Había una vez, una niña de 11 años llamada Samantha la cual quería ser veterinaria ya que esta profesión le encantaba, pero la desilusionaba mucho la razón de que era de bajos recursos para estudiar esa carrera. Un día iba caminando hacia la escuela y vio una caja en un callejón, ella se acercó y en ella había un cachorro que tenia una etiqueta que decía ‘‘Jack’’.
Ella lo cogió y lo puso en su mochila y se fue a la escuela. En la escuela los profesores le preguntaron que le pasaba y por qué estaba muy distraída, le dijo que se sentía mal y si podía ir a su casa, la profesora le dijo que sí.
Cuando llegó a su casa, y destapó la caja y el perrito estaba ahí, se sentía triste y estaba temblando de frio, ella le dio un beso y de repente el perrito ladró, le estaba hablando y ella lo entendía.
Pasó el tiempo y entró a la Universidad de Veterinaria Universal (UVU). Jack enfermó y murió por vejez, pero ella usó su don para convertirse en la mejor veterinaria, terminó sus estudios y abrió su propio hospital de animales, con el nombre de: ‘‘Jack’s’’.
Jack fue su mejor amigo y el la impulsó a cumplir sus sueños.
Fin.
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