jjeonkim 𝑲𝒉𝒂𝒐𝒔 👑

Kim Taehyung y Min Yoongi han estado viviendo juntos como pareja hace un año y medio. Jeon Jungkook es un instructor de danza moderna que hace a Yoongi preguntarse si el amor que Taehyung siente por él es real o sólo un Amor Artificial.  ~*~ Kookv, YoonTae, YoonMin. Género: Yaoi, romance. Advertencias: Infidelidad, drama, smut.7,843 palabras.Quiero decir que aunque se vea medio cruel, tiene un hermoso final feliz. OS Escrita: 15-11-2022 Finalizada:15-11-2022 NO PERMITO COPIAS, ADAPTACIONES, DERIVADOS, PDFS DE NINGUNA DE MIS OBRAS. EVITE SER REPORTADO. OBRA REGISTRADA BAJO LA POLÍTICA PRIVADA DE SAFE CREATIVE.


#54 in Фанфикшн #38 in Группы / Singers 18+.

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Parte Única

Dedicado a mi hermano willdie. Adora escribir a Taehyung top y leer a Jungkook top🙂❄







Los días lentamente se pintan de azul y anaranjado. Con un viento fresco que revolvía cabellos y la ropa de las personas que paseaban por la acera de la calle. A Yoongi le gustan éstos días porque le saben a Taehyung, le recuerdan aquella tarde en la que se tomaron de las manos por primera vez y aquella otra en la que el más castaño le dio el "sí" por fin.


El inicio del otoño era un suceso especial para ambos, porque marcaba el inicio de un año más juntos y les recordaba al principio. Taehyung solía comentar entre risas que Yoongi había sido tan insistente que en realidad no había tenido más opción, pero él en el fondo sabía que Taehyung lo amaba desde la primera vez que le vio, tal como le había sucedido a él.


El amor que había entre ambos era puro y natural, los amigos que los rodeaban solían decir que nadie más tenía ese brillo en los ojos, a parte de ellos cuando se miraban entre sí. Solían ser la envidia en su círculo de amistades y el orgullo de sus familias. Eran la pareja perfecta, Taehyung entendía perfectamente bien a Yoongi, y Yoongi lo conocía a la perfección. En sus ojos, en sus actos, en sus palabras se notaba el amor entre ambos. O eso solía pensar Yoongi.


~ * ~


El mes de Octubre estaba iniciando y el castaño de tez pálida comenzaba a impacientarse. Al contrario de lo que esperaba, el conseguir un trabajo recién egresado de la universidad estaba siendo toda una odisea. Había pensado que le sería un poco difícil y tardado, sí, pero ya iban a ser casi 6 meses y aún no le habían llamado de ningún lugar en donde había ido a presentar su currículo, a diferencia de su novio Yoongi, quién al mes de graduarse había recibido la llamada de una gran empresa.


Al principio le gustaba quedarse en cama luego de que el gigante se levantara y marchara a su trabajo, le gustaba pasearse en ropa interior y cocinar algo delicioso para que cuando un exhausto Yoongi llegase, la mesa estuviera puesta. Pero se había cansado, estaba harto de ver como Yoongi era el único en aportar dinero y sostener la casa, harto de que el otro le contara su día maravilloso en el trabajo mientras él le contaba cómo se había subido a la báscula y había descubierto que ahora pesaba dos kilos más.


No estaba celoso de Yoongi, solo estaba impaciente por poder aportar él, por poder participar. Jamás le había gustado sentirse un inútil y todo el tiempo libre comenzaba a hacer mella en él. Yoongi podía notarlo, cuando le masajeaba los músculos tensos de su espalda por las noches, cuando Taehyung le pedía que dejara de manosearlo así y lo apartaba, hastiado de todo.


El peligris sabía que su novio debía sacar toda su energía, comenzar a hacer algo y salir de casa. Así que un día, mientras estaba esperando en el semáforo a que la luz cambiara a verde, bajó la ventanilla y permitió que un muchacho extremadamente sonriente colara un brazo dentro y le extendiera un volante con muchos colores, realmente llamativo. Leyó rápidamente, enterándose que se trataba de una academia de baile no muy lejos de su casa. La imagen de Taehyung llegando a casa con una gran bolsa y sudado, le hizo sonreír.


En casa había comido la deliciosa cena que su pareja le había preparado y, una vez estuvieron juntos frente al televisor, le entregó el papel multicolor y dejó que lo leyera en silencio.


— ¿Qué es esto?


Murmuró el castaño tras terminar de leer, no podía creer que ahora Yoongi quisiera entrar en una academia de danza, si siempre ha sido un asno para bailar, por eso dejaron de ir a las fiestas en la universidad.


— No es para mí, bobito, sino para ti. Necesitas salir, sacar toda esa energía.


Entrecerró los ojos tras escuchar a su peligris novio, no estaba seguro si eso podría ayudar a su mal temperamento de estos días.


— Yoongi, lo que necesito es un empleo, no salir a sacudir el trasero.


El peligris soltó una carcajada estruendosa que hizo a Taehyung suspirar y revolverse el cabello, cada vez estaba más irritable y su novio era la principal cosa que lo ponía de malas, en especial esa escandalosa risa que nunca antes había tenido problema en soportar.


— Hazme caso cariño, sé que esto te va a ayudar mucho, y te vas a divertir un montón.


Taehyung lo consideró durante los siguientes días, y el viernes que había terminado de limpiar cada rincón de esa casa, se decidió que Yoongi tenía razón, necesitaba salir y hacer cualquier cosa para distraerse de aquello.


~ * ~


Llevaba sus zapatillas Converse con una pantalonera y una camisa vieja, suponía que iba a sudar bastante y llevaba un litro de agua en su mano derecha. Yoongi se había encargado de inscribirlo él mismo y ahora no sabía ni cómo lucía su instructor de baile. Era un horror.


Las personas a su alrededor charlaban y reían, algunas entraban en la academia y otras iban de salida. Suspiró y se dirigió al mostrador para preguntar por un tal Jeon Jungkook, su instructor.


— Buenas tardes, ¿En dónde puedo encontrar a Jeon Jungkook?


La recepcionista le indicó el camino y el agradeció con una pequeña sonrisa. Subió al tercer piso del edificio y caminó al final del pasillo, al último cuarto de baile como le había sido indicado. Algunas personas ya estaban dentro, 4 para ser exactos. Estaban todos estirándose y sus ojos no pudieron evitar caer en el reflejo de un chico peligris y de piel bronceada, estiraba sus piernas y aunque sus pantalones eran sueltos, sus muslos se marcaban bien en la tela.


