La creación Подписаться

Antes de que los Doce crearan el mundo, tal y como lo conocemos hoy, solo existía un continente: Inyoka, la tierra de la magia.

Situado en el extremo norte del mundo, el continente de Inyoka poseía todo tipo de tierras, climas y criaturas. Allí fue donde surgieron la vida y la magia.

Inyoka era un reino excepcional, sin fronteras, reyes o divisiones de ninguna clase. Y en él convivían toda clase de criaturas fantásticas. Aún así, la importancia de este continente reside en los doce guardianes de la magia: seis varones, y seis mujeres.

Todos ellos eran criaturas capaces de realizar los más complicados hechizos, todos cambiaformas. El primero de los Doce fue Zyphr, un sixir - o ser de luz -, capaz de convertirse en estrella y crear todo tipo de luz.

Zyphr era un hombre alto, con la piel bronceada de nacimiento, el cabello rubio muy brillante y los del color del oro. Era un hombre tranquilo, de naturaleza reflexiva pero dulce y carismático. Tenía dos hermanos: una mujer y un varón, aunque ninguno de los dos era sixir.

Su hermana, mayor que él, era una tsjoender - o creadora de sombras -, capaz de invocar y crear oscuridad. Niké, que era como se llamaba, era una mujer delgada, menuda. Con las facciones delicadas y el cabello negro muy espeso. Tenía, al igual que su hermano, unos ojos muy peculiares, pero donde a diferencia de los de su hermano, sus ojos eran grises. El carácter de Niké era diferente al de su hermano en muchos aspectos, ella era más bien nerviosa, impulsiva y reservada, aunque ninguna de esas cosas impidió que ocupara su lugar como guardiana de la magia ni que desarrollará su habilidad para adoptar la forma de un cuervo.

El otro hermano era un thuat - o amplificador -, aunque no era capaz de generar magia propia era capaz de crear objetos capaces de contener y amplificar la magia de otros. Su nombre era Lorcan. Compartía los rasgos de sus dos hermanos mayores, era alto y tenía el pelo oscuro, la piel bronceada y los ojos dorados. Era tranquilo y reflexivo aunque bastante introvertido. Era capaz de adoptar el aspecto de los enanos sureños, thuat capaces de forjar casi cualquier cosa que se les encargara.

El hijo de Niké y Zyphr era otro de los guardianes. El muchacho se llamaba Adrastus y tenía el particular poder de enviar visiones a cualquier criatura durmiente, poder que dio nombre a los ahli. El muchacho era idéntico a su padre y de él heredó la habilidad de convertirse en estrella, aunque él podía moverse con total libertad por el cielo nocturno.

Otra de las mujeres guardiana de la magia fue la hija de Zyphr y la sixir Bianca. La segunda de los descendientes de Zyphr tenía el cabello dorado, los ojos anaranjados y el poder de iluminar incluso el más oscuro de los lugares. Podía convertirse en estrella, igual que sus padres y era capaz de eclipsar el brillo de cualquier otro sixir, sin embargo cada vez que utilizaba su magia el calor era tan fuerte que provocaba pequeños incendios. Fue enviada junto a un pueblo de origen volcánico, conocido por el nombre de sihir. Así fue como Zemira, hija de Zyphr y Bianca, aprendió la magia sihir, y desarrolló la habilidad necesaria para adquirir el aspecto de un fénix.

Adrastus tuvo, años más tarde, una hija con una haizea - una de las habitantes del aire - cuyo poder superaba incluso al de su padre. Sagira era capaz de entrar en la mente de cualquier criatura, sin importar que estuviera despierta o dormida. Fue la primera de todos los vjestac, cuya habilidad para cambiar de forma le permitía adoptar el aspecto de lechuza blanca.

Otra mujer que ocupó un puesto como guardiana fue la vedni Ahmya. Los vedni eran un pueblo de cambiaformas con parecidos marcados con las sirenas. Vivían en el agua la mayor parte del tiempo pero los vedni eran un pueblo bastante pacífico. Ahmya, como guardiana de la magia destacaba principalmente por su aspecto - cabello azul, ojos azules y piel extremadamente pálida - puesto que sus poderes eran bastante comunes, comparados con los de otros guardianes.

