—Ustedes 7 tendrán mucho trabajo ahí en la tierra... —dijo el Arcángel. Los 7 pequeños ángeles se veían emocionados por la misión encomendada. El Ángel mas grande preguntó —¿Y cómo los ayudaremos si no podemos mostrar nuestros poderes? —Los ayudaran con algo más poderoso: La música... Namjoon, Jin, Yoongi, Hoseok, Jimin, Taehyung y Jungkook, los 7 ángeles, estaban listos para cumplir su misión en la tierra. ¡¡¡Feliz 8° aniversario BTS!!! Gracias por ser nuestros Ángeles

—Esto se termina aquí, Kook... Ya no quiero seguir así... Jungkook quiso decir algo, lo que sea para poder hacerle cambiar de opinión. Pero sólo se quedó callado e impotente. —Adiós, Jungkook... Taehyung ya no quiso mirarle y sólo se fue, sabiendo que Jungkook no le seguiría. ¿Como podría hacerlo si Jungkook solo era un espíritu atrapado en aquella casa?

Dio vuelta al volante y no pudo evitar una mueca de desagrado al pasar por el cementerio. Una figura pequeña al costado de la calle le hacía señas para que se detuviera. —¡Muchas gracias! Llevo horas esperando que pasara algún auto... —la chica se veía muy nerviosa. —No se preocupe —habló —Ya estamos muy cerca de su destino... —Pero si aún no le he dicho adónde voy... El sólo le guiño el ojo y siguió conduciendo, oyendose de fondo a todas las almas que estaban esperando darse un festín

—¡Levántate, idiota! Taehyung sintió que se ahogaba, dándose cuenta que Yoongi estaba ahí, con un vaso en la mano. —¡¿Qué le pasa hyung?! —Estas que das asco... ¿Por qué no fuiste al trabajo? ¿Qué haces escondiéndote de todos? Jungkook está preocupado... —¿Que importa ya...? Él... Jungkook ya me olvidó, hyung... Todos tenían razón... Fui un tonto al rechazarlo... Y ahora lo he perdido... —¿Quién dice que todo está perdido? Por la cara que puso Yoongi, imaginó que éste tendría un plan...

Corrí desesperado buscando donde esconderme en aquella tenebrosa mansión. Me detuve en una habitación, intentando recuperar el aliento. 《Cálmate, Jungkook》 Podía oír los gruñidos de "Taehyung", aquel ser al que todo el pueblo temía, aunque nadie nunca lo había visto realmente. Excepto por mí. Me sobresaltó el oír de nuevo los gruñidos y las garras chocando por las paredes de piedra, cada vez más cerca de mí... Entonces supe que no había escapatoria. La bestia me había encontrado.

Aquel planeta se veía demasiado grande. Desde la lejanía del espacio, parecía resplandecer, con esos colores tan vivaces que hipnotizaban. —Ya estamos a punto de llegar. Prepárate Acomode bien mi traje, sintiendo aquella presión en el descenso. Conforme descendiamos los colores se iban mostrando más nítidos. —¿Todos listos? Mire con pesar aquel bello lugar, lamentando que todo eso se perdiera. La invasión a la tierra había comenzado.

—Hola Minho... Se que te estarás preguntando que hago aquí ¿No? Pues vine porque quise contarte algo... Finalmente he decidido darme una oportunidad con Jungkook... Tu me enseñaste que el tiempo es algo muy valioso como para desperdiciarlo sintiendo lástima por mi mismo, en vez de aprovecharlo con alguien que me ama tanto como él... Gracias por todo... Nunca te olvidaré...— Taehyung sonrió frente a la tumba de Minho, llendo hacia Jungkook quien le estaba esperando. Era tiempo de ser feliz

—¡Entiendelo, ya no quiero seguir contigo! Seokjin vio como el pálido rostro de Yoongi se llenaba de lágrimas. Parecía querer tocarle pero no lo permitió, ya no lo quería cerca. —¿Por qué? —Ya no te amo. Con esto último terminó de destrozar su corazón. A Jin le dolía aún más haber hecho eso, pero era necesario. Luego de enterarse de su diagnóstico y sus pocos meses de vida, debía de salir de su vida. Prefería que Yoongi lo odiase a que sufriera. Ahora sí podría partir en paz.

No entendía que me pasaba. Era como si no comprendiera porque estaba aquí. ¿Qué hacía en aquel lugar? Me dolía todo el cuerpo, más nunca dejé de caminar. Tenia tanta hambre... Hasta que por fin pude oler algo ¡Comida! Corrí, necesitaba comer o moriría. Aquella carne era tan jugosa... Pero no dejaba de moverse... El líquido carmesí manchó mi boca, la carne incrustandose entre mis dientes. Hasta que por fin dejó de moverse. Solté un gruñido y seguí caminando. Tenia hambre otra vez.

El día de Jimin no podía ir peor. Su cita lo había plantado, aquellas brujas se habían burlado de él, y para colmo estaba lloviendo. Fantástico, pensó. —¿Jimin? ¿Qué haces aquí? No se molestó en responderle, su rostro decía todo. Aunque si le pareció extraño el ramo de flores que sostenía Jungkook. —¿Son para Tae? —¿Que? No no... Eh... Son para ti... —¿Para mí? —Me gustas, Jimin... Lo siento si fui muy directo... —dijo Kook. Y entonces el día de Jimin no pareció ser tan malo.

La chica estaba extasiada. ¡Aquella comida era increíble! —Oh vamos... Dime cuál es la receta. Su novio la veía divertido de que ella no pudiera adivinarlo. Le alegraba ver como disfrutaba de sus platillos. —Estoy demasiado llena... Iré a la cama. El chico se quedó recogiendo hasta que vio desaparecer a su novia. Silenciosamente bajó al sótano, contando cuántos brazos, corazones y muslos le quedaban. Se enfadó al ver que habían muy pocos. Tendría que salir a conseguir más "carne fresca"

La niña tarareaba una canción, mientras caminaba por las calles de su casa. No pudo evitar ver como un encapuchado arrastraba a un hombre, el cual se veía demasiado asustado. ¿Qué debía hacer? ¿Pedir ayuda? Sigilosamente se acercó, lastimosamente el encapuchado lo notó, dándose la vuelta y descubriendo a la niña. —Regresa por donde viniste, a éste me lo llevo al infierno... La muerte siguió arrastrando a aquel pobre sujeto, mientras que la niña se fue flotando sin rumbo fijo por la calle

Taehyung se sentía cada vez más nervioso. ¿Qué haría ahora? ¿Cómo se lo diría a Jungkook? Sus idas al hospital estaban resultando sospechosas para su novio. Sentía que el estómago se le contraía por los nervios. Aún con todo lo que estaba pasando, no pudo evitar llenarse de una profunda emoción. Levantó su playera, viendo aquel bulto que comenzaba a hacerse notorio. Jeon Jungkook se llevaría una sorpresa al enterarse que sería papá.

Todos los seres mágicos se habían reunido aquel día. Llevaban planeando aquella gran fiesta por semanas, cada vez más llegaban al pueblo en donde se celebraría la ceremonia. Ya podían sentir la emoción de los humanos, aquel dulzor propio de la vida, aquella luz tan fugaz, que con un soplido podía desvanecerse. Yoongi veía el cuerpo de su amado, conservado en su féretro. —Muy pronto despertarás, amor mío... Ya pronto llegaría el día del ritual. Ya pronto podrían salir de la oscuridad.

