daniela-jongcheveevat Daniela Jongcheveevat

Mew Suppasit ha formado su propia manada, llamada “Manada Suppasit". Con catorce miembros bajo su mando, todos ellos tienen una cosa en común, su preferencia por los hombres. Gulf Kanawut está viviendo una vida que no le desearía ni a su peor enemigo, está en una relación abusiva con su pareja de la que no puede salir. Alejándose de los problemas de la manada y de su migraña, Mew es indulgente con su único amor secreto el té Chai. Mientras estaba en la cafetería tratando de olvidar que el mundo existe durante cinco minutos, Mew descubre lo que nunca se imaginó tener, a su pareja, a su muy humana pareja. Solo tendrá que rescatar a Gulf de su abusivo novio y descubrir quién en su manada trata de tomar la vida de Gulf, con esto Mew tiene su tarea muy clara, pero su mayor reto será lograr que Gulf salga de su caparazón y vuelva a ser el hombre que una vez fue.


#26 in Найучная фантастика #10 in Футуристический 18+.

#Mewgulf #manada #lobos #parejas #mewsuppasit #gulfkanawut #tharntype
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Capitulo 1

Mew Suppasitestaba sentado ante la mesa de la cocina viendo su botella de cerveza medio vacía. En días como este donde quería dejarlo todo, prefería alejarse. Sin importar que él fuera el Alfa y que tenía una manada que dependía de él. Algunos días odiaba esa dependencia. Tenía que pensar qué hacer acerca de la manada del Este. Suspiró fuerte, viendo la botella entre sus dedos.


-Hey, jefe. ¿Qué te sucede? Kao, su beta se sentó en la silla frente a él.


-El jodido Jackson de nuevo. El tipo debe desear morir. Nadie en su sano juicio entra en mi territorio, dejando el olor de su marca por todo el maldito lugar.


Mew se tomó el resto de su cerveza, dejando la botella en la mesa un poco más fuerte de lo necesario.


-Sabes que lo hace solo para irritarte. Él no es tan estúpido para realmente entrar en la ciudad, ni siquiera en los alrededores. Nosotros lo atraparíamos. La cosa loca era que Jackson era un tonto cobarde. Él provocaba a la manada Suppasit con tonterías, sin intención real de invadir su territorio. Eso era una pérdida de tiempo y esfuerzo. Mew debería matarlo y terminar con eso.


-Ve a la ciudad. La cafetería es un buen lugar para relajarse. Levántate y no te preocupes. Me encargaré de las cosas mientras estés fuera Kao ofreció.


Mew le dio una seria mirada. Bien, tú puedes tratar con ese lio mientras voy y regreso. Llámame si tu cabeza explota. Aparte de eso déjame en paz. Necesitaba un cambio.


Tratar con las cosas diarias se había vuelto muy aburrido. La chispa se había ido y una vez que se iba ya nada se disfrutaba mucho.


Mew subió en su motocicleta pensando en lo complicada que se había vuelto su vida desde que decidió formar su propia manada. Su padre pensaba que Mew podría ser el Alfa y guiar a la manada una vez que él le dejara el liderazgo. Después de todo, Mew era el más grande lobo Timber, sobrepasando a su padre que solo media dos metros. En su forma de lobo no había quien rivalizara con él.


Él sabía que eso no podría ser, la manada se puso furiosa cuando descubrieron que él era gay y gritaron sus opiniones de mente estrecha a su padre.


Su padre le había asegurado que la manada cambiaria de opinión. Mew dudaba eso. Así que dejó la manada con su mejor amigo, Kao. Lentamente, con los siglos, los guerreros Timber con la misma preferencia sexual se habían unido hasta que la manada Suppasit estuvo formada. Hizo a Kao su beta.


Cuando el guerrero, Ohm se les unió, Mew lo hizo el comandante sobre los otros lobos, llamados centinelas, guardianes de la pareja que Mew y los otros esperaban un día tener.


Habían pasado tres siglos desde que dejó la manada. Tres siglos y aún no tenía pareja.


Mew suspiró mientras subía a su motocicleta y la encendía, rezando con poder encontrar a quien el destino le tenía asignado pronto. Ellos vivían mil años y el ya no era un jovencito.

Ir hasta la ciudad no le llevó mucho tiempo. Su propiedad estaba en lo profundo del bosque, escondida del camino, pero la ciudad no estaba demasiado lejos. Al entrar al estacionamiento de la cafetería apagó el motor, Mew esperaba que el destino supiera lo que estaba haciendo porque él estaba realmente cansado de esperar.


Dando su orden, Mew se dirigió a un sofá de la esquina. Recargó la cabeza en el sofá y cerró los ojos disfrutando la paz. El latido en su cabeza pareció calmarse, la tensión disminuía. Tomó la taza llena de Té Chai. Era un aficionado „de closet‟ al té. Solo Kao sabía su pequeño secreto. Él sonrió. Si los chicos lo supieran no lo dejarían en paz nunca.