Fue, además madre de otra de dos hijas, una de Zyphr y otra de su hermano Lorcan. La hija de Zyphr, Tanith, se convirtió en una sòsye, una mestiza de pura sangre cuyo poder era resultado de la combinación del poder de ambos progenitores. En su caso, era capaz de manipular las plantas, las flores y algunos animales pequeños. La hija de Lorcan, Rieka, fue una kivi - uno de los subtipos de thuat - capaz de crear, destruir y moldear todo tipo de piedra y, además. de adoptar un aspecto humano diferente, pálido y con la piel pétrea y sin pulso.

Los otros tres guardianes de la magia fueron un mchawi llamado Priamo cuyo control sobre el hielo le confirió la habilidad de crear armas y armaduras de hielo, naciendo así un ejército de guerreras, en su mayoría, llamado Valkyria. Priamo era, además, capaz de adoptar el aspecto de un gigante de hielo.

De la relación entre Zemira y un vedni cuyo nombre nunca llegó a saberse nacieron el ody Dûsan, un mestizo capaz de invocar tormentas, y el sahhar Nikos, capaz de invocar vientos. Ambos hermanos tenían la capacidad de convertirse en aves de grandes alas, vuelo rápido y gran fuerza y belleza que más tarde se conocieron con el nombre de águila.

Ellos fueron los primeros doce guardianes de los secretos de la magia y, además, los creadores de los cinco continentes. Ninguno de ellos envejecía puesto que su poder los mantenía jóvenes. Así fue como, después de muchos años, decidieron renunciar a todo su poder, en favor de una nueva raza. Crearon nuevos continentes e islas y los llenaron de agua, plantas y animales. Crearon montañas, ríos y volcanes.

Zyphr y Niké encantaron el cielo para que tanto la luz como la oscuridad pudieran estar presentes en la vida de aquellos seres a los que entregarían su magia. Nikos y Dusan crearon las tormentas, y las mareas, que mantendrían los océanos creados por Ahmya en constante movimiento. Priamo congeló las altas cumbres de las montañas para que nada pudiera dañar la piedra y Rieka moldeó los acantilados, los valles y los fondos oceánicos. Lorcan creó materiales nuevos, nunca antes conocidos, que permitirían a los nueves seres vivir cómodamente y Zemira llenó de fuego el interior de algunas montañas, crenado forjas seguras para los thuat como Lorcan y Rieka. Tanith creó todo tipo de paisajes, llenos de plantas de todos los colores, animales de toda clase... Cuando todos se reunieron frente a las doce piedras que contenían su magia Lorcan y Rieka presentaron dos esculturas de piedra. Una era un hombre, y la otra una mujer. Con un gesto de la mano de Rieka cada uno de los guardianes tenía frente a él un hombre y una mujer de piedra.

- ¿Qué haremos con ellos? - preguntó Niké.

- La magia necesita ser custodiada. Ellos se convertirán en los nuevos guardianes cuando nosotros renunciemos a nuestro poder. El mundo está lleno de seres como ellos, llenos de vida. Algunos serán como nosotros, otros no podrán hacer magia. Pero los nuevos magos necesitan maestros y nadie mejor que nosotros podrá crear a los maestros de sus iguales - respondió Rieka.

Así fue como cada uno decidió el aspecto que los primeros veinticuatro guardianes de la magia tendrían. Una vez que todos estuvieron listos entregaron a cada una de las estatuas un fragmento de la piedra contenedora de su magia, convertidos en anillos.

Adrastus y Sagira entregaron a esos nuevos seres, llamados humanos, el poder de pensar, imaginar y soñar.

- Doce de ellos se mantendrán alejados, y estudiarán como perfeccionar su magia mientras los otros doce viajan por el mundo, enseñando al resto de magos.

Así se hizo. Y así fue como se sentaron las bases de dos grandes sucesos. La Gran Esclavitud ( período de la historia en el que los magos - poco numerosos - fueron forzados a trabajar como esclavos al servicio de los humanos) y la Guerra de los Doce (la liberación de los magos por parte de doce de los primeros veinticuatro magos, que más tarde dio lugar a la aparición de una segunda rama de la fe en los Doce).

Así se crearon el mundo, los humanos, la magia y la religión. Y así es la historia que los grandes señores de Nicea y todos los reinos de Zehra aprenden. Así conocieron los nombres de doce de los veinticinco dioses conocidos y así, os presento uno de los puntos fundamentales de la serie Reinas: la magia.