Después de una ardua lucha, el virus zombie había sido erradicado. Las personas volvieron a confiarse, a tratar de reparar sus vidas después de la catástrofe. Que ingenuos. Aquel virus jamás se fue. Solo mutó, afectando a los sobrevivientes. Ahora ellos serían los nuevos monstruos. Y las desgracias seguirían ocurriendo. Hasta que no quedara ni un solo ser humano sobre la faz de la tierra.

—Deja de seguirme, por favor... Seokjin, el dios de las flores, estaba harto del dios de la oscuridad, Yoongi. —Solo te estoy invitando a mi castillo... —No quiero, debe hacer mucho frío ahí... Yoongi se impaciento, y abrió un agujero en la tierra para que viera como era su territorio. No había nada frío ahí. —¿Satisfecho? ¿Ahora sí podemos ir? Jin se veía reacio, pero finalmente aceptó. La oscuridad ganó esta vez. Pdt: Se me está acabando la imaginación para los microrrelatos 😅

Mirada tras mirada, ellos se buscan. 《Aquí estoy》dicen con sus expresiones, siempre procurando guardar las apariencias. Así, nadie se daría cuenta del profundo secreto que los consumía. Ellos se amaban en secreto. Cada uno del brazo de su pareja, sonreía, saludaba y charlaba de las cosas más frívolas, en aquella fiesta llena de mentiras. A Jeon Jungkook y Park Jimin, los consumía su secreto. Ambos se amaban, a pesar de estar casados con otros. Tontos enamorados. Que gran lío

—¿Qué haces aquí? Deberías estar con tu familia... Yoongi se sentía preocupado pero a la vez sorprendido por ver a Seokjin ahí. No esperaba verlo, no con la situación que había. No cuando todo el mundo estaba muriendo por aquel virus. —¿Qué más da? Tarde o temprano todos moriremos... La enfermedad ya me está consumiendo... Seokjin tenía los ojos rojos y las venas resaltadas. No le quedaba mucho tiempo. —Ven aquí... Yoongi sostuvo a su novio, sabiendo que ese sería su último día juntos

—No te vayas —susurró Hoseok. —No puedo quedarme más tiempo... Hoseok estaba muy triste. Hoy, en el aniversario de la muerte de Yoongi, se encontraba en el cementerio, viendo como su fantasma le observaba desde la tumba. —¿Cuando podré estar contigo? —preguntó con desesperación. —No será ahora —dijo Yoongi —Vive, Hoseok... Disfruta de la vida, y más adelante nos volveremos a ver... —¡No! ¡No te vayas! Entonces el espíritu se desvaneció. Hoseok estaba sólo de nuevo.

Cuando la guerra terminó, la tierra quedó tan devastada que ya todo se había vuelto tóxico. Los humanos, fueron obligados a sobrevivir debajo de la tierra, mutando y transformándose en algo cada vez más alejado de lo que se conocía. Para el momento en que pudieron dejar el subsuelo, toda la tierra había cambiado, la contaminación se habia ido, el planeta era habitable nuevamente. 《Bien》 dijeron los humanos. 《Es tiempo de volver a dominar el mundo》

La bruja vio con amargura como iba envejeciendo cada vez más. Sabía que debía alimentarse pronto, o sino las consecuencias serían fatales para ella. ¿Pero a quién podría tomar? Aquella anciana que ya estaba moribunda... No, su sangre no le serviría. ¿El recién nacido de los vecinos? Tampoco, lo vigilaban demasiado. Tal vez... Aquel muchacho joven, de sonrisa dulce y mirada inocente que ayudaba a todos... Si, él sería una presa deliciosa... Sería una caza interesante.

La mujer vio con pesar como aquel cuerpo seguía inerte, sin mostrar ningún signo vital. Tuvo ganas de sacudirlo y exigirle que despertara. Rendida, se dio media vuelta, cuando de pronto, escuchó un ligero movimiento de unas uñas golpeando contra el frío metal. Se apresuró a salir de la sala antes de que se pudiera poner de pie. El experimento había sido un éxito. El virus zombie por fin había sido creado. Y no tardaría mucho en expandirse por todo el mundo.

El malvado, con un simple movimiento, hizo desvanecer a aquel tipo que le fastidiaba. Todos parecían temerle, pues ya habían notado su gran poder, pero nada podían hacer para evitarlo. Así pues, el malvado siguió desapareciendo a la gente que lo tenía inconforme. Cuando de pronto, todo pareció terminar repentinamente. El escritor había decidido dejar de escribir por hoy. Lo continuaría mañana.

Jungkook estaba desesperado. Día tras día, veía como su amado Taehyung enfermaba más, hasta el punto de no poder levantarse. Los doctores ya no le brindaban ninguna esperanza, solo le pedían que se resignara, pero Jungkook era incapaz de hacerlo. Hasta que un día encontró alguien que tal vez tenía la solución —¿Harías cualquier cosa por él? —Hasta dar mi alma si fuera necesario El chico rió, Jungkook presentía algo raro. Pero que importaba. Haría lo que fuera para salvar a Taehyung.

—¿Quién es? —le preguntó Taehyung a su mánager. —Park Jimin, el solista de Big Hit ¿No has oído su música? Pero Taehyung ya no le escuchaba. Se hallaba perdido entre los encantos de aquel joven de cabellos rubios y mejillas sonrojadas. 《Un Ángel》pensó. —Hyung, necesito su número... —No se porque te interesa, sabes que los ídols no pueden salir con nadie. Él lo sabía, pero no lo importaba. Conseguiría una cita con Park así fuera lo último que hiciera. El resto se lo dejaría al destino.

Apenas Yoongi vertió su sangre en el gran caldero, toda el agua cambió hasta convertirse en un tono dorado, muy reluciente. La figura que fue surgiendo era alta, tenía el cabello un poco largo, y unos ojos oscuros como la noche. —¿Donde estoy? —En casa. Por fin regresaste, Jungkook —¡Yoongi! Ambos se abrazaron, Yoongi le explicó que ahora vivían en un mundo moderno, donde ya nada los separaría. Ahora sí podrían practicar las artes oscuras sin que nadie se interpusiera. Dominarían todo.

La Muerte estaba agotada. Cargando aquel enorme saco de víctimas, llegó a su casa, el lamento de aquellas almas no le perturbó en lo absoluto. —¡Ya llegué! Al descender cada vez más profundo, pudo ver a aquella bestia de 7 cabezas, sus enormes ojos rojos lo veían atentamente, sus colas se movían como serpientes. —Traje mucha comida para ti hoy, pequeño... El resto sólo fueron gemidos de esas almas siendo devoradas por su mascota. Mañana sería otro largo día recolectando nuevas víctimas.

Taehyung caminaba sobre las polvorientas maderas del piso, en aquella vieja casa. Los ruidos, golpeteos y silbidos no le producían temor alguno. —No me das miedo, Kook, así que ya basta... Dije que me quedaria aquí y así lo haré... —¿Estas seguro? ¿No sientes temor? Taehyung negó, solo ahí pudo ver por fin el espíritu junto a él. —No deberías renunciar a tu vida. —Mi vida no tiene sentido si no estás en ella... Entonces Jungkook se rindió. Y el alma de Taehyung fue a su encuentro.

—¡Corran! Hermione y Luna siguieron corriendo sin detenerse, debían perder a los mortifagos que las seguían. Estuvieron a punto de ser alcanzadas por las maldiciones, pero Theo y Draco llegaron a tiempo para salvarlas. —¿Y Harry? Los 4 llegaron hasta el centro de la batalla, el niño que vivió y Voldemort se enfrentaban a duelo. Hasta que Harry se apoderó de la varita de saúco y el cuerpo de Voldemort se desvanecía en el aire. Un grito de triunfo resonó por todo el lugar. Estaban salvados.

