La lluvia... y una fuerte ventisca que azotan al corazón de Peace, una bella ciudad en la que su maravillosa gente vive en armonía y gloria…
Pero como una hermosa manzana teñida de su vigoroso rojo brillante, dentro de esta pueden haber grandes imperfecciones, y en su alguna vez tranquilo alrededor, gusanos que buscan atravesarla para su propio beneficio natural dañando su bello interior y superficie…
Así es esta bella ciudad…
En las afueras de ella… resuena el grito doloroso de un hombre
que tras un terrible accidente ha acabado por perder… lo que más amaba...
Y ni si quiera esa fuerte lluvia… puede ocultar las lágrimas que fluyen por su angustiado rostro, triste y desvaneciendo el claro brillo de sus ojos.
Paramédicos y oficiales de policía tratando de mantener en control la situación, apartando al desesperado hombre del colapsado cuerpo de su novia.
¡Joven, necesitamos que se aparte para atender a la señorita…! –Dijo el paramédico tratando forzosamente de hacer a un lado al hombre-.
¡Usted no lo entiende! ¡Tengo que estar con ella! No puedo…
¡No debo dejarla ir…! ¡Ella me necesita! Yo la necesito… ¡Ella es todo para mí!
– Tratando de mantenerse cerca de ella apartando a los paramédicos que tratan de controlarle-.
¡Tratamos de ayudarla, joven, por favor necesitamos que permanezca tranquilo!
–Expresando una determinada preocupación-.
Yo solo quiero estar a su…
-Una niebla envuelve el panorama volviéndolo de blanco ha negro-.
Volviendo de un sueño... a la realidad actual…
Abriendo sus ojos lentamente, mostrando una mirada vacía… sin ese brillo que caracteriza a las personas llenas de vida.
D-de nuevo esa pesadilla… -suspirando mientras se sienta en su cama-
O en otros casos… de una pesadilla a una pesadilla real…
“Pero… no podría decir nunca que estoy cansado de ello… si al menos es una forma en la que puedo tener un recuerdo de ti.”
Ese joven… preso de un sueño o... pesadilla en su mente y corazón, por un pasado dulce y amargo, alegre y triste.
Sin rumbo aparente, viviendo en soledad con sus pensamientos de lo que fue y no lo que será después, atrapado en su realidad.
“Aún después de tanto tiempo sigues permaneciendo en mi… y te sigo amando con tanta intensidad como la primera vez que te lo exprese…"
- Ve al frente, encontrando a su fiel perro, Zack -.
“Y… de igual forma el haberte perdido me perfora el corazón una y otra vez… el no haber cumplido mi promesa a la persona que realmente le entregue mi vida y sin remordimientos se la llevó consigo el día de su muerte…” - Acariciando a su perro y regalándole una pequeña sonrisa a sus muestras de afecto-.
Después de pensar por un momento en sus sentimientos, se dispone a cambiarse y preparar el desayuno para ambos, para después partir hacia su trabajo como es habitualmente.
Aquí tienes Zack, lo que te gusta.- Dejando el plato con croquetas en el suelo-.
-Zack lo ve fijamente con una mirada tierna y... manipuladora-
Buen intento señor, pero ya no funcionara… ¡ahora a comer!
–Acercando aún más el plato hacia el perro-.
-Insistente con su mirada, Zack se agazapa en el suelo-
Serás… -Frunciendo el ceño y volviendo a una cara seria-.
Se dispone a darle a su querido perro trozos de tocino para su desayuno y prepararse cereal con leche para él.
Tras una madrugada rutinaria, se despide de su mascota y parte a su trabajo.
Nos vemos Zack, no se te ocurra buscar más comida hasta que yo regrese…
-señalando mientras lo ve fijamente-.
Cerrando la puerta, camina por el pasillo hasta llegar al ascensor.
Entra y ve a su joven vecino, Andrew.
