, acercándose al mayor, sus labios rosados curveándose en las esquinas en una sonrisa cínica al estirar sus manos mínimamente para arreglarle con descaro la corbata negra al rubio. Su mirada resplandeciente con burla e indignación.


—Seojoon no seas bobito, sé que te gustan los culos pequeños y desesperados — Lo miró a los ojos con un deje de diversión sacudiendo con delicadeza las solapas del saco como si tuvieran polvo —. Por eso no mereces el mío.


—Jungko-


—Nos vemos en la oficina mañana, amorcito.


Jungkook le palmeó el hombro amistosamente pasándole por un lado para irse de allí, pero la mano masculina del miserable de Seojoon lo detuvo por la muñeca bruscamente, haciéndole rodar los ojos con irritación y bufar para después mirarlo de reojo nada más.


—¿Estás terminando conmigo? — Se atrevió a preguntar el intento barato de Playboy.


El de iris café enarcó una ceja inclinando levemente su cabeza inquiriendo indiferente: — ¿Qué estoy terminando si jamás empecé nada?


Seojoon apretó la mandíbula.


—Te vas a arrepentir, si sigues jugando, Jungkook. — Musitó entre dientes como una serpiente venenosa.


Bah, por eso es que Jeon desea tirarse de un rascacielos para caer en picada al pavimento y no abrir los ojos nunca. Su peor error fue enredarse en las sábanas de su jefe.


El muy hijo de puta intento de Playboy falso lo estaba amenazando en una indirecta.


«Buh, tu pene ni es tan grande.»


—Amorcito, no me amenaces, que el que saldrá perdiendo varios millones de dólares serás tú si me quieres despedir. — Se soltó del agarre.


Era cierto, EGO Korea era lo mejor que había gracias a Jungkook, si él se iba, inevitablemente la revista caería de donde el Omega la había posicionado gracias a su astucia, esfuerzo e innovación.


—¡No permitiré que me hables así! ¡Yo soy el que te hará perder tus miles de dólares!


Que DramaQueen.


—Seojoon, sal de tu imaginación que no es bueno estar allí — El dueño de cabellos castaños lo miró con lástima claramente fingida —. Y se un poquito más profesional, por Dios.


Antes de que el Alfa abriera la boca otra vez, Jungkook fue más rápido alejándose a toda prisa del área cercana a ese malnacido, llevándose a demasiadas personas por delante y uno que otro empujón o insulto extraño, hasta piropos más usados que un pañal, pero no le importaba, le habían arruinado la noche de todas maneras. Lo único que haría seria largarse de allí de una vez por todas.


Pero la gota que derramó el vaso fue el vino rojo en sus pantalones blancos Celine.


Sus.


Pantalones.


Blancos.


—¡Oh por Dios! ¡Jungkook!


Casi endemoniado, subió la mirada de la escandalosa mancha carmín en la tela de su pantalón hasta el Omega de curiosos cabellos rosados frente a él, quién movía las manos con nerviosismo marcado sacando servilletas de Dios sabrá dónde para intentar limpiarlo torpemente. Claramente empeorando la situación pues la mancha se agraviaba con cada desliz de la servilleta.


—¡Lo lamento! ¡Estaba distraído!


En la mente de Jungkook, el algodón de azúcar viviente siempre estaba distraído, enserio, siempre. Así que decidió hacer su acto de caridad del año, teniendo misericordia con un ser sin culpa de su pésima vida personal.


—No importa, Jimin.


El aludido detuvo sus temblorosas manos alejándolas de inmediato de los pantalones blancos con la espectacular obra de arte recreada con vino real. Subió sus ojos azules hasta la cara llena de fastidio de su superior, uy, ¿Estaba pasando una mala noche?


Jimin era conocido en el decimosexto piso del edificio de la revista como el señor algodón de azúcar con una sonrisa en la cara, ya que, él trabajaba en ese lugar, la hermosa zona de edición. Era uno de los asistentes de Jungkook, básicamente su secretario número uno, el único que había aguantado todos sus dramas mentales y las constantes jaquecas que daba el tratar con Jeon.