Hoseok se veía hermoso. Aquella sonrisa tierna, esos ojos luminosos, ese andar tan delicado. Yoongi lo amaba tanto. Tanto, que le dolía verle con otro. 《Es tu culpa》se recordó. Si no lo hubiera rechazado cuando Hoseok se le confesó, ahora sería él quien caminaría a su lado. Cuanto se arrepentía por ese momento. 《Cobarde》 Ahora esa sonrisa, esos ojos y ese andar, eran apreciados por alguien más. Sabía que jamás sería suyo. Su oportunidad se había perdido. Todo se desvaneció.

—No entiendo a donde me llevas, Lisa... —Confía en mí, Kookie La muchacha le llevaba de la mano, ambos internandose más en aquel bosque tan oscuro. A Jungkook le pareció extraño cuando su novia le hizo detenerse cerca de una cueva... Un dolor agudo le recorrió la cabeza, no entendía que le había golpeado. Al despertar se sentía cálido. Y también inmóvil. —Bienvenido, Kookie Lisa, y varias mujeres más, le rodeaban junto a una enorme fogata. Eran brujas, y él, su próximo sacrificio.

—¿Cuando se lo dirás? —¿Decirle que? —Lo nuestro, Jungkook —Ya te dije que no le puedo decir nada por ahora a Tae, no insistas con eso —¡¿Entonces cuando?! lEstoy harto de ocultarnos! Dijiste que romperías con él, y solo me has dado largas... Si no lo haces tú, lo haré yo... Jungkook, molesto por eso, empujó a Jimin contra la pared —No le dirás nada... O tu y yo tendremos problemas... ¿Entendido? Jimin asintió, sumisamente, aunque en su mente ya planeaba algo. Jungkook sería suyo.

—Si sigues así, se asustará Namjoon, el licántropo, veía divertido a su amigo,ya que no había quitado la vista de aquel chico hada, creyó recordar su nombre "Seokjin" —¿Entonces que sugieres? Yoongi estaba de malas. La fiesta le estaba aburriendo, lo único que quería era poder hablar con aquel ser tan bello, pero no sabia como acercarse sin asustarlo. —Solo ve y háblale El vampiro suspiró, pero le hizo caso. Tan pronto como sus miradas chocaron, pudo sentirlo. Sus almas se conectaron

Theodore nunca había conocido a alguien tan rara. Luna Lovegood no era como las demás Ravenclaws. Eran sencilla, honesta, con una gran imaginación y unos ojos soñadores. Y no parecía temerle. Eso era lo que más gustaba: No le tenía miedo, a pesar que el fuera un Slytherin, con una pésima reputación a cuestas. ¿Podría llegar a amarle? ¿A él? Theo sabía que no la merecía. Se lo repetía a diario. Pero no le importaba. Ellos se seguirían viendo, y él jamás la apartaría de su lado.

—¡Que esperas, corre! Ambos jóvenes corrían huyendo de los zombies. Su refugio estaba demasiado lejos y ellos muy cansados para llegar, lo sabían bien, pero no se rendirán tan fácilmente, no sin pelear. Yoongi y Jungkook se ocultaron en un callejón, aunque este no les ofrecería protección por mucho tiempo. —¡Pude encender este auto! —Tendrás que irte solo, Kook Jungkook no lo entendió hasta que vio la mordida en su pierna. Yoongi estaba infectado. —Buena suerte, Kook

Jungkook pudo sentir que su alfa le gritaba por aquel omega. Su aroma, una mezcla de frutos rojos, más el agrio olor del miedo, hacía que sintiera esa necesidad tan visceral de protegerlo. 《Ayúdame》parecía gritarle. La fea marca en su cuello solo le afirmaba que debía salvar a su omega. —Ven conmigo, omega —Me llamo Jimin... Su voz era como oír ángeles cantando. —No tengas miedo Jimin, yo te cuidaré. —Pero yo... Lo silenció con un beso y la promesa de que no volvería a sufrir nunca más.

La niña de rizados cabellos estaba ansiosa. ¿Porque el tiempo pasaba tan lentamente? Sentía un poco de envidia, aunque supiera que también le sucedería a ella en un par de años. Su madre, adivinando sus pensamientos, besó sus cabellos y la abrazó más fuerte, susurrandole unas palabras consoladoras. Su padre vio la tierna escena, conmovido. Los tres se despidieron de Scorpius, quien agitaba su mano fuera del tren. Lyra Malfoy—Granger, ya deseaba ser mayor para también asistir a Hogwarts.

—¿Jimin? El chico por fin abrió los ojos, la confusión se notaba en su cara. —¿Quién eres? —Soy Yoongi, tu novio, ¿No me recuerdas? Parece que el accidente te dejó muy confundido... Jimin no le recordaba, pero después de la conversación que tuvieron, parecía que de verdad tenía amnesia, Yoongi se encargó de contarle todo sobre ellos. Yoongi sonrió con malicia cuando Jimin le permitió abrazarle. El plan había salido a la perfección. Ahora Jimin creería todo, incluso aquel noviazgo falso.

Podía verlo en sus ojos Como se marchitaban con el tiempo. Sabía que ella ya no era feliz en su matrimonio con Weasley, todos lo murmuraban. ¿Pero qué podía hacer él? ¿Invitarla a salir? ¿Enviarle cartas y dulces? No. Ya era demasiado viejo para aquel romanticismo. Y darle Amortentia sería algo enfermo. Ella tenía 2 hijos. Y el sólo era un viudo que a veces coincidía en el trabajo con ella. Solo le quedaba la resignación. Draco Malfoy seguiría amando a Hermione Granger en silencio.

Toc, toc. Golpes se oían por doquier, en toda la habitación. Seokjin sabía que fue una mala idea dormir en su antigua casa. 《Al diablo con la herencia, no aguanto más, me voy de aquí》 Los golpes aumentaron, y él sabía quién los producía. El fantasma de Yoongi, su novio, quien murió en aquella casa. —¿Vienes a llevarme, no es así? —"Prometiste que estaríamos juntos para siempre. Ya es tiempo que cumplas tu promesa" Entonces Yoongi tomó el alma de Seokjin. Estarían juntos para siempre.

—No pensé que te volvería a ver por aquí El demonio caminó alrededor del Ángel, viendo como este lucía avergonzado y molesto. —Tengo permitido estar en la tierra. Yoongi rió sin vergüenza, sus negras alas revolotearon, rozando las doradas alas de Jimin —¿Y tus superiores saben lo que en realidad haces aquí? Al ver que no contestaba, el demonio simplemente le ofreció su mano, el Ángel la tomó sin dudar; ellos emprendieron vuelo hacia su lugar privado. A entregarse el uno al otro, otra vez.

Lo tenía completamente hechizado. Ese joven tenía la piel más hermosa que hubiera visto, además de una mirada inocente y una figura grácil y esbelta. Deseaba tanto probar su sangre. Ni en sus 500 años siendo un vampiro, Taehyung había conocido a alguien igual. Cada día le veía cruzar el camino hacia su casa; y él desde las sombras lo vigilaba. No había tenido el valor de acercársele, hasta que vio algo que le terminó de convencer. Su sonrisa. Estaba decidido, lo haría suyo, para siempre.

—No deberías estar aquí. —Tu tampoco. Hermione y Draco se veían desafiantes, sin embargo, antes de que pudieran decir algo más, ya se estaban besando furiosamente, tocándose por encima de los uniformes; siempre eran así sus encuentros, a escondidas y con prisa. Pero a pesar de que pertenecían a casas contrarias, que Harry y Ron lo detestaban tanto como él lo hacía, ella no podía evitar entregarse a Draco. Y ninguno podía evitar amarse con tal intensidad y pasión. A pesar de ser enemigos.