- selecciona el primer piso.-
-Dentro, una melodía "pegajosa" suena -
-Su vecino alegremente mueve la cabeza y pies entonando divertidamente-
-Él lo ve confundido mientras sonríe forzosamente…-
E-eh… disculpe… suelo alegrar mis mañanas cantando y bailando un poco cualquier tipo de música para ser más activo…d-de verdad lo siento si lo incomode…
- Expresando mientras oculta su rostro sonrojado-.
Descuida… perdona si te mire de forma… extraña…
-Aun con esa expresión confundida-.
En realidad… aún lo hace señor John… - agachando su cabeza-.
Si… -Suspira- Es una buena forma de empezar el día, me disculpo de nuevo, no quise incomodarte a ti, es solo que no acostumbro a ver a alguien tan animado como tú, Andrew. –Cambiando su extraña expresión-.
Descuide, lo entiendo señor… –mientras recuerda la trágica historia que le contaron sus padres sobre él, encogiéndose de hombros-.
Todos debemos encontrar formas agradables de animar nuestros días y siempre sonreír, ¡estoy seguro que usted también puede hacerlo!
-John lo mira algo sorprendido… y suena el timbre del ascensor-
Oh! ya hemos llegamos al primer piso, así que… le deseo un buen día ¡hasta luego! –sonríe mientras sale corriendo del ascensor -.
Hasta luego, Andrew. –vuelve a una expresión tranquila-.
Sale del ascensor y se encuentra con la ama de llaves, la señora Ross.
Buenos días señora Ross.
Oh! Muy buenos días John, ¿cómo te encuentras hoy? – Sonriendo amablemente-.
No tan alegre y amable como usted lo ha sido conmigo…-dice mientras mira al suelo-.
La señora Ross, una bondadosa mujer de 58 años, siendo la que adopto a John en un orfanato, viviendo con el gran parte de su
infancia, tras el fallecimiento de sus padres biológicos.
Conoce bien a John antes del accidente que lo cambio.
Siempre amable y atenta con todos pero más con sus allegados.
Yo hasta ahora… no he logrado hacer que sonrías tan sinceramente como antes… Realmente es un sueño que tengo y algún día voy a cumplir hijo, sabes que puedes seguir llamándome mamá si así lo deseas. –dice mientras lo abraza tiernamente-.
Se lo agradezco, señora Ross –corresponde el abrazo y acaricia su cabeza- pero no tiene por qué preocuparse por mí, de verdad lamento que mi actitud actual cambie su estado de ánimo, no volverá a pasar se lo prometo.
Te amo, pequeño John – cae una lágrima por su mejilla, le sonríe gentilmente y acomoda el cuello de su saco-.
Y-yo… -dice John mientras ve alejarse a la señora Ross con lágrimas en sus ojos-
-suspira-.
“No voy a volver a hacerla sentir mal… siempre tan cálida y amorosa conmigo, haciendo su buen deber como una madre para mí y yo… sin poder responderle de la misma forma desde ya hace cinco años…” –dice mientras camina hacia la salida-.
Dirigiéndose directo a su trabajo, antes de tomar el bus, escucha a lo lejos el grito desesperado de una mujer.
Señor, ¿va a subir? – Dice el conductor-.
¿Eh…? Ah… no, puede avanzar, discúlpeme. –Suelta la barra del camión y se dirige hacia donde escuchó los gritos-
Se detiene y piensa detenidamente si es algo que le corresponda hacer.
John, como un militar retirado, distinguir sus sentimientos y el deber como persona hacia otros es esencial.
A pesar de su constante lucha consigo mismo, no
es capaz de negar su ayuda a quien realmente la necesite, por lo que decide
investigar lo que ha escuchado y después actuar.
Espero no crearme más problemas… -Se dice mentalmente mientras sale corriendo-.
Llega a una esquina y vuelve a escuchar los gritos, corre guiándose por ellos, hasta llegar una calle al frente del bar The Glory.
Conocido por ser el sitio donde ocurren fuertes conflictos entre personas de alto nivel económico pero terribles morales personales.
