Efímero Подписаться

Llegaste como una suave brisa y te fuiste con el viento. Nuestro amor fue una suave caricia, en la cual me vi envuelto.

Desde un principio lo supimos, aun así andamos ciegos en esta encrucijada.

A pesar de mis inseguridades, dudas y enredos. Siempre me trataste con tanto amor.

Esforzarte por los demás no era tu fuerte, aun así cumplías con cada uno de mis caprichos, de mi constante necesidad de mimos y atenciones, de mi tendencia a ser muy empalagoso. Sabía que te disgustaba el contacto humano, pero a mí nunca me rechazaste cuando corría hacia ti y me lanzaba a tus brazos. Siempre dispuesto a hacer todo por mí, al igual que yo.

Ambos soñando una vida por delante en este mundo perdido, trazamos metas en la cual nos incluíamos, toda ella estaba lista. Pero, ¿sabes? Ya era perfecta con solo estar a tu lado.

Éramos dos amantes inconscientes de que no todo lo que se quiere se tiene. Si hubiera sabido que ya no estarías a mi lado, habría aprovechado mejor el tiempo contigo, pero no existen los hubiera, no puedo cambiar nada, aún así, aprecio cada pequeño instante a tu lado, fueron los más preciosos de mi vida. Desde que apareciste en ella, mi vida tomó un significado diferente, un valor impresionante; fuiste y serás lo más valioso que alguna vez tuve y tendré.

Aún recuerdo cada pequeña parte de ti, recuerdo tus labios tibios junto a los míos, tus grandes manos que acariciaban mis mejillas como el cristal más precioso con miedo a romperlo, tus pequeños ojos viéndome fijamente con ese brillo que tanto me encantaba, tus mejillas sonrosadas cada vez que te decía cuanto te amo.

Fueron pocas las veces que escuché de ti un te amo, pero la mayor declaración de amor es la que no se hace, sino la que se demuestra, y tú te encargaste de mostrármelo a cada segundo, cada detalle quedó grabado a fuego vivo en mí.

Pensaste que no me di cuenta de tus actos sutiles, como cuidabas de mí cada que tenía frío, las veces que tomabas mi mano pensando que estaba dormido, como fingías quedar dormido para apoyarte en mi hombro, como me consolabas silenciosamente después de una discusión de mis padres, empeñándote en hacerme olvidar. Y sí, hay muchas otras veces y cada una la noté, pero nunca dije nada, no era necesario, me encantaba que lo hicieras.

Sabes, aquel 06 de noviembre fue el día más feliz de mi vida, cuando por primera vez nos besamos y declaramos, donde vi la más perfecta sonrisa que puede tener un ser humano al separarnos de aquel beso tan anhelado, entrelazando nuestras manos como siempre lo hacíamos, encajaban tan bien.

Nada de eso estaba planeado, solo habíamos salido como cualquier otro día. Visitar ese parque era algo rutinario ya, quizá el escenario que se formó con aquella primera nevada fue lo que nos impulsó a soltar todo lo que teníamos guardado. Los copos de nieve cayendo en tu cabello rubio te hacía ver tan adorable, escondiendo tu naricita roja en esa bufanda amarilla que llevabas junto a ese abrigo blanco, parecías un copito de nieve más. El apreciarte siempre me hizo entrar en un trance del cual era difícil salir, pero si hubiera podido te habría venerado toda la vida.

Ese día pudo haber sido el más perfecto de mi vida, pero de ese día tengo el recuerdo más amargo también. Ese día te fuiste de mi lado.

Ese pequeño instante cuando soltaste mi mano y corriste hacia aquella pequeña, desde ese día mi mano se siente helada.

No olvidaré el sonido de mi corazón rompiéndose al momento que vi tu cuerpo inerte en el asfalto después de poner a salvo a la pequeña.

Esa fue tu decisión, sacrificarte, convertirte en un ángel para aquella niña. Es uno de los actos más hermosos que he visto en mi vida, dar tu vida por alguien más, pero aun así no puedo evitar tener pensamientos egoístas. Si no hubieras hecho eso estarías a mi lado, abrigándome con tu cálido corazón, cumpliendo cada una de las metas que trazamos.

Aunque tengo esos pensamientos y también el querer abandonarme en el dolor de tu pérdida, recuerdo tus últimas palabras "te amo". Después de decir aquello soltaste mi mano, cerraste tus ojos para nunca más abrirlos. Fueron dagas para mí.

Ese día perdí una parte de mí, una gran parte de mí. Hay veces que aún veo la sangre en mis manos, rememoro como tu respirar se escuchaba cada vez más lejano a mí, como no pude soltar lágrima o grito alguno por el shock, pero por dentro no era así; estaba desangrándome, ahogándome, no podía... era pesado, quería sacar ese sentimiento de mí, no podía perderte, quería... respirar...

Porque al irte me sentí tan ahogado y abrumado que simplemente no podía razonar.

Recuerdo que te abracé con tanta fuerza como me fue posible pidiendo silenciosamente al cielo que eso solo haya sido una pesadilla, que nada de ello haya ocurrido, si aun así no estemos juntos te quería con vida, solo con eso todo estaría bien... pero no, ya estábamos muy lejos.

