3
12.2k ПРОСМОТРОВ
Завершено
reading time
AA Поделиться

Té rojo, sonrisa de amor.

Día de escuela, día de infierno para muchos. En parte estaba emocionada, siempre lo estoy y no veo razón para no estarlo. Sí, secundaria, a veces un asco por el simple hecho de estudiar, pero para otros por la gente que lo hace un asco. Esos típicos chicos que se dedican a molestar a los más débiles. A mi me molestaban siempre, y eso a mi no me molestaba. La costumbre supongo.

 

Si el día te sonríe, sonríele tu a él. Eso me habían dicho un día que la cara larga abundaba en mi, obviamente, le hice caso. Sirvió, y mucho. Sabes, sonreírle a un desconocido tampoco estaba mal, llevar buenas vibras a todos lados. Las alegrías son como flores que la lluvia mancha y el viento deshoja. La mejor manera de demostrarle a la vida lo bien que la pasamos es una sonrisa.


Pero también viene el lado malo en todo. Me considero una persona muy positiva, y claro, tengo mis momentos negativos. Como ahora. El sol brilla, las personas no me miran como siempre lo hacen cuando me ven entrando a la secundaria feliz y el clima esta perfecto, no me sorprendería si fuese un sueño. Aún así, deberíamos dejar nuestros problemas a un lado, creo en la pequeña teoría de la sonrisa para la sonrisa de otro.


-Miren quién está ahí, ¡la chica sonrisa! ¿Cómo va todo Amber? ¿Hiciste mi tarea?-preguntó el irremediable caso de Kwon Ji-Yong, un chico insoportable que lo único que sabe hacer es molestarme, ¿curioso?

-Te dije detalladamente que no la haría, ahora, con permiso.-traté de correr e irme, pero él volvió a ponerse entre mío de brazos cruzados. Sí, era fuerte, jugador de algún

deporte que se base en golpearse hasta quedar en el suelo y claro, admirado por la platea femenina. Básicamente él era el león, y yo el ratón.


-No te vas hasta que me des las malditas hojas, ¿entendido?-

-No. Adiós.-traté de volver a zafarme de esta pero él tomó mi cuello y me estampó contra la pared. Al frente de mi cara tenía su puño. Lo gracioso de todo esto es que tal vez mi sonrisa iba a desaparecer en cualquier momento.


-Voy a golpearte hasta que no vuelvas a contar todos los malditos universos que cuentas en clase.-


-Entonces eso será mucho ¿no?-volvió a amenazarme y pensé que los chistes en estas situaciones no servían.-Vale vale, suéltame y termino tu tarea ¿sí?-iba a soltarme cuando la profesora de física, la admiradora de Ji-Yong, llegó. Esas profesoras que le regalan puntos a sus alumnos por su reputación, y vaya que le regalaba puntos a él. ¿A mí? Los puntos los ganaba solos, me había acostumbrado a eso hace mucho, mucho tiempo.


La mujer sólo nos dio un sermón, pero Ji-Yong se salió con la suya acusándome a mí de tratar de golpearlo y de empezar con la pelea. ¿A quién le creyeron? ¡Ding, Ding! ¡Kwon Ji-Yong ha ganado!

De todas formas, lo hecho esta hecho, una simple pelea y un castigo con el director no tirarían mi sonrisa, abajo.


+++

Ya en la dirección me senté junto a una chica con cabello rojo. La conocía. Todos hablaban de ella, como si fuesen a conocerla, supongo. La joven tenía todo tipo de rumores atrás de ella. La tachaban de rebelde, psicópata y sí, rebelde era pero psicópata no, espero que no. Se veía mala, o tal vez mala conmigo porque no para de insultarme y preguntarme por qué la miraba tanto. No le respondí, sólo le sonreí.


Y pasaba la hora del "castigo" que ambos teníamos. Según ella, estaba aquí gracias a la pelea que tuvo con una de las jovencitas del club de cocina. Chicas sencillas y tranquilas, delicadas y positivas, todo lo contrario a SooJung, sí SooJung. Jung SooJung, así se llamaba la chica del cabello rojo. Y era una mujer como todas las que iban a esta secundaria, no entiendo porque nadie comprende eso. Normal, como todos.


Me preguntó varias veces por qué era tan positivo con la vida y los problemas que se cruzaban en nuestro camino.


-Digo, siempre sonríes, con todo. El dolor, con las adicciones, con los problemas en casa, siempre encuentras una solución para todo.-

-Y es eso, sonreír.


-Nunca te he visto con problemas de amor, por ejemplo.-


-Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia. Y con el amor, pues, nunca me atrajo. Si lo considero genial, pero, no lo sé.-


-Eres lesbiana ¿no?-


-¡No! Claro que no lo soy, sólo no encontré el amor. Dicen que no debes dejar que te roben el corazón, deja las puertas abiertas para que lo tomen con amor.


-Eso es estúpido tanto como tu teoría al sonreír por todo. No sirve, no dura.-


-Si bien es cierto que las alegrías son cortas, tampoco nuestros pesares son muy largos.-fue así como terminó el día, y siguieron los demás.


Pasaba más tiempo con SooJung, pensé que me odiaba, pero no fue así. Y nos divertíamos mucho. Ambas en un mismo mundo, fumando, riendo, leyendo, hablando, todo. A veces pensé que estaba enamorada de mí, o que yo de ella. Que va, estoy diciendo estupideces. Ella nunca sentiría algo por mí, nunca.

26 июля 2017 г. 4:00 0 Отчет Добавить Подписаться
2
Прочтите следующую главу Té negro, sonrisa de enojo.

Прокомментируйте

Отправить!
Нет комментариев. Будьте первым!
~

Вы наслаждаетесь чтением?

У вас все ещё остались 3 главы в этой истории.
Чтобы продолжить, пожалуйста, зарегистрируйтесь или войдите. Бесплатно!

Войти через Facebook Войти через Twitter

или используйте обычную регистрационную форму