Ocultándose detrás de un automóvil trata de buscar cerca el origen de los gritos.
Tras no ver nada y esperar unos minutos, decide caminar hacia otro sitio para ver mejor, en eso, del bar salen un hombre de aspecto elegante, aunque de comportamiento corriente.
Llevando forzosamente a la probable mujer que gritaba, John permanece oculto, hasta que el hombre azota a la mujer sobre su auto, tirando de su largo cabello y acercándose a ella de forma pervertida, tratando de que entre al auto sin hacer tanto escándalo y llamando a sus hombres para retirarse del lugar.
Al ver que estaban a punto de retirarse, John confronta al hombre, primeramente tratando de hacerle razonar a sus acciones antes de provocar un conflicto mayor.
El hombre, al cual se le conoce como Sr. Darwin, acusado de maltrato, tráfico violaciones y posibles asesinatos hacia mujeres, además involucrado en la venta de drogas, gracias a los grandes ingresos que tiene desde volverse un verdadero criminal, ha logrado evitar la prisión y su condena a muerte, por tratos con grandes cantidades de efectivo a policías corruptos.
¿Y quién eres tú?... ¡Es mejor que no te metas si no quieres terminar degollado y enterrado bajo tierra! –exclama el Sr. Darwin-.
John, rodeado inmediatamente por ocho hombres, mantiene la calma, sin pensar un momento en dejar el lugar, al ver el trato que se le está dando a la señorita, se mantiene firme y empieza a caminar hacia el hombre, mientras este sigue tirando de los cabellos de la mujer.
Le pediré, que deje en
paz a esa señorita, si no estaré obligado a tener que recurrir a la violencia… Señor Darwin… -Respondiendo muy seriamente-.
El hombre, al escuchar que le decían semejantes palabras, se hecha a reír por un momento y señala a John.
La última vez que alguien llego a decirme algo así, termino besando la sucia suela de mis zapatos… rogando por su patética vida hasta que despedacé su cabeza con una pistola dentro de su boca…-Dice, mientras frunce duramente el ceño-
pero ya que al parecer me conoces y porque no eres tan mayor, supongo que al menos puedes ser un negro más en mi mansión, barriendo la mierda de mis fieros perros durante el resto de tus días. –Sonriendo maliciosamente-
Cruel, racista y sin escrúpulos, Darwin ha privado de sus vidas tanto a mujeres como hombres, a estos, forzándolos a hacer trabajos pesados y degradantes, obligados a unirse al tráfico de drogas, asesinar a quien le plazca y protegerlo de todo, comprando sus vidas a cambio de no lastimar a lo que más aman.
John, al reconocerlo, piensa que es mejor ya no dejarlo deambular por las calles a su antojo y la prioridad ahora es hacerlo desaparecer.
Y la última vez que alguien me amenazo de tal forma Sr. Darwin, simplemente termino con cada uno de sus huesos hechos polvo… - Responde, mirando fijamente con sus serios y fríos ojos -.
Eres muy confiado chico, ¡vas a terminar comiendo tu propia lengua después de que la corte! –Exclama-.
Ordena a sus hombres sujetar a John y llevarlo al callejón donde no sean vistos.
Estando ahí, ordena que lo arrodillen y apunten con sus armas, para proceder a cortar su lengua con su navaja favorita, con la cual termino por cortar la garganta de muchas mujeres.
Tus propias palabras te llevaran a la vergonzosa muerte… y gracias a este desgraciado, tu, linda princesa, vas a sufrir mucho más de lo que te puedas imaginar…
- Dice, mientras lame lentamente el cuello de la mujer-.
Llorando, la mujer ve a John arrodillado en el piso y con palabras sinceras le dice…
Gracias… tratarse de ayudarme de alguna forma y aunque fracasaras… ¡al menos pude ver a un verdadero hombre hacerle frente a este sucio cerdo rodeado de tipos tan débiles! – Dice, con voz entrecortada y sollozando-.
Intrigado, Darwin golpea en la cara a la mujer,
lanzándola fuertemente al suelo, completamente furioso.