—No te las tomes. Yoongi no quería que Jimin tomara aquellas píldoras. Siempre lo ponían en un humor extraño, se alejaban el uno del otro, Jimin ya no le prestaba atención. —Las necesito. Son órdenes del médico. —Es mentira. Soy lo único que necesitas. Confía en mí, amor. Sabes que jamás te mentiría... Pero este solo le ignoró. Bastante enojado, vio impotente como su novio ingería los medicamentos. El volvería a desaparecer igual que el resto de las alucinaciones de Jimin.

La duda sobre si presionar el botón o no le consumía, pero ¿qué otra opción tenía? Ya no podía hacer más pruebas, era ahora o nunca... El sacudón del viaje lo dejó algo mareado, pero que importaba, parecía haber funcionado, pero ¿dónde estaba? El sitio al que llegó no parecía ser el correcto, se supone que había llegado al futuro, donde por fin encontraría la cura para aquel virus mortal... ¿Por qué todo se veía desértico? Entonces lo comprendió: Ese era el futuro... Nadie había sobrevivido.

—¡Te acabo de decir que se movió! ¿Por qué no me crees? Hoseok estaba harto de que su novio no le creyera. No sabía si se estaba haciendo el tonto o algo así. —Hoseok, ya te dije que el payaso ¡no-se-mueve! Es solo un adorno... Además es una pieza de colección de porcelana, vale mucho... Hoseok resopló con enojo y salió dejando solo a Yoongi. —La próxima vez que lo molestes te encerrare en el sótano ¿entendiste? Antes de irse pudo escuchar la risa de burla del payaso de porcelana.

Ahogada. Así era como se sentía a diario. Como si una mano cubriera sus labios. Como si un hilo invisible estuviera atando sus manos. Así era como se sentía. Poco a poco sentía como su interior se iba pudriendo; corrección: Ya llevaba mucho tiempo podrida. ¿Por qué no hacia nada? ¿Por qué solo guardaba silencio? Ni ella misma lo sabía. Aunque ya comenzaba a salir al exterior todo aquello que guardaba. Ahora lucía mal tanto por dentro como por fuera. Estaba ahogada aún en vida.

Me engañaron. Bajé la guardia y esa fue mi sentencia. Mis padres me sometieron y prepararon una gran hoguera, repitiendo cánticos a mi alrededor, ignorando mis súplicas para que me dejaran ir. —Ya es hora. Por más que lo intente no pude liberarme. Sentía el calor de las llamas cerca, y la visión de aquellos que me habían criado, quienes ahora lucían como monstruos para mí. —Feliz cumpleaños, querida... —dijeron al mismo tiempo. Y entonces fui arrojada a las llamas, directo a mi muerte.

Estaba atrapada. Al salir de la cabaña vi a mis padres, los dos se veían muy mal, como si hubieran envejecido unos diez años. —Hija... Estábamos preocupados por ti... —habló mi madre. —¿Preocupados por mí? ¿O porque no podrían sacrificarme? —pregunté con sarcasmo. —No nos dejaste dar una explicación —dijo mi padre —No te haremos daño, eres nuestra hija... Mi corazón latía furiosamente. No sabía que hacer... ¿Debía creerles o era otra de sus mentiras para obtener lo que querían?

Todo salió mal. Había conseguido huir sin que lo notaran, sin embargo, mis padres comenzaron a buscarme incesantemente, por todos los lugares posibles. Sentía como si me siguieran todo el tiempo, no podía estar tranquila en ningún sitio, debía moverme constantemente o sino me atraparian. Mi último refugio era una cabaña en el bosque, tan apartado y solitario que nadie me encontraría aquí. O eso pensé yo. 《Sabemos que estas ahí...》

No permitiría que aquello se realizara. Aún contaba con el factor sorpresa, mis padres desconocían que yo ya sabía lo que planeaban hacerme. Fingir que no tenía idea de nada fue sencillo, mientras mis padres me sonreían hipócritamente, pensando en el día en que tomarían mi vida. Razonar con ellos estaba totalmente descartado, así que fui a la opción más complicada: Escapar. No tenía ni idea de cómo lo haría, pero algo tenía muy claro. Sobreviviría a como de lugar.

Mis padres siempre decían que los cumpleaños eran especiales. Era el día que podía pedir lo que quisiera, y todos tendrían que darmelo, porque se suponía que era mi día especial. Pero pronto comprendí que aquellos mimos tenían un significado oculto, y a la vez perturbador. Nunca debí indagar más en el pasado de mis padres y lo que eran realmente. Tal vez así no me habría enterado, que cuando cumpliera los 18 años sería sacrificada.

El rostro de Yoongi parecía afligido, pero un presentimiento le dijo que no era así. Tal vez fue el golpe que recibió, tan veloz que ni siquiera lo vio venir, o el hecho de que Yoongi estuviera sacando varias cosas de su mochila, unas cadenas... La voz no le salía, no entendía porqué, solo se sentía mareado, sin fuerzas para moverse. Reunió toda su energía, pero sólo pudo decir dos palabras. —¿Por qué?

De la mochila sacó una pistola, moviendola entre sus manos. —Nos reencontraremos en el más allá, mi amor... Por más que pataleo, no pudo evitar que Yoongi lo arrastrase hasta la orilla, lanzando la piedra al agua, y a su vez sintiendo como algo lo jalaba. —Te amo... —le susurró antes de empujarlo al agua. —¡No! El frío lo paralizó, quiso desatarse pero el peso lo arrastraba cada vez más profundo... Lo último que escuchó antes de que el agua lo asfixiara, fue el sonido de un disparo.

Desesperado, balbuceo intentando que Yoongi no siguiera con su macabro plan. —Por favor... No lo hagas Yoongi... Yo te amo... —Si me amaras no querrías dejarme... —No lo haré... Seguiremos juntos... —No te creo. Lloró más al ver que ató su pierna a la cadena, la cual tenía una piedra en el otro extremo. —S-si me matas... Ya no podremos estar juntos... —dijo tratando de convencerle. —Tengo eso solucionado...

Yoongi sonrió, pero más pareció una mueca de dolor que una sonrisa. —Te escuché. Ibas a dejarme... Ah, Seokjin... ¿Por qué?... Te amo más que a nada ¿Sabes? No puedo soportar estar separado de ti... El pánico le invadió al escucharle. Había planeado terminar su noviazgo, pero de pronto Yoongi vino con la idea de irse de viaje, y él decidió posponer su conversación. Ahora entendía que el auto no se había quedado sin combustible ni estaban perdidos. Yoongi le llevó allí para acabar con él.

Jin sujetó fuertemente la mano de su novio. No entendía como aquel paseo había terminado en una pesadilla. Perdidos, sin combustible ni señal, en un sitio alejado de todo, lo único que podía sentir era miedo. Yoongi le dijo que no se preocupara, que pronto encontrarían a alguien que les ayudase. Pero con el pasar de las horas, eso se veía imposible. Siguieron caminando hasta llegar a un lago, Yoongi se detuvo y le miró con pesar. —Lo siento Seokjin...

