luisa-garcia8535 Lu García

Hay cosas que no se olvidan, momentos que marcan el destino. Nunca subestimes el poder de las palabras, lo que juraste en tu vida pasada te perseguirá en las vidas siguientes. ¿Serás capaz de reconocer a tu alma gemela?


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#reencarnacion #angeles #demonios #prohibido
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Prólogo

Prólogo.


Gabriel y Akyra se amaban como nadie más lo hizo, su amor estaba prohibido. Ella era la hija de Satanás y el un arcángel. Pero cuando sus ojos se encontraron fue inevitable no enamorarse. Eran el uno para el otro a pesar de ser enemigos mortales.


Esa noche se iban a encontrar al amanecer como lo hacían de costumbre. Lo que no sabían era que este sería su último encuentro. Un ángel los había visto y los delató. Los ángeles y demonios no debían tener ningún contacto. Un ángel no podía entrar al infierno y un demonio no podía tocar tierra santa. El único intermedio de esos dos mundos era la tierra. Era ahí donde aquellos enamorados podían encontrarse.


Akyra llevaba un vestido rojo largo con la espalda descubierta, dejando ver donde empezaban y terminaban sus alas, esas alas negras como la noche, su cabello ondulado caía sobre sus hombros descubiertos, al verla Gabriel pensó que tenía suerte de que fuese suya. Era un ángel afortunado.

Akyra tenía una belleza extraordinaria. Siendo la hija de Satanás era uno de los demonios más poderosos pero sin embargo ella tenía algo más, algo que lo cautivaba...

Gabriel era un arcángel, uno de los "Siete" y aunque amar a Akyra estaba mal he iba en contra de sus principios, no le importaba. En ella encontró lo que jamás encontró en el cielo. Ese gran amor que solo se encuentra una vez, un amor que no se olvida.


Aquel demonio corrió a los brazos de su amado arcángel, tomó su cara entre sus manos y lo beso con reclamo. Gabriel correspondió aquel beso. Un beso con pasión, un beso de esos que te roban el aliento y un pedazo de corazón...


Aquella enamorada miro a su ángel, pensó que seria capaz de todo por seguir mirándolo, por seguir besando aquellos labios carnosos. Por él daría su vida, por el desafiaría a su padre y si él moría ella también lo haría, si el caía ella caería con él, si el saltaba ella también. Era todo con él y sin él nada.

—¿Qué piensas, cariño?—Preguntó Gabriel

—En nosotros, ángel...—Respondió Akyra en un tono de inseguridad mientras observaba el cielo. Se podía observar la luna mientras se ocultaba y el sol que iba saliendo. Entonces ella pensó que ellos dos eran cómo el sol y la luna. No se pueden juntar en el día ni en la noche pero se encuentran cada amanecer... Él arcángel tomo una de sus delicadas manos y beso cada uno de sus nudillos. Amaba su piel suave y blanca.


Akyra presentía algo, su pecho dolía y no entendía el porque, besó a Gabriel pero esta vez fue diferente, lo beso como si fuera el último. Y exactamente este seria el último beso, sus labios ya no se volverían a encontrar, sus manos ya no se tocarían más. Esta sería la última vez, en esta vida.


Entonces lo sintió, la presencia de los demonios, ser hija de satanás tenía sus privilegios. Alarmada miro a Gabriel y le dijo: —Ya lo saben— Gabriel asintió puesto que él ya había sentido también la presencia de los arcángeles. Tomó a Akyra de la mano y comenzaron a correr por el bosque, ella no sabía hacia donde irían pero sabia que Gabriel la protegería. Llegaron hasta un acantilado, ya no había salida, a su derecha estaban los seis arcángeles y a la izquierda estaba el padre de Akyra y un pequeño ejército. No había escapatoria. Akyra beso a Gabriel y se sintió valiente. No quería esta vida sin él. No había mejor muerte que morir en los brazos de su ángel.

—Mi ángel, aunque pasen los siglos nuestro amor nunca morirá, te encontraré en otra vida. Lo prometo.—Habló él demonio mientras cortaba su palma y después cortaba la palma de su amado y las unían. Uniendo su sangre, convirtiéndose en uno solo, haciendo un juramento de sangre.

—Te amo, Akyra... Te juro que ni en un millón de años te voy a olvidar. Te voy amar como te amé desde el primer momento en que mis ojos te vieron, esos ojos rojizos siempre estarán grabados en mi corazón.— Dicho eso, ellos entrelazaron sus dedos y saltaron cayendo a lo más profundo del acantilado.


17 Haziran 2020 17:59 0 Rapor Yerleştirmek Hikayeyi takip edin
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Sonraki bölümü okuyun Capitulo I: Sueños extraños

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