Drifting NAMJIN Подписаться

Seokjin llegó a su casa luego de un día más de trabajo en emergencias, dejó su maletín en el sofá y no se detuvo hasta llegar a su habitación, ni siquiera prendió la luz a pesar de que todo estaba oscuro, sus pasos fueron directamente a la cama donde se acostó y simplemente cerró sus ojos.

Había estado tres días enteros en el hospital, durmiendo apenas media hora o incluso menos por día, las personas últimamente parecían tener un imán para atraer a los accidentes.

Finalmente se durmió, sin bañarse ni cambiarse, en serio estaba cansado, no comió nada más que un paquete de galletas que logró conseguir de camino a casa, ni le importó el que su celular estuviese sonando porque sabía que muy probablemente fuera su madre otra vez.

Y la verdad estaba harto de oír su voz.

Su progenitora, por algún motivo en especial, se le había metido en la cabeza que, ya a sus casi veinticinco años, era tiempo de conseguir una pareja, sentar cabeza y tener una familia.

Estaba siendo demasiado insistente en el tema.

Una alfa.

Su madre quería una alfa para él.

Porque sí, algo que era importante saber es que Kim Seokjin se presentó como omega cuando cumplió doce años. Aunque para su madre no era un buen omega debido a que en realidad no le interesaba enlazarse a alguien, Jin estaba bien así, siendo libre, manejando sus propios horarios, sin nadie que quiera mantenerlo en casa o queriendo que le sirva.

Seokjin definitivamente no pensaba ser esa clase de omega.

Se juró una y otra vez que si en algún momento de su vida se enlazara a algún alfa, ya sea hombre o mujer, aunque su madre pegaría el grito en el cielo si terminara junto a un hombre, sería con alguien que se enamorase de su libertad.

Porque si el omega tenía pareja, jamás pensaba bajar la cabeza ni mostrarse débil ante él, no por querer rebelarse, a pesar de lo que su madre había querido por años inculcarle, él no le veía sentido a que el alfa quiera mandar sobre su pareja.

Ya, lo entendía, el instinto podía ganar a veces y él no iba a negarlo, pero que un alfa, solo por serlo ya quiera imponerse le hacía sentir que su sangre comenzaba a hervir. Prefería quedarse y morir solo si con eso se aseguraba de que nadie se atreviera a hacer eso con él.

De todas formas, lo que tenía bien en claro es que, sin importar lo que su madre diga, él no iba a unirse a ningún alfa, al menos no por el momento. Su trabajo como enfermero había comenzado prácticamente recién, no iba a renunciar a ello por otra persona.

A pesar de ello, aunque decía pensar así, a Seokjin sin dudas le gustaría tener a alguien que lo quiera, que le haga mimos cuando regrese del trabajo. Si tenía que ser sincero, estaba algo celoso de su mejor amigo; Yoongi, lo había conocido en su primer año y, aunque este se había especializado en pediatría a diferencia de él, seguían en contacto.

El omega tenía un buen alfa.

Un alfa así como aspiraba tener Seokjin en algún momento.

Muy pocos alfas le agradaban, la gran mayoría de los que conocía eran muy impulsivos, arrogantes, entre otras cosas, obviamente en esa excepción estaba su hermano Taehyung y Jimin, el alfa de Yoongi.

Esos dos alfas, hasta ahora, eran los únicos que conocía que valían la pena, pero, como es notorio, no podía estar con ninguno de ellos.

Principalmente porque el incesto no era lo suyo y porque no le iba a bajar el novio a su mejor amigo.

En fin, prefería esperar a que las cosas simplemente pasen a estar buscando y angustiándose por algo que, solo Dios, la vida o el destino, sabía en qué momento iba a llegar.

El punto en todo esto estaba en cómo diablos le hacía entender a su madre que no iría a ninguna de esas citas a ciegas que estaba seguro la omega organizaba para él.

Kim Seokjin no sentía tener un significado y no quería que este apareciera solo por tener un alfa, sentía su corazón tan lejos aunque lo tuviera dentro de sí, incluso en algunas ocasiones donde dormía podía ver a su lobo triste.

Siempre terminaba recostándose junto a él y acariciando su lomo, haciendo que su blanco pelaje se metiera entre sus dedos, los pocos recuerdos que tiene de esos momentos se limitan a él mismo pidiéndole perdón y a su lobo simplemente mirándolo, sin brillo en sus ojos, pero de alguna forma diciéndole que no había sido su culpa.

¿Pero culpa de qué?

Su inconsciente estaba claro que lo sabía, pero él no.

Tampoco es como si su relación con su lobo fuera la mejor, este no parecía querer estar presente en su vida más que lo necesario y, aunque el omega no quería admitirlo, le asustaba saber que no podía hacer nada para hacer que sea más libre en su interior.

~ D R I F T I N G ~

Si tenía que escuchar un solo grito más iba a volverse loco.

Bien, si tenía que ser sincero lo merecía, merecía que sus padres le estuviesen llamando la atención, no había sido para nada discreto de su parte salir con tres omegas y dos betas en menos de una semana a pesar de que sabía que los paparazzi lo seguían.

Ser hijo único de una de las parejas más poderosas, económicamente hablando, de Seúl no era algo fácil de sobrellevar.

-Namjoon, entendemos que no quieras pareja- dijo finalmente su padre luego de dar un suspiro- Tu madre y yo sabemos que no quieras casarte, está bien, es tu vida al fin y al cabo, pero solo te pedimos que seas más cuidadoso con esto, sabes que tu reputación no es precisamente la mejor y, aunque no debería, también nos afecta a nosotros como empresa, ¿Puedes hacer eso?

