— Llamada entrante. 10:00 p.m. —
Él: ¿Hola?
Ella: ¿Estás despierto?
Él: Así parece —sonríe.
Ella: Así debe ser. Tengo que contarte algo.
Él: ¿Bueno o malo?
Ella: Aún no lo sé.
Él: No me sorprende.
Ella: Esta vez es diferente, te lo juro —sonríe.
Él: Más te vale. Estaba en medio del clímax de una buena historia.
Ella: Lo que te contaré también es una buena historia.
Él: Puede ser. Pero no creo que sea tan buena como la que estaba leyendo.
Ella: Eso es ficción. Lo mío es real. Así que eso lo hace más interesante.
Él: Los dramas de la realidad son aburridos. A veces se resuelven solo con irse a dormir, pero la gente se complica.
Ella: Lo dice el que cada que pelea con sus citas las deja.
Él: Eso reafirma que todo es muy fácil.
Ella: No es así.
Él: ¿Por qué?
Ella: Porque lo digo yo.
Él: ¿Y tú eres alguna especie de Dios al que nadie puede cuestionar o qué?
Ella: Lo soy.
Él: Entiendo —sonríe—. Pero mejor cuéntame tu historia. Estás dando muchas vueltas.
Ella: Tú empezaste.
Él: Ok.
Ella: Estoy cerca del faro, en Miraflores.
Él: Ajá…
Ella: ¿No te sorprende? O sea, ¡estoy muy lejos de mi casa!
Él: Sí…
Ella: No me gusta que hagas eso.
Él: Comprendo.
Ella: ¡Ya! ¡Para! O no te contaré nada.
Él: Está bien —sonríe—. ¡Wao, Amiga! ¡Está muy lejos de tu casa! ¡Qué sorpresa!
Ella: No sigas.
Él: Ok, ya —se ríe—. Dime… ¿Qué haces tan lejos de tu casa?
Ella: Salí con chico.
Él: ¿Podrías solo dar un poco más de información en cada frase, si no es mucho pedir?
Ella: Solo quería molestarte —sonríe—. Tú empezaste.
Él: A ver… si estás con un chico, no creo que esté muy de acuerdo con que me llames para decírmelo.
Ella: Le dije que eres gay.
Él: ¿Otra vez? Debería prohibirte el que hagas eso. Perdí la cuenta del número de personas que piensan que soy gay por tu culpa.
Ella: Tranquilo. Además, no está conmigo en este momento. Fue por el auto y me dijo que lo esperara aquí. Así que, para no sentirme sola, llamé a mi amigo gay.
Él: Espero que nunca se entere que te he demostrado lo mucho que me gustan las mujeres.
Ella: ¡Oye! No digas eso. Tú y yo no hemos hecho nada, recuerda.
Él: Lo decía porque has conocido a mis citas.
Ella: Sí, a eso me refiero —se ríe.
Él: ¿Y bien?... ¿Qué tal está ese chico?
Ella: Es muy guapo y atento. Me da mi espacio y compartimos mucho en común.
Él: Como yo.
Ella: No. Él es más guapo que tú —sonríe— y más atento, también. Tú me haces enojar con facilidad y él es un amor.
Él: ¿Algo más?
Ella: Hoy posaremos la noche juntos. He salido con él antes. Y le dije que quiero que nuestra primera vez sea en un hotel cerca de la costa.
Él: ¿No te puso objeciones? Digo, sea como sea, lo pusiste a esperar.
Ella: No todos son como tú. Él esperó sin peros. Por eso le dije que quería venir a este lugar. Pensé que aceptaría cumplir mi deseo.
Él: Que raro. Pensé que te gustaba más ir a moteles luego de unas cuantas horas de charla.
Ella: Nunca he hecho eso.
Él: En los últimos dos años, quizás. Por lo menos, hasta donde sé.
Ella: Era una niña con mayoría de edad. No te hagas el santo.
Él: No lo hago. Solo te digo que me parece extraño que quieras algo romántico. Y más que encuentres a alguien dispuesto a hacerlo.
