¡Hasta siempre! Hikayeyi takip edin

¿Qué es este lugar? Todo es oscuro y tranquilo, puedo escuchar mis pensamientos, no siento dolor, tristeza o algún sentimiento ya… Estoy muriendo, ¿Verdad? Jamás imaginé que llegaría tan pronto. En mi corta vida escuché de los humanos decir que nosotros tenemos 7 vidas, no tengo recuerdos pasados de haber muerto en este mundo podrido. Alegan que nosotros somos los animales por no tener el mismo razonamiento, tienen razón, no somos tan inteligentes como ellos, pero tampoco son superiores; matan por diversión o beneficio, incluso ambos, pero nosotros solo lo hacemos para alimentarnos. Animales y humanos, que diferentes somos. Mi madre me enseñó a respetar, cuidar la vida de todos los seres vivos, ojalá se lo hubieran dicho a esos niños, antes de meterme en una bolsa, golpearme y dejarme en la lluvia… ojalá se los hubieran enseñando. ¿Cuánto tiempo llevaré aquí? No lo sé, lo único que sé es que cada vez comienzo a olvidar mis recuerdos vividos, no estoy triste, al contrario, estoy feliz. Cuando pedía alimento lo único que recibía eran patadas o agua en mi cuerpo, no es justo. No puedo hablar como ellos, no puedo hacer lo mismo que hacen, lo único que deseaba era comida no molestarlos y a pesar de eso, jamás sentí compasión alguna, es triste, pero fue así. Lo único que deseo es descansar, lo único que quiero es olvidar.

—¡Alex, ayúdame por favor! —dijo una voz desesperada—.

—Abril ten cuidado, tómalo con delicadeza —contestó angustiado—.

—Yo me encargo, tú manejas —dijo ella mientras levantaba mi adolorido cuerpo—

No puedo abrir mis ojos, ¿Quiénes son? ¿Quieren seguir golpeándome? Háganlo que ya estoy muriendo.

—¿Por qué hay gente tan mala en este mundo? —preguntó con ira y decepción en sus palabras—.

—No lo sé Alex —respondió con una enorme tristeza—.

Apenas alcanzó a escuchar con mis oídos golpeados, ¿Se estarán burlando de mí? No, es diferente, siento tristeza en su voz, no se están riendo.

—No lo sé Alex —repitió con la voz quebrada y sus manos temblando—.

¿Qué es esto que siento caer en mi cuerpo? ¿Lluvia? No, no es eso, ¿Agua? Tampoco, entonces, ¿Qué son estas gotas? Se sienten tan relajantes, cálidas, me transmiten dolor, por alguna razón me siento inexplicablemente feliz.

—Ábreme la puerta Alex, ¡Rápido! —dijo desesperadamente—.

—¡Voy! Prepararé todo, no lo muevas mucho —contestó con apuro—.

—No le queda mucho tiempo —respondió angustiada—.

¿Qué estarán haciendo? Ya no siento aquella calidez, siento que estoy acostado en algo duro y frío, ¿Dónde estoy?

—Abril, ¿Cuánto pesa? —preguntó él con prisa—.

—Un kilo y medio —respondió ella rápidamente—.

—¿Estado? —cuestionó preocupado—.

—Crítico... —contestó abrumada—.

—No tenemos tiempo, colócale la anestesia necesaria —dijo sin dudar—.

¿Qué fue ese piquete? Pensé que ya no podía sentir más dolor. Quisiera ver una última vez, quisiera verlos.

—Hola amiguito, abriste los ojos, lo siento por eso pero era necesario —dijo él con amabilidad—.

En su mirada puedo notar el miedo que tenía, pero aun así me sonreía gentilmente. ¿Quién eres? Nunca te había visto pero mis ojos se emocionaron al verte.

—Te trataron como basura, te abandonaron… sé que estás cansado y lo entendemos, por eso, déjanos seguir luchando por ti —añadió acariciando mi cabeza sin dejar de sonreír—.

—Ya estoy lista Alex —dijo ella poniéndose los guantes—.

Al escucharlo, giro mi cabeza para ver el rostro de aquella voz cálida.

—Hola bebé, ya todo estará bien, es difícil de hacer, pero confía en nosotros —dijo la chica. Me miraba los ojos fijamente sin pestañear—.

¿Quiénes son ustedes?, ¿Por qué están haciendo todo esto?, ¿Por qué? Puedo observar la desesperación en sus acciones y palabras… pero mis ojos se están cerrando lentamente, ¿Así se siente ser cuidado? ¿Soy amado? ¿Por qué? No lo sé, pero por un momento en mi vida realmente fui feliz…

—Alex su pulso comenzó a bajar —dijo ella asustada—.

—¡Maldita sea! Satura las heridas, rápido —contestó desesperado—.

—No hay tiempo Alex, lo perdemos —respondió aterrada—.

… Gracias.