Su mirada recorrió las piernas del muchacho sin pensar bien hasta que llegó a sus glúteos, los cuales se marcaban un poco más que sus piernas. Sintió la sangre viajar a su rostro cuando se encontró mirándole el trasero al joven hombre que ya había terminado su estiramiento delante de todos.


Elevó la mirada, regañándose mentalmente ante tal comportamiento, porque era inapropiado y aparte él tenía novio. Dio unos cuántos pasos más dentro de la sala, hasta que cuatro pares de ojos se posaron sobre él. Se sintió completamente abochornado y, cuando pensó que aún estaba a tiempo de dar media vuelta y nunca volver a ese lugar, el muchacho pelinegro con muslos apetitosos caminó hacia él y le regaló una sonrisa tan radiante que pudo haber jurado que le cegó durante un instante.


— ¡Hola!, tú debes ser Taehyung ¿No es así?


El aludido entrecerró los ojos mientras asentía a su pregunta, pensó entonces que si el muchacho conocía su nombre era porque él era Jeon Jungkook. Vaya, maldijo a Yoongi por haberle inscrito en una clase con un pelinegro altamente atractivo, y al parecer, buena persona. Su día estaba saliendo un poco mal.


— Si, ¿Tú eres Jungkook, el instructor?


— Así es. Puedes dejar tus cosas junto a la pared, ya vamos a comenzar con el calentamiento.


Tras asentir y dejar todas sus cosas donde el muchacho le había indicado, tomó su lugar al final del salón, detrás de las otras tres personas y esperando que el campo visible del instructor estuviera bloqueado y no pudiera verlo demasiado, porque no solo Yoongi era un asno bailando, él no era exactamente mejor.


Comenzaron a estirarse y luego, cuando el pelinegro presionó un botón en el estéreo, una canción movida y pegajosa sonó solo para que Jungkook les enseñara los pasos de la coreografía. Sus ojos se ampliaron cuando el muchacho movió sus pies rápidamente y elevaba los brazos para luego bajarlos creando una especie de onda. Ni en un millón de años él podría coordinar sus pies y brazos, y encima inclinar su cuerpo de manera natural. Estaba jodido.


La hora y media predestinada a su clase, que tenía la finalidad de relajarlo y sacar toda su energía, llegó a su fin con un Taehyung enfurruñado y más irritable que de costumbre. El maldito paso de baile principal le había salido más o menos bien, pero luego Jungkook aumentó la dificultad con otro paso en donde se quedó atascado. Todos se despidieron con sonrisas y le dieron a Taehyung unas últimas palabras de bienvenida.


Yoongi había mandado un mensaje a media clase pero no había tenido la oportunidad de leerlo, estaba demasiado ocupado reclamándole a Dios por darle piernas cortas y poca flexibilidad. Se recargó contra la pared mientras abría el mensaje y leía que su novio no podía pasar por él, pues le pidieron quedarse un poco más.


Suspiró y se encogió de hombros, quedaron que el primer día Yoongi pasaría por él luego del trabajo. Le respondió que estaba bien y que estaba por salir, iba a enviar el mensaje cuando una voz le llamó.


— ¿Qué tal tu primera clase?


Presionó la flechita de "enviar" antes de levantar la vista y mirar al pelinegro, quien se pasaba una toalla por el cuello para limpiar el sudor. Sonrió ligeramente mientras tomaba su litro de agua del suelo y se encogía de hombros.


— ¿La verdad?, un horror. No soy bueno coordinando y el último paso no me sale para nada.


El pelinegro soltó una carcajada y negó mientras se apartaba los mechones de cabello mojado por el sudor.


— Todo está en las caderas. Si tienes tiempo puedo enseñarte un poco más, mañana debemos avanzar con la coreografía y necesitas domar el paso antes.


Taehyung lo pensó y, tras ver la respuesta de Yoongi diciendo que no lo esperara para cenar y dormir, le respondió rápidamente que se quedaría para perfeccionar el paso un poco más. El peligris respondió un corazón y le deseó suerte.


— Sí, tengo tiempo ahora mismo. Muchas gracias, ¿la clase extra me costará un poco más?


Bromeó, caminando al centro del salón junto al instructor, ambos soltaron una carcajada mientras el aludido negaba.


~ * ~


Al llegar a casa, las luces estaban apagadas y todo estaba sumido en un completo silencio. Al finalizar su clase personalizada por Jungkook, el pelinegro le había invitado a comer ddeokbokki en un puesto a unas cuadras de la academia, había aceptado tras recordar que Yoongi llegaría sumamente tarde y no quería llegar a casa y estar tanto tiempo solo.


Dejó su botella de agua vacía en el lavamanos y se dirigió directamente a su cama, se colocó la pijama tras lavarse los dientes y se acostó. No tardó demasiado en caer profundamente dormido, soñando con unas grandes pero suaves manos, una sonrisa resplandeciente y una piel morena como la canela.


Se despertó de un sobrespeligris al sentir un brazo envolver su cintura. Su cerebro tardó un poco en reconocer aquel aroma que ya tenía grabado luego de tanto tiempo. Parpadeó, tratando de despejar la nube de sueños, entendiendo que era Yoongi el que le abrazaba por la cintura mientras se metía a la cama, y no su instructor de baile como había estado soñando.


Con el corazón acelerado debido a su sueño insano, giró sobre sí mismo y miró a Yoongi con la poca luz que lograba colarse por la ventana. El peligris le sonrió antes de depositar un pequeño beso en sus labios.


— Lo lamento, no pretendía despertarte cariño.


— No importa.


Sus voces eran un susurro mientras Yoongi le atraía a su pecho para acunarlo y cubrirlos a ambos del frío. Sus cejas se fruncieron en un pequeño sentimiento de remordimiento debido a su sueño anterior, aunque fuera inconsciente y no hubiese sido su decisión haber soñado con Jungkook, si se permitió quedarse dormido horas antes con el pensamiento del pelinegro, y en definitiva eso le hacía sentir extraño mientras recargaba la cabeza en el pecho de Yoongi y se hundían en las mantas.


~ * ~


Yoongi nunca fue exactamente suave y cuidadoso, siempre había sido ruidoso y que fueran las 5:30 de la mañana no significaba nada para el peligris, quién hacía bastante ruido en el baño y hasta tarareaba. Por otra parte, él se removía en las mantas tratando de volver a conciliar el sueño, pero el ruidajo que el gigante tenía no le hacía la tarea para nada fácil.