—Jungkook Taehyung estaba parado en su puerta, con su abrigo negro y unas flores en el brazo. —Hyung... Nos tenía a todos preocupados... ¿Por qué no contestó las llamadas? —Yo... Lo siento mucho, Kookie... —se apegó a él en un abrazo que le dejó sorprendido, no imaginaba que sería Tae quien se acercaría a él. —Todo estará bien, hyung...—dijo correspondiendo al abrazo. Sabía que aún tenían mucho por hablar, pero eso podría esperar. Estar entre los brazos de Taehyung era lo mejor del mundo

Fue tres meses después de aquel encuentro, que Taehyung comprendió que había cometido un error. Vio a Jungkook sonriente, risueño, caminando junto a un joven en el parque, ambos luciendo como una pareja. Y fue doloroso. Las ganas de ser él quien le hiciera reír de esa manera; se combinaban con el remordimiento que sentía por estar olvidando a su difunto esposo, Minho. Al parecer ya era demasiado tarde para arrepentirse. Porque ahora era Jungkook el que parecía haberle olvidado.

Era doloroso verlo. Se lo cruzó en el centro comercial, y a pesar de su rechazo, no pudo contenerse y se acercó a él. —Ho-hola... —Hola, Jungkook —dijo Taehyung. Su sola voz bastaba para estremecerle. ¿Cómo haría para olvidarle? ¿Cómo haría para dejar atrás todos esos sentimientos que tenía por él? Ambos se quedaron un rato en silencio, hasta que Jungkook habló. —Aun piensa lo mismo ¿no? Allí entendió que debía olvidarse de Taehyung, aunque eso significara romper su corazón.

—Eres un idiota, Taehyung. Yoongi lo veía molesto, después de haberse enterado que había rechazado a Jungkook. —Sabes porqué no puedo estar con él... Minho... —Mi hermano murió hace años, Tae... —dijo Yoongi —A él le habría gustado que volvieras a enamorarte... ¿Creés que estaría a gusto viéndote sólo y sufriendo? Estas últimas palabras calaron en lo más profundo de su mente, quería a Kook, pero la idea de estar traicionando la memoria de Minho no lo dejaba en paz. ¿Qué debería hacer?

—Me gusta mucho, hyung... Por favor acepte ser mi novio... Jungkook tenía la vista en el suelo por la vergüenza de haberse declarado por fin a Taehyung. —Lo siento, Jungkook... Sabes que no puedo estar contigo... No puedo amarte como lo mereces... El sabía que Taehyung estaba aún enamorado de su difunto esposo. Pero Jungkook jamás quiso reemplazarlo. Él estaba dispuesto a tener un nuevo comienzo con él. Pero al parecer Taehyung no pensaba lo mismo. Él se había cerrado al amor.

Algo en su interior le decía que no lo hiciera. Por fin pareció reparar en donde estaba. El bosque se veía oscuro, su ropa estaba sucia y sus pies congelados. —No lo haré Theo pareció divertido por su respuesta, su rostro tenía una sonrisa tenebrosa, igual que la de los demás. Sabia que debía escapar, así que trató de correr. No llegó muy lejos. Su cuerpo perdió el control otra vez, asomándose al pozo, sin poder alejarse, la oscuridad parecía tragarselo... 《Ahora si están completos》

《Ve al pozo...》 Aquella voz le ordenaba levantarse. Andrew no pensaba en más que no fuese llegar allí. Caminó y caminó, sin darse cuenta que las espinas de los árboles le arañaban o que se encontraba descalzo. Hasta que por fin llegó. 《Asomate, Andrew...》 Jared, Paul, Mark y Spencer estaban ahí, viéndole fijamente, parecían llamarle. Y en medio de todos ellos estaba... Theo Seguía luciendo de 15 años. Con la cabeza deforme por la caída. Y la sangre bañandole. 《Ven aquí, Andrew...》

No se equivocó. A Paul lo hallaron muerto adentro del pozo, igual que a Jared. Las personas ahora sí estaban asustadas. Algunos proponían tapar el pozo, mientras que otros murmuraban algo sobre poner vigilancia. Mark y Spencer no lo soportaron más y se fueron del pueblo, creyendo que con eso se librarian de aquello que parecía perseguirlos. Andrew hizo sus maletas, él también se marcharía, si no fuese por la noticia que se acababa de enterar. 《Ya van cuatro queda uno...》

Andrew estaba aterrado. Luego de la muerte de Jared, sus pesadillas aumentaron, igual que los eventos escalofriantes en el pueblo. Se sentía perseguido, como si alguien le observara todo el tiempo, hasta comenzaba a desconfiar de sus vecinos. Paul fue el siguiente en desaparecer. Vivía solo, así que tardaron en darse cuenta de su desaparición. Por más que lo buscaron, no se halló rastro alguno de él. Pero Andrew ya sospechaba en donde se encontraría. Solo esperaba estar equivocado.

El cuerpo de Jared fue hallado una semana después. Lo encontraron en el pozo, luego de que la gente notase que un olor putrido provenía de ahí. Los del pueblo trataron de racionalizar el asunto, diciendo que Jared se cayó por accidente; aunque en realidad, eso nadie se lo creía. Todos comentaron que el lugar estaba maldito, prohibiendo que se acercasen allí. Andrew miro a sus amigos, los 4 parecían estar pensando lo mismo. 《Theo》

《Va uno quedan cuatro...》 Andrew se removió de la cama, sudando y con el corazón latiendo a mil por hora a causa de una nueva pesadilla. La voz que le había susurrado en sus sueños parecía tan real... Trató de no darle importancia, sabiendo que estaban ocurriendo cosas más serias que sus problemas para dormir. Pero aún así, no pudo sacárselo de la cabeza, no cuando aquella escalofriante voz le repetía siempre lo mismo. 《Ya voy a por ti, Andrew》

Apenas despertó, producto de otra horrible pesadilla, supo que algo malo pasaba. El cuarto estaba helado, caminó hacia la sala viendo como sus padres tenían expresiones de preocupación. —Jared ha desaparecido. Nadie sabe nada de él, desde hace días que no volvió a casa de sus padres... El sabía que su amigo no era un santo precisamente. Pero desaparecer así como así no pintaba nada bueno. Algo muy malo estaba ocurriendo, y esto era solo el inicio...

Nada parecía haber cambiado en el pueblo. Su aire de misterio seguía en el ambiente. Todos siempre volvían para las fiestas, y aunque él no quiso hacerlo durante mucho tiempo, ese año sintió la necesidad de volver. Se reencontró con su viejo grupo de amigos. Ninguno mencionó el "accidente" en donde Theo cayó en el pozo, matándose. Pero todos ellos lo recordaban con claridad, como si hubiera sido ayer. Y muy pronto todos tendrían una sorpresa, una gran sorpresa...

Podía escuchar varias voces llamándole, todas tan tetricas que le helaron la sangre, aquellos lamentos parecían sacados del infierno. Unas manos le tomaron y lo arrastraron abajo, se sintió caer y... Gritó. En aquel momento despertó, dándose cuenta que fue una pesadilla. Cinco años habían pasado desde aquel día en que ese pobre chico murió al caer en el pozo, todo por la estúpida broma que le hizo con su grupo de amigos. Cinco años sintiendo la misma culpa desde que le vio caer al pozo.

—Vamos, no seas cobarde —el grupo de jóvenes seguía insistiendo para que el chico se asomara más en el pozo. —Yo... no creo que sea buena idea —decía temblando. —No eres más que un maricon... —le insultó el más alto del grupo —¿Acaso te da miedo lo de la leyenda? Los ancianos decían que el pozo estaba lleno de almas en pena, si te asomabas lo suficientemente cerca podrías oírlos. Ya sin salida, el muchacho se asomó, agudizando su oído, sus manos sudaron al comenzar a escuchar voces...