¿Felicidad? cuando mis manos te podían acariciar; ¿felicidad? cuando mis brazos te podían abrazar, cuando mis ojos te podían apreciar, cuando mis oídos se deleitaban con esa voz ronca, cuando estabas a mi lado. Felicidad es algo que llevo buscando, estoy viviendo como lo querías, pero felicidad es algo que ya no tengo, al menos no plena.

Toda tu familia lloraba, nuestros amigos lo hacían, también estaban algunos profesores de la facultad, mi familia estaba, aquella pequeña junto a sus padres estaban, además de algunos desconocidos para mí; todos lloraban. Pero yo no podía hacerlo, era como un cuerpo sin alma, sin vida, solo un muñeco moviéndose al compás de este mundo.

Aquel día que vi como desaparecías ante la tierra, no solté ni una sola lágrima, solo tenía un corazón sin vida, seco. Dejó de latir al escuchar tu último respirar.

Mis días se volvieron grises, el blanco y negro invadieron mi vida, el color de mi paleta había desaparecido, el sentido de ella en sí.

Navidad, el ambiente de la temporada me aniquiló. Todos pensando en que regalarán a ese ser especial, pero tú ya no estabas, el sentido de esa fecha se desvaloró para mí. "celebremos las fiestas" "vamos a brindar" dicen. Yo no tengo ninguna fiesta por qué brindar, decoración, tradición, gran cena familiar; que familia si ya no estabas. El dolor me abrumó como grandes olas de mar, ¿podrán hacer frente a mi llanto e inestabilidad? ¿acaso comprenden cómo me siento? Seguro he de haber decepcionado a todos por no poder con ello.

El día de mi cumpleaños, ese día no salí de mi habitación, la solíamos pasar juntos, una costumbre que se formó con los años. Ese día noté más que nunca tu ausencia.

Estaba echado en mi cama queriendo llorar, pero no podía, nada salía desgraciadamente y así ahogándome en el dolor silencioso me dormí.

Allí fue que apareciste ante mí, con tanto cariño como siempre acariciaste mi mejilla con parsimonia, besaste mi frente y susurraste un "te amo" al dejar un pequeño beso en mis labios para luego desaparecer. En ese instante fue en el que solté la primera lágrima, siendo seguida de un llanto desgarrador.

Pude asimilar que ya no estabas, pero lo más importante que me amabas tanto como yo a ti. Y te había perdido.

A los segundos desperté, todo había sido un sueño. La soledad era mi único acompañante.

¿Estaba listo para levantarme?, quizá...

El que tu aparecieras ese día, me hizo dar cuenta que estaba viviendo una vida patética, ¿hubieras querido que esté en ese estado? Por supuesto que no, muchas veces me dijiste que te gustaba mi sonrisa, era tu motor, tú eras el mío. Pero por ese día me permití llorar todo lo que no pude hasta quedar dormido con los ojos hinchados.

Después de haber llorado al cielo todo se veía tan claro; somos solo viajeros en la tierra.

Fuiste demasiado bueno para este mundo, me enseñaste tanto. Eras un ángel para mí, aún lo eres, me enseñaste lo que era la felicidad, lo cálido que se puede sentir el corazón.

Sí, sé que no todo fue perfecto, tuvimos altos y bajos, nuestras personalidades no ayudaban mucho, pero eso hacía que nos conectáramos a un nivel superior.

Tu esencia junto a la mía brillaba más que nada, tu alma y la mía conectaron, sí, lo sabíamos, por eso fue realmente doloroso la despedida.

Tardamos tanto en darnos cuenta amor, buscando en caminos desconocidos algo que teníamos al lado.

Nuestro amor estuvo ahí, por tanto tiempo, pero solo lo pudimos disfrutar un día, dos tontos enamorados que no aceptaron sus sentimientos a tiempo.

Sin embargo, aprecio cada minuto pasado, cada momento, el haber logrado amar con tanta intensidad que no puedo olvidarte.

Aunque nuestro amor se sintió como algo efímero.

Un plus que se llevó el invierno.

Hoy se cumple cinco años desde que te fuiste y puedo decirte que estoy viviendo mejor, trato de hacer lo posible por cumplir nuestras metas. No trato tontamente de olvidarte, después de todo eres el recuerdo más hermoso que tengo, y así estás en mi corazón ahora, como mi primer y verdadero amor.

Yo decidí quedarme con lo mejor de ti, decidí estar agradecido por haberte tenido a mi lado.

Aunque ya no te vean mis ojos, aunque ya no escuche tu voz, tu recuerdo vive en mi corazón.

Trato de apreciar a cada momento lo bello de la vida: el soplo del viento... la hermosura de las flores... el canto de los pájaros... como caen las hojas de los árboles en otoño... cuando una lágrima vuelve a brotar al sentir tu presencia a mi lado; protegiéndome. Me ha dolido mucho perderte pero sé que sigues aquí, sé que estás esperándome, para al final de mis días un abrazo de nuevo poder darte.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo.
Porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

Efímero, lo más hermoso que me pasó y me pasará de eso estoy seguro, solo es un hasta luego, nos volveremos a encontrar amor mío, cuando sea la hora lo haremos, pero aún no...

FIN

Dicen que la muerte es lo único seguro de la viday aun con esa certeza nos cuesta tanto asimilar cuando la vida de un ser querido termina.

FIN...