Despierto de golpe, con el corazón acelerado. El despertador no sonó y si lo hizo no lo escuche. Intento ponerme en pie, pero me detengo. Me duele todo el cuerpo.
Respiro hondo y me preparo para la punzada de dolor que seguro voy a sentir cuando me mueva, quisiera no pararme de la cama en todo el día, pero debo hacerlo. Debo preparar el desayuno para mi esposo.
Volteo a ver al otro lado de la cama y no lo veo acostado, lo cual es raro.
—Seguro se está bañando —digo para mí misma.
Busco a tientas el reloj y veo la hora. Me invade el pánico al ver que marca las 9:30 am.
—No, no, no, no, no, no —repito una y otra vez —, esto no puede estar pasando —clamo en la habitación vacía. —Genial Claudia, ni si quiera te has levantado y ya empezaste mal el día.
Con mucho esfuerzo me pongo en pie y me dirijo al baño, una ducha caliente le hará bien a mi dolorido cuerpo.
Dedicaré todo el día a ir de compras, almorzar fuera, comprar libros nuevos. No tiene sentido llorar sobre la leche derramada.
Sin importar lo que haga ahora, en la noche cuando él llegue estará molesto y de mal humor. Así que mejor me aseguro de tener un buen día y equilibro la balanza.
3 августа 2018 г. 20:25:46 0 Отчет Добавить 0Thank you for reading!
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