hiena19s Samantha Urdiales♡

« Dónde Hoseok no puede creer que Yoongi, el chico del que está enamorado, le siga siendo fiel a su novio » *Homosexual *Triángulo amoroso *Romance, drama *Contenido explícito *10 capítulos *Actualizaciones lentas *No adap o trad


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fiel ; uno

NOVIEMBRE

Domingo

Yoongi se dejó caer en el asiento acolchonado. Volvió a mirar el pequeño plato de arroz frío frente a él, y sin ganas, enterró los palillos ahí.

Ya era media noche, definitivamente Jungkook ya no iba a llegar.

Apretó la mandíbula y después se relajó. Sus hombros decayeron y sin más opción, cenó solo.

—Estúpido — Soltó al aire con voz baja, insultando al menor.

Tomó su plato de arroz e ignoró pollo agridulce y caliente del centro. Caminó hacia el sillón para ver televisión, pero, con esperanza, revisó su celular de nuevo.

No habían mensajes nuevos. Suspiró, queriendo bloquear el celular y arrojarlo contra la pared de puro coraje, pero en lugar de eso, mordió su labio inferior y leyó por cuarta vez en la noche el mensaje de Hoseok.

Hoy te vi más callado de lo normal hyung, todo bien???
21:02
No te quieres distraer? Te llevo a donde quieras
21:02
Y si estás cómodo soy todo oídos!
21:03

Yoongi bufó y esta vez si bloqueó su celular. Desenterró los palillos de su plato y prendió la televisión solamente para que hubiese ruido de fondo y no sentirse tan solo.

¡Se escuchaba patético! Llevaba viviendo solo más de tres años pero estaba tan acostumbrado a la presencia ruidosa de Jeongguk desde hace más de un año, que volver a sentir el abrumante silencio en la sala lo hacía sentir más solitario que nunca.

—Estúpido —dijo de nuevo, prácticamente enterrándose el plato de arroz en su regazo.

Cenó malhumorado. Enojado, pero principalmente sentido. La furia abandonó su cuerpo unos largos minutos después y sin más opción inició una serie sobre adolescentes drogadictos con una expresión triste. Con las cejas decaídas y prácticamente sin apetito.

Cuando iba a comenzar el cuarto episodio, el sonido de un arpa sonó. Ese sonido que únicamente tenía para el contacto de Jungkook. Miró la pantalla y en la lista de chats presionó el del menor para leer los mensajes y que no apareciera que los había visto, algo así como la vista previa.

Ya no te dije, pero no pude pasar a tu apartamento
3:01
me ocupé
3:01

—Hijo de-

¿En serio acababa de mandarle eso a las tres de la mañana? ¿Después de haberse quedado de verse a las ocho y media?

Quiso hasta llamarlo para reclamarle o escribirle un mensaje largo, pero se abstuvo. Mejor abrió el mensaje y dejó que le apareciese que lo había visto y que sí: lo había ignorado.

Lo que tanto odiaba.

Sin molestarse en presionar otro botón, Yoongi arrojó el celular al otro extremo del sillón. Se paró furioso y recogió todos los platos servidos en la mesa. Quiso del puro enojo tirarlos a la basura, pero lo pensó mejor y guardó todo en portaviandas, dejándolas hasta atrás del refrigerador. Tiró el arroz que había quedado en su plato y antes de regresar al sillón, miró su reflejo en el espejo de la sala.

Su cabello negro. Su sudadera fila blanca con rojo y azul marino, sus jeans y unos enormes tennis blancos.
Estaba usando todos sus regalos.
Le había preparado por primera vez su comida favorita después de muchísimos intentos fallidos.

Y Jungkook, después de seis horas de retraso, se dignó a mandarle un mensaje.

Ignoró su reflejo y sintiéndose como un maldito idiota, apagó la televisión y tomó su celular para dormir de una vez por todas. Pero vio su pantalla encendida. Pensó que el rubio le había mandado otro mensaje, pero el chat seguía intacto, solo había olvidado bloquear la pantalla. Regresó a la bandeja de entrada después de dos toques en la pantalla y vio la foto de perfil de Hoseok.

Se mordió el labio y releyó los mensajes por tal vez quinta vez.