Saboreando el caliente brebaje, un aroma llegó a su nariz e inhaló profundamente. El aroma a canela y lluvia de verano lo inundó, el aromático olor regresaba sus sentidos a la vida.


Mew abrió los ojos y revisó a los clientes, tratando de encontrar al propietario de ese fuerte olor a especias.

Ahí estaba. Un hombre viendo al mostrador de cristal de los pastelitos, moviéndose de un pie a otro con indecisión. Él tenía el olor que hacía hormiguear su piel. Mew bajó su té.


Viéndolo. Su mirada recorrió el cuerpo del chico. Cabello corto casi a ras color caoba que dejaba al descubierto su delicado cuello, delgada espalda cubierta con una camiseta roja. Jeans azules que se ajustaban en el firme culito y diminutas delgadas piernas. Si ese trasero era una tentación, Mew podía apostar que el frente era incluso mejor. Como si le leyera la mente, el chico se giró, viendo directamente a Mew.

Los ojos de Mew se abrieron más. El hombre era impactante. Él tenía un desordenado corte de cabello al frente, con fleco que caía sobre su ojo derecho. Sus rasgos faciales eran perfectamente simétricos y tenía un cuello como de cisne, besable y chupable. El chico inclinó la cabeza a un lado como si se estudiaran. El chico con el celestial aroma masculino se giró atendiendo al cajero.


Sabía que el chico sintió la atracción, esa era la única razón de que supiera que estaba siendo observado. Mew jaló su bigote debajo de su labio inferior, esperando a ver si el hombre buscaría un asiento o se iría. Su mirada seguía cada movimiento del chico—hombros levantados, la cintura girada, el trasero de lado.


Él lo quería.

—Mío.

Mew veía como la luz moría en el departamento. Él podía esperar otra media hora antes de ir por su pareja. La urgencia de reclamarlo en el café había sido fuerte. Lo apremiaba a tomar lo que era suyo. Lanzar a su pareja al suelo y joderlo frente a la selección de té, probablemente causaría que lo arrestaran.

Acecharlo era una ruta mucho mejor.


Su pareja era el hombre más hermoso que hubiera visto. Solo su fuerza de voluntad lo detuvo, quería reclamar a su pareja, no causarle un ataque cardiaco. Eso tenía que hacerse bien. Después de lo que pareció una eternidad, Mew dejó la seguridad de los bosques, usando la sombra de la noche como cubierta, y él se deslizó hacia la puerta trasera.


Viendo alrededor deslizó la puerta de vidrio, el ruido apenas podía haberse percibido, incluso por Mew, debido a sus aumentados sentidos. Siguió el aroma que era fuerte en ese lugar hacia la recamara.


Acostado desnudo con las sabanas rodeando una de sus caderas y las piernas de su pareja. Mew se quedó de pie por un momento, absorbiendo la hermosa forma. La delgada espalda que en la cafetería estaba cubierta, estaba ahora expuesta para su aprecio. Su mirada bajó hacia la delgada cintura. El hombre era muy pequeño. ¿Cuál sería el nombre de su pareja? ¿Cuáles serían sus pasiones? Mew quería saber todo de él.

Finalmente bajó la mirada a esos dos suaves y redondos globos. Sus caninos dolían por morder, por raspar mientras la lengua lo calmara. Su pene comenzó a pulsar, queriendo enterrarse entre esos dos exquisitos montículos.


Caminó tranquilamente hacia la figura dormida y la jaló suavemente. Las sabanas se deslizaron al suelo. Saliva llenaba su boca mientras Mew se inclinaba y besaba cada nalga. Su pareja gimió. Levantando las caderas.


No siendo capaz de resistirse más, Mew apartó las nalgas y lavó el centro estrellado. Él lo mordisqueó con la punta de sus colmillos y entonces chupó la marca. Las caderas de su pareja se levantaron más disfrutando la sensación en sus sueños.


La lengua de Mew se deslizó hacia el colgante saco, chupando una a la vez mientras sus dedos recorrían el pequeño premio rosado.


Pasó su lengua alrededor del agujero y agregó saliva a un segundo dedo. La punta de su lengua lavaba el perineo, amando el hecho de que su pareja estuviera depilado abajo.

—Más —él humano gimió.

Mew empujó un tercer dedo, estirándolo con sus dedos. Lo mordió juguetonamente mientras se ponía de pie y se desnudaba.


La mesita de la noche tenía una botella de lubricante esperando a ser usado. Tomándolo, vertió una generosa cantidad entre sus dedos.


