Siendo un poco extraño
al hablar y al expresarme,
no encuentro más paz
que cuando estoy en sus brazos,
o recostado en su regazo
mientras miro el cielo,
mientras acaricia mi pelo,
pasando sus finos dedos
por entre cada cabello.
Siendo normal y común
al comunicarme y charlar,
encuentro más paz en los libros,
aquellos cuyas páginas
me acogen cálidamente,
empapándome de su tinta
seca, dándome una última
oportunidad para leer sus
palabras escritas hace años.
Sintiéndome alegre y fugaz,
lleno de vida y energía,
valoro más una taza del
café más cargado que pueda
encontrar en la alacena,
y que le dé aún más carga a
mi batería y continuar el día
lleno de actividad y fuerza
para decir “Un round más”.
Sintiéndome tranquilo y en paz,
con la batería en sus últimas,
prefiero una taza de té caliente
que me dé sueño mientras leo
los ingredientes de la infusión,
para que así pueda irme a dormir
y reponer las energías que perdí
para al día siguiente poder volver
a tomar una taza de café.
estando en público, rodeado
de gente que no conozco,
disfruto de ser animoso,
dar la buena cara al mundo
mientras que les veo sonreír
o hacer un gesto de desagrado
por verme hacer cosas extrañas,
de las cuales al final se ríen
fuertemente en sus casas.
Estando a solas, sin nadie,
sin ni un alma en las cercanías,
disfruto de ser de lo más normal,
sin llamar la atención,
vivir una vida al borde de lo humano,
medianamente alegre, mas no feliz,
pues actúo alegre en público para
que los demás lo estén, porque sé
cuan horrible es ya no sentir nada.
Riz Rhymer