Hoy te vi más callado de lo normal hyung, todo bien???
21:02
No te quieres distraer? Te llevo a donde quieras
21:02
Y si estás cómodo soy todo oídos!
21:03

Salir a beber y pasar un buen rato con un amigo sonaba mil veces mejor que dormir enojado. Ladeó la esquina de su boca, y atrapando la lengua entre sus dientes, respondió.

Todavía se puede?
3:09✔️✔️

Una ola de arrepentimiento lo llenó apenas pulsó "Enviar".
Ya eran las tres de la mañana. Y habían pasado demasiadas horas del último mensaje enviado de su parte.

¿Y sí lo hacía ver mal?

Sintió un vuelco en el estómago cuando notó un "Escribiendo..." bajo el nombre de contacto del castaño y dos palomitas azules en su mensaje. Quiso salirse del chat pero fue demasiado tarde.

Mándame tu ubicación
3:11

El pánico lo paralizó, pero negó para sí mismo. Iba a salir con un amigo, no había ningún problema con eso. Sin pensársela mucho y lo más rápido posible le mandó su ubicación. Recibió dos palomitas azules como respuesta y bloqueó su celular.

Caminó con calma hacia su habitación y sacó del closet una chamarra negra por el frío de la madrugada. Metió su cargador a la bolsa de su sudadera y llevó su billetera a la bolsa trasera de su pantalón.

Sin saber qué hacer para matar el tiempo, volvió a prender el televisor para reanudar la serie, pero no se concentró en lo absoluto. Movió su pie con efusividad y cuando su celular sonó, entró en pánico.

Ya estoy afuera!
3:25

Yoongi bloqueó su celular, se puso la chamarra, tomó sus llaves y salió hecho bala por las escaleras del edificio. Y lo vio.
Hoseok con una chamarra estilo beisbolista, con el cabello castaño de lado y una enorme sonrisa.

El pelinegro frunció el ceño y le habló desde lejos.

—¿No tienes frío?

Ni siquiera tuvo que levantar la voz, el vacío de la calle tenía un silencio tan sepulcral que su tono de voz grave y baja se escuchó a la perfección. Hoseok negó sin quitar su sonrisa.

El mayor negó para sí mismo, llegando hacia donde el castaño estaba recargado en su auto.

—Ay, esta juventud.

Hoseok sonrió más, se separó del coche y abrió la puerta del copiloto tras él.

—¿Vienes? —Preguntó para después rodear el carro y subir a su asiento.

Yoongi sonrió y sintiéndose repentinamente tranquilo, entró, se puso el cinturón y disimuladamente le echó un vistazo al coche. Limpio, ordenado y con olor a hierbabuena con un toque de cigarro.

—Pensé que ya no me ibas a contestar —El castaño preguntó mirándolo, poniéndose el cinturón también.

Yoongi dijo lo primero que se le vino a la mente.

—Y yo que ya estarías dormido.

Cuando lo soltó con una voz más seria de la que quería, se arrepintió. Parecía que quería cortar la conversación ahí o que no quería hablar de más o algo así. Sonaba hasta grosero, pero Hoseok sonrió.

—Buena respuesta —Le dio unos golpecitos al volante con ritmo y se giró hacía él más energético que de costumbre —¿A dónde quieres ir?

El pelinegro se encogió de hombros —No importa.

—¿Entonces mi depa está bien?

El mayor trató de esconder su repentina sorpresa y suspiró internamente al ver que Hoseok no lo había notado.

—¿Tu departamento? —Preguntó sin ninguna emoción notable en su rostro.

Hoseok asintió —Mi rommie no está, tengo cerveza, varias botellas y si quieres y estás cómodo hasta te puedes quedar. Tengo comida, ramen instantáneo y una tienda abierta las veinticuatro horas a cincuenta metros por si se te antoja algo. Tambien tengo televisión en HD, bocinas para buena música y todo sin gastar un solo centavo —Al no ver reacción alguna en su hyung, Hoseok continuó —Pero, si estas más cómodo podemos buscar un bar que es-

—Tu apartamento está bien.

—A mi departamento entonces.

El menor por fin encendió el carro y condujo con calma y con la radio de fondo con el volumen algo bajo. Yoongi cambiaba la dirección de su mirada cada cierto tiempo, de su ventana hacia el frente y así sucesivamente. Hoseok, en cambio, a veces dejaba de ver hacia el frente por cortos segundos para observarlo a él. Notó que doblaba levemente el meñique cuando apoyaba el mentón en la palma de su mano y que con la otra mano fingía tocar el piano que se escuchaba de fondo.

