Yo sueño con un México Подписаться

Yo sueño con un México en el que podamos salir a la calle sin miedo a que nos pase algo malo inesperadamente, con un México en el que podamos confiar, en donde el gobierno le brinde herramientas y cumpla con las necesidades de quienes no tienen acceso a lo que no se debería llamar beneficio, sino derecho. Como estas personas carecen de estos “beneficios”, la mayoría, comienzan a robar por necesidad y no solamente por un capricho, comienzan a robar porque ya no les es suficiente el único pedazo de pan que pudieron comprar para la semana, ya no es suficiente la poca agua que lograron conseguir para beber y bañarse. No estoy diciendo que este bien, ni mucho menos los estoy defendiendo porque sé que esta es una salida fácil, pero tal vez ellos no encuentran la manera de solucionar su problema porque no se les ha enseñado a pensar más allá, simplemente estoy tratando de entender que no es completamente su culpa, el país debería estar unido y buscar opciones para luchar y terminar con la pobreza para que estas personas no consideren robar como un oficio fijo.

La educación es una de las características que todo ser humano debería de poseer, pero claramente este no es el caso en nuestro país, y no estoy hablando solamente de educación escolar sino de saber que es lo correcto, que es el respeto, la prudencia, la paciencia, la generosidad, la bondad. Muchos de los mexicanos son considerados unos “nacos”, para mi y para muchas otras personas esta descripción significa una persona sin educación, pero ¿como esperamos que la tenga si no se le ha dado la oportunidad de aprender a ser mejor persona? Es muy fácil criticar sin saber lo que es estar en su posición, si, es realmente molesto encontrarse con una de ellas pero también nos da la oportunidad de analizar a profundidad que es lo que está realmente mal con México y de ver más allá del simple apodo de “naco”.

México está a punto de derrumbarse, de que toda la cultura con la que solíamos representar con orgullo al país ya no valga nada, de ya no levantarnos con la cara en alto y gritar a todo pulmón “yo soy mexicano”, sino dejar caer la mirada mientras arrastramos estas mismas palabras esperando que algún día México sea mejor. No tendríamos que estar soñando con un México mejor, pero lo hacemos porque creemos que podemos levantarnos y ser un país en el que haya confianza, unidad, respeto, etcétera, todo lo imaginable, pero esto comienza con la persona que vemos diario en el espejo, con esa persona que se queja infinitamente de todo lo que está mal con el país pero no es ni para ayudar a la persona de enfrente, ni para regalarle una sonrisa al vecino. El cambio está en lamentarse pero proponer una solución consistente, en querer hacer mejor del país empezando con nosotros mismos, en entender que soñar con un México mejor es hacerlo realidad.