Así es, unicornio era su asistente, Jeon todavía se preguntaba por qué no lo había sacado de su oficina a patadas apenas entró con su tierna sonrisita de ‘eyesmile’ acompañada de unas flores del jardín de su abuelita.


Tal vez fueron las petunias llenas de tierra, torpemente juntadas en un arreglo -porque Jimin las arrancó de último minuto- que llevó el Omega que hicieron al castaño dejarlo como su asistente. Además de que Park tenía unas manos bendecidas para anotar.


Era gracioso como escribía en su cuadernito amarrillo chillón con dibujos de pollitos todo lo que Jungkook decía, hasta sus horarios de ir al baño.


¿Asqueroso? No. Porque Jimin decía que ser precavido valía por dos.


—¿Estás bien? ¿Quieres que te pida algo? ¿Agua? ¿Alcohol? ¿Comi- Ah no espera, aquí no venden comida — Jimin hizo una mueca unos segundos hasta que chasqueó los dedos con una sonrisa de satisfacción —. ¡Ya sé! ¡¿Quieres una BigMac?! ¡Hay un McDonald's a una cuadra! ¡Yo corro rapidito! ¡Seré como rayo McQueen!


La cara del castaño se arrugó.


—¡¿Cómo me vas ofrecer eso?! — Vociferó con miedo puro.


Park Jimin realizó un mohín con los labios.


—Yo ahorita no cargo el suficiente dinero para llevarte a un restaurante caro, pero te prometo que la BigMac te llenará.


—¡Dios! ¡Jimin no es por eso! — Jungkook se llevó una mano a la cara para masajear sus sienes en busca de paciencia —. ¡Tengo una talla que mantener! ¡No puedo ir por la vida comiendo hamburguesas!


—Uh... ¿Entonces quieres agua? Te saciará al menos.


—¡No tengo hambre!


—¡¿Qué quieres entonces?!


Jimin cerró la boca de golpe al ver la cara de extrañeza de su superior, metió un poquitín la pata, pero es que a veces Jungkook le saca un pocotón de sus casillas. Oh, y cuando está cerca de su celo, ¡No señor! Esos días parecía salir del mismo infierno y ser hijo de satanás.


—Lo sien-


Cortándose a sí mismo, Jimin se quedó perplejo al notar los brillantes ojos cristalizados.


¿Qué-


—¡Quiero una nueva secretaria! — Chilló el castaño como un niño —. ¡Y un buen polvo!


El Omega pelirosa sonrió con nerviosismo deseando tener una pistola para darse un tiro en la frente, se rascó con incomodidad el cuello encogiéndose en su lugar.


—Puedo hacer lo primero pero lo otro... Lo otro es como que jeje — Juntó sus manos jugando con ellas —. Lo otro es un poco complicado porque soy un Ome-


—Jimin, no te estoy pidiendo que tengas sexo conmigo. — Interrumpió Jungkook con desagrado.


—¡Oh! Eso es bueno saberlo, por un momento pensé que...— Se detuvo abruptamente observando un punto a espaldas de Jeon —. Estoy viendo al amor de mi vida.


El murmullo de Jimin fue lo suficientemente llamativo para Jungkook, puesto que se giró en la dirección por la cual se deleitaba el otro y...


Uh la la.


Vaya que se deleita.


Justo a unos metros de la barra, un atractivo Alfa de penetrantes orbes examinaba el perímetro visual del lugar como si buscase a alguien.


Venía de paso, no se quedaría en ese lugar, lo delataba el abrigo estilo gabardina negro largo. Era alto, de cabellos azabaches negros u castaños oscuros con leves rizos por lo que se podía diferenciar entre las luces neón del techo, se humedeció los labios lentamente, concentrado en su tarea de búsqueda, su piel canela quedó en contraste por una luz neón amarilla que lo iluminó por un santiamén.


Uh.


Ya Jungkook entendía todo.


Por hombres como ese Adonis era que él nunca dejaría enamorarse.


—No tengo que ver debajo de esa gabardina para saber que está buenísimo — Musitó Jimin arrugando triste sus cejas y mirando el techo con sentimiento —. Necesito que me caiga del cielo uno igual porfis. Yo me porto bien.