Sonrió y se estacionó apenas llegaron al estacionamiento del lugar. Subieron en el elevador hasta el cuarto piso y entraron al departamento en cuestión de minutos.

—Siéntete como en casa.

—Gracias —Yoongi sonrió y se sentó en el sofá gris mientras el castaño desaparecía en otra habitación.

—¿Cerveza está bien? ¿O primero ramen?

—Como quieras...

Hoseok se asomó por la puerta y sonrió.
—¿Ramen picante o normal?

—Picante.

Same.

Yoongi ojeó la sala con curiosidad permaneciendo sentado, aprovechando que Hoseok no estaba. Sí tenía una gran televisión HD y la casa estaba más bonita de lo que se había imaginado. Tomando en cuenta que vivían dos hombres en sus veintitantos.

—Vivo con mi mejor amigo y sus padres son muy consentidores —Señaló con la cabeza la gran pantalla mientras tomaba asiento a su lado con dos vasos de refrescos.

—Gracias —Yoongi sonrió cuando su vaso fue colocado en la mesa justo frente a él.

—Recuérdame ir por el agua —El pelinegro asintió —¿Te gusta Drake? —Yoongi volvió a asentir, de forma más efusiva esta vez, haciéndolo sonreír —Excelente.

Hoseok conectó su celular a la bocina de la mesa y le dio play a una de sus canciones favoritas. Yoongi sonrió al ver a Hoseok bailar hacia la cocina cuando a la mitad de la canción le recordó ir por el agua hirviendo, y minutos después, sin incomodidad alguna, ambos cenaron -o hasta desayunaron, porque eran casi las cuatro de la mañana- dos porciones de ramen instantáneo. Después siguieron con cervezas, llenando la mesa de latas vacías poco a poco.

—O sea, hubieras visto la cara del maestro, parecía que quería que lo tragara la tierra.

Yoongi ocultó su carcajada entre sus manos —¡QUE ASCO! ¡¿Quién tiene sus nudes guardadas en su computadora?!

—¡Ey!

El mayor lo miró anonadado —¿Es enserio?

Hoseok se llevó el filo de la lata a sus labios.
—...Solo un par —Yoongi soltó una carcajada más fuerte —¡Pero da igual! ¿Tú las guardas en el celular?

Yoongi asintió —No es como que tengo muchas, pero las recorto y oculto, y así sin alguien ve mi galería no las encontrará.

El castaño lo miró orgulloso —Nice, sunbae —Sonrió y después señaló su cerveza —¿Otra?

Yoongi asintió.
Meh, una más, una menos.

Hoseok se levantó y él volvió a agacharse un poco para alcanzar las papas adobadas de la mesa y terminarse la bolsa de una vez por todas. Agradeció la cerveza cuando el castaño de la tendió y se sentó a su lado.

—Me alegra verte sonreír hyung. Siento que hace mucho tiempo no lo hacías.

Yoongi no borró su sonrisa, pero en definitiva ya no transmitía de la felicidad de hace varios segundos. Pasó de ser una de "La estoy pasando muy bien" a una que decía "Lo sé, pienso lo mismo"

Ignorando sus pensamientos, se terminó la cerveza que ya tenía en la mano y abrió la más fría que le acababan de dar.

—¿Eres un borracho sentimental?

Hoseok sonrió de lado —Al menos no soy uno mala copa.

—Buen punto.

—Pero enserio hyung —Insistió —Es verdad cuando te dije que soy todo oídos si querías...

Yoongi negó una sonrisa, restándole importancia.
—Nah, no es nada. Malos ratos, estrés... lo normal.

—Entiendo.

Ambos asintieron de forma automática.

—¿Qué te hizo aceptar mi propuesta... varias horas después?

—¿La verdad? —Hoseok asintió —Me dejaron plantado y no quería dormir triste.

El castaño lo miró serio. Se agachó hacia la mesa y cambió la canción de rock que se producía por una mucho más tranquila.

—¿Jungkook? —Preguntó sin mirarlo.