Bufó ligeramente molesto y apartó las mantas de su cuerpo para ir al baño, el frío y que recién despertara le causaban ganas de orinar. Caminó descalzo, con un ojo entrecerrado y el cabello revuelto. Abrió la puerta sin tocar y se encontró a Yoongi con nada más que una toalla enredada en la cadera. El peligris le sonrió y le dio los buenos días mientras él se bajaba los pantalones y levantaba la tapa del inodoro. Ninguno de los dos se inmutó mientras él comenzaba a orinar y Yoongi terminaba de afeitarse el poco vello facial que le crecía.


Su gigante novio solía decir que eso era verdadero amor, que solo una pareja con demasiada confianza harían eso, pero él solía contestar que simplemente era falta de vergüenza y costumbre luego de tanto tiempo viviendo juntos. Yoongi reía y le jalaba la mejilla, porque le parecía gracioso.


Para cuando terminó de secarse las manos luego de lavarlas, los grandes brazos de Yoongi rodearon sus caderas y lo apretujaron contra su cuerpo. Una extraña sensación recorrió su cuerpo al recordar el tacto de los brazos de Jungkook la noche anterior, cuando tomó sus caderas desde la espalda para enseñarle el movimiento que debía hacer en el paso de baile. Las manos de Jungkook eran tibias y suaves, las de Yoongi estaban frías y eran fuertes.


— ¿Qué tal tu clase de baile?


Le escuchó decir, pero los labios de Yoongi se encontraban en su cuello y subían lentamente hasta el lóbulo de su oreja. Se estremeció mientras miraba la escena en el espejo, sus ojos se entrecerraron mientras se aferraba a la orilla del lavamanos. De pronto un sentimiento de incomodidad le llenó el pecho y jadeó cuando el peligris mordió su lóbulo. Pudo observar la sonrisa de Yoongi –además de sentirla contra su piel- en el reflejo del espejo al pensar que el jadeo había sido de placer, pero él sabía que no había sido así.


— Detente...


Musitó con una sorpresiva voz calmada, que hizo a Yoongi soltar una risita y atraer las caderas del mayor contra su entrepierna. La frustración consumió a Taehyung, quién aunque no quería, estaba deseando que no fuese Yoongi quién le besaba y halaba del lóbulo.


— Yoongi para, ¡No quiero!


Musitó con una fuerte voz antes de apartarle con toda la fuerza que pudo reunir. Se miraron a través del espejo y su corazón dio unas fuertes punzadas al ver el rostro de desconcierto de su peligris novio. Giró sobre sus propios pies y le miró a los ojos mientras le regalaba una sonrisa forzada que, al juzgar por la que el peligris le devolvió, había salido demasiado natural. Se puso de puntillas y besó sus labios con suavidad.


— Estoy cansado, me duelen las piernas por bailar ayer y es muy temprano, pero aun así es demasiado tarde ya que debes ir al trabajo.


Se sintió miserable cuando la sonrisa de Yoongi expresó ternura y disculpa. No le había mentido del todo, sus piernas eran una molestia debido a todo el esfuerzo que había hecho ayer, pero la razón principal era que en su pensamiento, estaba otra persona que no era su novio.


— Vale, vuelve a dormir cariño, terminaré de arreglarme.


Se acostó con un extraño peso que aplastaba su corazón. Culpabilidad.


~ * ~


Su corazón se aceleró cuando Jungkook le dio las buenas tardes en cuanto cruzó la puerta del pequeño estudio de baile. Las otras tres personas ya habían llegado y se dispusieron a calentar todos juntos. Impulsivamente sus pasos le llevaron a situarse un poco más cerca de Jungkook respecto a la clase anterior.


Supuso que era rutina que el pelinegro bailara primero solo y les explicara movimiento por movimiento la rutina, mientras lo hacía aquella tarde, sus mejillas se calentaron ligeramente mientras el muchacho hacía uno de esos movimientos de cadera, como si estuviera embistiendo pero disimuladamente. Con todo su ser, evitó morderse el labio inferior y mantener la cabeza fría en cuanto a la situación, porque Jungkook había estado mirándolo a través del espejo y al principio creyó que los miraba a todos para saber si estaban poniendo atención, pero tras un momento se percató que solo le estaba mirando de aquella forma a él.


Estaba abochornado y se sentía ligeramente culpable cuando la imagen del rostro de Yoongi esa mañana llegaba a su mente de nuevo. Se regañó cientos de veces, porque cada paso le salía mal y el pelinegro tenía que estar a su lado y decirle exactamente cómo hacerlo. Creía ya que Jungkook comenzaba a pensar que lo hacía a propósito solo para que le pusiera las manos encima y guiara sus caderas para marcar el ritmo y el movimiento.


La clase había sido tortuosamente larga, y cuando por fin el pelinegro hizo una reverencia para darla por terminada, sintió un extraño alivio combinado con tristeza, aquello significaba el fin de la compañía de Jungkook por ese día.


— ¿Taehyung, tienes un momento?


O tal vez no.


— Claro, ¿Sucede algo?


Jungkook miró cómo el último alumno en la sala -aparte de Taehyung- salía de la misma y entonces fijó su mirada en los ojos el castaño. Lo que estaba por hacer era una completa locura, empezando porque ese era el segundo día de conocerlo, pero tras invitarle amistosamente a cenar la noche anterior y haber charlado sinceramente, se dio cuenta que él y el blanquito tenían demasiado en común. Todo el día había pensado en él y había esperado ansioso la llegada de su última clase, en la que Taehyung estaba.


Iba a parecer alocado invitarle a salir en plan de algo más, pero la vida era un riesgo y solo una.


— Yo quería... esperaba que me acompañaras a un restaurante que abrieron por aquí cerca, si te gustaría salir conmigo, claro.


El rostro avergonzado de Jungkook era la cosa más tierna que él hubiese visto jamás. Se rascaba la nuca con nerviosismo y no le miraba del todo a los ojos. Su corazón latía eufórico y con emoción, recordándole que hace muchísimo tiempo que no se sentía de esa manera. Estaba por responder que sí, que estaría encantado de acompañarlo, cuando una voz a sus espaldas les hizo girar la cabeza a ambos.


— ¿Taehyung?


Yoongi estaba parado en el marco de la puerta con una gran sonrisa y una bolsa de comida rápida en la mano derecha. Las cejas de Taehyung se juntaron nerviosamente y le dio la espalda a Jungkook para ver a su novio en la puerta.


— ¿Q-Qué haces aquí?