-Escucha papá- respondió cansado mientras miraba el techo de su habitación y sostenía el celular en su oreja- Si salen con algún escándalo solo hay que paga-

-Kim Namjoon- lo interrumpió su madre- Estamos hablando en serio, si sigues así el puesto de la empresa ni por error será tuyo.

-Bien, okey- terminó cediendo- Tendré más cuidado, lo haré, lo prometo.

-Por tu bien espero que sea así, Namjoon.

La llamada termina finalmente, justo cuando la omega que se daba una ducha en su baño sale solo con una bata de seda encima.

-¿Todo bien? Tienes una cara- se burla ella.

-Bien, todo bien- dice sin mirarla- Puedes ir a dormir a la habitación de al lado.

-¿Disculpa?

El alfa regresa a mirarla, notando sorpresa en su rostro.

-¿Pensaste que ibas a dormir aquí?

-Bueno... Sí, ¿Por qué no?

-Porque nadie duerme en mi cama, solo yo- explicó sentándose- La habitación de al lado está preparado para cada omega o beta que venga aquí.

-Yo pensé qu-

-Solo... Ve, ¿Sí? Necesito descansar y tú también, te irás mañana temprano.

-¿Qué?

-Mira, no es mi culpa, pero mis padres me están jodiendo la vida con el tema de la reputación y la empresa.

-Y claro, un puesto de trabajo es más importante que tu pareja.

Namjoon quiso reír cuando la escuchó decir eso.

¿Pareja? Él no tenía pareja, jamás la había tenido y no pensaba tenerla. No perdería su libertad por un agujero y dos piernas.

Jamás sería un alfa enlazado.

-Ve a la otra habitación- Fue lo único que dijo.

La miró marchar enojada y finalmente se levantó a cerrar la puerta.

No lo entendía, Namjoon no lo entendía, ¿Es que acaso no era claro cuando decía que no quería una relación? Más de una persona terminaba creyendo que eran pareja o que, como mínimo tenían algo más allá que la relación carnal que él ofrecía.

Suspiró estirándose, tronó los dedos de sus manos y se metió a bañar, mientras dejaba el agua recorrer su cuerpo pensó una y otra vez en qué era lo que estaba haciendo mal.

¿Debería acaso pegarse un cartel donde diga "no relaciones serias"?

O quizás solo debería dejar la vida que llevaba.

No, imposible.

Él no iba a hablarlo con nadie, ni siquiera con sus mejores amigos y mucho menos con sus padres, pero se sentía solo, incluso cuando tenía gente alrededor o a su lado, algo en él no terminaba de sentirse bien.

Quizás por eso buscaba lo que sea que le faltara en betas y omegas.

Aunque, si lo pensaba bien, fue a causa de ello que su lobo se mantenía en silencio desde hace ya un tiempo y solo salía para apoderarse de él durante el celo, sin embargo ni siquiera le dejaba recordar algo de esos días.

Una temporada solo quizás podría mejorar las cosas, ¿Cierto?

Namjoon se secó y cambió mientras sus pensamientos divagaban en lo mismo, solo quería saber cuál había sido el error que había cometido para que su lobo no quisiera tener contacto con él.

Recuerda que la última vez que este se había dejado ver, o al menos que lo recordara, lo había mirado con odio, incluso hasta le había gruñido y también intentó atacarlo.

Aquella mirada dolida y angustiada, aquel aullido lleno de dolor se quedó tan arraigado en su cabeza que hasta la fecha había sido imposible sacarlo.

El alfa se dejó caer en la cama, la pantalla de su celular brilló unos segundos después mientras el sonido de la notificación llegaba.

Uno de sus mejores amigos le hablaba.

Jungkook.

Sonrió de manera inconsciente pero terminó preocupado una vez que leyó el mensaje; el omega le pedía que lo acompañara el día siguiente al hospital, no queriendo dar más detalles pero pidiéndole que, porfavor, no le dijera nada a Hoseok porque este se pondría cargoso.

¿Y como no hacerlo?

Ese dulce omega era prácticamente el mimado de ambos alfas, ambos tenían el instinto de protegerlo ya que lo habían conocido en una situación algo vulnerable; con este en celo y siendo rodeado por tres tipos, entre ellos dos alfas y un beta.

Namjoon recuerda perfectamente aquel día, él y Hoseok buscando algún regalo para la novia de este; Chanmi, o Chungha, como la llamaban. El sonido proveniente de un callejón llamó la atención de ambos al igual que un quejido y un grito pidiendo ayuda.

Quizás recordaba tan bien ese día porque fue la última vez que pudo hacer algo bien en conjunto con su lobo.

El punto era que ahora estaba preocupado, tanto para él como para Hoseok, Jungkook era el omega más importante en sus vidas, para el mayor ni siquiera su ahora prometida ocupaba ese puesto y a ella tampoco le incomodaba o molestaba.

Quiso llamar cuando la ansiedad parecía carcomerlo pero Jungkook le calmó, conociéndolo de sobra, diciéndole que solo era para algo de rutina pero que le explicaría mejor al día siguiente.

"Porque seguro estás con alguien en tu departamento, ¿Me equivoco?"

-Ganas esta vez- dijo a pesar de que sabía no iba a ser escuchado- Pero es la última.

De todas formas, lo mismo había dicho todas las veces anteriores.