Ahí estaba mirando al horizonte como si despertase de un largo sueño sin saber donde estaba. Le tomó años desarrollar esa increible técnica mental. Desde pequeño se interesó por saber cómo era posible recordar tantas cosas. Comenzó a estudiar todos los procesos mentales y se obsesionó con la idea de poder algún día aprender a olvidar. Notó que era muy fácil aprender, grabar y memorizar. Pero hacer lo contrario, como desaprender, borrar u olvidar no era posible. Buscaba poder sentir de nuevo la primera impresión de las cosas. Experimentar la curiosidad ante lo desconocido. Ver de nuevo por primera vez la belleza de cada mirada. Ahí estaba, reviviendo cada segundo de su vida, jugando sin miedo y colmado de alegría por creer que todo era nuevo.
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