¿Había mencionado que Algodón de azúcar era un descarado? ¿No?, Porque Park Jimin era completamente un libro abierto.


Sobre todo, cuando ve a su amor platónico u crush intergaláctico imposible con complejo de Iceberg -como le llama él- Min Yoongi, el director de marketing y finanzas de la empresa. Pobre Alfa, cada vez que cruzaban por el ascensor o en algún lado del edificio de la revista, Jimin se encargaba de... simplemente hacerse notar.


A su manera claro está.


Entonces el Omega se acordó de su Alfa que no había asistido a la fiesta por obvias razones de complejo de témpano eterno.


«No Jimin. Yooniebu algún día te dirá que te ama con la intensidad de mil soles y tú tienes que estar soltero cuando pase.»


Asintiendo satisfecho por los pensamientos en su tierna mente, infló sus mofletes olvidando totalmente a la persona para que trabajaba; dando unos pasos hasta empujarlo sin querer haciéndolo casi caer al suelo si no fuera porque le jaló la mano.


Uff~ — Suspiró aliviado de haberlo jalado a tiempo.


Sin contar con los orbes asesinos que le dirigía su jefe con personalidad 4D.


El pobre Jimin deseó con todo su corazón que lo tragara la tierra y lo escupiera en Dubai con su Yooniebu.


Jungkook pensó realmente si también tenía que despedir a Jimin por exceso de torpeza.


Empezando a ignorar al hermoso hombre, fulminó con la mirada al que seriamente estaba comenzando a considerar si valía la pena la paga como secretario de Señor Bipolaridad o ir a pasear perros en su vecindario.


Sin percibir que el alto hombre comenzaba a caminar en su dirección.


—¡Ji-


—¡Baekhyun!


Oh por Dios.


Esa voz era como tener un orgasmo mágico instantáneo en tu sentido de audición.


Jungkook se quedó helado en cuanto aquellos ojos lo miraron de reojo, sin embargo, su ensoñación no duró mucho ya que se fijó en un punto a sus espaldas sonriendo con dulzura.


El dueño de exquisito tono grave les pasó por un lado hasta llegar a un Omega bajito que lo veía con fastidio, al parecer el Omega le estaba gritando algún insulto debido a la exagerada forma en la que se expresaba, abriendo exageradamente la boca con una mueca de molestia, más el azabache ni se inmutó siguiendo con esa hechizante sonrisa cuadrada.


Se quitó la gabardina dejándola en los hombros más pequeños y Jungkook se sintió morir por lo afortunado que era el que pudiera ver lo perfecto que se veía con ese suéter blanco de cuello tortuga.


Aparentemente el príncipe azul vino a recoger a su damisela en su corcel.


El de sonrisa perfecta comenzó a caminar con el tal 'Baekhyun' en la dirección por la cuál era la salida del lugar, pasándoles por un lado otra vez, claro está.


Aunque por cosas de la vida, por la oscuridad del club, o cualquier jodido motivo. “Baekhyuncito” pisó su piecito, y, por consecuente, le echó lo que sea que estuviera en su vaso, esta vez en la camisa Ralph Lauren. Claro. Está.


Jimin abrió sus párpados en demasía viendo el típico gesto de molestia de el castaño, apoyar la lengua de su mejilla interna.


¡Ups!


«¡Al menos no fui yo! ¡No tendré que ir a pasear los perros de doña Dolores! ¡HA!»


Algodón de azúcar se obligó con toda su voluntad a no sonreír en triunfo, en serio, usó todas sus fuerzas.


—¡Lo siento! ¡Perdóname! ¡No te vi!


Mientras que Jungkook anotó esa noche como un viernes trece para él. Literalmente.


—¡Oh Dios! — Gritó asustado el culpable de la mancha reconociendo al famoso editor —. ¡Usted es el editor Jeon!


El Omega no hizo más que parpadear consecutivas veces para no explotar tal como una bomba atómica. Inclinó levemente su rostro a la izquierda con una sonrisa más falsa que su espléndida vida amorosa.


