karhol-lopez1562630090 Karhol Lopez

Una historia de amor inolvidable. En donde nos muestra que el amor de nuestra vida no siempre es quien esperamos.


Короткий рассказ Всех возростов.

#cuento
Короткий рассказ
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El coco

Érase una vez una niña de siete años de edad, su nombre era Rebeca. La niña era tremenda, juguetona y no le gustaba dormir en las noches. Un día su madre llegó a su cuarto, eran las once de las noche y la niña no dejaba de saltar en su cama, saltaba de un lado a otro y la madre molesta le dijo:

− ¡Rebeca duérmete ya es tarde! Gritó molesta.

− Mira mamá, mira como salto, mira, mira.

− Rebeca deja de saltar

− Mira mamá

− ¡REBECA!

La niña dejó de saltar , sentándose en su cama haciendo pucheros con sus labios. La mamá acercó una silla que se encontraba cerca de la cama y se sentó. Christina, la madre de Rebeca, sonrió y serena se acercó con la niña le dio su beso de buenas noches en la frente, la cobijó y apagó las luces. Pero antes de salir de la habitación algo la sostuvo de la mano, sintió un miedo y una alegría inmensa con eso, miró para atrás y notó que era su hija. se sintió melancólica.

- ¿Qué pasó hija?

- Me podrías contar un cuento mamá. La niña hizo cara de perrito triste, con sus grandes ojos aperlados y sus cachetes que la hacían algo graciosa pero tierna a la vez.

- Ya es tarde hija.

- Ándale mamá ¿sí? Suplicó la niña.

Christina recordó su pasado y decidió contarle una historia que a ella le cambio la vida por completo, era un relato aterrador que se les contaba a los niños que no querían dormir como era cuando era una niña traviesa , juguetona y curiosa tal y como era su hija. Pero con Christina tuvo un efecto distinto, uno que le cambiaría la vida.

- Bueno, vamos a tu cama, ¿te parece?

La niña corrió a su cama y se arrojó a ella haciendo sonar los resortes, la madre la tapó y se sentó de nuevo en la silla. La niña alegre la miraba impaciente esperando a lo que su madre iniciara la historia.

- Esta historia se le conoce como el Coco, se dice que el Coco es una criatura malvada y horrenda- Christina hizo unas garras con sus manos y gruñó- que se lleva a los niños que se portan mal y no duermen a la hora que es- la mujer suspiró- pero te digo algo, eso es mentira, es solo algo que se le dicen a los niños malcriados para que duerman, pero tú no eres malcriada o ¿sí? --la niña negó con la cabeza- bueno entonces mejor te contare una historia algo parecida a la bella y la bestia –la niña se emocionó- bueno, había una vez una niña igual con mucha energía como tú, que no le gustaba dormir a la hora que era. un día su madre la le llamó la atención porque era tarde y ella no se quería dormir, e hizo lo mismo que hice yo contigo, la sentó y le contó la historia del Coco, pero una forma más macabra y fea –la señora hizo gesto de asco- la niña como era intrépida y aventurera esperó a que su madre se fuera, haciéndose la dormida, y esperó a que el Coco apareciera con ella…

… el Coco no llegó esa noche, pero eso no desanimó a la niña, si no lo contrarió esto hizo que la niña lo esperara todas las noches sin falta. Una noche cálida, exactamente el 10 de octubre del 1999, la niña se esperó a que el Coco llegara, pero no lo hizo como era costumbre, se acostó en su cama y se tapó hasta la cara. No tardó mucho en que se escuchara un fugaz zumbido y una brisa entrará por la ventana de la habitación. La niña se despertó alegre al fin lograría enfrentarse al Coco, pero cuando lo vio se llevó una gran desilusión, no era el monstruo feroz y horrible que describía su madre sino que era chaparro con mucho pelaje , orejas de oso, ojos color miel , tenía un gran parentesco con “ALF” el marciano de la comedia noventera.

- ¿Por qué has osado en invocarme? Dijo el Coco.

- No das miedo lo ¿sabes? Repuso la niña.

- Claro que doy miedo, soy el temor de mucho de los niños y seré el tuyo muy pronto.

- No enserio –la chiquilla soltó una risita- me das ternura.

- No la doy. Dijo el monstruo con un tono más grave.

- Claro que si.

- Claro que no.

- Que siii.

- Que nooo.

- Que siii.

- Ya dije que noo.

- Bueno no la das. Dijo la niña riendo.

Un silencio tomó lugar en la habitación y los dos se quedaron viendo en medio de la oscuridad de las doce de la noche en una habitación de una niña de siete años lleno de calcomanías fluorescentes. Después de un tiempo la niña , que era algo tímida, se le ocurrió pensar en algo que sin querer terminaría saliendo de su cabeza y se hicieron palabras.

- ¿Quieres ser mi amigo? –el Coco se exaltó y ruborizó.

- Sí, sí quiero ser tu amigo –contestó el pequeño monstruo sonriendo enrojecido.

La niña sonrió.

Desde ese entonces todas la noches la niña esperaba a su nuevo amigo y el Coco llegaría con ella para hablar de las cosas que había hecho ella en el día y él le contaba a los niños que había asustado y cosas de que solo los monstruos conocen. Pasaron los días, los meses y los años hasta que una noche, ya casi dos años después de que se conocieron los dos seres hicieron una promesa.

- Promete estar todas las noches y todo el tiempo conmigo ¿va? –dijo la niña.

- Lo prometo por mi monstruosa vida –dijo el Coco sonriendo.

- Hablo enserio.

- Yo también lo hago –los dos se quedaron viéndose a los ojos.

- Jamás uno sin el otro ¿ok? –dijo la niña.

- Jamás el uno sin el otro –repuso el monstruo, después de esto los dos entrelazaron sus meñiques.

Pasó la noche y la niña despertó alegre, esperó la noche pero se llenó de tristeza al sentir y saber que su amigo no llegaría esa noche, durante días, meses y unos cuantos años la niña lo esperaba todas las noches despierta en su habitación, pero él nunca llego.

Un día ya cuando la niña era una jovencita de dieciocho años, llegó a su cuarto y al abrir la puerta una nota cayó de ella, la recogió, se sentó en la cama y la abrió. La nota decía lo siguiente:

Yo nunca dejare de creer en tí, de hecho todas las noches estoy en busca de tí pero no logro encontrarte, espero y no te hayas olvidado de mí porque yo de ti nunca lo hare… con cariño tu gran amigo Coco.

La mujer recordó todo lo que había vivido y pensó que había sido un sueño, pero al parecer no lo era, sin poder hacer nada se fue a dormir. Esa misma noche sintió que una brisa entró por su ventana y una respiración en su cuello, volteó y era el, su amigo Coco, lo primero que hiso fue darle un abrazo seguido de un beso, producto de guardar lo que sentía por el hacía muchos años…

- … qué más pasó mamá –preguntó Rebeca.

- Pues se hicieron amigos de nuevo.

- Gracias mamá –la niña bostezó.

- Hora de dormir hija.

- Sí.

Le dio un beso en la frente y la madre salió de la habitación, fue al baño y se enjuagó la cara, sintió una brisa detrás de ella y vio por el espejo a su antiguo amigo, amante y amor de su vida, lo recibió con una sonrisa.

- ¿Se lo has contado? –dijo el Coco

- Tenía que saberlo.

- Es mi turno, gracias Christina.

- No hay de que.-El monstruo se desvaneció…

En el cuarto de Rebeca, la niña se encontraba dormida y una brisa entró por la ventana. Rebeca sonrió.

9 июля 2019 г. 0:14 0 Отчет Добавить Подписаться
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