—Sobre tus rodillas —Mew suavemente ordenó con una hipnótica voz. Mientras no hubiera ruidos repentinos, su pareja seguiría en trance. Esta noche lo marcaría, dejándoles saber que el pequeño chico le pertenecía.


Su pareja se colocó en cuatro patas, separando sus rodillas, ofreciéndose. Mew pasó su dedo arriba y abajo de la grieta y alrededor del anillo de músculos, asegurando la menor cantidad de resistencia.


Cubrió desde la base a la punta de su pene con el frio lubricante. Colocando la palma entre los omoplatos del humano, tranquilizó a su pareja sometiéndola.


Mew llevó la punta de su pene hacia la apretada abertura y se empujó, deslizándose hasta la raíz. Su mentón tocaba su pecho, sus ojos cerrados mientras respiraba adentro y afuera, previniendo una rápida liberación. Este era su pareja, no solo otro trasero que buscó para joder de forma anónima. Era su pareja. Cuidado especial tendría que darle solo a este hombre.


Podría sacrificar su vida para mantenerlo seguro, para mantenerlo feliz. Su hombre estaba cerca de descubrir lo que implicaba acoplarse con un lobo Timber. Él no iba a querer nada más.


La sensación de la apretada y suave carne aferrándose alrededor de su pene era increíble. Mew vio hacia abajo para ver a su pene desaparecer una y otra vez. Su pareja levantaba el trasero cuando las bolas de Mew lo rosaban, el sonido de piel conectando con piel llenaba el cuarto. Líneas firmes, apretado culo y hermoso pene eran el epitome de lo que Maew pensaba que era el cielo.

Comenzó a empujar su pene más fuerte cuando su liberación estaba cerca, el trasero de su pareja se empujaba cada vez que lo hacia Mew. Su cabeza cayó hacia adelante mientras sus colmillos se alargaban, sus ojos cambiaron mientras sus garras se extendían.


Mew enterró sus dientes en la suave y tierna carne. Sus labios crearon succión cuando él bebió como si fuera el más dulce de los vinos, tomando lo que para siempre sería una parte de él a partir de ahora.


Tomó las caderas de su pareja, empujándose con fuerza, mientras jalaba hacia atrás el dulce culo en su pene, castigando el agujerito rosado. Su pareja gritó fuerte mientras Mew levantaba la cabeza, sangre bajaba por sus colmillos. Sus caderas se empujaban rápido y duro, mientras su semilla bañaba el estrecho canal.


Maverick se inclinó y selló la herida.

—Duerme —murmuró al oído de su pareja.


El hombre instantáneamente se empujó en su almohada, levantando una pierna se quedó dormido. Mew se vistió, viendo a su pareja dormir. Se inclinó y le dio un ligero beso en la frente.

En una voz apenas audible, le dijo —Regresare por ti. Salió por la puerta trasera hacia el interior de las sombras. Llegando hasta donde había dejado escondida su moto detrás de la maleza, balanceó una pierna y se sentó a horcajadas sobre ella, sacando su teléfono celular del interior de su chaqueta de piel.


—Ohm necesito un centinela para una tarea de guardia. Cerró el teléfono y lo guardó en su chaqueta.


Ahora su olor estaría permanentemente en su pareja, cualquier lobo que estuviera cerca detectaría que lo había reclamado. Una pareja de Alfa era una fundamental captura para sus enemigos. Su pareja necesitaba un guardia ahora.


Oyó al centinela aproximarse antes de que pudiera verlo a través de las sombras. Mew sabía a quién había enviado Ohm. A Pluem. Él era el mejor rastreador de los doce guerreros.


Mew veía el departamento mientras hablaba. —Quiero que vigiles a ese hombre puntualizo hasta que te diga lo contrario.


—Si, Alfa. Pluem contestó brevemente. Sin necesidad de preguntar, hasta donde le concernía al Centinela la orden había sido muy clara.


Mew encendió la motocicleta y salió al camino. Su pareja era simplemente hermosa. La necesidad de reclamarlo era fuerte pero él sabía que el hombre no estaba listo.


Mew dirigió la motocicleta hacia el camino de su casa. El mantendría a su pareja vigilada hasta que sintiera que su pareja estaba lista para ser reclamada. Necesitaba elaborar un plan. De algún modo necesitaba presentarse ante su pareja para que pudieran comenzar a ser amigos.


Llevando la motocicleta por el camino de grava, él sabía lo que el necesitaba hacer. Dome era el más joven de los Centinelas. Él podría enviarlo para que se hiciera amigo de su pareja y cuando los dos fueran amigos lo siguiente seria que el centinela lo invitara. Mew podría seguir a partir de ahí.


Aún no había iniciado el proceso de reclamación. Lo que habían tenido era solo alucinante sexo. Las palabras del antiguo ritual no fueron dichas, pero hasta que su pareja no estuviera lista, Mew no podía decirlas.