La calle estaba oscura, aquella miserable farola solo parpadeaba. Siguió caminando, sintiendo como alguien estaba detrás suyo. No se asustó, solo siguió andando hasta llegar a un callejón. Aquel sujeto se le abalanzó, ambos golpearon el suelo hasta que ella se dio la vuelta y el por fin la vio. El grito de terror que soltó fue como de película. Dejó de sujetarla y se levantó lo más rápido que pudo, corriendo como si hubiera visto al diablo. Ella se sacudió, riéndose y caminando como si nada

—Dejame ir... Por favor... Te lo suplico... —Ya te dije que no. El chico vio a su ex novia, lagrimas caían de su rostro, sus manos esposadas a la cama. Estaba demasiado cansado, así que se puso de pie y abrió la puerta. Pudo oír como ella susurraba un 《... cuando salga de aquí》 No pudo soportarlo más. Rompió en llanto. Tenerla así era doloroso, pero debía hacerse. Ella se había convertido en una vampira. Y había asesinado a su familia. Tenerla ahí sería lo más seguro. Por ahora.

Sabía que ya no podía hacer nada más. Su relación se marchitó como las flores en invierno. Y ambos se habían dado cuenta de ello. —Di algo... —Creo que ya no hay nada más que decirnos... No podemos seguir juntos... Terminaremos odiandonos... El lloró ante esas palabras. Lloraba porque sabía que eran verdad. Lloró por todo lo que habían vivido juntos y el triste final que tuvieron. —Adiós Yoongi —Adiós Seokjin Y entonces cada quien siguió su camino.

Sabía que era el último. El último de mi grupo de amigos. El único que quedaba con vida. Después de haberle jugado aquella broma al nerd del salón, esa broma terminó en una tragedia. Pensamos que si no decíamos nada, todo quedaría olvidado. Nos equivocamos. Su espíritu volvió para vengarse. Jugaba con nuestras mentes, volviendonos locos para que acabasemos con nuestras vidas. —Lo siento mucho Apagué la cámara, dejándola a un lado y mirando por la barandilla. Cerré los ojos y salté.

Jungkook estaba harto Harto de que Tae solo lo buscara para consolarse. Siempre después de pelear con el bastardo que tenía por novio. —Deberías dejarlo —No puedo, yo... Él me dijo que cambiaría... —dijo con voz temblorosa. Jungkook sabía que Taehyung era consciente de sus sentimientos por él. Pero si ni eso lo había hecho alejarse de aquel tipo, entonces nada lo lograría. —Será mejor que te vayas, Taehyung. El chico entendió por el tono de voz, sus ojos se veían tristes. Ya era muy tarde

El niño estaba emocionado. ¡El circo por fin había llegado! Aquel olor a dulces, el sonido de las risas lo emocionaba. Todos le sonrieron: El domador, el mago, los enanos y el gran payaso. Tanta fue su emoción, que se escondió entre las carpas, a fin de ver cómo se preparaban para el show. Mala idea. Aquel payaso feliz masticaba algo que parecía carne cruda. Los enanos aspiraban algo blanco y el mago azotaba a los demás con ferocidad hasta hacerlos sangrar. Ya no le gustaba el circo.

Estaba furiosa. Aquel bastardo creyó que podría salirse con la suya. ¿Engañarla con aquella tipa? Pfff Ya le demostraría ella lo equivocado que estaba. Tardo meses en concretar su plan, repasando cada detalle, estudiando toda su rutina. Todo para no dejar ningún cabo suelto. Metió aquel arma en la mochila, y se subió a su auto rumbo a la casa de su ex novio. Sonrió al ver por la ventana que ambos estaban ahí. Que tontos. No se imaginaban lo que les sucedería esa noche.

Harry se sintió confundido. ¿Por qué se sentía así? ¿Por qué sentía tanta ira? Ginny amenazó con irse y llevarse a sus hijos. No, él no permitiría eso... Sus amigos lo evitaban... ¿Pero por qué? Si desde la caída de Voldemort todo había mejorado... 《Matalos, Harry... Hazlo...》 Su cicatriz ardió, sus manos picaban por levantar su varita y pronunciar aquel hechizo innombrable. Entonces lo entendió Aquella voz en su cabeza. Lord Voldemort se había apoderado de él

La mujer vio otra vez aquella horrible sombra. No se sentía asustada, pero si fastidiada porque aparecía en distintos momentos, impidiendole trabajar en paz. Tanto fue su fastidio, que un día simplemente se hartó. —Deja de seguirme. —Por favor... —escuchó un lamento. —Dije que no —respondió la Muerte —Tu castigo es quedarte en la tierra... Vio como la sombra se alejaba, y satisfecha, siguió con su camino, buscando nuevas almas para cosechar.

El Ángel se retorcía pero nada pudo hacer. El demonio Yoongi levantó la espada, y con un certero movimiento atravesó su pecho. Tomó su sangre, que era el ingrediente final para por fin revivir a su amado, esperando que funcionara. Y así fue. Los cánticos se elevaron, los seres mágicos bailaban alrededor del fuego, eufóricos por el poder que sentían. Las alas plateadas de Seokjin se agitaron, su pecho se elevó y sus ojos se abrieron, viendo a su amado Yoongi ahí. Había vuelto a la vida.

Yoongi observaba la gran ceremonia que se estaba realizando. Las lunas se habían alineado, las estrellas brillaban como nunca, y todos los seres mágicos se encontraban alrededor de la gran fogata, expectantes. —Traiganlo... Namjoon arrastró al Ángel, quien lo miró con furia, sus ropajes estaban manchados pero sus alas seguían impolutas. Yoongi se acercó al fuego, allí, en medio de las llamas, se encontraba Seokjin. —Por fin volverás a la vida, amor mío... Y entonces Yoongi afiló la espada

Ya casi estaba todo listo. Se podía sentir como el poder oscuro fluía en el ambiente, debido al evento que estaba aconteciendo. Los seres mágicos veían como los humanos paseaban disfrazados, alegres, con aquel hedor a mortalidad que tanto les provocaba. A ellos también les invadía un frenesí, sus poderes viéndose exacerbados, todos deseaban reproducirse. Solo el gran demonio mayor, Yoongi, se mantenía calmado. En unas horas recuperaría a su amado Seokjin. Ya faltaba muy poco.

Kim Namjoon había localizado a su presa. Aquel arcángel había bajado a la tierra con un disfraz para que ningún humano notara su aura, pero eso no servía para los seres mágicos. Su señor Yoongi le había encomendado la misión de capturarlo, así que no podía fallar. Tontos y arrogantes ángeles. Se creían tan intocables, tan superiores, pero eran incluso peores que los mismos demonios. Fue tan sencillo sorprenderlo con la guardia baja. El ingrediente principal de la ceremonia estaba listo

El gran demonio mayor, Min Yoongi, miraba con anhelo y desolación el cuerpo de su amado. Seokjin, mitad Ángel, mitad demonio, había sido asesinado solo por ser un híbrido,porque lo consideraron como una "amenaza" Aquel día una parte de Yoongi murió junto con Seokjin. Pero al fin la tristeza se acabaría. Las lunas se alinearian, todo el poder oscuro se concentraría en esa noche. Y Yoongi por fin podría revivirlo. Solo hacía falta una cosa: Un sacrificio de sangre

Allí, recostado en aquella cama que ya no sentía suya, junto a un hombre al que ya no quería, Hoseok se dio cuenta que era infeliz. ¿Cuando sucedió? se preguntó. ¿Cuando todo comenzó a desmoronarse? Solo tenía un pensamiento que lo hacía feliz: Yoongi Pensar en él, imaginarse un futuro a su lado le traía alegría. Él jamás fue directo, pero podía ver en sus ojos ese anhelo, ese deseo profundo. No podía seguir estando así. No condenaría su vida a la tristeza. Buscaría a Yoongi

En cuanto Yoongi lo vio, no pudo desprender su mirada de él. Había cambiado mucho, ahora se veía más maduro, más apuesto. —¿Seokjin? —¡Min Yoongi! No pensé verte por aquí... Has cambiado mucho... —Seokjin le sonrió, con esa dulzura que parecía seguir intacta en él. En ese momento los recuerdos de ellos juntos los invadieron, se sintieron nostálgicos, como si de nuevo tuvieran 15 años. —¿Podríamos ir a otra parte? —sugirió Yoongi. Seokjin se sonrojo, pero aún así respondió. —Si...

