kuma-kuroko Kuma Kuroko

El Proyecto MOTHER se hizo para controlar al nuevo ejemplar, que desde más tierna edad solo a ella iba a escuchar. Tanto amor recibió, que nunca lo soltó. "Eres mi madre, nunca voy a dejar de amarte" Semi-AU Pairing: SephCloud [Sephiroth Crescent x Cloud Strife] - ZackCloud - Otros Advertencias: Smut, Gore, Voyerismo, Lenguaje Vulgar, Edipo.


Фанфикшн Игры 18+.

#cloudstrife #cloud #shinra #sephiroth #sephirothcrescent #sephcloud #zackfair #rufusshinra #finalfantasyvii #smut #romance #gore #ffvii #edipo #finalfantasy #zackcloud #aerith #magic #action #slowromance #characterdeath #hurt #confort #angst
3
4.7k ПРОСМОТРОВ
В процессе - Новая глава Каждый вторник
reading time
AA Поделиться

Nacimiento, reemplazo, lazo

A mitad de la noche, en la mansión antigua que aparentemente no tiene nada más interesante que polvo, algún murciélago y muebles deteriorados los gritos concluyen y se escucha un llanto infantil. Al menos así en el sótano donde se encuentran las personas –en su mayoría-, con batas blancas, guantes y los nervios a flor de piel junto a la emoción.

Finalmente lo que esperaban pasó.

—Está perfectamente es sano.

—Obvio que está perfectamente sano, así lo hice.

Sube un poco el labio inferior, preguntándose cuál es la mala maña del científico de hacer drama y minimizar a todos los de su entorno por lo que sea. Dan sus informes nada más y él ya los está destruyendo. Agradece no ser el centro de atención en ese aspecto. Lo es en otro, pero este no. Se inclina ligeramente para ver lo que hay en la caja rectangular y transparente. Es un bebé de piel de porcelana y respiración tranquila. Para estar acabado de nacer -hace exactamente veinte minutos-, está muy calmado. Lloró estridente un par de minutos y se calmó de golpe.

No obstante, llega a ser tierno sin duda. Totalmente regordito con cara arrugada.

—Profesor, la señora Lucrecia-

— ¿La madre? Ah, la madre… Strife, sácala. Me estorba.

—Si profesor.

Con cuidado la carga en brazos, habiendo cubierto bien la zona baja de la pobre mujer recién parida que se desmayó a los pocos segundos. A pesar de que le ordenaron solo sacarla, se vio incapaz de hacerlo. Sentido de humanidad tal vez. La lleva a la posada de Nibelheim, la deja en una habitación y toma camino de regreso a la mansión ShinRa.

Exhala el aire de montaña al que está tan acostumbrado. Es lindo haber vuelto tras tanto tiempo en la ciudad. Uno que es productivo de forma extraña. Fue a Midgar con la ilusa intención de ingresar a SOLDIER. No pudo ser, par de años entrenando sin que fuese suficiente hasta que, durante una especie de servicio comunitario en el departamento científico llamó la atención de Hojou.

No porque sepa mucho, para nada. Por el contrario. La ciencia se le hace terriblemente complicada y se declara inepto en ella. El tema es que la mecánica se la da bien y al mismo tiempo, sabe hacer matemáticas grandes, lógica para algunas químicas y percepción propia de alguien que ha vivido cerca de una montaña llena de monstruos analizando el comportamiento de forma inconsciente. Hojou le halló más utilidad en su departamento que como soldado de Infantería.

Cuando no quiere llamar a departamento de armamento o un mecánico está para arreglar lo que se averió, tirar lo que sea que se muriera, decir que es lo que notó en el nuevo espécimen, decir –aunque no le preste atención-, que debería hacerse para mejor colaboración del experimento…

Así que aquí está, siendo un híbrido entre guardaespaldas, consejero, niño de recados, analista de comportamientos y blanco de miradas raras. No va a decir que Hojou le tiene el ojo montado de ese modo. Lo duda. Imagina que se debe de fijar en sus propias invenciones con lo poco que aprecia a los humanos. Sin embargo, hay tiempos en que se lo queda viendo.

Sin ninguna explicación.

Solo… Lo mira.

Cada día sin falta.

Como si fuese un experimento más.

Entra al fondo del sótano, todos recogiendo para dejar un mínimo de orden en tanto que el bebé duerme. Aun no tiene nombre. Lo ve de reojo. No se había fijado en que tiene una finísima capa de cabello ¿Rubio? Tal vez por eso es tan invisible. Se dirige a Hojou, tomando el brazo tras la espalda por los nervios.

— ¿Necesita algo más profesor? —Interroga por su propia seguridad. Si no lo hace queda como que sabe que hacer y si no lo hace…

Bueno.

—Sisi, vigila al niño—Asiente—. Cualquier anomalía dila. Iré a dormir.