Preguntó, temeroso de que hubiera escuchado a Jungkook, pero a juzgar por la gigante y boba sonrisa en el rostro del peligris, suponía que no había escuchado nada ni sospechaba tampoco algo.


— Ayer iba a pasar por ti, pero como no pude, decidí hacerlo hoy. ¿Puedo pasar?


Escuchó como Jungkook afirmaba detrás suyo. El peligris entró en el salón de baile y, quizá para su disgusto, le rodeó la cintura con la mano libre y se agachó para plantarle un beso suave pero corto. De pronto una sensación de malestar invadió su estómago y se dio la vuelta ante la insistencia de Yoongi, quedando de nueva cuenta frente a Jungkook.


El pelinegro había mirado la escena con las cejas fruncidas y las manos en puños. ¿Qué era aquello? ¿Quién era ese sujeto?


— Hola, soy Yoongi, el novio de Taehyungie.


El rostro del aludido se tornó más blanco de lo normal y entonces la situación a su alrededor parecía irreal. El pelinegro forzó una sonrisa y una reverencia antes de presentarse como el instructor de baile de su novio.


— Lucen como si ya se hubieran hecho cercanos, me alegra porque Taehyung casi no tiene amigos con los que conversar.


Los ojos de Taehyung miraron fijamente al rostro de Jungkook, quién le miró con desconcierto y un poco de... ¿Decepción?, Yoongi murmuró unas cosas que ninguno de los otros dos escuchó y luego dejó un beso en la frente de Taehyung antes de irse por donde había llegado.


— Jungkook, yo...


Todo quedó en silencio. La incomodidad estaba teñida en el aire y el suspiro que Jungkook soltó rompió el silencio, y secretamente, el corazón de Taehyung.


— Está bien, tienes novio. Debí suponerlo, Tae.


— ¿Qué dices?


De pronto se sintió ligeramente cohibido cuando Jungkook dio dos pasos en su dirección y le escaneó rápidamente con la mirada, entonces le dedicó una bonita sonrisa y se revolvió el cabello mientras comenzaba a hablar.


— Eres demasiado estupendo como para estar soltero, ¿Eh?


Taehyung no sabía si tomarlo como un cumplido o un defecto, pero no pudo evitar sonreír en respuesta al pelinegro, quién le dedicaba otra brillante sonrisa.


— Escucha, lo del restaurante sigue en pie, podemos ir solo como amigos, yo tampoco tengo muchos.


El encogimiento de hombros por parte del instructor de baile lo hacía lucir simple y desinteresado. Sin poder pensar en Yoongi ni tantito debido a esa hermosa sonrisa que le dedicaba el otro, asintió con la cabeza y soltó una pequeña risa.


— Me encantaría, Jungkook.


~ * ~


— Ese Jungkook se ve que es genial, ¿Verdad?


Taehyung se atragantó ligeramente con el trago de agua que se llevó a la boca, pero lo pasó rápidamente y tosió un par de veces para recuperarse. Estaban sentados en la sala de estar comiendo fideos chinos que Yoongi había comprado más temprano. Lo único que él ahora mismo quería era irse a la cama y despertar días atrás, en el momento exacto en el que le había dicho a su novio que sí entraría a la academia de baile.


Ahora sabía que había sido un error, lo sentía, porque a su lado estaba sentado un hombre maravilloso que había estado con él en muchos momentos, pero en su mente se encontraba danzando un muchacho sonriente y asombroso, carismático y divertido que le hacía comenzar a sentir cosas que hace años no había sentido.


Se sentía como un desgraciado, porque si bien jamás había tenido ningún encuentro con Jungkook en esos dos días, en su mente y sueños ya había engañado a Yoongi en los brazos bronceados de su instructor.


La hora de dormir llegó demasiado rápido y, entre los brazos de Yoongi, comenzó a preguntarse si eso era realmente lo que quería para el resto de su vida. Comenzó a preguntarse; si siempre ha querido a Yoongi como le había dicho en miles de ocasiones.


El mes de Octubre pasó con rapidez, dando paso a un Noviembre frío. Las calles ya no se adornaban con hojas secas pues los árboles ya las habían dejado caer el mes pasado. Las personas paseaban con sus abrigos largos y bufandas acogedoras. Los niños comenzaban a salir de vacaciones y los adultos se preocupaban por las compras de Navidad que, aunque aún faltaba bastante, cada vez se hacían más próximas.


Con el paso de los días, Yoongi sentía a Taehyung lejano, lejano como la primavera, como las flores creciendo y las hojas poblando de nuevo los árboles. Le sentía tan lejano como las estrellas y no podía comprenderlo. Sus besos se sentían vacíos, sus sonrisas demasiado forzadas y sus ojos ya no brillaban como antes.


Cada día le despedía desde la puerta con un beso en los labios y un "Buena suerte, Yoongi", pero hace tanto que no le escuchaba llamarle amor o cariño. Las muestras de afecto se habían reducido a solo tomarse de las manos y pequeños y rápidos besos en los labios y mejillas. No podía comprenderlo, no sabía cómo en un mes su novio había cambiado tanto. Por las noches se acurrucaba entre sus brazos, pero ya no sentía esa calidez del principio.


También, hacía días que Taehyung no le permitía tocarlo de más, alegando siempre que estaba cansado o que no tenía ánimos. Ya ni siquiera se bañaban juntos como solían hacerlo de vez en cuando. Y Yoongi quería saber qué estaba haciendo mal, qué había hecho para que su pequeño se distanciara así de él. Y cuando quería hablar al respecto, Taehyung siempre sonreía y decía que todo estaba como antes, le besaba larga y dulcemente y entonces su corazón se sentía tranquilo de nuevo. Pero en la noche al ir a dormir, se inquietaba una vez más cuando era él quien debía buscar el contacto con el pequeño, porque entonces el otro no le abrazaría por su propia cuenta.


Por otro lado, la culpa vivía instalada en el corazón del castaño. El remordimiento y los pensamientos pecaminosos rondaban por su cabeza día y noche. No podía besar a Yoongi por largos momentos porque sentía culpabilidad y ansiedad. Se sentía encerrado en una pesadilla de la que él era el causante.


Jungkook no había vuelto a "insinuársele", sin embargo sí habían vuelto a salir a comer de vez en cuando después de la clase, aunque hablaban cosas banales y la mayoría del tiempo tonteaban, era una salida meramente amistosa y eso a Taehyung le estaba matando, porque secretamente quería más. Deseaba que Jungkook le tomara de la mano, le mirara de una forma que sobrepasara el nivel de diversión, deseaba que se inclinara y acortara la distancia entre sus labios.