—No quiero volver allí... Ese sitio es horrible... El anciano miró con pesar al chico. Era solo un niño, pensó apenado. Pero no había nada que él pudiera hacer. —Lo siento... Pero debes regresar... Aunque te tengo buenas noticias, esta será la última vez, si tienes éxito, nunca más tendrás que ir de nuevo. —¡¿Lo dice enserio?! —ahora si se veía más emocionado. El Ángel corrió entre las nubes, lanzándose hacia la tierra y dejando sus blancas alas y su aureola. Debería reencarnar otra vez.

1 2 3... El chico entra en la escuela. 1 2 3... Va sacando su arma. 1 2 3... ¡Bam! Le dispara a aquel bully que siempre le molesta. 1 2 3... Todos salen huyendo inútilmente. 1 2 3... Él los encuentra, escondidos por todas partes, dejando casquillos en el suelo. 1 2 3... Sus ojos ven a aquel joven que jamás se burló de él. 1 2 3... Lo dejó ir, él merecía vivir. 1 2 3... Era hora de acabar con esto. 1 2 3... La masacre por fin termina. 1 2 3... No hay nada más por hacer.

Yoongi detestaba aquel sitio. Le hicieron entrar, mirándole con algo de recelo y curiosidad, cuando les dijo a quien visitaría. No todos los días visitaban al mayor asesino del pueblo, encerrado en esa cárcel desde hace 1 año. El tipo lo miró con curiosidad, antes de romper a reír. —Pierdes tu tiempo jovencito... Ese sujeto está demente. —Yo creo que no... —dijo Yoongi sacando un arma y disparándole al guardia en la cabeza. Hoseok salió de su celda y le besó con pasión. —Ya era hora...

Los cambiaformas se habían reunido para la gran fiesta del pueblo. Osos, lobos, águilas, entre otros animales, conversaban alegremente, todos en sus formas humanas. Yoongi estaba tan aburrido, que regresó a su forma de pantera y caminó por el bosque. Cuando de pronto lo vio. Un majestuoso lobo plateado que bebía agua del manantial. —¿Quien eres, bella criatura? —Seokjin... ¿Y tú? —Yoongi... Instantáneamente lo supieron, sus espíritus animales estaban conectados. Eran predestinados.

—¡No lo hagas! Yoongi estaba exhausto. No sabía si llegaría a tiempo o no, pero al escuchar las palabras, no tuvo más opción que gritar, ocasionando que todos lo mirasen, incluyendo Seokjin. —Por favor, no te cases, Seokjin... Sé que no lo amas... Jin lo veía atónito, gruesas lágrimas caían por su bello rostro. Finalmente, le vio correr hacia él, entre los murmullos de los invitados, y los griteríos de las familias. Le tomó del brazo y salieron de la iglesia. Era el momento de huir.

La raza de los vampiros y los lobos se odiaron desde siempre. Los lobos, hartos de los pálidos, les declararon la guerra. Pero los vampiros crearon un arma, una capaz de acabar con los lobos definitivamente. Sin embargo, su plan falló. El arma, un ser híbrido, mitad vampiro, mitad lobo, se reveló contra sus creadores, decidiendo poner fin a aquella guerra tan absurda. Solo habría una forma de conseguirlo. Aniquilando a las dos razas de una vez y para siempre.

《Puede besar al novio》 Yoongi se acercó más Jimin para besarlo. Sin embargo, antes que pudiera lograrlo, se despierta. Cada noche es la misma tortura. Sueña con su boda con Jimin. Aquella boda que duró muy poco, pues tuvieron un accidente de coche al salir para su luna de miel. Un accidente en donde solo sobrevivió Yoongi. Maldecia cada día de su existencia, enojado por haberse salvado él y no su esposo. Ahora se encontraba totalmente solo. Sin Jimin. Sin amor. Muerto en vida

Seokjin sabía que no debió ir. Ni él ni su tonto grupo de amigos sabía a lo que se enfrentaban realmente. Ahora todos ellos habían desaparecido, y él, estaba corriendo sin rumbo por aquel espeso bosque. ¿Cómo lograría salir vivo de ahí, con aquel ser persiguiendolo? En cuanto oyó las pisadas cerca, supo que era su fin. Cerró los ojos al sentir aquel aliento helado y... —Eres muy hermoso, humano... Creo que me divertirás un rato... Y Seokjin sintió como aquel pálido ser se lo llevaba.

Odiaba estar en aquel sitio. Detestaba a los seres azules que lo rodeaban Solo, sin ningún amigo ni familia. ¿Que había hecho para merecer estar ahí? El no recordaba haber hecho algo malo. No veía la hora de escapar de ese lugar y sus infinitas torturas. De todos aquellos químicos. Porque Jimin sabía que no estaba loco. Escaparía de ahí como sea. Y se vengaría de todos los ayudaron para encerrarlo allí.

Tae siempre jugaba con Jungkookie. A pesar que su mamá le dijera que no debía de hacerlo. A Tae le molestaba que lo llevaran al doctor, él no estaba enfermo. Le dijeron que no era un doctor como los otros, que él le ayudaría a solucionar lo que pasa en su cabecita. 《Que tontos》pensó, si él no tenía nada malo ni estaba loco como los de esas películas que salían a veces en la televisión. Tae sólo quería seguir jugando con su amiguito Jungkookie. Aunque nadie más aparte de él pudiese verlo.

La noche ha caído, pero ninguno del grupo está durmiendo. Apretujados en la fogata, esperando recibir un poco de calor en aquella noche tan fría. Escapar de la ciudad fue lo más complicado que hubieran hecho alguna vez. —¿Qué haremos ahora? No tenemos a donde ir... Todos se estremecieron por la pregunta de Jungkook. Ninguno sabía que harían, ahora que el mundo parecía haber acabado. Con la ciudad infectada y la mayoría de gente muerta, sabían que pronto les tocaría a ellos. Era el fin.

Taehyung estaba harto. Jeon Jungkook era el Slytherin más arrogante que hubiera conocido. Y todo por ser un sangre pura. Aunque no era solo eso. Su familia era rica y sobresalía en los estudios y en el quiditch. ¿Porqué era tan... perfecto? Pero él acabaría con eso. Dejaría de ser el segundo lugar, ahora por fin recibiría el reconocimiento que merecía. Solo debía conseguir que Jungkook se tomase la Amortentia. Ahora por fin lo tendría en sus manos. Ya nunca más le ganaría.

Seokjin estaba asustado. ¿Y si el proceso salía mal? Yoongi estaba a su lado por supuesto. Susurrandole palabras tranquilizadoras al oído. —Ya es hora, amor mío Seokjin vio todo el amor en sus ojos, eso le calmó para no asustarse por el dolor de la mordida. El proceso fue lento y doloroso. Pero todo salió a la perfección. Despertó siendo un vampiro. —Bienvenido a tu nueva vida Los ojos rojos de ambos vampiros se atrajeron como imanes. Ahora sí estarían juntos por siempre

—Me encanta como te ves Jimin no volteo porque reconocía perfectamente aquella voz. Bajó su camiseta que tenía levantada, por haberse pasado todo el rato viendo su figura en el espejo. —No necesito que me mientas, Tae El más alto suspiró y pasó sus brazos por su vientre, abrazandolo y apoyando su mentón en el hombro de Jimin. Se veían muy bien. —No es mentira. Te ves hermoso y lo sabes Las grandes manos de Taehyung acariciaron el vientre de 7 meses de Jimin. Serían padres muy pronto.

