La hoja Подписаться

- Quiero destruir al mundo pero no quiero herir a nadie - dijo el joven.

- Quiero destruirlo lo más pronto que se pueda - volvió a repetirlo.

En verdad lo había dicho y en ese momento sucedió, sabía que no debía decir sus deseos en voz alta pero había sido orillado a eso, fue sólo un impulso el que causo tal resultado como el fin del mundo, nadie se lo esperaba ni nadie pensaba que fuera así.

(Al menos no causaría dolor a nadie) fue lo que pensó él. Ya era muy tarde para detenerlo en ese segundo que había dicho la primera frase fue ese segundo en el que se decidió el destino de todo.

Las razones eran muy tontas quizá para alguien diferente a él, claro ahora también lo serían también para él. Pero en ese sólo segundo se había llenado de tanta ira, decepción y desesperanza del mundo que no pudo haberlo evitado, lo más seguro hubiera sido que hubiera deseado él no existir, pero los seres humanos son la mayoría egoístas por naturaleza y su ira hizo que fuera enfocado hacia el exterior.

Quien hubiera pensado que ese pequeño suceso que paso por casualidad tuviera este desenlace, que aquella buena acción que fue recompensada para cumplir el deseo que él quisiera terminaría con esta destrucción.

Había tiempo en lo que todo desaparecía y entonces recordó...

Aquella mañana se despertó más tarde de lo habitual se topó con un señor en el camino de siempre el cual estaba se le acercó y le preguntó que si podría ayudarlo a encontrar cierta dirección, el joven conocía el lugar que le preguntaban y haciendo unos cálculos rápido pensó que como quiera llegaría tarde y el lugar no estaba lejos, además el sujeto que ayudaba no se veía mala persona le dio las indicaciones y lo acompañó hasta un lugar que todavía parecía seguro, al finalizar el señor le agradeció pero al hacerlo hizo algo extraño sacó una libreta y arrancó una hoja, se la entregó al joven y le comentó que cualquier cosa que deseara desde el fondo de su corazón mientras sostuviera aquello hoja se haría realidad.

El joven extrañado de esas palabras pensó que el señor estaba medio loco pero para acordó el señor ya no estaba y la hoja estaba en sus manos, lo cual le pareció escalofriante durante unos segundos no recordaba nunca haber quitado los ojos del señor y mucho menos haber movido su mano para sostener la hoja. Y ahí es donde termina el suceso raro de la mañana.

La tarde algo normal en su vida que decidió saltársela de recordarla y entonces pasó a la noche donde esta ahorita pero unos minutos antes. Golpes, sangre, moretones, raspaduras, huesos rotos, sangre de nuevo y todo porqué porque quería hacer lo correcto. Los resultados de esta eran heridas físicas pero la situación en sí que defendía era algo más psicológico. En sí la situación podría ser cualquiera lo más fácil sería dejarlo pasar pero él no era así, la realidad del resultado fue esta, nunca debió entrometerse se dijo al final. Para su mala suerte la hoja había terminado en su mano al final y fue cuando por unos segundos ese pensamiento pasó.

Entonces antes de que desapareciera por completo se apareció el señor de la mañana y lo miró a los ojos y él a él, no se dijo ninguna palabra pero el señor parecía que lo entendía, entonces saco de su libreta otra hoja y se la puso en su otra mano que todavía no desaparecía.

Entonces el joven justo cuando iba a pensar algo se detuvo y pareció comprender todo.

El señor con una cara de sorpresa desapareció.

El joven desapareciendo sonrió y antes de terminar de desaparecer lo que intentó decir fue:

"Nunca más".