Cerdo... ¡Verdadero hombre dices! ¡¡Después de esto tu iras directamente a mi cama y te enseñare lo hombre que puedo ser sucia ramera!! –Grita-.
Un profundo silencio surge en el ambiente.
Fracasar… dices… Solo he fracasado una vez en mi vida y es algo que ya ni si quiera tiene remedio… fracasar… ¿en esto?
He cerrado bocas de peces más gordos tiempo atrás…
Y ahora que estamos fuera de la vista de los civiles, puedo moverme libremente sin preocuparme por nada, así que me ahorraste aún más el trabajo, Darwin…
-Dice John-.
¡Que estupideces dices! ¡Voy a matarte ahora mismo y dejar de perder mi tiempo con ustedes! –Dice, muy despreocupado-.
Al terminar esa última frase, Darwin camina hacia John con su navaja en mano…
Antes de tomarlo del cabello para después cortar su lengua, John se levanta rápidamente, golpea al hombre fuertemente con su cabeza, haciendo que sus dientes muerdan dolorosamente su lengua, provocando que se deje caer al suelo tomando su lengua con las manos para evitar el sangrado.
Golpeando contundentemente hasta perforar las zonas vitales de los hombres de Darwin, fracturando sus brazos y destrozando sus mandíbulas, sin darles la oportunidad de disparar.
Tras haber terminado con ellos, John camina hacia el hombre tendido en piso.
Desesperado, el hombre se levanta rápido y trata de hablar con John.
S-Señor… ¿Qué es lo que busca de mí?, ¿Busca dinero? ¿Mujeres? ¡Yo se lo puedo dar todo! T-tan solo… ¡solo déjeme vivir! - Grita Darwin, mientras fluyen lágrimas de desesperación-.
Como cualquier desgraciado con dinero… Haz escapado muchas veces de tu condena a muerte Darwin… así que yo terminare con eso ahora mismo.
–Responde John-.
Si… muchas veces… siempre les vi la cara de estúpidos a todos.
Todos esos corruptos de la fuerza armada que como toda la gente, se dejan llevar por grandes cantidades de dinero, drogas o mujeres que no pueden tener por su propia mano…
Si en este caso no será lo mismo contigo… ¡No necesito del dinero para librarme de esto una vez más! -Exclama Darwin- .
Sujeta fuertemente a la mujer rozando la navaja en su cuello.
¡Tú no vas a detenerme infeliz, voy a salir de aquí cueste lo que me cueste!
-Dice con desesperación- .
Antes de que dijera o pasara otra cosa, John dispara rápidamente y sin pensarlo a Darwin directo a su cabeza, tras haber tomado el arma de uno de los hombres en pleno combate.
Asustada y cubierta de sangre, la mujer corre llorando a los brazos de John y le agradece por haberla liberado de su terrible destino.
¡M-muchas gracias! ¡De verdad muchas gracias! –Dice, llorando desesperadamente- Algún día le pagare todo, ¡se lo prometo! -Aferrándose a él tratando de limpiar sus lágrimas- .
John, sin saber que decir, simplemente corresponde el abrazo. Pasando un minuto, responde.
Ese hombre tenía que pagar sus actos, pero ya no con dinero…
Puedo acompañarla a su casa para asegurarme de que nadie le siga, vamos. -dice-
Apartándola de él le entrega un pañuelo, camina y la espera fuera del callejón, ella termina de secar sus lágrimas y limpiar la sangre que tenía sobre su rostro, acomoda su ropa y cabello para evitar preguntas de otras personas.
De verdad lamento haberlo involucrado en todo esto… algún día se lo pagaré, en serio, se lo vuelvo a prometer… - Dice ella en voz algo baja-
Tratando de conversar con él y agradecer sus acciones, mira a John y nota que él no parece prestarle demasiada atención.
Disculpa, quizá tienes otras cosas en lo que pensar ahora mismo pero, por favor… me gustaría que aceptaras dinero, es lo menos que puedo hacer. -dice ella- .