Pero Jungkook siempre se había portado como un caballero respetuoso, había sabido dibujar muy bien su límite y la línea que los dividía entre amigos y amantes, y jamás se había atrevido a cruzarla ni tantito. Por una parte estaba aliviado, porque aunque al momento de engañar a Yoongi lo deseara con todo su ser, sabía que al llegar a casa y acostarse entre sus brazos el remordimiento caería doblemente sobre su pecho, y no podría soportarlo.


Le dolía ver la expresión de tristeza y preocupación en la facciones de Yoongi, le dolía rechazarlo de aquella forma y a su vez le dolía que Jungkook lo rechazara a él. Se había encerrado en su propia mentira, estando al lado de Yoongi cuando su corazón latía desbocado con tan solo una sonrisa amistosa de Jungkook.


Su punto cumbre llegó una noche luego de la práctica. Cuando todos se habían ido pero él seguía frente al espejo, tratando de que sus torpes piernas se posicionaran donde era correcto y su cadera rotara lo suficiente como para verse "pasable". Jungkook estaba despidiéndose de SungJae y luego de que el muchacho desapareciera, el pelinegro regreso al centro del salón. Miraba fijamente los movimientos de Taehyung, notando que había mejorado en ese tiempo que había pasado.


Le destrozaba verlo, le destrozaba sonreírle y reír cuando en realidad quería sujetarlo de las manos y besarlo hasta que sus labios se desgastaran. Pero no era ningún cretino, no podía meterse de esa forma en una relación ya establecida y larga, por lo que se había autoimpuesto un límite sobre qué estaba bien con Taehyung y qué no. Pero él lo sabía, la forma en la que Taehyung le sonreía falsamente a su novio cuando a veces se aparecía por ahí, cómo corría el rostro que el beso fuera implantado en su mejilla. Sabía que el mayor no amaba a su novio, pero él no haría nada para hacerle ver eso.


Se había enamorado torpemente de Taehyung, incluso sabiendo que ya estaba con alguien más que lo trataba con respeto y cariño. Le jodía en exceso que Yoongi fuese tan buena persona, porque si fuera un desgraciado al menos podría alejar a Taehyung de él sin remordimiento. Pero el peligris muchacho no era otra cosa sino una buena persona que le entregaba tanto amor a Taehyung que no se atrevería nunca a meterse entre ambos.


Ahora mismo, la visión de Taehyung tratando de rotar las caderas le parecía graciosa y tierna, porque le había explicado en clase mil veces como debía poner la pierna para que el movimiento de caderas resultara natural, pero el chico definitivamente no podía ser calificado como una esponja, pues no absorbía nada de lo que le instruía.


Con un suspiro, caminó hasta colocarse a la espalda de Taehyung y rió ligeramente, negando y colocando sus manos en las caderas del muchacho como hace tiempo no había hecho. El castaño se sobre speligris y le miró a través del espejo.


— Así no, hyung. Deja que te enseñe.


Jungkook envió fuerza a sus manos y entonces movió las necias y duras caderas de Taehyung en un pequeño círculo. El castaño se sentía avergonzado al tenerle tan cerca nuevamente, y se permitió fantasear un poco con el tacto del menor. Jungkook soltó las caderas de Taehyung pero tan pronto como lo hizo, se pusieron rígidas y perdieron la postura que les dio.


Ambos soltaron una pequeña carcajada mientras se relajaban. Jungkook adoptó la costumbre de cerrar la puerta durante las clases y ahora se sentían más confidentes el uno con el otro. El instructor lo tomó de nuevo por las caderas para regresarlas a la posición anterior –la correcta- y, tras ver que no podía soltarlas, se acercó hasta pegarse por completo a su espalda, moviendo su pierna hacia la de Taehyung y empujándola con la suya, haciendo que la moviera junto con él, dándole así la pose que necesitaba.


Estaba a punto de dejarlo a ir, por Dios lo juraba, que no quería seguir aquello o no podría parar, pero Taehyung se apretó contra él y su trasero encajó perfectamente en su entrepierna.


— ¿Cómo es después, Jungkook?


Le escuchó decir, con esa voz gruesa y tentadora que nunca antes le había parecido tan locamente erótica. Pensó en el paso siguiente, y miró con ojos alarmados a Taehyung a través del espejo, no estaba seguro pero la sangre comenzaba a viajar hacia el sur de su cuerpo y le nublaba el sentido común. Movió sus caderas hacia atrás, arrastrando las del mayor a su vez para que no se despegaran y, en un lento movimiento, las envió hacia delante al igual que hacía con las del ajeno. Su miembro rozando contra los glúteos de Taehyung.


El castaño se mordió el labio inferior y cerró los ojos, dejando escapar un suspiro antes de girar entre los brazos ajenos. Ahora mismo solo existían ellos dos y, con el pensamiento de no dejar ir el momento, se puso ligeramente en puntas para colisionar sus labios con los de Jungkook.


Se besaron lentamente, con suavidad y ternura mientras las manos del pelinegro le sujetaban con fuerza contra su cuerpo. No pudieron ni quisieron evitarlo, se sentía como si hubieran entrado al paraíso. Habían encontrado la calma luego de tanto sufrimiento mientras sus lenguas se enredaban entre ellas y bebían el sabor del otro.


Se deshicieron en besos y pequeñas caricias que los llevaron a tumbarse sobre la suela de madera, con la mitad de las luces encendidas porque Jungkook las había apagado muchos momentos antes de eso. No podían parar, porque sus labios y manos se atraían entre sí como fuertes imanes sobrecargados. Se sentían como si hubiesen esperado toda la vida por ese momento y los dos se aferraban con fuerza el uno del otro para no dejarlo ir.


La ropa comenzó a sobrar entre besos húmedos y pequeños roces. Ninguno emitía palabra pero sabían lo que el otro quería decir. Prontamente el suelo se llenó con las prendas sobrantes y la habitación se consumió en un calor acogedor. Las caricias viajaron por ambos cuerpos desnudos, y Jungkook recorría el cuerpo de Taehyung tal cual pirata buscando su preciado y único tesoro.


Dibujó palabras de amor en la piel lechosa del contrario con sus gruesos labios y Taehyung las expresó con pequeños jadeos y suspiros que llenaron el pecho de Jungkook. Se abandonaron a los brazos del otro, dejaron que el mundo entero se cayera fuera de esas cuatro paredes y entonces solo ellos dos existían.


