mariajosercons María José R. Cons

Damián es un psicópata que quiere vestir de amor la crueldad que alberga su alma, Su víctima se cobrará de igual manera el terror sufrido.


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DESESPERACIÓN

La calma se arrastraba por cada adoquín de Bailén (Jaén), que parecía muerto y sin vida en esa mañana de enero. Nada más lejos de la realidad.


En una andrajosa habitación, Damián se abandonaba a la insidiosa ansía que sentía por su víctima, aplastada contra las sábanas raídas y destrozadas por el infinito tiempo que aquel cuerpo llevaba ajándolas.

El tiempo solo conseguía romperse con el agudo repicar de las campanas de la Iglesia de la Encarnación.


— Te he traído el desayuno que te gusta. —sonrió Damián

Ella apenas podía levantar la cabeza de lo que ya no merecía el nombre de almohada. Intentó con todas sus fuerzas incorporarse pero su cuerpo mermado por el semiayuno impuesto, y a veces voluntario, ya no le respondía.

— No dices nada. No te alegras que te lo haya traído —repitió, ya con molestia en sus palabras.


Ella miraba al joven que tenía ante sí. Parecía un tipo normal, de estatura y complexión media, moreno, algo contrahecho, con una nariz desmedida y unos brazos demasiado largos. Ya no le quedaban fuerzas para gritar, para insultarlo, para querer escapar, ni siquiera para poder hablar, menos aun para comer.


— No hagas que me enfade, hoy vengo de buen humor —respondió con rudeza.

Laila estaba tan lánguida y sin fuerza, que hasta sus párpados se negaban a despegarse de sus ojos. Cuando, por fin, pudo mantenerle la vista, le suplicó sin palabras que la dejara ir.

— Vale, tú ganas. Tendré que dártelo yo. Así disfrutarás más del desayuno.

Ella quería volver a negarse, pero tenía que comer aunque fuese veneno lo que aquella taza de desayuno contenía.

Él se sentó en el catre, y con cuidado la recogió en sus brazos para incorporarla. Ella apenas se resistió. Su mirada seguía perdida y sin vida. Estiró la manta que la cubría y colocó una mesita sobre su regazo.

— El chocolate está calentito como te gusta. —Sopló sobre la cuchara antes de dárselo en la boca.

Un poco de líquido se escurrió por la comisura de su boca. Era una boca perfecta que él amaba.

— Que no se escape nada —rió divertido. Con su dedo índice recoge el líquido que escurría por el rostro de Laila.

Era una excusa perfecta para tocarla sin que saltara y gritara como si fuera un apestado. Recorrió cada milésima de piel con delicadeza, y chupó con deleite el chocolate que ni de lejos se acercaba a la dulzura que soñaba en la piel de ella.

— Otra cucharada más. Está muy rico. ¡Qué buena es mi niña hoy!

Ella ya no ofrecía resistencia. Sabía que su única posibilidad era comer, tenía que recuperar sus fuerzas, aun comiendo de las manos del monstruo. Necesitaba comer, tenía que comer para poder pensar con claridad cómo salir de aquel infierno.

— Muy bien, casi te lo has terminado todo. Te daré un premio, si te comes también el bizcocho de yogur que te he comprado esta mañana.


Él quería tenerla débil para reducir las posibilidades de fuga, pero esta vez, se había pasado con el castigo. La había dejado una semana sin comer. Con apenas medio litro de infusiones al día para beber, el cuerpo de Laila casi había quedado inservible para sus juegos. Si languidecía más tendría que deshacerse de ella, como con las anteriores, pero, esta vez, tendría más cuidado. Ella le gustaba, tenía un algo que hacía de él mejor persona. Quería cuidarla, aunque su maldad asaltara cada gesto. Quería tenerla como una figura de porcelana, en un lugar seguro, limpia de polvo y de miradas extrañas.

Sí, tenía que dejar que se aseara, hasta había comprado un juego de cama para quitar los casi harapos que cubrían el catre. Incluso ventilaría la habitación para que el aire, tan viciado como su mente, se purificara. Pero todo, poco a poco, según se portara. Todavía no había recibido de ella ni una sola mirada de cariño, ni aceptación. Era lógico que le odiase al principio, por haberla abordado mientras hacía footing en su urbanización y golpearla sin piedad, para meterla en el coche. De eso ya hacía meses, incluso los periódicos ya habían dejado de lado la noticia de su desaparición. No entendía como seguía sin apreciar sus cuidados y desvelos. Él le ofrecía todos sus días, dedicaba todo su tiempo libre a adorarla…


El esfuerzo de comer la dejó aún más exhausta. Sentía arcadas a cada cucharada, pero se obligó a comer de aquellas manos inmundas. Poco a poco, las calorías comenzaban a hacer efecto y el calor parecía que quería volver a su cuerpo. El bizcocho lo devoró ya con ganas.