Sí, así de falsa.


—Baekhyun, ¿No? — Preguntó cerrando los ojos preparando sus insultos.


Pobre chico. Pagaría las rabias del frustrado editor, rabias que ni Jimin detonó.


«Agradecido con el de arriba.» Pensó Park contemplando al castaño relamer sus labios lentamente antes de abrir la boca.


—Tú-


—Perdone a mi hermano menor, señorito...


Los orbes café oscuros salieron a la luz neón de golpe escuchando el timbre masculino, diablos, de veras era como magia. Miró de soslayo al alto Alfa a unos metros de él con una mueca apenada y se dio una bofetada mental por casi CASI pasar vergüenza en frente del único al que él no le diría intento de Playboy barato.


Es más, ¡Él encantado se disfraza de conejito!


Uh, necesita un polvo urgente.


Todo por un Adonis como ese Dios Griego en frente.


En fin, regresando a la realidad.


Sus labios formaron una línea coqueta olvidando el incidente a propósito, quedándose un segundo en las nebulosas que era el observar a tal espécimen hermoso, antes de carraspear.


—Jungkook, Jeon Jungkook. — Se presentó pestañeando con coquetería.


Puso la primera prueba.


Tenía que ver la actitud del Alfa con claridad.


Si un hombre te dice su nombre correspondiendo a la mirada cómplice y a la sonrisa coqueta apenas le das a conocer el propio, está interesado de manera meramente sexual.


Es decir que es un cachondo de mierda.


En cambio, si él-


—Señorito Jeon — Asintió mirando a su hermano de reojo —. Lamento los inconvenientes, pero estoy apurado — Explicó con simpleza —. Espero que disfrute su noche y otra vez, perdón por lo de su camisa.


Si él te corta tensión sexual antes de que siquiera surja. Cuídalo. De esos hombres no existen.


Porque son los que quieren una relación llena de flores y corazones.


El azabache al decir esas palabras, solamente dio una reverencia de disculpa y siguió su rumbo a la salida con el mancha camisas 3000.


—Baekhyun, Baekhyun, Baekhyun, Mhn... — Jimin se acomodó el mechón rebelde en su frente, entonces abrió la boca en una perfecta 'O' y chasqueó los dedos —. ¡Eureka!


Jungkook no dejó de observar el camino por el cual su futuro esposo -que no sabía que era su futuro esposo- se había ido, con la esperanza que se regresase para proponerle matrimonio y escapar a las Vegas para vivir una vida loca.


Dios Santo.


¿Estaba mal enamorarse a primera vista de un Alfa que prácticamente te pateó la cara con tu intento de acercamiento ridículo?


Porque Jungkook sería mil veces masoquista.


—¿Por qué dices "eureka"? — Cuestionó sin prestarle mucha atención.


—¡Kim Baekhyun! ¡Es el nuevo secretario de Yoongi! ¡Significa que ese Dios Griego es Kim Taehyung!


"...Mi hermano menor."


El editor se giró bruscamente a su asistente.


—¿Cómo sabes su nombre? — Murmuró incrédulo —. ¿Tanto acosas a Min Yoongi que sabes la vida de todos los que se relacionan con él?


Jimin agradeció una vez a cualquiera que lo escuchara porque el rubor en sus mejillas no se viera en la oscuridad lasciva del club.


—¡No! — Negó automáticamente girando la cabeza muchas veces con pena —. Me llegaron sus currículums porque los dos aplicaron para el puesto de secretario en la empresa, a Baekhyun lo seleccionaron en Finanzas por sus estudios en contaduría, pero a Taehyung no lo han llamado.


En ese momento uno de los meseros barman iba caminando con una bandeja repletas de copas de Champagne. Y Jungkook literalmente casi agarra cuatro copas.


Pero Jimin nada más lo dejó agarrar una.


Unicornio lo cuidaba mucho.


—¿Dices que no lo han llamado? — Indagó el castaño dándole un sorbo a su bebida lanzándole dagas con los ojos al más bajito.


—No, nadie necesita uno.