Taehyung le abrió las puertas del paraíso a Jungkook y él no pudo hacer otra cosa más que instalarse entre ellas. Acarició y recorrió cada parte de sus muslos desnudos antes de llegar a su estrecho anillo de músculos. Los gemidos de Taehyung mientras le preparaba eran la mejor melodía que había escuchado jamás y deseó bailarla para él.


Cuando el momento era demasiado intenso y cargado con sentimientos, se unieron en uno solo, destrozando cualquier barrera que Jungkook había impuesto entre ambos. Taehyung temblaba bajo su cuerpo y se aferraba a sus hombros mientras una serie de pequeños "Más" y "No pares" se deslizaba de sus labios, alentando a Jungkook.


Y ahí, mientras se hacían el amor el uno al otro, pudieron comprender que fueron hechos para eso, que toda su vida había sido diseñada para ese momento, en donde pudieran unirse en cuerpo y en alma, porque Taehyung se había abandonado completamente en los brazos de Jungkook, entre pequeños suspiros y caricias, se habían entregado el uno al otro y cuando llegaron a la cima, Taehyung lo vio bastante claro, mientras Jungkook se vaciaba y deshacía en su interior, dejando su semilla.


~ * ~


Jungkook había insistido en acompañarle a su casa, porque era tarde y no podía permitir que el otro anduviera solo en las calles. Al contrario de lo que comúnmente pasaría, se sentían completamente cómodos uno al lado del otro mientras caminaban por la acerca en dirección a la casa de Taehyung. Jungkook había reprimido el impulso de tomar la mano del mayor porque, aunque no habían hablado de eso, el pelinegro aún estaba consciente de la relación de su hyung con Yoongi, ya más tarde y en su casa se permitiría abandonarse al remordimiento y la culpa.


Cuando llegaron a la puerta, Taehyung se colocó entre ésta y el cuerpo de Jungkook, sonriendo ampliamente mientras se despedían con pequeños susurros. No se atrevieron a besarse, o siquiera tomarse de las manos, pues luego de lo sucedido en la sala de baile, habían vuelto a tomar su cordura. Jungkook le dedicó la sonrisa más grande que jamás le había dado y se giró para ir él mismo a su casa.


Tras entrar en la casa y cerrar a sus espaldas, Taehyung lanzó un suspiro. Lo primero que vio fue el retrato que tenía en la entrada, donde estaba abrazado a Yoongi. Su corazón cayó a sus pies mientras sus ojos viajaban a un Yoongi sentado en el sofá con la cabeza entre las manos. Caminó lentamente a él hasta que el muchacho se percató de su presencia y alzó el rostro.


Habló primero, tomando lugar a su lado y tratando de encontrar su mano sobre su rodilla, estaba decidido, no dejaría pasar demasiado tiempo. Debía decirle a Yoongi ahora mismo. Pero el peligris apartó la mano y se separó de él, arrastrándose un poco más lejos por el sofá.


— ¿Por qué, Taehyung?


El corazón del aludido se paró un segundo al escuchar el tono de Yoongi, sonaba tan hundido y miserable que sintió algo dentro de él romperse.


— ¿Qué?


Atinó a responder, tratando de acercarse de nuevo al peligris pero éste se levantó de un speligris del sofá en cuánto le sintió moverse. Entonces le miró a los ojos, y todo a su alrededor explotó.


— ¿Qué? ¿Eso tienes para decir? ¿Es que acaso crees que soy estúpido?


Yoongi estalló en cólera, mientras gritaba sus preguntas y halaba de su cabello casi con histeria.


— ¡Los vi, Taehyung! ¿Crees que estoy ciego? ¿Crees que no me doy cuenta?, le miras como solías mirarme a mí.


El peligris iba y venía por la sala de estar, mientras Taehyung se encogía en su lugar por temor. Jamás le había visto de aquella forma, y sabía que más que enojado, Yoongi estaba dolido y decepcionado.


— Yoongi, l-lo siento tanto. Simplemente pasó y yo...


— ¡No Taehyung!, esto no simplemente pasó, no seas ridículo y no quieras verme la cara.


Los ojos de Taehyung se llenaron de cristalinas lágrimas que parpadeó rápidamente para no derramarlas. El tono de Yoongi le dolía tanto, podía sentir todo el sufrimiento y dolor por el que le estaba haciendo pasar.


— ¡Nos amábamos, Taehyung! ¿Cómo puedes simplemente desechar todo ese amor así como si nada? ¿Cómo siquiera puedes fijarte en alguien más, cuando a diario me repetías que me amabas?


Yoongi se quedó en silencio, esperando una respuesta que jamás llegó. Podía sentir la traición correr por su cuerpo pero la desesperación por perder a la persona que más amaba le embriagaba. No podía aceptar que aquello estuviera sucediendo, su corazón cayéndose en pedazos sobre sus pies y Taehyung estaba parado ahí sin hacer nada, mirándole con los ojos llenos de lágrimas.


— ¿Alguna vez me amaste, Taehyung?


El silencio que prevaleció fue como una bofetada para Yoongi. Las memorias pasadas comenzaron a llegar a él; las risas, las bromas, los pequeños coqueteos y las palabras de amor. Pero ahora que lo recordaba todo, se daba cuenta. Estaba tan cegado por su amor y la belleza de Taehyung, que no pudo percatarse entonces, que las sonrisas del otro siempre estuvieron vacías, que sus palabras estaban huecas y que las promesas no tenían valor.


Lo pudo ver entonces ahora, todo siempre fue calculado, el amor y las palabras limitadas. Y ahora no podía distinguir lo que había sido verdad y lo que había sido mentira, porque Taehyung había sabido disfrazarlo y fingirlo realmente bien. Y quizá la mentira había salido tan perfecta, que Taehyung se la había creído también.


— Ya no puedo confiar en esto, Taehyung.


Musitó, con la voz ronca debido al nudo que se había formado en su garganta. Sus manos temblaban y la sensación de haberlo desenmascarado solo le provocaba unas terribles ganas de vomitar. Las imágenes seguían llegando. Ahora podía comprender, Taehyung no se había rehusado tanto porque ambos fueran hombres, se había rehusado porque no lo quería. No había corrido la cara todos los primeros meses porque estaba avergonzado debido a que no sabía besar, sino porque no deseaba besarlo. No había retrasado tanto su primera vez haciendo el amor porque estuviera temeroso de mostrarse desnudo ante él, sino porque no le amaba, porque no sentía deseo hacia él.


