selai-andrea Selai Andrea

Dos hermanos compran un metro cuadrado de piedras para hacer un piso en su casa. Como no pueden guardarlas adentro, las dejan del lado de la vereda por una noche, cubriéndolas con una lona. Cuando por fin hacen un espacio y comienzan a meter las piedras dentro de la casa, descubren que algo espantoso estaba escondido en medio.


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#isabella #entrenamientoinkspirado #león
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Un metro de piedras

Cuando habíamos visto las piedras caer desde el camión hasta el suelo de la vereda, no notamos nada extraño. Ni Leónidas ni yo vimos algo fuera de lugar. Y eso que estuvimos parados un buen rato, supervisando como nunca en nuestras vidas. Parece que exagero, pero no es así.

Sé que no entienden nada, así que comenzaré por el principio. Hace casi dos semanas... ¿Qué? ¿No tan al principio? Bueno, esta bien. Pero después no se quejen.

El día lunes pedimos un metro de piedras para arreglar una parte del piso que se había roto. Yo quería aprovechar para mejorar la improvisada tumba de Dasi, mi conejito blanco de raza... bah, no me acuerdo el nombre, pero era un muñeco, y además, una ternura. Leónidas siempre me acusa de amar más a mis mascotas que a mi familia, pero no puedo evitarlo. Cuando el chino acunaba su cabecita en mi cuello, era adorable. Si mi hermano llegara a hacer eso, lo corro con una chancla. Esto de no ser hija única es una mierda... casi siempre.

El día viernes recién trajeron nuestro pedido. La idea era que lo metieran dentro de la casa, bajo la galería del frente, pero dijeron que nuestro techo era muy bajo, así que las dejarían afuera, apenas a unos metros del portón. Leónidas hizo un puchero y se quejó cuando le dije que sería su trabajo meterlas adentro. Yo sufría de dolores en la zona lumbar esos días, así que le tocaba hacer un esfuerzo. Apenas entramos de nuevo, se puso a mirar las palas, quizás buscando una excusa para no hacerlo... ¿En qué estaban pensando mis padres cuando lo llamaron Leónidas? Por la personalidad que tiene, yo lo hubiese nombrado Anastasio.

Amo mi mente.

Le grité que mejor buscara una lona para cubrir las piedras, no sea que los pendejos del barrio intentaran robarse algunas para matar pajaritos. No me acordaba si teníamos alguna, pero podíamos usar la pelopincho vieja, esa que ya nunca más habíamos armado en verano.

No hay, no tenemos. Eso me dijo, una vez que se metió a la casa.

¿Y la pelopincho? Me quejé.

Papá la llevó para arreglarla y regalarsela al primo. ¿Viste que ya tiene hijos chicos?

, y también tiene un sueldo con el que puede comprar su propia pileta...

No seas mala.

... en vez de manguear cosas acá...

Es nuestra familia.

...como si fuera que nosotros tiramos manteca al techo...

Sí, cuando empiezo a quejarme, no hay quien me frene. Bueno, casi nunca. Ese día, me detuvo la vecina nueva, esa que no había querido conocer para no alterar mi ecosistema. Todavía me resentía con los perfectos extraños que vivieron al lado y se mudaron de pronto. Tenían dos hijos ruidosos, que me quitaban las ganas de tener unos propios cada vez que escuchaba a sus padres renegar con ellos. Y no es que tuviera muchas. Al principio, los odiaba, pero con el tiempo, me acostumbré al ruido. La chica que vivía allí ahora, era demasiado silenciosa. ¿Ven? Alteró mi ecosistema.

Anastasio... es decir, Leónidas fue a ver quién llamada a la puerta, ya que mi mirada le indicó que por mí podían seguir esperando. Aunque cuando los escuché comenzar a hablar, me senté y los espié desde la ventana. La chica dijo que su perro intentó defecar (sí, usó exactamente esa palabra) en nuestras piedras, y que si podíamos cubrirlas con algo antes de que los demás hicieran lo mismo. Él le respondió que no teníamos con qué hacerlo. La chica le ofreció prestarle una lona que había quedado en su casa por la mudanza. Leónidas se negó, pero desde adentro le dije que si, y que fuera con ella a buscarla, si es que lo necesitaba. Noté que me miró con una pizca de enojo, pero mi mirada de hermana mayor y petisa cascarrabias fue más fuerte, así que no le quedó otra opción que aceptar. Yo le dediqué una sonrisa cuando se fue con ella.

Es que desde afuera, se veían bien juntos. Sí, soy de esas hermanas que entregarían a sus hermanos por una vaca, un caballo... o un costal de arroz. Aunque sólo tengo uno y no se deja vender.

