Todos sabemos lo bien que se esta en la cama, sobre todo para quienes pueden tener un momento de siesta después de una mañana ajetreada haciendo miles de cosas, ir de un lado para otro, trabajando y por eso tienes ese placer de echarte un descanso.
Entiendo perfectamente que desees estar para todo y a veces no das más de sí, por eso no te voy a incriminar que no me dediques tiempo, aunque lo reconozco que después de un mes sin acariciar tu cuerpo se echa de menos, pero hay que ponerse también en tu piel y saber que si no has parado ni un solo instante durante este mes, menos tienes que hacerlo para mí, aunque desees enormemente, pero lo primero es tu descanso.
Sabes además que mis manos siempre son tu perdición tanto para ayudarte, para relajarte, para excitarte y tu cuerpo lo agradece como ahora mismo, estirando los bellos, erizando la piel y haciendo incluso que algunas partes de ti se alteren.
Sé que te gusta que mis dedos recorran toda tu piel, incluso para secarte esas lágrimas tanto de risa como de tristeza. Pero te gusta más saborear en ciertos momentos previos a empezar a jugar con ellos, con esa mirada tan lasciva que sabes sacar de ti.
Que te despiertes comiendo tus labios es una de las tareas que te gusta a ti y a miles de mujeres, por eso te he dejado que descansaras de tu merecida siesta y ahora mis dedos, mi lengua, mis labios solo tocan tus labios, como realmente sé que te gusta despertar.
Te podría despertar con un beso en tu frente, o en tus labios o en tu hombro, o en tu cuello, o incluso en tus ojos, y sin embargo hoy te despierto en tu otra boca.
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