La cara de Yoongi se frunció de disgusto y dolor, encontrando a Taehyung repulsivo y falso. Y entonces comprendió que no, Taehyung no miraba a Jungkook como antes le miraba a él, porque nunca antes Taehyung le había mirado con los ojos llenos de un brillo y emoción especial, nunca. Lo observó entonces a los ojos, antes de acercarse más para poder susurrar duramente contra su rostro.


— Siempre fuiste tan falso. Todo acerca de ti era falso, tus sonrisas, tus acciones, tus palabras, incluso tus malditas lágrimas en éste instante. ¡Falsas, todo era falso como tú!


Taehyung no lo sentía así, le dolía tanto romper a Yoongi de ésta forma. Lloraba, no porque Yoongi hubiera caído en cuenta que en realidad nunca le amó, lloraba porque le dolía haber quebrado de ésta forma a Yoongi. Con el paso de los años había aceptado que Yoongi era su mejor opción y futuro, que era atento y caballeroso y había creído tontamente que con el paso del tiempo ese amor que decía sentir, lo llegaría a tener de verdad. Por un tiempo creyó que de verdad lo amaba, pero entonces descubrió que lo que sentía solo era costumbre y familiaridad. Le dolía haberlo engañado de la forma tan cruel y vil en la que lo había hecho.


— Y ahora que te miro, me doy cuenta de lo artificial que eres. Tu jodido amor era artificial, tan artificial como las flores sobre nuestra mesa de estar.


Las lágrimas se derramaban por las mejillas de Taehyung pero él no podía pronunciar palabra, porque Yoongi estaba en lo cierto, jamás le amó y si alguna vez creyó que había llegado a hacerlo, solo fue una seguridad falsa, solo fue él tratando de creer su propia mentira.


El silencio estaba volviendo loco al más peligris. El chico le estaba afirmando todo lo que decía al quedarse callado, y él solo estaba deseando como un loco que Taehyung le besara tan intensamente que le hiciera olvidar todo el dolor y la angustia. Pero eso jamás pasó.


Todo sucedió en cámara lenta, cómo Taehyung se movía hacia la habitación y metía su ropa en una maleta. La agonía que invadía el corazón de Yoongi no desapareció incluso aunque los días pasaron. No desapareció porque todo le recordaba a Taehyung, y le dejaba un mal sabor de boca que no podía quitarse con nada.


Le había abandonado, y estaba seguro a dónde se había ido. Estaba seguro que ahora dormía en los brazos de ese otro chico, y no en los suyos. Y la agonía lo consumía, sobre todo por las noches frías y solas.


~ * ~


Los lentos y suaves roces a través de su espalda le hicieron despertar por completo con una sonrisa grabada en sus labios. Giró sobre la cama para quedar de frente al pelinegro que también comenzaba a sonreír y ahora acariciaba sus caderas desnudas con la yema de los dedos.


— ¿Qué hora es?


— Aún es temprano.


La voz de Jungkook por las mañanas era ligeramente más ronca y escucharla siempre dándole los buenos días le ponía de buenas de una manera extraordinaria, incluso después de un año de escucharla seguido.


El pelinegro se inclinó para depositar un beso rápido en los labios ajenos. Se quedaron en la cama las siguientes dos horas, conversando y repartiéndose pequeñas caricias que a veces les hacían reír como un par de bobos. Más tarde Jungkook decidió por ambos que era hora de levantarse y darse una ducha, obviamente juntos. Taehyung tallaba la espalda del pelinegro y luego el otro la suya, reían y jugaban con la espuma como casi todos los fines de semana cuando se duchaban juntos.


Su relación era tan genuina y espontánea, desde el primer momento ambos eran el mejor amigo del otro y no había secretos entre ellos. Se amaban de una forma que sobrepasaba a cualquiera de ellos y por más que los días pasaran, aquello no cambiaba. Compartían momentos y promesas que estaban cargadas con el amor más puro que pudiese existir. Cada día se amaban más que el anterior.


~ * ~


— ¿Jimin, ya estás listo?


La voz del peligris resonó por el pasillo y el aludido se apresuró a arreglar su cabello con los dedos una última vez, gritando que ya estaba listo. Tomó su celular y cartera antes de correr a la puerta y sonreírle al gigante mientras ambos se colocaban los zapatos para salir.


— ¿Traes la lista, verdad Yoongi? Siempre la olvidas.


— Tranquilo, está justo aquí.


Yoongi le mostró el pedazo de papel con su horrible caligrafía antes de abrirle la puerta del auto para dejarlo pasar, luego subió él y condujo hasta un supermercado que acababa de abrir y por el que Jimin le hizo un berrinche enorme para que le llevara a verlo. No pudo decirle que no a su pequeño divo.


Al llegar se encargó de llevar él el carrito del mandado mientras Jimin revoloteaba de un lado a otro en cada pasillo, mirando la gran variedad de productos que vendían. El chico hiperactivo caminó más aprisa a un pasillo de enlatados antes de gritarle a Yoongi que fuera más rápido.


Por querer alcanzar al muchacho, entró precipitadamente en el pasillo y chocó contra otro carrito que estaba un poco más lleno que el suyo propio. Al levantar la vista para pedir disculpas, se encontró con un par de rostros que conocía perfectamente.


— ¿Yoongi?


— Taehyung, Jungkook.


Les saludó con un asentimiento de cabeza. Los muchachos frente suyo iban con los brazos entrelazados y en el rostro de Jungkook aún se notaba un pequeño rastro de la risa que había tenido antes de toparse con él.


— ¡Yoongi!, te dije que... oh, ¡Hola!


Jimin llegó a su lado con los brazos llenos de latas de sopas y vegetales, las dejó en el carrito mientras miraba a los extraños que le devolvían el saludo al mismo tiempo. El castaño entrelazó sus dedos con los de Yoongi y susurró un "¿No me vas a presentar?" castaño que aun así fue escuchado por todos y les hizo reír ligeramente.


— Oh si... ehm, él es Jimin, mi prometido. Jimin, ellos son Taehyung y Jungkook.


El rostro de Jimin perdió todos los colores antes de escanear a Taehyung y luego al pelinegro a su lado. Se fundió más al costado del peligris pero, al contrario de todo lo que Taehyung pensó que el chico de bonitas manos diría, él musitó:


— ¡Es un gusto conocerlos!


Jimin siempre había sido bueno para romper el hielo y la tensión, por lo que por los siguientes 20 minutos los cuatro se quedaron conversando en el pasillo de enlatados, sorpresivamente el aire nunca se sintió tenso o incómodo.