Los dos volvieron rápido y colocaron la lona juntos. Yo ya estaba afuera y por fin salude a la chica. Podría ser mi cuñada, tenía que portarme como una persona normal. La invité a tomar mates, diciendo que estaba bien con que trajera a su perro. Amo a los animales.

Ella es una loca que ama más a los animales que a las personas. Eso le dijo mi hermano, pero yo no me inmuté ni me dejé superar.

Por eso quiero tanto a este tontito. Dije yo, pellizcando el cachete de Leónidas, cosa que sabía que él odiaba.

La vecina solo se rió de nosotros.

Por cierto, soy Andrea, y él es Leónidas Anastasio. Sí, esto es lo más normal que puedo ser.

No me llamo Anastasio, sólo Leónidas.

Ya me di cuenta. Yo soy Isabella. Y este es Lupin. Dijo ella, presentándonos también a su perro, un hermoso ejemplar de raza extraña, quizás un mestizo. Adopta perros, ya me agrada la futura cuñada.

Nos pusimos a conversar con el mate hasta llegada la noche. Isabella se fue con Lupin, y nosotros continuamos con nuestra vida, pues a estas horas, cada uno iba a seguir con sus actividades hasta la hora de improvisar la cena mientras veíamos una película cualquiera.

A la mañana siguiente, invite a Isabella a tomar unos mates otra vez, aunque ahora teníamos pan casero. Era comprado, pero le iba a decir que lo hizo Leónidas. No hay nada más atractivo que un adulto funcional.

Cuando ella llegó, y llamó a puerta, Leónidas fue corriendo a abrirla, creyendo que era el cartero... desilusión para mi ship, pero ¿qué se había comprado ahora?

Al verlos saludarse, me pregunté si sus hijos serían igual de torpes. Bien, creo que mi mente se fue demasiado al futuro.

Él acompañó a Isabella hasta adentro, pero no parecía querer quedarse a tomar mate con nosotras. Como si tuviese miedo de que le apareciera una vagina. ¿O es que ya veía mis intenciones? Si eso era, es mi digno hermano. Leónidas se excusó, diciendo que iba a meter las piedras antes de que aumentase el calor. Mientras tanto, aproveché para decirle a la futura cuñada que mi hermano era súper responsable. Ella me miró raro, pero no dijo algo al respecto. Sí, un poco más y estará en la familia. Le acepto a Lupin como dote.

De pronto, las dos escuchamos un grito de Leónidas. Él entró rápidamente, tan pálido y sudado que nos asustó a nosotras... ¿Qué había pasado? Si solo era una araña o una lagartija, yo lo mato.

Hay una pata entre medio de las piedras.

¿Una pata? ¡Qué rayos! ¿Cómo sabía que era una pata? ¿Cómo hizo la pata para llegar hasta ahí? Cerca de aquí no había un estanque...

Las dos nos levantamos para seguirlo, y cuando salimos y vimos las piedras, nos quedamos tan heladas como él. No era una pata, era una pierna... una pierna cercenada. Qué malhablado era Leónidas, por cierto.

Era imposible. Cuando habíamos visto las piedras caer desde el camión hasta el suelo de la vereda, no notamos nada extraño. Ni Leónidas ni yo vimos algo fuera de lugar. Y eso que estuvimos parados un buen rato, supervisando como nunca en nuestras vidas. Parece que exagero, pero no es así.

¿Qué íbamos a hacer ahora? No escuché nada en la noche, Leónidas tampoco, que yo sepa. Sacar la lona, correr las piedras, meter la pierna, colocar las demás cosas en su lugar... no serían tareas silenciosas. Hubiesen demorado demasiado tiempo. ¿Y para qué? ¿Para meter un fragmento de cadáver en la vereda de dos giles?

Cubran eso, que voy por unos guantes. Les dije y me metí en la casa. Salí un minuto después, y los dos seguían ahí, pálidos y asustados, faltos de toda reacción más que seguir la orden que les di.

¿Ustedes escucharon algo anoche? Preguntó Isabella, con temor en la voz.

No, la verdad que no. Y hubiesen hecho mucho ruido. Le contesto Leónidas, con un tono de voz similar al suyo.

Mientras ellos hablaban, yo estaba examinando la pierna. Tenía un corte limpio, que no sangraba, ni había dejado sangre en las piedras. Después de tocarla un momento, note que estaba fría aún, lo que me llevó a pensar que estuvo un tiempo congelada. El fragmento no tenía tatuajes o cicatrices, ni hematomas u otras heridas. Al menos en esa parte.