Yoongi no dijo nada. Miró su cerveza y Hoseok lo tomó como un obvio "Sí". Regresó a su lado y recargado en el respaldo de lado lo miró. Bebió un largo trago de su cerveza y aplastó la lata para después arrojarla levemente a la mesa. Yoongi bebió un sorbo también. Se miraron y acortaron la distancia entre ellos de forma casi automática.
Hoseok tocó levemente la pierna del pelinegro y él se giró un poco más en su dirección. Sintió que su corazón le latía en su garganta y la boca de su estómago en lugar de su pecho. Toda sensación aumentó cuando sintió su mano cálida cerca de su oreja.

Hoseok se acercó al rostro del mayor y con el corazón latiéndole como loco, ladeó la cabeza. Cuando apenas sus labios iban a rozar, Yoongi bajó la cabeza y apretó sus labios con fuerza.

—Tengo novio.

El castaño cerró sus ojos con fuerza y ninguno de los dos se movió ni siquiera un milímetro. El menor se tragó un largo suspiro y casi decepcionado, pegó su frente con la de Yoongi.

—Lo sé.

Dijo para después quitarse de su lado y comenzar a recoger las latas de cerveza de la mesa y las bolsas de botana vacías. El pelinegro se quitó las pantuflas que Hoseok le había dado y subió los pies al sillón, haciéndose un ovillo recargado en el brazo del sillón.

El menor después de dejar la mesa impecable se sentó de nuevo en el sillón, respetando el espacio personal de su hyung. Yoongi descansó su cabeza, tomándola por una de sus sienes, sobre el respaldo del sofá. Abrió los ojos y encogiéndose de hombros, habló.

—La verdad no sé qué decir o hacer después de lo que acaba de pasar.

Hoseok asintió, más para sí mismo que como una respuesta para el pelinegro.

—Yo tampoco. Por eso voy a tomar.

Fue a la cocina y regresó, levantando una botella de vino con dos copas, dejarla en la mesa y después de otro viaje, regresó con un paquete de seis cervezas.

—Salud.

Y dicho eso, se sirvió una copa de vino blanco.

Yoongi sonrió y Hoseok bajó la mirada. No quería ver su bonita sonrisa y sus ojos pequeños, mejor se concentró en darle un gran sorbo a su copa.

El mayor levantó una ceja —Buena idea.

Y así, los dos volvieron a beber. De pronto ya la botella estaba vacía y las copas ya yacían abandonadas en alguna parte de la mesa. Los dos ya tenían las últimas dos cervezas del paquete que estaba en la mesa.

Hoseok y Yoongi eran muy buenos bebedores. Y como el primero se sentía lo suficientemente sobrio para hablar claramente, pero lo suficiente borracho para no pensar -mucho- en sus palabras, decidió romper el silencio.

Recargado frente a Yoongi en el otro extremo del sillón, negó varias veces de la nada, llamando la atención del pelinegro.

—Sé que me voy a arrepentir después por decir esto... —Señaló levemente a Yoongi con su cerveza en la mano, luego hacia un lado —...Pero Jungkook no se merece que le seas fiel.

Yoongi parpadeó varias veces —Hopa...

—Jungkook no te merece.

El pelinegro no respondió. Se mordió el labio inferior y miró su lata de cerveza sin saber que decir o hacer. No era la primera vez que escuchaba eso.

El menor se sintió culpable al ver los ojos tristes de su hyung.
—Perdón por decirte eso. Sé que no es de mi incumbencia.

Yoongi, de nuevo, no respondió, haciendo sentir mal a Hoseok. El menor mordió su lengua volvió a beber su cerveza.

—¿Sabes qué hora es?

Hoseok de inmediato revisó la hora en su celular.
—Las ocho cuarenta y seis. ¿Tienes sueño?

—Un poco —Sonrió levemente sin mostrar los dientes —Me voy ahorita que me acabé la lata.

—Yo te llevo —El castaño se apresuró en decir. Yoongi se paró derecho y estirándose un poco, negó.

—No, pediré uber, no debes manejar así.

—Yo te lo pago.

Negó de nuevo —Estás loco, ¿cómo me vas a pagar el uber después de todas tus atenciones? Claro que no.

Hoseok se encogió de hombros —Entonces duerme aquí.

—Gracias, pero no puedo dormir, en otra parte que no sea mi casa.
O en casa de Jungkook.

—¿Seguro?

—Seguro —Sacó su celular de la bolsa y lo levantó un poco —Lo iré pidiendo.

