dreamhopeb •𝗗𝗥𝗘𝗔𝗠 𝗛𝗢𝗣𝗘•

La historia de su autora Dream desde su nacimiento hasta finalizar su adolescencia. Si quieres saber más de mi, te invito a leer esta historia corta que resume cosas importantes de mi niñez♡


Мемуары Всех возростов.

#DreamHopeB #vida
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La vida es dura, pero hermosa.

Si la vida de Daniela Herrera se pudiese resumir, ella diría que hubieron tres etapas que dividieron su vida por completo, y esas fueron las tres casas en las que vivió.

La primera casa en donde residió hasta sus doce años estaba situada en San Rafael de Heredia. Allí, con una infraestructura algo vieja, pero teniendo la maravillosa ventaja de tener un patio enorme, la pequeña bebé pasó bastantes aventuras de las que ya casi no recuerda, pero que sus padres rememoran cada que pueden. Una vez la niña de dos años jugaba en el cuarto de su madre y observó un objeto muy curioso y redondo, esto no era nada más ni nada menos que una tapa de estuche para lentes de contacto.

Muy curiosa, la niña abrió su boca y, ¡plup! quiso probar el objeto, lo cual segundos después empezó a asfixiarla. Al parecer su ángel de la guardia apeló a la atención de su padre y lo hizo ingresar a la habitación. El pobre se llevó la sorpresa de ver a su hija de dos años luchando por su vida.

—¡Ay Dios! —Gritó su padre con exasperación, logrando volcar al bebé y sacarle el objeto de la boca.

Ese día, sus padres decidieron que debían mantener un ojo en ella todo el tiempo.

Dos años más tarde tuvieron su segundo susto, a Daniela se le quedó atorado el pie en el pedal de la bicicleta. Recuerda que ese día tuvieron que cortar el pedal, y la pobre estaba tan paranoica que su padre hiciese un mal movimiento con el serrucho y terminase sin pie, que rompió a llorar dramáticamente.

Y bueno, los inicios del drama comenzaron aquí.

Siempre fue muy dramática, le encantaba ver Barbie, coleccionar sus muñecas y películas, incluso comprar vestidos y creer que sería la próxima estrella de Hollywood. Daniela siempre tuvo una personalidad hiperactiva y juguetona, que más tarde le daría una gran consecuencia: perdió su segundo año de escuela.

Ella no podía creerlo, incluso cuando llegó el próximo año donde se supone ingresaría a tercero y no nombraron su nombre en ninguna sección, ella miró con pesar como sus antiguos compañeros avanzaban sin ella, como iban un escalón por delante mientras ella se quedaba atrás.

Esa realidad la obligó a madurar un poco y tomarse las cosas más en serio, así que luchó por aprender para nunca más volver a quedarse.

El problema fue que todo cambio lleva sus riesgos, y si colocaba su vida académica por sobre sus amistades, éstas prontamente se alejarían. Así sucedió.

En tercer año comenzó algo que muy popularmente se le conoce como: "bullying." Daniela tuvo la escasa suerte de heredar la miopía de su madre, lo que la obligó a usar gafas.

¿Saben cómo se les decía a las personas que usaban gafas? Así es, el famoso cuatro ojos. Daniela convivió con el bullying de ser llamada por este apodo, y sumado a su reservación de estudiar, también fue llamada "amargada."

Si la niña mira en retrospectiva no podría darse cuenta de en qué momento su vida dio ese mal paso, parece ser que todo fue decayendo desde que ingresó a la escuela. Desde ahí nunca más le gustó ir a clases.

Pero como al principio dijimos que estas serían tres etapas, nos movemos a la segunda de ellas: la segunda casa ubicada en Mercedes Sur de Heredia.

¿Recuerdan que Daniela se quedó en segundo año de escuela? Bueno, pues logró superar esa caída, y al inicio escolar de cuarto grado, su padre le llegó con una noticia que cambió su vida aún más. Iban a mudarse.

La mudanza le hizo dejar atrás tantas cosas, y no hablaba solo de cosas materiales… Daniela vivió en un vecindario que celebró su Babyshower antes de nacer, nació allí y hasta sus doce años sintió a sus vecinos como su propia familia. Ella realmente pensó que viviría en esa casa toda la vida, pero al parecer el destino iba con planes, y el estar allí no era uno de ellos.

Con un rastro de amargura y tristeza, la niña se despidió de su primer hogar y le tocó adaptarse a uno nuevo donde sin que ella lo supiera, le iría mucho peor.

Cuarto año de escuela. ¿Lugar? Escuela de Mercedes Sur. En la lista de peores escuelas en las que ha estado, está institución pequeña tiene el puesto número dos. Cuarto y quinto año no disminuyeron el bullying, parecía que a dónde fuera el apodo de cuatro ojos le seguiría como el buitre a la carroña.