John se detiene en una linda plaza en la que iban caminando para llamar un auto y acompañarla, al escuchar sus palabras y recordar que ella trabaja en un bar atendiendo a hombres morbosos, le responde seriamente.
No deberías trabajar en un sitio como ese, no aceptare tu dinero. -Dice-
Lo entiendo… eres un hombre amable y firme, no creo que te interese el dinero de una mesera de bar que ha sido tocada por tipos morbosos… Me disculpo si solo alguien como yo te causo estos problemas. –Responde, aguantando el nudo en la garganta- .
No… no quiero tu dinero porque no te ayude para que me pagaras, lo de tu trabajo, es un simple consejo, de verdad no creo que una mujer como tú que no quiere estar ahí y le duele estarlo, deba trabajar así, después de todo, te estaban llevando forzosamente y no ibas por gusto propio, al menos... Eso fue lo que vi.
–Responde, con una voz sincera- .
Bajando la cabeza y derramando unas cuantas lágrimas, ella asiente.
Tienes razón… Me ha sido muy complicado entrar a un sitio donde me permitan trabajar… Pero me has hecho abrir los ojos, ¡tengo que esforzarme y encontrar otro lugar en el que pueda trabajar sanamente! ¡Lo hare, por mi pequeño hermano y para compensar tu ayuda! – Dice, con un rostro alegre aun derramando lágrimas- .
Eso está mucho mejor. –Responde John- .
Divisan un auto y John lo detiene, un recorrido de veinte minutos en silencio
llegan a su destino, paga al conductor y salen del auto.
Bien, es bueno ver que no nos ha seguido nadie, puedes entrar tranquila a tu casa, yo paso a retirarme señorita. -Dice el- .
¡E-Espera!, puedo al menos… ¿saber tu nombre?, Solo por si acaso nos llegamos a ver algún día, me gustaría llamarte por tu nombre, de verdad, nunca olvidaré lo que hiciste por mi… -Dice- .
Cruza un viento helado que recorre el cuerpo de ella. John la mira con una cara más seria de lo normal.
¡Ah! ¡Claro solo si tú quieres¡ Disculpa mi atrevimiento… D-de verdad lo sien...
-Dice, encogiéndose de hombros- .
Me llamo John, ¿cuál es tu nombre? –Responde el- .
Es un gusto John, mi nombre es Julia. –Dice ella, sonriendo gentilmente-
A pesar de las circunstancias en las que se conocieron, tuvieron una conversación corta, para después despedirse.
Adiós Julia, te deseo éxito en tu vida. -Dice el, mientras se va caminando por el sendero- .
¡Hasta pronto John! ¡Muchas gracias! –Responde ella, moviendo su mano de un lado a otro- .
El fondo, en un hermoso atardecer que trae consigo nostálgicos recuerdos.
John continúa caminando por el sendero, pensando que ha salvado la vida de una inocente y terminando con la de un delincuente.
Después de mucho tiempo de no ocuparse de otras cosas que no sea él,
y recordando las palabras de aquella mujer…“Aunque hayas fracasado”.
“No fracase… realmente no esperaba hacerlo…
Pero esto solo me hace sentir peor conmigo mismo…
Haber salvado a Julia de su terrible destino, de las garras de un desgraciado más en este mundo…
Pero… haber fracasado en lo que tenía más prioridad para mí…
¿Por qué?... ¿Por qué fracase en ello?… A los demás pude darles paz, tranquilidad, una oportunidad más salvando sus vidas.
Y solo a ti te falle…
Nunca me lo voy a perdonar… y solo por ello seguiré deambulando en este mundo pagando por ese pecado que me he cargado, esperando el día en que deba pagarlo como es debido para mí… querida Clara… –Ve al atardecer-
Aunque ya no estés… mi vida te pertenecerá… todo lo que llegue a hacer
será en tu memoria…y algún día…
Algún día volveré a ver tu dulce rostro…
Nos reuniremos en algún lugar más allá… y estaremos juntos… por siempre…”
En el callejón, donde ocurrió el enfrentamiento, encontraron los cuerpos del difunto Darwin y sus hombres. La policía inmediatamente investiga y reconoce el cuerpo. Dentro de la multitud se encuentra un hombre destacable, alto, de una edad aproximada a los 36 años, con saco de piel, sombrero y lentes oscuros.
