El mi amigo, ese gran amigo que tanto conoce de mi
Ese amigo que me conoció hasta antes de nacer.
Ese que conoce el motivo de cada una de mis lágrimas.
Quien conoce mi más sincera sonrisa y mis lágrimas más profundas.
Aquellas mismas que parecen no cesar.
Esas mismas que por momentos causan inequidad en aquel
Deteriorado corazón.
Ese mismo que está en pesquisa de dicha alma fugitiva.
Aquella misma que se desligo de la mía al nacer
Pero esa misma que en el intervalo correcto
Dará aparición.
Dando paso a esa larga primavera soñada
En esa donde las heridas sanaran y las
Lagrimas secaran.
Para dar paso a la fundición y fortuna de
Ambas.
Almas moribundas, perdidas en la tribulación
Que las rodea pero que aun así
Fueron predestinadas a encontrarse
Porque ninguna logra completarse sin la otra
Revelándonos así que al final de cada desventura
Existe ese poderoso rayo de esperanza
Al cual llamamos amor.
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