— ¿Quieres más?. Así que te gusta mi bizcocho. Vale, iré por otro trozo. Hoy mereces todo lo que me pidas. — canturreó casi en éxtasis.

Estaba comiendo de su mano sin rechazarlo, había tocado su rostro, la tenía tan cerca que con su olfato podía recorrer cada centímetro de su cuerpo. Hoy le daría todo lo que le pidiera, hasta dejaría que saliera a ver el sol... Bueno, todavía no.

— He traído todo el bizcocho, así puedes comer todo el que quieras. —dijo

Laila hizo un amago de aprobación con la cabeza, y abrió su boca para que le dieran un bocado más. Tenía que recobrar las fuerzas o la dejaría morir. Había estado demasiado cerca del abandono total, había deseado muchas veces, dejarse morir. Estaba tan abatida que su renuncia a comer era la única salida que encontraba a su encierro, pero no, no dejaría su vida en aquel cubículo inmundo en manos del psicópata que la raptó.

Cada bocado era una posibilidad y su cabeza comenzaba a despejarse.

— Vaya, sí que tenías hambre. Esto no volverá ocurrir. No puedes estar tanto tiempo sin comer. Ha sido culpa mía. Me excedí en el castigo. Para reparar mi dureza te dejo elegir el regalo que quieras —reconoció.

Ella titubeó, aun no podía hablar, pero siseó: “Quiero bañarme y cambiarme esta ropa, por favor”.

— Claro que sí. Saldrás de esta habitación pero tienes que prometerme que serás buena. Si intentas cualquier tontería la cadena, que tienes en las manos y en los pies, te la pondré en el cuello y no podrás respirar. —afirmó, sonriente.

— Quítamela, por favor. No me escaparé y tampoco quiero hacerlo. Me hacen mucho daño. Dices que me quieres, pues quítamelas, por favor. —suplicó.

— ¿Me lo dices para contentarme o es de verdad?, yo no quiero tenerte atada pero tú eres mala, me obligas a tenerte así. Si te portas bien, hoy lo estás haciendo a la perfección, ya no te las pondré más. —recalcó.

Ella no respondió, no gastaría ni una gota de su energía en convencer a esa mente enferma. Esperaría a que se lo suplicara él. Tendría que cambiar la estructura de poder sin hacer nada, salvo que su fortaleza interior doblegaría al monstruo que tenía ante ella.


Damián apartó un mechón de cabello que le caía sobre la cara, y se obligó a decidir. Sí, la dejaría bañarse y además le quitaría las cadenas. Ella se portaría bien, no hacía falta tenerla así. Además, deseaba verla como cuando la recogió el día de su rapto, bueno de su bienvenida a su vida. Aseada, con el pelo limpio, ropa ajustada y bonita. Estaba decidido, hoy sería un día de libertad para los dos, el disfrutaría libre sin tener que tenerla cautiva.

7 января 2021 г. 3:01 10 Отчет Добавить Подписаться
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MM Marisa Molina
Muy interesante, ed una historia que te atrapa
CasPon Rm CasPon Rm
Increíble...estupendo capitulo
Javier  Almagro Pinto Javier Almagro Pinto
Consigues crear un ambiente asfixiante. Espero el siguiente capítulo.

  • María José R. Cons María José R. Cons
    Gracias por tus palabras Javier. Me estreno con este género, a ver como va. Espero que vaya creando tensión. March 01, 2021, 18:24
Carol Torres Herranz Carol Torres Herranz
Hiela la sangre. Este comienzo es bastante estremecedor.

ASHLEYCOLT 777 ASHLEYCOLT 777
He leído pocas historias de esta clase, y de las que leí, esas pocas no me generaron casi ninguna "reacción". Sin embargo, con este primer capítulo me has hecho sentir escalofríos. Tal vez cuando termines el trabajo que te ocupa en este momento, la continúes, ojalá y así sea. Saludos, Maria, siempre es un placer enorme leer tus letras.

  • María José R. Cons María José R. Cons
    Gracias AshleyColt 777 por tu comentario. Sale de mis temáticas, pero me puse a escribir y salió así, lo continuaré. Me alegra que te guste. Ya he terminado un libro de no ficción (de desarrollo personal) que ya he publicado en Kindle. Por cierto, tus historias las estoy siguiendo y son muy interesantes. Sigue así, creciendo como escritora. March 01, 2021, 18:21
~

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