Sombras de mi corazon Подписаться

Me desperté a las 6:30 am, puse la sabana hacia un lado y Salí de la cama, entro al baño me quite la ropa, me duche; "otro día mas pensé". Aquí voy. Salgo del baño con mi adolnoz puesto, voy a la cocina comienzo a prepararme el desayuno, que día es hoy? viernes, oh cielos tengo una cita con el señor del banco, casi lo olvidaba, luego de terminar mi desayuno, me visto y voy al spa, fue un día muy movido, estoy orgullosa de mi, de cómo me estaba saliendo todo, luego tres años ya no era la nueva y muchos conocían mi negocio a las personas que asistan a este le gustaba la atención que recibían por lo cual lo preferían, lo cual era reconfortante.

Eran las 3 de la tarde y veo acercarse a maría una cliente habitual, que pedía atenderse específicamente conmigo

_hola maría! como estas?

_hola Ana! que guapa estas, vine por lo habitual, ya sabes, mucho volumen.

_así será.

Al sentarse maría me vi en retrospectiva meditando en los sacrificios que tuve que hacer, siendo la nueva del pueblo y sin dinero, pero sabía y sobre todo después de lo que había pasado que tenía que seguir adelante, había adquirido un gran préstamo para poder comenzar mi vida aquí, hasta ahora no me quejo de como a ido y debido al mismo conocí a Alfred quien siendo el encargado de finanzas, me ayudo con el anticipo del préstamo para poder impulsar mi spa y establecerme, estaba interesado en mi, después de mi divorcio estaba renuente al amor pero Alfred me mostraba una calidez, tranquilidad y sobre todo aunque me lleva 10 años quería algo serio, aunque al principio me negué, cada vez me fui sintiendo mas cómoda hasta que decide intentarlo con él, esta ocurriendo en el mejor momento ya que tenia menos sentimientos por mi exesposo, de hecho el me invito hoy a una cena elegante, del banco donde él trabaja, debido a que pasara a manos de un nuevo inversionista, "que voy a ponerme bueno pensare en eso después". Al terminar con maría me dispuse a cerrar mi spa.

Suena mi celular

–hola Alfred, digo al contestar

-hola Ana, preparada para la cena de hoy.

-Si, por supuesto estaré lista a las 8 nos vemos entonces ¡

-nos vemos Ana y cuelga.

Al hacerlo me sentí nerviosa y no sabía exactamente por qué. Alfred y yo estábamos conociéndonos pero no podría decir que lo amaba, creo que ya no podría amar a nadie, me sentía ansiosa pero por qué rayos, este tipos de actividades eran exactamente a las que iba con alex, recuerdo cómo me sentía cuando estaba en los brazos de Alexander cuando vistiendome venia por detrás me abrazaba olía y me besaba el pelo, Dios todavía me da un vuelco el corazón cuando pienso en el, cómo es posible, me acuerdo que me hacía sentir como me siento ahora lo que me excitaba y me asustaba al mismo tiempo, sacudí mi cabeza para descartar ese recuerdo y me digo para ya Ana, tienes que olvidar ese nombre para siempre.

Al llegar a mi casa voy directo a la cama, después de hoy supongo que mi relación con Alfred será más seria, si bien Alfred era apuesto a su manera media uno setenta era algo corpulento no tenía mucho musculo pero estaba bien, tenía el pelo rubio ojos azules. Lo describiría como un apuesto típico, lo más importante tenía 38 años así que sabia exactamente lo que quería, me había comentado que tuvo varias relaciones, ninguna con mayor importancia, que ya anhelaba, la casa con la cerca y niños, oh niños! con eso me convenció, sobre todo con el hecho de que había intentado tantas veces en mi matrimonio embarazarme y no lo conseguía, mi doctor me había dicho que tenía el síndrome de anovulación crónica, por lo cual me había puesto en tratamiento, y el cual deje luego del divorcio, mi determinación y deseo era tan fuerte ahora que había retomado el tratamiento hace un año y como no pensaba enamórame nuevamente optaría por la inseminación para quedar embarazada, al conocer a Alfred desistir por lo menos de la ultima parte, por el momento

Rayos ya son la 8:30 pm Salí corriendo hacia el baño, me duche, luego saque mi estuche de maquillaje quería verme bonita pero no recargada al terminar me impresiono, como había quedado y como había destacados mis ojos que lucían como un verde esmeralda, fui al closet saque un maxi vestido rojo con un escote en v delante y detrás que contrastaba de exquisita manera con el tono de mi piel que era mas bien pálida, llevaría mi cabello negro hacían un lado lo cual hacia destacar lo hermoso que encajaba el vestido con mi figura.

Alexander siempre me decía como le gustaba mis pecho de como encajaban perfecto en su mano, mis caderas y mi nalgas que para ser delgada era una chica curvi "me reí al pensar en esto, como tenia razón" mis pechos no muy grandes, la forma de mi cuerpo era mas bien de pera, combinaría el vestido con unos zapatos color crema, terminaría el look con un bolso de mano, me vi al espejo y estuve satisfecha como me veía. Sonó el timbre me fui al encuentro con Alfred. Nos subimos en su camioneta y fuimos a la cena.

Waoo quede impresionada cuando llegamos al salón había una orquesta tocando música suave había mucha gente, las decoraciones eran ostentosas, todo con un toque delicado, todos con trajes muy elegante, comenzamos a avanzar por este, saludando a los compañeros de Alfred, luego nos quedamos con su jefe Dan un hombre de cincuenta y tantos años, muy amable. todos Comentaban sobre de lo importante que era este nuevo inversionista de como influiría positivamente al ayudar a que se expandiera, por tal razón tendrían por igual un amento de salario para los principales gerentes.

Dan diviso al inversionista, se disculpo con sus colegas y fue al encuentro con él, Alfred me tomo de las manos y fuimos detrás de Dan.

lo primero que vi fue una hermosa chica de unos veinte y tantos era hermosa, rubia con los ojos amarillos, alta con un vestido muy apretado a su figura, y entonces lo vi, era él, no puede ser. Era Alexander, Dios!, era esto posible, estaba mas apuesto que la última vez que lo recordaba, tal vez estuvo ejercitándose, se veía más fuerte, musculoso incluso se había dejado crecer la barba un poco y le quedaba bien, parecía otro. nunca le había gustado dejarse la barba pero en verdad le quedaba bien, mi estúpido cerebro quería albergar la posibilidad de que él estuviera ahí por mi, pero a ver el primor que colgaba de sus brazos deseche la idea de inmediato, después de todo lo que paso recuerdo tan vivido lo último que me dijo: (te odio, sal de mi casa ahora) , al pensar en esto la rabia volvía crecer dentro de mí, como si pasara todo de nuevo, era una tonta después de cómo me humillo y yo aun pensando en el eso acabaría ya mismo le haría entender que no acabo conmigo.