En un momento, noté que el par de futuros cónyuges se habían acercado a mí. Eso me pareció raro, pero pronto noté voces y pasos acercándose, por lo que deduje que estaban cubriendo el hallazgo.

¿Qué estás haciendo? Me preguntó Isabella.

Estoy buscando pistas.

¿En serio?

Sí, yo he resuelto muchos misterios.

En las novelas y series de misterio. Agregó Leónidas.

Eso no me quita el mérito.

Hasta tiene una teoría de quién es Dryleaf. Le dijo mi hermano a Isabella. Así que ya cuchicheaban... De eso a la boda, no queda mucho.

¿Ustedes también ven la serie Nerea? Pregunto ella, con un repentino entusiasmo. Ya me caes bien, cuñada.

, y Andrea tiene una taza de la serie en la que tomó la fresa fizz en Año Nuevo.

Es que parecía sangre... Dije, y nos volvimos hacia el fragmento.

Este no debe ser el único fragmento. Deben de haber tirado más en otras casas. Deduje, sintiéndome casi una detective. ¿Habría más casas con materiales afuera?

Comencé a mirar a las casas vecinas. Unos metros más allá, había una montaña de arena... Y también había gente reunida, mirando su material y discutiendo. Indiqué a mi hermano y a la vecina qué estaba pasando. Ellos se volvieron a verlos. ¿Sería prudente acercarse a preguntar que era lo que sucedía?

Bueno, eso no fue necesario. Esos vecinos venían hacia nosotros.

Vecinos, ¿ustedes encontraron algo raro en sus piedras? Preguntó uno de ellos.

Sí, algo así. ¿Y ustedes? Dijo Isabella. La cuñada es discreta, me agrada.

Ellos, que eran dos hombres, uno joven y otro que pasaba los sesenta, y una mujer igual de mayor, compartieron una mirada dudosa. De seguro, ellos también encontraron un miembro cercenado.

Encontramos un muslo dentro de una bolsa en medio de la arena. Dijo el hombre mayor.

Nosotros encontramos una pierna... Dije, haciéndome a un lado, dejándoles ver el fragmento, que impresionó al muchacho joven tanto como a mi hermano.

Carajo. Dijo la señora, tapándose la boca.

Unos segundos después, vi que en la esquina se paraba alguien, mirando hacia todos lados, y cuando nos notó, comenzó a acercarse. Leónidas me indicó que desde el otro ángulo, dos personas más venían a la imprevista reunión vecinal. Isabella también señaló al frente, donde pasaba lo mismo.

De pronto, este barrio se puso interesante... Y como odio eso.

17 января 2021 г. 1:25 9 Отчет Добавить Подписаться
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Об авторе

Selai Andrea No vivo en una burbuja. Creo que, de hecho, soy demasiado consciente de la realidad. Al menos de la mía. Soy profesora de japonés, escritora por vocación, futura Licenciada en Letras, blogger eventual, petmadre por siempre, jlover (amante de la música del país del sol naciente), tejedora, lectora y conversadora compulsiva.

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Bianca Muñoz Bianca Muñoz
¡Me encantó el relato! La historia se va desarollando con tintes frescos y cómicos hasta que se convierte en un escenario de misterio y especulaciones. ¡Mis felicitaciones :D, tu narración es estupenda!
multifandom multifandom
hermosa historia me gusto muchísimo

  • Selai Andrea Selai Andrea
    Hola!! Me alegra que te haya gustado! Muchas gracias por el comentario y el voto!! February 07, 2021, 00:04
¡Excelente cuento! Me encantó, más ese final porque es algo que pasaría en mi barrio jaja . También porque deja con la intriga de qué va a pasar con ese muslo y esa pierna, y si hay más partes por ahí. õ.ô PD: ¿Esa Isabella soy yo? Como para hacer una firma de autógrafos jaja.

  • Selai Andrea Selai Andrea
    También en el mío, jajajah. Si te quedaste con la intriga, misión cumplida!! Sip, sos esa Isabella, espero que te haya gustado el personaje, y que que bueno que te gustó el cuento en general! Gracias por el comentario y la reseña!!! January 28, 2021, 03:37
Jancev Jancev
¡Vaya! Qué interesante esa serie que andas viendo jajajaja. Me encanta tu escritura, muy cercana a la sátira, unos personajes muy bien desarrollados y una historia enigmática que a pesar de ser un cuento, deja con ganas de más. ¡Felicidades!

  • Selai Andrea Selai Andrea
    No pude evitar poner algo de nerea, jajajah. Podemos decir que fue una innovación al desafio (un embajador, un aspirante y una obra). Me alegra que te haya gustado el cuento! Muchas gracias por el comentario!!! January 28, 2021, 02:42
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