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Andrés Ballesteros


En un pueblo, se destacan las habilidades de un doctor, la creatividad de un escritor, y el talento de un músico. Sin embargo, ¿es esto suficiente para las 3 personalidades tan aclamadas?


Короткий рассказ 13+.

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Короткий рассказ
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No corría brisa, y el canto de las aves parecía no haberse inventado aún. En este pueblo la monotonía era parte del menú, pero eso no lo hacía un lugar triste, en absoluto. De hecho, la gente vivía bastante cómoda y con pocas quejas, era cuestión de acostumbrarse a cumplir con el día a día: ver a los mismos vecinos, los mismos almacenes, y las mismas calles. Y, como no es de extrañarse, la población acudía a los mismos tres individuos más conocidos del pueblo, dependiendo de cuál fuera la necesidad. Muy conocido por sus alegres melodías era un músico que tocaba cada noche en la plaza del centro, las gentes se deleitaban con el armonioso canto de su guitarra a la vez que observaban con curiosidad su –Discordante con su música– vestimenta: en cada presentación vestía unos sencillos pantalones de cuero, una chaqueta del mismo material, unos zapatos y unos lentes de sol, todo del mismo color negro.

No menos popular era el escritor del pueblo, este solía frecuentar ferias de lectura que se hacían en el parque, cabe destacar que la población no aborrecía para nada la lectura. La gente se emocionaba con cada nueva entrega del escritor, pues no había nadie mejor que este para llevar historias al papel. El literato vestía con manifiesta elegancia, normalmente se le veía con trajes de gamuza, pantalones clásicos y una boina que casi ni permitía verle la cara. Y para completar tan aclamada triada en el pueblo, se encontraba el único médico al que los ciudadanos tenían acceso. Aunque, no me malinterpreten; este era el mejor médico en kilómetros a la redonda y al cuadrado, y como la población no era tan enorme que digamos, siempre había espacio y tiempo para todos. Al galeno nunca se le conoció vestimenta más allá de su uniforme, compuesto por unos scrubs de color azul, una enorme y blanca bata, y su obligatorio tapabocas, blanco también. El tridente de profesionales mantenía la tranquilidad y el bienestar del pueblo, no había persona alguna que no acudiera a estos, y tampoco se sabía de nadie que no hubiera quedado satisfecho con lo que estos ofrecían.

Pero, hechas bien las cuentas, no exactamente todos estaban satisfechos. Una de tantas tardes, el escritor se sentía triste, muy triste; sentía que le faltaba más que una pizca de alegría a su vida, pues siendo escritor, no hacía más que solo escribir. Así que resolvió ir en busca del músico del que tanto se hablaba, para que le compusiera una canción. El taciturno literato decidió que si quería escuchar una buena melodía debía vestirse acorde a lo esperado, así que tomó la ropa más sencilla que tenía, dejó su boina en casa, y salió. A la primera persona que vio en la plaza le preguntó por el músico, esta no había reconocido al escritor debido a tan extremo cambio de imagen, así que con normalidad respondió que podría encontrar al famoso guitarrista esa misma noche, pues en cada luna, este se presentaba. El (ahora de incógnito) escritor le agradeció, y allí espero a que cayera la noche. El sol se escondía y las estrellas se mostraban, llegaba la gente, pero no había rastro del músico, el escritor decidió esperar un poco más, aunque en vano fue su paciencia; el músico nunca llegó a la plaza, y el taciturno letrado no tuvo más remedio que volver a casa.

Pero no era el escritor el único inconforme. Días posteriores a su insípida experiencia, el músico se empezaba a sentir realmente mal, lo invadía la ansiedad y un estrés para él inexplicable, por lo que, sin pensarlo dos veces hizo una llamada al encomiable médico del pueblo, apartó una cita con la secretaria, y esperó el día. El músico estaba advertido de que llamaría la atención si salía tal y como vestía normalmente, así que se vistió de la manera más colorida posible, dejando sus lentes oscuros a un lado y haciendo uso de una gorra. Llegó el irreconocible músico al consultorio y ya había gente esperando, no eran muchas, ni eran tan graves sus necesidades, así que por el momento eso estuvo bien para el artista. Hasta que el tiempo empezó a correr, y el médico se empezaba a ausentar; aquellos que habían llegado de primeros fueron también los primeros en irse, siendo esta la misma decisión tomada por los últimos en llegar. El músico no encontraba consuelo alguno, pero en vista de la situación decidió no seguir perdiendo su tiempo y se marchó.

A estas alturas no les habrá de extrañar que el médico no se sintiera muy bien consigo mismo, esto, pocos días después de no atender el consultorio. No se sentía tan mal como el músico, ni tan triste como el escritor, pero un sinsabor en la boca y un desgano empezaban a hacer parte de sus días, al galeno empezaba a pesarle la rutina, estaba harto de siempre lo mismo, y se dispuso a ir en busca del escritor. El primero buscaba a este maestro de las letras para que le proveyera de una nueva historia que conocer y que contar, y como tanto se rumoraba de la elegancia de este escritor, el médico quería verse presentable y dejó a un lado su uniforme, para estrenar un elegante traje de seda y lucir un pomposo peinado. Incluso él sabía dónde encontrar al escritor, así que fue directo a la feria del libro que se estaba realizando aquella tarde. Estaban todas las obras escritas por el famoso literato, pero el galeno ya los había leído, él quería una nueva historia, por lo que decidió esperar al escritor. Las horas llegaban y se iban, al igual que las personas; y al final, al igual que el hastiado facultativo.

Semanas después de aquellas tres importantes ausencias, una triste noticia llegó a todos los rincones del pueblo. El cuerpo de un desconocido, se decía que, de avanzada edad, había sido encontrado colgando del cuello en un enorme árbol en la periferia del poblado. No se le reconocieron familia ni amigos, por lo que decidieron entre todos los ciudadanos darle santa sepultura. Ignorando que, desde ese día, el pueblo se quedaría sin escritor, sin músico y sin médico.

27 апреля 2020 г. 23:46 2 Отчет Добавить Подписаться
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Proséf Chetai Proséf Chetai
Hola. Saludos Andrés. Lograste la atención con la narrativa interesante, la trama y el desarrollo. Con el tiempo quizá; estoy seguro cosecharas algunos adelantos estílisticos. Ánimo

  • A B Andrés Ballesteros
    Muchas gracias por la apreciación al cuento :), y sí, tengo muchas ganas de mejorar. Saludos para ti también. April 29, 2020, 13:06
~

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