La charla era sumamente amena, conversaban sobre lo que habían hecho en ese tiempo en el que no se habían visto, sobre el aumento de sueldo de Yoongi al subir de puesto, el trabajo en el que Taehyung estaba y la propia academia de baile que Jungkook recién había abierto luego de un gran trabajo duro.


— Taehyung, me encantaría enviarte una invitación para nuestra boda.


La voz de Jimin era suave y gentil, en ningún momento había dejado de sostener la mano de Yoongi. El aludido miró al peligris un poco asustado, pero su ex pareja le sonreía ampliamente y en su sonrisa solo había sinceridad.


Intercambiaron números e incluso direcciones, Yoongi ya no vivía en su antigua casa y Taehyung ya se lo esperaba. También, se pusieron de acuerdo para encontrarse más adelante en un restaurante en el centro de la ciudad. La escena lucía como el reencuentro de viejos amigos de la escuela a juzgar por la emoción con la que hablaban y se prometían salir luego los cuatro juntos. Al contrario de lo que cualquiera pensaría, Jimin no odiaba al ex novio de su prometido, pues tenía el pensamiento de que todo sucedía por algo y, tras la pequeña charla en aquel pasillo, el muchacho había encontrado tanto a Taehyung como a Jungkook divertidos y agradables.


Más tarde, cuando Jimin se despidió porque se hacía tarde y debían ir a una cita para ver lo del pastel de la boda, todos se dedicaron sonrisas sinceras y siguieron su camino. Mientras Jungkook y Taehyung estaban por dar la vuelta al siguiente pasillo y Jimin se perdía entre los enlatados de nuevo, Yoongi les llamó una última vez.


— ¿Taehyung?... A pesar de todo, quiero que sepan que no les guardo rencor alguno, por el contrario, les estoy agradecido pues a raíz de lo sucedido, pude encontrar a mi pequeño Jimin. Gracias.


La sonrisa en el rostro del peligris era sincera y amable. Después de todo, antes que su novio, Taehyung fue para Yoongi su mejor amigo, y tantos años de amistad y cariño no podía desecharlos tan fácil. Con un asentimiento de cabeza y una sonrisa por parte de Taehyung, Yoongi regresó en busca de su hiperactivo prometido, mientras el castaño y Jungkook continuaban sus compras entre risas y brazos entrelazados.





FIN.











Pedestal para Yoongi con el pelo gris gracias


15 ноября 2022 г. 20:40 24 Отчет Добавить Подписаться
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𝑲𝒉𝒂𝒐𝒔 👑 ↱ Escritora Kookv hasta que la muerte nos separe. V es mi mayor inspiración y Jungkook la suya 🖋💐🌙 ↲

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MQ Mía Quintos
Te juro q me costó un huevo leer el cap por yoongi. 😭😭😭
CG Camila Gomez
Gracias por darle ese final amee mucho
DAYA DAYA
Cómo me gustan tus fics, diooss
DAYA DAYA
Estuvo todo muy hermoso 😭
Jessica  Villalobos Jessica Villalobos
Oseaaaaa...esto fue herrrmosoo...tenia que ser el camino del destino ya esta escrito uno es el que firma al final de la página...bello gracias ✌🏽🐻💜🇨🇱
Zoe Cid Zoe Cid
Diomio, me gustó muchísimo. 10000/10
Wendy Jk Wendy Jk
Me gusto demasiadoo, si me senti bastante triste por yoongi pero me alegra que los dos tuvieran un final feliz 😭😭😭
Beutsly KV Beutsly KV
Yo le andaba pidiendo perdón a Yoongi aunque la infiel no fui yo Jajaja 😭 Yoongi te amo 🥺 Se necesita ser muy maduro para actuar de la forma en la que Yoongi lo hizo, le sacó todo lo bueno a la situación. ❤️ La verdad es que mientras JK y TaeTae lo hacían sí pensé en que Yoongi podría llegar y verlos D: No quiero justificarlos, pero es verdad que las cosas pasan por algo. Qué bueno que terminó bien y que habrá boda YoonMin. 🥰
Edén Grace Edén Grace
Espero algún día ser así de madura emocionalmente! Llevarme bien con mis ex... Nada jajaja!!! Me gustó mucho, bien estructurada.
MONTAE GR MONTAE GR
Awwwwwwwww que bonito😍❤️
db di bv
Ay.... si me dolió yoongi 😭 digo entiendo pero ay.. . Y el yoonmin al final fue hermoso ay 😭🥲
Pamm Kimmin Pamm Kimmin
AWWWWWWWWWWWWWW eres increíblemente maravillosa tus fics son fascinantes. ♡
Amanda Veronica Amanda Veronica
WOOOWWW 🎉🎉🎉🎉 Excelente historia, me encanto 🥰🥰🥰Gracias por compartir tu talento con tod@s nosotr@s 💐 💐 💐 No recuerdo como llegué aquí...venía buscando una historia que eliminaron de la plataforma 🍊 y te encontré a ti, me da mucho gusto leerte😊😊😊 te leo en otra de tus historias ya vi que tienes muchas historias 😜😜😜

Vlion 🌙 Vlion 🌙
Quiero llorar con tan bella historia. Al principio sufrí por Yoongi. Pero qué Taehyung se haya enamorado de Jungkook no es su culpa simplemente pasó y se sabía que no amaba a su novio. Amé esto

Carmen Bautista Carmen Bautista
Se ve que era un regalo para tu amado hermano... A ti se te reza o se te alaba!!! Enamorada de esa imaginación tuya tan precisa en las situaciones y cosas que mi corazón anhela!!!! Gracias por hacernos articipes de este regalo!!!

Miriam RV Miriam RV
Que puedo decir, es el 2do fanfic que me hace todo un revuelo de emociones. Siempre me quedo asombrada por la calidad de arte que puede tener el ser humano, pero en especial tu Dani, por lo que no transmites, no me canso de decirlo.

  • 𝑲𝒉𝒂𝒐𝒔 👑 𝑲𝒉𝒂𝒐𝒔 👑
    Awwwww que hermosas palabras muchas gracias siempre trato de traer lo mejor para ustedes ♥️♥️ November 15, 2022, 23:52
𝖘𝖆𝖒 𝖜𝖔𝖔𝖋𝖊𝖗 𝖘𝖆𝖒 𝖜𝖔𝖔𝖋𝖊𝖗
Lo amé. Muchas gracias mi hermanita te amo mucho. Sigue creando las arte

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