Claudio inspiró el aire fresco del campo. Desde abajo contempló la colina. Se caló su sombrero y se ajustó su mochila. En lo alto le esperaba un solitario árbol. Se arrodilló ante él y acarició una mariposa tallada en la corteza. Le asaltaron las lágrimas y se las limpió con la manga. ―Hoy acabó la lucha, María. Tras quince años la granja es nuestra por fin. Lo hemos conseguido, cariño. La brisa removió las hojas del árbol y Claudio escuchó la risa de su mujer en la lejanía del tiempo

-¿Sabías que el sol tiene ojos? Me dijo mientras tomaba mi mano y miraba hacia el sol -No, deja de hacer eso, perderás la vista si continúas, te hará daño. -Tú también me hiciste daño y no por eso te dejé. Salimos al patio, nos recostamos en pasto con rocío, pero nada importaba, ni el mugido de las vacas ni los gritos de horror de los vecinos lejanos. Por qué quería disfrutar de mi última tarde junto a la persona que más me amó, por qué hoy se reiniciaba el mundo.

En el campo, el sol brilla con más esplendor. Las flores desprenden suaves aromas. Las vacas mugen llamando a sus crías. Las ovejas recorren los pastos. ¿A quien no le apetece pasar un día en el campo?

Así pues querido lector quisiera demostrar a la hadas que no fue un error confiar en los humanos, y que podemos hacer buenos actos, gracias a la observación que me dió la reina, voy a ampliar mi campo de exploración y ahora que se el dato, voy a ir a descubrí más seres místicos y su escondiste. Por eso se debe estar preparado y con precaución no se sabe donde se encuentre otra criaturas. https://getinkspired.com/story/128856/¿dónde-se-esconde-las-hadas?ref=mobile

Cuando por fin pude tener mi casita, fue en una zona rural, cerca de la ciudad. Al año la terminé, 4 cuartos, 3 baños, árboles frutales por doquier y un gran río solo a 200m, esa era mi vega. Sembré maiz, caraota, crié gallinas y cochinos; pero al brazo hamponil le gustó mi terreno, pelee y como no me amedentraron, me mataron. Ahora mi Vega está abandonada, nadie vive ahí y nadie la trabaja, mis hijos y mi esposa se fueron, los asesinos muertos o presos

Pondo os pés na areia Sentindo o cheiro a maresia Vendo as gaivotas voando Sinto que pertenço ao mar Mesmo não sendo tão forte como ele Me sinto livre no meio da natureza Do campo, do mar e mesmo observando as estrelas Se pudesse estaria numa casa á beira mar, onde pudesse ver o pôr e o nascer do sol perto da água Uma casa onde teria os meus melhores amigos, onde consigo viajar Livros, livros são os meus melhores amigos e claro que se alguém fosse digno de ficar lá comigo seria um acréscimo

"-Yo no iría a ninguna parte contigo, Pablo. Que siempre se mueren los otros i tu eres el único que sale vivo -le dijo una vez uno de sus yernos a un Pablo ya casi calvo y abuelo de cuatro nietos. Y lo decía muy en serio." Lee mi antología de anécdotas reales protagonizadas por mi abuelo, a quien de niño llamaban el Bala por ser el más rápido de pensamiento... Y el más rápido en liarla parda.