Se retira de la escena y realiza una llamada telefónica.
Señor, Darwin está muerto. –Dice el- .
¿Qué? ¿Cuándo ha ocurrido Nasser? –Responde otra voz misteriosa- .
Acaban de encontrar el cuerpo en el callejón a una esquina del bar The Glory,
probablemente otro hombre de algún otro bando tuvo conflictos con él y lo asesinó junto con sus hombres, normalmente suelen reunirse todos ahí, la policía ya está investigando por lo que no pude estar mucho tiempo para investigar por mi propia cuenta, así que solo puedo reportarle. –Responde Nasser- .
Ya veo… Pues tiene que tratarse de una persona con grandes ingresos y guardaespaldas para haberse metido con Darwin…
Que desgracia, Darwin era de mis perros favoritos y el que tenía los mayores ingresos para mí… ¡Por lo que ahora la persona responsable tendrá que hacerse cargo de su puesto! –Responde curioso- .
¡Alto ahí señor! ¡Oficiales de policía! –Dice un oficial- .
Un momento, señor… ¿Si oficial, ocurre algo? –Responde Nasser, muy tranquilo- .
Vamos a interrogar e investigar a todos los que estuvieron presentes en la escena del crimen antes de que llegáramos, así que le pediremos por favor que nos acompañe junto con otras personas. –Responde el oficial- .
¡Oh, parece que te han atrapado sin haber hecho nada Nasser!, ¿Qué vas a hacer ahora?... ¿Nasser? ¿Hola? ¡Ja ja!... –Responde la voz por el celular-
Aquí estoy señor, ya me he encargado de ellos. -Contesta Nasser- .
¡Ah!... que aburrido eres, no puedes hacerlo más interesante…Bueno, ¡encárgate de encontrar al responsable de la muerte de Darwin y tráelo ante mí!
Cuento contigo Nasser, adiós. -Responde la voz- .
Entendido, señor… -Dice el- .
Se finaliza la llamada y Nasser abandona el lugar, dejando detrás un baño de sangre, policías mutilados en el suelo y sus cuerpos irreconocibles.
Al día siguiente, Nasser hace presencia en el bar, interrogando al dueño si sabe algo respecto a Darwin antes de que fuese asesinado, este le desvela que se fue con una mujer, quien no fue vista en la escena del crimen.
Asustado siendo apuntado a la cabeza con un arma, termina diciendo su nombre “Julia” y donde es que ella vive actualmente, no se presentó al trabajo ese mismo día y llamo para avisar que renunciaba.
Pareciéndole muy sospechoso, Nasser abandona el bar y se dirige a la casa de Julia, quien probablemente esté conectada en el suceso de Darwin…
Lejos de ahí, en una oculta mansión entre los bosques de la lejana montaña, se ve a un hombre sin enfoque de su rostro, feliz, despreocupado, bailando con el cadáver de una mujer desaparecida y asesinada hace unos meses, al sonar de la música.
Al aburrirse y pide a sus sirvientas llevarse el cuerpo y enterrarlo. Se sienta en su silla y habla consigo mismo.
Me pregunto… quién será el asesino de Darwin… ¡Sea quien sea debe haber sido muy valiente o muy tonto!, espero a Nasser se le dificulte atraparlo…
Sería divertido tener un poco de emoción fuerte después de tanto tiempo…
-Entrelazando sus dedos- . ¡Espero me des algo de diversión, persona misteriosa!
Si… tengo el presentimiento de que esto será muy entretenido…
Persona misteriosa…
-Se muestra una sonrisa y todo se tiñe de negro…- .
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