—¡Felix, ya llegué! —anunció apenas cruzó la puerta entrando con dificultad.

El día laboral para HyunJin fue un fastidio, muchas complicaciones que le impedían respirar con facilidad. Fue algo realmente largo, su jefe lo agobió con demasiado trabajo, que, según él, era super importante justo para ese día. El estrés de HyunJin fue en aumento cuando supo que aquel trabajo lo podía hacer alguien más, porque él mismo tenía más trabajo que los demás.

Algo muy agotador.

Quería llegar a casa, tirarse en su cama y dormir plácidamente hasta el siguiente día. Pero no lo logró. Se arrepintió al instante que nombró al menor ya que este con todo el escándalo del mundo y una alegría desbordante apareció en la cocina para posteriormente abrazar a su novio con fuerza.

HyunJin le devolvió el abrazo.

—¡Jinnie, llegaste! —Se alegró —¡Te he estado esperando!

Hubiera estado bien si no estuviera gritando.

—¿Podrías callarte? Tengo mucho dolor de cabeza. —Con cuidado estudio sus expresiones faciales notando como su sonrisa desaparecía. No del todo, el chico se estaba forzando a sonreír y eso le dolía.

Felix asintió y se retiró de vuelta a la cocina en silencio. HyunJin lo miró irse para luego suspirar de alivio.

Era una sensación horrible.

«cuando no estoy contigo
me siento cómodo.»

La casa se hundió en un silencio profundo así que cerró los ojos tratando de descansar. No era mentira que su cabeza dolía, realmente lo hacía, dolía como el infierno y por ello no podía cerrar los ojos para descansar.

Cuando abrió sus ojos, vio a Felix de pie frente a él con una taza humeante y una sonrisa.

HyunJin sabía que era. Un remedio mágico.

Siempre que llegaba de trabajar con dolor de cabeza, el menor le preparaba algo, que no tenía ni idea de qué era, que lo curaba de inmediato sintiendose aliviado. Recibió la taza y la miró atento, observando cómo salía el humo, como se movía el líquido rojizo con suavidad. Luego levantó la cabeza mirando a Felix quien tenía los ojos fijos en él con la misma sonrisa.

Eso lo hizo sentir mal.

Sabía que Felix lo amaba demasiado y eso le dolía puesto que él ya no sentía lo mismo de hace unos años. Quizo intentar volver a enamorarse de Felix llevándolo a varios sitios, recreando sus primeras citas, sus primero besos, todo y sin embargo, no funcionó. No era porque se había enamorado de otra persona, no, claro que no. El amor que surgió de repente en un café, se fue como llegó. De ipsofacto.

No supo cómo ni porqué pero el querer estar con Félix se fue, el querer besarlo cada segundo se esfumó, el inmenso cariño que alguna vez le tuvo desapareció.

Se odiaba por ello.

Odiaba la manera en que le devolvía la mirada a Felix, sin interés, sin calidez. Odiaba que Felix lo mirara con tanto cariño y amor, no quería que el menor siguiera así, quería que lo odiara.

«Odiame ahora»

No encontraba la manera de decirle, ¿Cómo le decía que su corazón ya no sentía lo mismo? Aunque ya no sentía nada, no quería lastimarlo, así que seguía con él. Sus amigos decían que eso no estaba bien, que debería cortarle antes de que su enamoramiento creciera con el paso de los días, pero sentía que si lo hacía lo iba a lastimar.

De alguna u otra forma, lo lastimaria.

Con lentitud sopló y tomó un pequeño sorbo saboreando lo delicioso que estaba.

—Está bien, Felix. Muchas gracias —dijo para luego darle otro sorbo.

De las cosas que le gustaban de Felix era su comida, el chico cocinaba delicioso.

Por el rabillo del ojo, creyó haber visto una mueca por parte del contrario. Algo como molestia. El menor se retiró y HyunJin suspiró una vez más con tranquilidad.

—Perdón Lixie.

Al terminar, dejó la taza en una pequeña mesita de centro y cerró los ojos. Aquel remedio era muy efectivo.

Luego de unos minutos, sintió como alguien lo observaba así que abrió los ojos encontrándose con Félix mirándolo fijamente. Se aclaró la garganta y habló.

—Voy a salir —Dijo —. No me esperes.

HyunJin no alcanzó a pronunciar palabra alguna ya que el menor se había ido dejandolo sólo por completo.

—Debí ocultar mejor mi sonrisa...

...

—¡Ya te dije que no, ChangBin!

—¡Ah, HyunJin! Tienes que ir, ¿Por qué no quieres?

—porque no, entiende.

ChangBin resopló con fastidio, tratar con HyunJin era difícil y más cuando se trataba de Felix. Felix había citado a HyunJin en la pequeña cafetería donde se conocieron por primera vez, según HyunJin, el menor sonaba emocionado y por ello no quería ir.

—Esa no es una buena respuesta, entiende que es tu novio y debes ir... Quizá sea importante —trató de ayudar ChangBin —la verdad no entiendo como es que dejas de amar a alguien. Eres realmente un tonto.

—Lo dices porque aún estas en la poción del amor con JeongIn —se quejó.

—¡Llevamos tres años! Los mismos que llevas con Felix.

HyunJin se levantó y decidió asistir ignorando al molesto ChangBin y sus palabras. Entendió que no era buena idea dejar plantado a Felix luego de que le prometiera que sí iba a ir.

Lo peor que podía pasar era un café juntos, nada más, nada menos.

No era importante.

...

—Es tu decisión —pronunció con firmeza y sin titubeos. Su mirada era seria, no mostraba signos de nerviosismo o tristeza, parecía más bien enojado pero ese no era el punto, el punto era el porqué de la cita en aquel lugar.

La pregunta lo tomó por sorpresa. Apenas llegó al café, la actitud de Felix cambió drásticamente que incluso, daba algo de miedo. No esperó aquellas palabras salidas de la boca del menor, es más, ni siquiera esperó que fuera él quien lo diría.

Se tardó más de lo normal negar. Era obvio que quería negar, sin embargo lo pensó demasiado y maldijo mentalmente por hacerlo esperar por una respuesta. Era posible que le estuviera dando ilusiones.

Lo pensó.

Pensó en los pros y en los contra, y si era sincero, habían más contra que pros. No podía hacerle eso Felix, no podía simplemente quedarse callado cuando Felix le decía "te amo", pero ¿Cómo podía decirlo? No era un: "Ya no te amo", no, eso sería bastante insensible.

¡Era difícil! ¿¡Cómo le decías a alguien que ya no le amas!?

—No —sentenció —.Lo siento.

De inmediato, Felix se levantó, pagó el café que se tomó y se fue sin despedirse siquiera.

HyunJin sólo observó como se iba y desaparecía tras el umbral de la puerta.

Se sintió mal por la tranquilidad que se apoderó de su ser, de la felicidad que inundaba su sonrisa.

Se sintió mal por haberse sentido bien luego de eso.

Soltó una risilla.

—Realmente me odio por esto.