Quitándose el casco cuando llegó a su casa. Mew buscó al joven lobo. Encontró a Dome en el estudio junto a un par de guerreros.


—A mi oficina, Dome. Mew metió los pulgares en sus bolsillos delanteros mientras se alejaba.


Entrando a su oficina, se quitó su chaqueta dejándola en el sofá de cuero. El guerrero entró detrás de él.


—Toma asiento, cachorro.

Dome se sentó viendo nervioso alrededor del cuarto. Mew sabía que él estaba siendo reservado.


El cachorro era el más joven de ellos. Dome solo tenía noventa años. Tomaba sus deberes seriamente para un joven de su edad. Una vez que el guerrero estuviera totalmente maduro, sería un buen centinela. Los guerreros nacían no se hacían.


—Necesito que te conviertas en el amigo de alguien.


Mew subió su pie con bota al escritorio. Estudiaba a Dome mientras jalaba su bigote con su labio inferior hacia abajo.


—¿Puedo preguntar de quién?


Mew se rio. —Sería muy difícil para ti empezar a ser amigo si no sabes de quien.


Limpiándose la garganta, Mew estiró sus brazos detrás de su cabeza. No quería revelar que había encontrado a su pareja.


Aún no. Mew olvidó por un momento que no estaba solo e imágenes de su pareja llegaron a su mente. La suave y cremosa piel lo llamaba. ¿Cuál era el nombre de su pareja? Mew estaba muriendo por saberlo.


Estaba haciendo lo correcto, tomárselo lentamente. Tres siglos eran demasiado tiempo de espera solo para precipitarse y enredar las cosas. Había algunas cosas que no estaban a su favor al tratar de reclamar a una pareja humana.


Una, él era un lobo Timber. ¿Qué humano podía aceptar eso? Segundo su estatura. Él media dos metros diez, era malditamente atemorizante para la gente pequeña. Y su pareja era pequeño. Quitando sus manos de detrás de su cabeza, Mew se inclinó hacia adelante.


—Aún no estoy seguro de cuál sea su nombre.


Las cejas de Dome se elevaron, pero el cachorro no preguntó.

Sabía que se oía loco pedirle esto al joven.


Mew sabía que él podría regresar a ese departamento incluso con Pluem cuidando a su pareja. La atracción era una fuerza muy poderosa. Podía sentir el olor del humano incluso ahora. Había cosas que necesitaba cuidar antes de regresar a acechar al chico.


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hola estoy probando esta app para subir la historia espero me puedan acompañar las amo



17 марта 2022 г. 21:17 6 Отчет Добавить Подписаться
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Alejandro Aquino Alejandro Aquino
Quizá un consejo que pueda brindarte consiste en dedicar un mayor empeño a la ambientación de tus narrativas, así como a cultivar un lenguaje más refinado. Sin embargo, más allá de tales consideraciones, tus relatos resultan intrigantes, manteniendo a la audiencia inmersa y proporcionando deleite, que es, en última instancia, la razón de ser de quienes nos entregamos a la pluma. Te felicito y te insto a perseverar en este noble camino. Permíteme ofrecerte un ejemplo más preciso que pudiera ilustrarte. Cuando decides enmarcar un escenario, como un jardín, ¿Qué elementos lo componen? No insistiré en la necesidad de describir el verde del césped, mas tal vez se deba prestar atención a ciertos detalles, como una maceta de tonalidad terrosa, un pino añejo o el césped sin segar, donde uno podría tropezar. Los aromas, ya sea la tierra húmeda o reseca, y las sensaciones, aunque triviales, enriquecen nuestra facultad de imaginar. Asimismo, no subestimes la importancia de los olores. Son estas minucias las que, aunque insignificantes en apariencia, enriquecen nuestro mundo imaginario. Continúa así; tu estilo me agrada de sobremanera. Dentro de mi obra principal, quizá halles algún ejemplo que pudiere servirte de guía, siempre y cuando decidas incorporarlos, por supuesto. Es una obra de densa envergadura, no me aventuraré a solicitarte que la leas, jajaja, pero tal vez puedas echar un vistazo ocasional, pues mi pericia se centra en este aspecto. Te envío un cordial saludo, de dimensiones considerables.
Ana María Carreño Rodriguez Ana María Carreño Rodriguez
Gracias por tus historias una nueva seguidora 💙
Nenna Romagnoli Nenna Romagnoli
Por fin pude instalar esta aplicación ,gracias por seguir con esta historia
Isabel Lopez Casas Isabel Lopez Casas
Me encanta gracias x todo
WattpadMewGulf024 WattpadMewGulf024
Me alegra mucho que sigas con la saga 🤗
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