Ha pasado un tiempo desde la última vez que os vi, la última vez que pude sentir vuestro rastro tan perfecto y el aroma que emanaba de sus cuerpos embriagándome al instante en el que mis fosas nasales los percibían. Sus manos, tan gélidas al tacto y al mismo tiempo tibias que abrazaban mi alma y me hacían sentir como en casa.
Añoro tanto los momentos que pase vuestro lado, las sonrisas que decoran vuestros rostros y el suave viento que remueve mis cabellos y parte de sus chaquetas, ¿por qué no he podido volver a sentiros? me hacía tanta ilusión el dormir y saber que allí estarías, y ahora, ni siquiera tengo esa dicha, las noches de plácidos sueños se volvieron insomnios, y el caer entre los brazos de Morfeo se volvió un cuento interminable de ansiedad. Sé que estáis allí, sé que están conmigo, pero no puedo mirar, y ahora lo poco que quedaba de mi alma está mermando. He perdido la ilusión en la vida, pero vosotros jamás se dieron por vencidos, no por completo.
Recuerdo las sonrisas que me brindabais y las palabras de aliento que me regaláis, sin embargo sin su dulce presencia me siento sola y no puedo continuar...
Aunque, el pero, siempre represento una excusa, ¿verdad?
Siempre admiré el poder que tenéis de hacer feliz a los demás aun si ustedes estáis mal, es por ello, que está vez, yo haré lo mismo y me tocará sonreír. Mostrando, que incluso la persona más jodida puede cambiar, y anhelando que un día os vuelva a encontrar y vuestras manos volved a tomar.
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