Ella: Para que veas. No todos los hombres son como tú.
Él: La mayoría son peores, lo sé. Gracias.
Ella: ¿Estás molesto?
Él: No. Solo estoy bromeando.
Ella: Eso no parece una broma. En fin. No le haré caso a tus celos. No en mi noche de aventura.
Él: Está bien —se ríe—. Controlaré mis celos.
Ella: Ah… ¿lo ves? Sí te pasaba algo. Lo sabía.
Él: Sí, pero no te burles. Recuerda que para mí no es tan fácil tener ese tipo de «aventuras».
Ella. Entonces, más que celos, es envidia. ¿O me equivoco?
Él: Podría ser. Envidiaré tu noche de sexo en una habitación con vista al mar.
Ella: ¿Te gustaría estar en un su lugar y ser tú quien pase esta noche conmigo?
Él: ¿Acaso tengo esa opción disponible?
Ella: «Entonces, no me molestes con algo que no puede ser posible» ¿Ibas a decir eso, no?
Él: No. Te iba a decir que me esperaras en ese sitio en lo que consigo una habitación para pasar esta noche contigo.
Ella: Sería una buena idea…
Él: ¿Pasa algo?
Ella: En realidad, no sé dónde está el chico con el que quedé en este lugar.
Él: ¿No bromees? ¿En serio?
Ella: En realidad, nunca lo he visto en persona. Solo hemos hablado por teléfono y algunas video - llamadas, y así… Tengo dos horas esperando y me da miedo regresar sola. Por eso te llamé.
Él: Miraflores está a dos horas de aquí. Será muy tarde para cuando llegue.
Ella: No me importa —empieza a llorar—. Yo te espero. Me siento como una tonta. No creí que ese chico me haría esto.
Él: No te preocupes. Ya mismo salgo para allá. Quizás pueda llegar en menos tiempo.
Ella: Está bien… Perdona por ponerte en estos aprietos por culpa de mis tonterías.
Él: Ya estoy acostumbrado, no te preocupes.
Ella: —se ríe entre sollozos.
Él: Espérame en el faro. Allí hay más gente. Moriría si algo malo te pasa.
Ella: No quiero que mueras.
Él: Entonces, se paciente y seca tus lágrimas en lo que llego, ¿sí?
Ella: Gracias… Eso haré.
—Fin de la llamada—.
—Llamada entrante. 11:30 p.m. —.
Él: ¿Sí?
Ella: ¿Falta mucho para que llegues?
Él: No. Estoy a unas pocas cuadras. ¿Tu cita nunca llegó?
Ella: Sí, solo que me dijo hola, me preguntó cómo estaba, si mi familia estaba bien, y luego se fue…
Él: ¡Qué desconsiderado! —sonríe—. Te llamo cuando esté en el lugar.
Ella: Está bien. Gracias, por todo. Eres más atento que cualquier otro chico que conozca.
Él: No mienta…
Ella: ¿Hola? ¿Pasa algo?
Desconocidos: Baja del carro y entrega las llaves y todo lo que tienes.
Él: Tengo que llegar a Miraflores…
Desconocidos: ¡A mí que verga me importa! ¡Bájate del puto carro!
Ella: ¿Hola? ¿Qué está pasando? ¡Contéstame por favor!
Desconocidos: ¿Es tu novia al teléfono? ¿Ibas a ver a tu novia?
Él: …
Desconocidos: ¡Contesta, puto!
Él: Sí. Iba por ella a Miraflores.
Desconocidos: Tienes razón… Ibas….
—Sonidos de disparos—.
Ella: ¿Qué fue ese sonido? ¿Está todo bien?... ¡Contéstame, por favor! —llora.
Desconocidos: Arranca esta mierda y vámonos, ¡rápido! Yo creo que está muerto ese hijo de puta…
Ella: ¿Muerto? ¿Qué está pasando?... ¿Aló? ¿Hola?...
—Fin de la llamada—.
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