Érase una vez una escritora que se empezó a dar cuenta que todo lo que escribía, se convertía en realidad. Un día escribió sobre alguien llamado Julio, y Julio apareció en su vida ese mismo día. Luego escribió sobre un gato negro llamado Anubis y esa misma noche su mejor amiga llegó a su casa bajo una lluvia torrencial con una pequeña bola de pelo negra. «Se llama Anubis», dijo haciendo que todo empezara a tornarse extraño.
Al otro día escribió en su novela como un rayo había caído en una casa vecina de la protagonista, destruyendolo todo a su paso. Su escritorio daba justo hacia la ventana, estaba lloviendo duro, pero sin tormenta. En el momento en que dió en la tecla “Enter” en su teclado, un relámpago iluminó toda la calle, seguido por un estruendo que hizo vibrar la ventanas y mover el piso. Un rayo había caído justo en frente de su casa.
Temblando cerró su computador y se asomó por la ventana, pensando en cuán inverosímil podía ser lo que estaba viviendo.
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