El dueño de orbes azules se mordió los labios dándole palmadas en la espalda a su jefe que se había ahogado al segundo trago, escupiendo graciosamente.


—¡¿Cómo que nadie necesita uno?! ¡Yo necesito uno! ¡Algodón de azúcar mal pintado! — Gritó rabioso.


—Pero no has despedido a Irene formalmente para tener un vacante a ese puesto.


Ay Jimin, a ti te encanta jugar con fuego.


—Esa perra con diminuto culo no volverá a pisar mi oficina.


Aquí hay gato encerrado.


Park entrecerró sus ojos empezando a entender la cara larga y las posibles lágrimas de cocodrilos de minutos atrás.


—Contrátalo. — Ordenó plano Jeon.


—¡Ni siquiera has leído el currículum de Kim Taehyung! — Se quejó Jimin mordiendo una de sus uñas —. ¡¿Y sí es un narcotraficante en secreto?!


El editor de EGO dejó el vaso de cristal en una de las mesitas cercanas antes de echarse algunas hebras marrones de su cabello para atrás dándole una última mirada a su asistente para salir del club e ir a dormir como un osito en su camita.


—Quiero a ese hombre en mi oficina el lunes, así que mejor empieza a mover tus contactos, unicornio.


Y fue allí cuando Jeon Jungkook se preguntó si la copa de un Champagne ridículamente costoso con la que ahogaba sus penas le hizo efecto.


O si habían echado algún tipo de droga en sus varios tragos.


O si Cupido le había apuntado con su arco por séptima vez.

𝐁𝐚𝐛𝐲, 𝐜𝐚𝐧 𝐲𝐨𝐮 𝐛𝐫𝐞𝐚𝐤 𝐭𝐡𝐞 𝐜𝐮𝐫𝐬𝐞?

𝐈'𝐦 𝐬𝐨 𝐠𝐨𝐧𝐞, 𝐈 𝐛𝐞𝐥𝐢𝐞𝐯𝐞 𝐢𝐧 𝒎𝒂𝒈𝒊𝒄

𝐈 𝐚𝐦 𝐚𝐝𝐝𝐢𝐜𝐭𝐞𝐝, 𝐚 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞

𝐔𝐧𝐝𝐞𝐫 𝐭𝐡𝐞 𝐢𝐧𝐟𝐥𝐮𝐞𝐧𝐜𝐞, 𝐚 𝐥𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞



-Mar.

13 Haziran 2021 22:20 2 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
5
Devam edecek... Yeni bölüm Her 15 günde bir.

Yazarla tanışın

Mar 🤍 Bɪᴇɴᴠᴇɴɪᴅᴏ ᴀʟ ᴍᴜɴᴅᴏ ᴍᴀ́ɢɪᴄᴏ ᴅᴇ Mᴀʀ 🔮 𝑫𝒐𝒏𝒅𝒆 𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒆𝒏𝒈𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒅𝒂𝒓 𝒆𝒔 𝒊𝒏𝒇𝒊𝒏𝒊𝒕𝒐 🌬️Y lɑ imɑginɑción serɑ́ tu mejor compɑñíɑ 𝗣𝗲𝗿𝗼 ¡𝗦𝗵𝗵! ¡Nᴏ ʟᴇ ᴅɪɢᴀs ᴀ Tᴀᴇʜʏᴜɴɢ ϙᴜᴇ ᴇsᴛᴀ́s ᴅᴇɴᴛʀᴏ ᴅᴇ ᴛᴜ ɪᴍᴀɢɪɴᴀᴄɪᴏ́ɴ﹗ 𝐄𝐬 𝐮𝐧 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨 ☁️☄️ ¡Si quieres ayudar a la personita detrás de esta cuenta puedes comprar un girasol! 🥺🌻 https://www.buymeacoffee.com/prettyfemalegx Cuenta de Wattpad: https://www.wattpad.com/user/PrettyFemalegx

Yorum yap

İleti!
Abril Vk Abril Vk
Re bueno 🤠
January 12, 2024, 17:19
Ariam Ariam
Deseando ver cómo continua😉🌺
November 04, 2021, 12:48
~