El castaño ladeó la cabeza con aires tristes, pero asintió. Miró al pelinegro quien tenía el labio inferior atrapado entre sus dientes mientras tocaba la pantalla del celular.
No se arrepentía de lo que había hecho. O de lo que casi hacían. Pero no pudo evitar sentirse mal.

—Llega en cinco minutos —Dijo Yoongi poniéndose de pie —¿Cuánto te debo?

—Nada.

Yoongi lo miró serio —Hopa...

—La pasé muy bien y ninguno de los dos gastó. Solo tú del uber, dime cuando es para al menos darte la mitad.

—Estás loco —Señaló la mesa —Mira todo lo que bebimos.

—Está bien, enserio.

—Hopa...

—Sunbae... —Imitó su tono, haciendo que el mayor ladeara la cabeza. No pudo evitar soltar una risa —Si tanto quieres gastar, entonces invítame un café un día de estos.

—Hecho.

Hoseok se paró también, poniéndose su sudadera y ganándose una mirada de confusión por parte del mayor.

—Te acompaño abajo hasta que llegue tu uber —Se explicó.

—No soy una chica.

Hoseok levantó una ceja —Lo puedo ver...

—Y soy mayor.

—Ajá. ¿Y?

Yoongi blanqueó los ojos y se rindió.
—Está bien.

Salieron por la puerta y suspiró inaudible. Pensó que los segundos en el elevador serían incómodos, pero no. No se pararon demasiado cerca en realidad, pero no estaba esa tensión que tanto temía en el aire.

Se pararon cerca de su entrada, ambos con los rostros fruncidos por la repentina luz que no habían notado. Hoseok se meció en su lugar y miró a Yoongi, que miraba hacia la calle en busca de un auto rojo.
Quería abrazarlo en forma de despedida, pero sería demasiado, no solo para el mayor, también para él. Por eso mantuvo las manos en su sudadera y sonrió cuando el carro que su hyung estaba esperando se detuvo en la entrada.

—Adiós hyung.

—Adiós Hoseok-ah —Sonrió ampliamente —Gracias por todo.

—No tienes nada que agradecer.

—Te veo en el campus.

Hoseok asintió con su sonrisa en forma de corazón y Yoongi, respondiendo con el mismo acto, se subió al carro.

—¿Min Yoongi?

—Sí.

—El viaje está con tarjeta.

—Sí, está bien.

El conductor no volvió a hablar. Yoongi suspiró ruidosamente y cubrió su rostro con ambas manos. Golpeó su pecho por haberse acelerado así, y por puros nervios, miró hacia la ventana. Mordió la piel alrededor de sus uñas de manera automática y de repente paranoico, sacó su celular y borró su conversación con el castaño. También el registro de llamadas.

En teoría no había hecho nada malo, pero su consciencia no estaba muy tranquila que digamos.

Volvió a suspirar y a cubrir su rostro, haciendo presión en la cuenca de sus ojos, ya sin saber si se arrepentía de haber ido o no.
Necesitaba dormir. Descansar y despegarse de todo para saber exactamente qué hacer.

—Gracias, que tenga buen día.

Se bajó del coche apenas llegó a su edificio y prefirió subir las escaleras que tomar el ascensor solo para subir un piso. Ese casi beso en casa de Hoseok le había quitado lo borracho, o eso creía. Porque frotó sus ojos al creer haber visto a su novio frente su puerta.

El pelinegro paró su paso y parpadeó varias veces, reconociendo su perfil de inmediato. Jungkook estaba ahí, escribiendo los nueve dígitos de la contraseña.
De repente sintió un vuelco en su estómago y caminó a pasos lentos hacia él, sin tener más a dónde ir.

Jungkook por el rabillo del ojo notó a alguien cerca de él y cuando se giró frunció el ceño, pero sonrió también.

—Oh —Señaló la puerta, luego a él —¿Saliste, hyung?

—Fui a tomar con unos amigos.

Yoongi abrió la puerta al ver que el marco de la cerradura estaba color verde y Jungkook lo siguió adentro.

—¿Y estás llegando a las nueve de la mañana?

—Sí —Dejó la chamarra negra en el sillón y se giró hacia el baño, pasando de largo al más alto —Voy a dormir.

Jungkook soltó una risa sin gracia — Y yo de idiota vengo a un domingo temprano a invitarte a desayunar.