Sumado a eso, la pobre siempre tuvo gustos algo frikis como los videojuegos o el anime, lo que sólo impulsó a las malas lenguas a hablar de más.

Y no solo eso, todos los chicos que le gustaron en algún momento se enteraron de la peor forma. El primero; la profesora le dijo al niño que a su estudiante Daniela Herrera le gustaba. Al segundo: se enteró cuando sus compañeros le fueron a decir. Al tercero: la chica se confesó, y él la rechazó, ¡todo para que después de dos meses él le ofreciera ser su novia!

Obviamente Daniela lo rechazó para desquitarse.

Pero problemas amorosos abundan en todo lado, así que concentrémonos en lo académico. En quinto año Daniela asistió por primera vez en su vida a una convocatoria, pero para su maliciosa dicha interna, no fue la única en ir. En realidad la mitad del salón fue, ya que la profesora de ese entonces parecía tener un cierto gusto sádico en llevar a sus estudiantes hasta convocatoria.

Daniela no se dejó vencer, muy orgullosa sacó un 95 que le permitió el pase libre a su siguiente año: sexto grado.

Y aquí, entramos a la etapa tres: Tercera casa, Jardines de Roma.

Si Daniela pensó que sus años de bullying iban a cambiar ahora que estaba en su último año, es que todavía era bastante ingenua.

Aquí, señoras y señores, Daniela Herrera les revela el puesto número uno, la cima del podio, la ganadora de la medalla de oro en ser la peor escuela en la que ha estado, y esta se llama Escuela Santiago.

¡Que horrible institución! Compañeros horribles, profesores horribles, infraestructura horrible. ¡Todo era feo!

Mirando su pasado la pobre niña de trece años siquiera sabe cómo salió viva de allí, el bullying pasó a ser directamente agresión física, sus compañeros la excluían, planeaban contra ella, los profesores nunca hicieron nada y las orientadoras eran inútiles.

En serio, no sabe por qué o de dónde provenía tanto odio en niños de trece años. ¿Las hormonas, la pubertad? Muy probablemente.

El caso es que la chica lloró de alegría el día de su graduación. No pudo estar más feliz de haber dejado atrás a personas tan asquerosas, algunas tuvieron el descaro de escribirle cartas el día de La Convivencia. Bueno, muy felizmente las botó y ahora están en algún cuaderno ecológico con material reciclado.

Pero para no hacer todo esto demasiado negativo, entraremos al punto en que ella decidió replantear el pasado y cambiar. Si, cambiar. Siempre hubo un patrón que le hizo llegar a situaciones desagradables en la escuela, así que teniendo del nuevo mundo llamado "colegio", la niña de trece años puso los pies firmes en la tierra y se prometió algo: nunca más dejaría que la pisoteen.

Entrar al colegio fue toda una experiencia, sobre todo en séptimo año. Según dicen las lenguas: "Si pasas sétimo, básicamente te graduaste."

La chica no creía esa frase, pero viéndolo ahora le da crédito y veracidad. Séptimo año comenzó con quince secciones, y para cuándo Daniela pasó a octavo, solo fueron ocho secciones. Eso significaba que casi la mitad se quedó en el camino.

Daniela recuerda ese año como uno de los mejores de su vida, conoció a su mejor amiga actual, fue el último año en que cayó en las trampas del amor y quedó tan traumada que a día de hoy sigue sin enamorarse, y sus compañeros fueron geniales con ella, ¡Hasta fue presidenta de la sección! Sin duda el colegio llegó para iluminar su vida por completo.

Octavo año fue un poco más tranquilo, pero hubo un acontecimiento que la marcó bastante. Se desconoce este hecho, pero según algunas fuentes de información, tuvo que ver con un chico de noveno que estuvo enamorado de ella aun teniendo novia. Algunos dicen que Daniela estuvo involucrada con él, otros dicen que el chico estaba mal de la cabeza y la acosaba. A ciencia cierta, son simples rumores, pero lo que si, es que este chico la sigue buscando hoy en día y no de la buena forma.

Noveno año pasó cómo un borrón, se despidió de algunas amistades que decidieron trasladarse a un colegio técnico, mientras ella por su parte continuó en el Liceo de Heredia. No hay mucho que recalcar aquí, salvo que la profesora de ciencias se sorprendió bastante cuando Daniela pudo deducir la diferencia entre una célula vegetal y una animal en un parpadeo.

Décimo y undécimo, los mejores años de su vida. Compañeros geniales, profesores no tanto pero eran pasables, experiencias únicas que le hicieron llorar, reír y disfrutar de su adolescencia como nunca. Lo mejor de todo es el día en que le rogó a la orientadora para que la cambiase de sección junto a su mejor amiga. En primera estancia la mujer se negó, pero dos días después fue hasta su salón y le dió una gran sorpresa.

—¿Daniela Herrera? —preguntó la mujer desde la puerta, mirando a todos los estudiantes hasta ubicar a la chica castaña. La señaló—. Usted, venga con todas sus cosas.

