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Daniel Camargo Triana


Es una historia cuya trama es una metáfora de como el crecimiento del hombre lo ha llevado de una u otra manera a su fin.


Короткий рассказ Всех возростов.

#347
Короткий рассказ
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Las cenizas del hombre

Hace mucho tiempo atrás cuando el hombre aún no se había autoproclamado como regidor de la tierra, vivía escondido en la seguridad de las sombras donde las bestias no rugían y el sol no asomaba. Sobre él la tierra florecía, custodiada por criaturas cuya majestuosidad era igual de grande que el temor que al hombre infringían.

En aquel mágico lugar el hombre no tenía cabida, debido a que cuando así fue, en tiempos pasados, a sus manos la tierra que pisaba perecía mientras el crecía como alimentándose de aquella muerte. Desde que ello terminó y los humanos pasaron a ser criaturas carroñeras y no más que una sucia plaga, la tierra siguió su rumbo. Todo era paz hasta que en un ocaso como cualquier otro, del gran sol un pedazo se quebró y con furia contra la tierra colisionó. Era todo muerte y agonía, ninguna criatura se atrevía a investigar el lugar del desastre, ninguna excepto la que en muerte y agonía florecia. Cuando el hombre arribó, guiado ciegamente por la incertidumbre que en el crecía, encontró el trozo de sol. Al principio el hombre se aterrorizo como cada vez que veía por primera vez algo novedoso, pero mientras se acercaba sentía cada vez más el poder de aquel objeto. Finalmente, encontró la forma de manipularlo y cuando eso ocurrió dejo de temerlo, lo vio como una oportunidad de hacerse con la tierra y arrebatársela a sus cuidadores, aquellos que previamente lo desterraron a las sombras. Con el poder que poseían quemaron a todo aquel que pudiera ser un obstáculo en su camino, crearon maquinas, seres sin vida que les servían ciegamente, y se expandieron hasta abarcar toda la tierra.

Todo era gloria a los ojos del hombre, mientras más consumía de la tierra más crecía y se fortalecía, nadie era problema para él. Pero un día en un ocaso como cualquier otro, la tierra a sus pies, echa ceniza y fragmentada, no resistió y pereció bajo los pies del hombre, junto con él. En ese instante comprendió que al quemar a sus enemigos también quemaba a su hogar, que al consumir de la tierra consumía de su propio ser y que al tomar ese pedazo de sol estaba tomando el carbón que lo consumiría.

25 августа 2019 г. 2:28 0 Отчет Добавить Подписаться
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