No podía dejar de mirarla. No aunque quisiera. ¿Porqué era tan hermosa? Además de talentosa, alegre, era simplemente... Única. Jeon Jungkook adoraba a Lalisa Manoban. Y ella le correspondía, a pesar que su relación estuviera totalmente prohibida. Él se arriesgaría por ella, siempre lo haría. Ellos solo podían mirarse desde lejos, deseando poder tomarse de las manos y decirle al mundo de su amor. Pero ese sueño tendría que esperar. Tendrían que ser pacientes. Por ahora.

Y ahí estaba de nuevo. ¿Porque parecía estar en todas partes? Claro, porque era el héroe que salvó a todo el mundo mágico. Estupido Potter. Como lo odiaba. A él y a la tonta que tenía por prometida, Ginny Weasley. Hasta pensar en esa tipa le repugnaba. ¡Ja! Si supieran que él no era ningún santo. Ni mucho menos el tipo correcto que aparentaba ser. Pero nadie le creería a ella si lo dijera. No a Pansy Parkinson. Nadie le creería si revelara que ella y Harry Potter eran amantes. Nadie.

Taehyung estaba destrozado. ¿Cómo no estarlo, si ves al amor de tu vida casándose con alguien más? 《Se mi padrino》le dijo Jungkook emocionado. Y ahí estaba él. Parado a lado del novio, deseando ocupar el lugar de aquella hermosa joven vestida de blanco que ahora se uniría a Jungkook. A su Jungkook. ¡Como deseaba oponerse a esa boda! Pero no lo hizo. No podía hacerle eso a su amado. Se resignaria a verlo feliz, aunque no fuese con él. La vida era demasiado injusta a veces.

La guerra por fin había terminado. Una nueva sociedad se alzaba. Más rencorosa, más prejuiciosa. ¿Qué sería de él sin el apoyo de quienes tuvieron el poder en sus manos? Nada. Solo una sombra de lo que fue. Si tan solo hubiera aceptado unirse a ella... Tal vez ahora no le estaría mirando con aquel rostro decepcionado. Pero sobretodo triste. Y quizás él no estaría de camino para recibir el beso del dementor, tras haber salido culpable en el juicio. Si tan solo...

《Búscame cuando regrese》 Fueron las últimas palabras de Jin para su amado Yoongi. Cuando los pueblerinos lo quemaron por ser un brujo, Jin solo le pidió a su esposo que lo esperase hasta su reencarnación. Yoongi esperó por más de 200 años. Todo cambió. Pero el amor de él siguió intacto. Hasta que finalmente su alma regresó. —Mucho gusto, soy SeokJin —Soy Yoongi —¿Sabes? Te parecerá loco, pero siento que te conozco de algún lado, Yoongi... 《Muy pronto podrás recordar todo, amor mío》

De nuevo solo Sabía que pasaría Nunca duraba mucho con alguno de sus novios, siempre les hallaba algún defecto y terminaban. ¿Qué estaba mal con Hoseok? No lo entendía. O talvez sí. Todo era por Yoongi. Sentía que nadie podría reemplazarlo, que solo con el había conocido el amor. Pero luego recordó todo. Los gritos, los celos, las peleas... Hoseok ya no lo soportaba. Aunque sabía que volvería a él. Y Yoongi le aceptaría de nuevo. A vivir ese amor tan pasional Aunque fuera tóxico.

El ruido en su sótano no paraba Taehyung estaba cada vez más fastidiado, ya no sabía que más hacer para dejar de escuchar aquellos molestos sonidos. Ponía música para distraerse pero aún así los oía. Estaba considerando el mudarse. Tampoco soportaba a sus vecinos, siempre rondando por la calle, perturbaban su tranquilidad. Y aquellos ruidos de nuevo. Lo había decidido: Se iría en cuanto se deshiciera de su 《asunto》 Quien diría que tener secuestrado a Jeon Jungkook fuera tan complicado.

La tensión se podía cortar con un cuchillo. Aquellas miradas arrogantes, despreciandolo... Quien se imaginaría que Draco Malfoy sería enjuiciado. Los mortifagos ya habían recibido condena, y ahora, él también se pudriria en Azkaban junto a ellos. Pero no fue así. Defendido por quienes despreció y humilló, fue absuelto. Era libre. Podría ir a donde sea. Casarse con quien sea. Amar a quien sea. En especial, a aquella joven de ojos marrones que lo miraba, no con pena, sino con calidez.

《No puede ser》pensó Hoseok. Aquel alfa con olor a bosque, no despegaba su mirada de él, siempre silencioso, siempre tan serio. Yoongi, ese era su nombre. Una sensación que no podía describir le invadía el cuerpo. Sus amigos también desconfiaban y por eso regresaban a casa con él. Hasta que un día no pudieron acompañarlo. Hoseok guardó la calma y caminó solo hasta su casa, viendo sobre su hombro en todo momento. No debió confiarse. El alfa estaba ahí. —Mío Y hundió sus colmillos en él.

La tenía tan cerca. Tan cerca y a la vez tan lejos. Casi podía oler su perfume, ese que percibía cuando chocaban en los pasillos de camino a clases y él se obligaba a insultarla porque era la única manera de tener su atención. Draco sabía que solo tenía una oportunidad, solo una; si fallaba toda su familia pagaría el precio. Sería un muerto en vida después de hacerlo, pero no tenía elección. 《Avada Kedavra》 Entonces Hermione Granger cayó muerta. Y junto a ella murió el corazón de Draco.

—Conduce más rápido, Yoongi. —Voy lo más rápido que puedo, si acelero más podemos chocar. La oscura carretera era lo único que veían, deseando llegar a tiempo a la estación de trenes. Ambos tenían los nervios de punta por la huida, aunque parece que nadie los estaba siguiendo. Apagaron los móviles antes que les llenaran de mensajes exigiendo que volvieran, en especial Seokjin. Pero los dos sabían que no volverían. Y Yoongi no se arrepentía ni un poco de haberse llevado a Seokjin de su boda.

Luego de tanto pensar, ambos se decidieron por fin. Sabían que dañarían a muchas personas, pero su amor les sobrepasaba hasta el punto de no importarle nada más. —¿Le dijiste a alguien? Hoseok solo negó, tomó su maleta y cogió la mano que Yoongi le ofrecía. No quería enfrentar a nadie ni ser juzgado, aunque sabía que se lo merecía. —Vamonos ya. Los dos partieron con tristeza al saber que no podrían regresar, lástima que no había marcha atrás. Se amaban a pesar de estar casados con otros.

—Vete. Baekhyung, el padre de Taehyung, me mira furioso. Sabía que no era bien recibido. Pero no pude evitar venir hasta aquí. —¿No me oíste? ¡Lárgate y deja en paz a Taehyung! —sigue insultandome, pero dejo de oírlo en cuanto veo a Taehyung cruzar por el pasillo con su traje blanco. Luce como un angel, etéreo y majestuoso. Me quedo inmóvil. Baekhyung me aparta y va con su hijo, acompañandolo para entregarlo al hombre que está apunto de ser su esposo. Y ahí comprendí que ya estaba perdido