Tengo miedo mamá, miedo de no poder avanzar, de quedarme estancada siempre en el mismo lugar como esa pesadilla que aveces tenías.. ¿Te acuerdas?
Siempre me decías que soñabas que entrabas en una especie de casa abandonada llena de misterio e inseguridad y luego algo te encerraba. No era un monstruo ni un asesino; eras tú.
Tu propio miedo y pánico te impedía mover los pies de su sitio y te quedabas ahí, sin poder moverte hasta que despertabas en un charco de sudor y de lágrimas.
Así me siento yo mamá, me siento en un mar de dudas, de miedo y siento que me hundo. Me hundo poco a poco, día tras día sin poder hacer nada para remediarlo. Duele, te juro que duele mamá, duele como esa quemadura que te haces sin querer de la manera mas tonta y luego escuece, escuece mucho y no puedes hacer nada más que esperar a que el dolor cese.
Cada día me despierto con una idea en mi mente, una idea que me perturba y me envenena poco a poco. Una forma nueva de morir cada día surge en mi mente como esa alarma que suena y te rompe en mil pedazos ese sueño perfecto. Quiero morir.
Pero no tengo miedo a la muerte ni al dolor que causará hacerlo. Tengo miedo de morirme poco a poco sin tener fuerzas para reaccionar.
La vida es maravillosa mamá. Hay niños por las calles que gritan y pelean pero también sonríen y lloran de alegría. Fuera de estas paredes hay personas felices que viven vidas felices. Yo no salgo de esta casa mamá, vivo en tu pesadilla.
Entré en una casa con un monstruo que no me dejaba avanzar ni huir; Ese monstruo soy yo,y sigo aquí.
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