—No hubiera sido necesario si ayer no me hubieras dejado plantado.

Yoongi no era de los que echaban las cosas en cara, pero en ese momento lo necesitaba hacer.

—Ah ¿me vas a reclamar?

—Me voy a dormir.

El menor ya estaba recargado en el marco de la puerta, observando a su novio lavarse los dientes. Espero con los brazos cruzados a que Yoongi escupiera la espuma y pudieran hablar, pero el mayor en lugar de eso solo mojó su cara y volvió a pasarlo de largo para meterse en su habitación.

—¿Estás borracho?

El pelinegro ignoró la pregunta. Se quitó la sudadera -que Jungkook no notó que estaba estrenando- y se puso la pijama con unos ojos penetrantes en su espalda.

—¿Al menos me puedo unir? —Preguntó el rubio, ya prácticamente resignándose.

—Haz lo que quieras.

No necesitó que le dijeran dos veces. Se quitó el pantalón y la sudadera para quedarse con sus boxers y su playera interior de manga larga y se trepó en la cama, donde el pelinegro ya estaba acostado en su lado casi boca abajo.

—¿Quieres que te abrace? —Preguntó, tanteando terreno.

—Quiero dormir.

Seguía molesto con él. No sería blando está vez.

—Hyung...

El rubio se acercó más a su espalda, sin llegar a tocarlo. Quiso abrazarlo, pegarse a él. Besar su coronilla y poder oler de cerca el shampoo de su cabello. O acurrucarse en su pecho y abrazar su cintura mientras acariciaba su espalda con las manos metidas en su camisa. Se pegó un poco más, pero cuando estiró su brazo para tocarlo, un celular sonó. Y el suyo, no era.

Yoongi tomó su teléfono y sintió un pequeño vuelco en el estómago cuando vio que era de Hoseok. Lo iba a ignorar por puro miedo, pero la huella en el botón de inicio hizo que se abriera el mensaje sin que lo quisiera.

Recuerda que me debes un café
9:22

Escribió un "Claro, descansa" en respuesta y al tiempo que lo bloqueó y lo metió debajo de su almohada, Jungkook se movió.

—¿Quién es Hopa y por qué le debes un café?

El mayor giró la cabeza hacia su espalda, sintiéndose repentinamente nervioso. Jungkook estaba acostado, recargado de lado mirándolo.

—Un hoobae —Respondió, como si nada —Y eso es porque pasó por mí.

El rubio no se movió, ni hizo alguna expresión.
—¿A dónde fuiste con él?

—Nos juntamos varios de la facultad.
Yoongi no era de los novios que mentían, pero en esos instantes no quería echarle más leña al fuego.

—¿Quiénes?

—No los conoces.

—Ah —Asintió —¿Y por qué pasó por ti o qué?

Al mayor se le agotó la paciencia. Ignoró todo sentimiento de culpabilidad y se sentó de golpe en la cama. Giró su cabeza para mirar al rubio, quien estaba un poco sorprendido.

—Mis amigos del salón se juntaron a cenar y no fui por encerrarme en la cocina para preparar la comida favorita de mi novio —Respondió —Pero como me dejó plantado y al ver que los uber estaban caros y escasos, Hoseok me hizo el favor de pasar por mí. Por eso le quiero dar un puto café como agradecimiento —Sonrió de la manera más falsa que pudo —Ahora, si no te molesta, me muero de sueño y me urge dormir. Si sí te quieres unir de verdad ya duérmete y si no, vete.

Yoongi se dejó caer de nuevo en la cama y abrazó el edredón que lo cubría. Ocultó su cara por la repentina culpabilidad de sus mentiras y trató de dormir de una vez por todas.

Pero su corazón se encogió cuando escuchó un "Perdón" con voz apagada, el sonido de un cinturón y la puerta siendo cerrada.

7 октября 2020 г. 1:28 0 Отчет Добавить Подписаться
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Продолжение следует… Новая глава Каждые 30 дней.

Об авторе

Samantha Urdiales♡ ♡ A pesar de que mis actualizaciones son lentas y repentinas, escribo desde que me levanto hasta que me acuesto, casi siempre a mano y en una de mis tantas libretas de forma francesa. ♡ No adaptaciones ni traducciones ♡ Puedes encontrarme en wattpad con este mismo usuario: hiena19s ♥

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