Con confusión Daniela tomó su mochila con todas sus pertenencias y echándole una mirada rápida al profesor para saber qué estaba bien irse, decidió seguir a la mujer. No tardó mucho en darle la noticia.

—La movilicé a la sección 11-2, puede irse —dijo con tranquilidad.

Daniela enseguida le agradeció efusivamente y se echó a correr hasta su salón después de prometerle que se graduará ese año, sin duda.

Undécimo año fue lo mejor, en ese año nació su gusto por la escritura, y su profesora de español llamada Sandra la halagó bastante por su facilidad de redacción.

—¿Haz pensado en ser escritora? —preguntó hacia su estudiante, mirando como la chica negaba. Pasó página de su trabajo escrito y se ajustó las gafas—. Pues deberías, escribes bien.

Y ese fue el empujón que necesitó la chica castaña para dejar de dudar y comenzar a escribir.

Bastantes historias nacieron gracias a su esfuerzo por aprender, siempre leyó en voz alta a su padre para hacerle saber qué le parecía, y éste, diciendo su opinión sincera al relato le dió algunos consejos para mejorar sus historias. No es que el padre de Daniela supiera de escritura, pero en su servicio militar le tocó redactar cartas e informes policiales, así que algo de práctica tenía.

Al final, Daniela se pulió en esta área y llegó a sacar algunas historias en formato online de forma decente.
Los seguidores llegaron, y aún ahora siguen llegando. Es increíble para ella observar como un experimento dió tanto fruto. Su profesora de español estuvo muy orgullosa.

Pero dejando la escritura de lado, hubieron muchas más experiencias que marcaron su undécimo año, una de ellas y la más cómica fue una obra de teatro.

Para la semana de orientación en el colegio, a su grupo de estudiantes les tocó investigar y buscar algo de Venezuela, así que dio con la maravillosa idea de hacer una obra con la leyenda de "La Sayona."

Ese día cientos de estudiantes murieron de risa a la interpretación, y aún más, de la narración en voz alta de Daniela, quién inundada en nervios le daba ataques de risa y le agregaba un toque cómico sin llegar a la burla.

Al finalizar la obra tanto el elenco como Daniela recibieron aplausos ensordecedores. Los profesores alegaron que en toda su estadía en la institución nunca vieron una obra tan original como esa. Fue un tema de que hablar por los próximos meses.

Pero nos estamos olvidando de algo, y eso es que Daniela tenía su fama debido a que participaba en el coro del Liceo de Heredia. Siendo una de las voces principales y la única de undécimo año, era bastante notoria en el grupo de coro. Con esto ocurrieron logros, el Liceo de Heredia puso su nombre en alto al ser los ganadores del Festival Nacional de las Artes a nivel nacional. Esta actividad se festejó en el Parque de Diversiones, Daniela recuerda ese día como uno de los más felices de su vida.

Al final, después de tan dichosas experiencias, pasar el bachillerato, la Convivencia y demás, llegó la graduación.

Un día agridulce, la mejor etapa de su vida culminó en el momento que su profesora Elena la llamó a la plataforma para ser recibida oficialmente como bachiller.

Fue un momento de lágrimas, se despidió de sus compañeros al ritmo de la balada de los mariachis contratados, se tomó fotos para el recuerdo, su padre lloró al verla con su título, pues él por la guerra no pudo terminar el colegio y fue mandado a batallar, y demás recuerdos hermosos. Daniela salió de esa institución con una nueva perspectiva de vida, con nuevas amistades que mantiene a día de hoy, y con un título que válida sus años de esfuerzo.

Así, la mujer que nació un veinte de abril del año dos mil uno en el hospital Viejo de Heredia, se despidió de su juventud y dió un gran paso a la adultez, donde solo tiene la esperanza de que las cosas avancen para mejor.

Fin



























Si leíste este pequeño pedacito de mi vida, ten en cuenta que Dream estará agradecida contigo para siempre.


Hubo una parte muy importante en este relato y fue el inicio de mi amor a la escritura. Por mis DreamHopers sigo aquí, y no me iré sin sacar mis libros y verlos a todos ustedes felices con ellos.


Muchas gracias por leer, y como siempre, nos vemos en otra de mis historias. ( ◜‿◝ )♡


Pd: me parezco al dibujo de la chica, así que lo usé como portada jeje


5 марта 2022 г. 13:21 0 Отчет Добавить Подписаться
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•𝗗𝗥𝗘𝗔𝗠 𝗛𝗢𝗣𝗘• •Plasmar mis pensamientos en palabras da vida a mis historias• ¡Hola! Soy DreamHopeB y es un gusto tenerte en mi perfil, soy escritora de historias originales y fanfics HxH, puedes checar mis libros en mi cuenta de Amazon "Dream Hope" 📖♥️ »Instagram @dream_hope_b »Wattpad: @Dream_Hope_Baby

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