Todos se retiran de la habitación y él toma asiento en uno de los viejos sillones. Balancea las piernas y tararea en voz alta. Quizá no es lo que quería, pero no puede decir que este trabajo este mal. Incluso a su madre le gusta más. Seguro porque así está lejos del peligro y muerte inminente. Se nota que no sabe nada de Hojou. Por otro lado y en regalo a su tiempo en SOLDIER tiene la fuerza de uno junto a los ojos. Haber fallado tiene sus ventajas y premios de consolación.

Va rápidamente a su casa por algo de comer y regresa a seguir en guardia. El bebé no hará nada, eso por seguro. Permanece casi todo el rato tarareando lo mismo, sin ser consciente de que hay una personita mirando. Mientras bebe su jugo inclina a la incubadora, se percata de una rareza:

Al niño le está creciendo el cabello.

Al principio creyó alucinar, pero no, al bebé le está creciendo el cabello. Hebras plateadas y lisas al tacto. Debería ser imposible que lo hagan a semejante velocidad. Por si fuera poco, está seguro de que su cuerpo es más grande ahora. Se ve de más edad. Frunce el entrecejo y poner una mano en el material transparente. Qué raro. Seguro que Hojou vomitaría arcoíris de la emoción… O bien entraría en crisis, cosa que no está nada mal.

El infante se remueve y empieza a llorar desesperado.

—Ay nonono. —Abre la incubadora y lo carga en brazos. No es experto en crianza de niños en lo absoluto. Apenas sabe como cargarlo. Va por todo el lugar sin saber que hacer exactamente—. No llores. Calma ¿Si? Cal- NONONO.

Lo aleja un poco de si, siendo que ahora tiene el área del pezón llena de baba. El bebé intento beber incluso con la tela y el pequeño hecho de que no va a poder tomar nada de allí por obvios motivos ¿Lo normal tal vez? Debe tener hambre.

En el laboratorio tan sacado de la nada por suerte hay para hacerle de comer. No son tan imbéciles de sacar a la madre sin tener que darle. Posiblemente no salga de este lugar en un buen tiempo. A pesar de que le intenta dar el bebé no quiere e insiste en pegarse a su pecho si algo fuese a salir de allí. Está tentado a ir a la posada para darle el bebé a Lucrecia. Posiblemente se gane un regaño, pues Hojou no la quiere cerca -es un estorbo según él-, y tener una mínima dependencia lo va a hacer quedar calvo.

Puesto que realmente no es hambre sino ganas de fastidiar lo deja hacer lo que quiera. Mordisquear su pezón y babear la tela de su camisa. Quejumbra de vez en cuando. Para tener unas ¿Cinco horas? De haber nacido pesa demasiado. Lo asusta que el cabello le esté creciendo y también lo haga él en general.

—Que ojos. —silba impresionado. Son tan verdes como el Mako. Resulta impresionante. Estuvo cargándolo toda la madrugada y parte de la mañana.

Se durmió con él encima ¿Por qué nadie vino en todo el día y toda la noche? Es un misterio que no va a resolver nunca. Lo único cierto es que el niño apenas comió algo –tres gotas como mucho-, pero sigue pegado a su pecho.

Cosas extrañas, pero ¿Qué esperaba? Ni siquiera está bien informado del proyecto. Sabe que es un bebé hecho con cierta modificación genética. Un futuro gran súper SOLDIER o algo así.

. . .

— ¿Creció? ¿Solo así?

—Si. Incluso se le veía salir el cabello. No ha querido comer absolutamente nada porque busca a su madre. Debió confundirme con ella considerando que me estuvo mordiendo el pecho en lugar de tomar del biberón. —informa a Hojou que acaba de llegar. El científico anda con su usual joroba y ve al niño que se remueve en la incubadora. No se ha vuelto a dormir y debe de comer. Ya va mucho tiempo, de nuevo, no lo permite.

— ¿Qué edad estimas?

—Cuatro o cinco meses.

—Interesante… Trae a su madre para que lacte. Tú vete.

Asiente y se da por liberado. Agradable y encantador. Él fue a dormir a su casa sin enterarse de nada de lo que sucediera en el laboratorio subterráneo. Seguramente nada interesante de todos modos. Tras el nacimiento solo queda estar como unos enfermos viendo al bebé. Lo más crítico pasó.

Tan solo espera que a Lucrecia no la saquen a patadas una vez cumpla con su labor. En si le parece muy tonto

Un bebé necesita a su madre en este periodo tan dependiente y débil. Sin importar que crezca a ritmo acelerado. Espera que no lo haga siempre. De ser así tendría una vida muy, muy corta. Duerme, come, vaguea en su casa hablando con su madre y vuelve para cumplir con su turno de trabajo. Baja tarareando lo mismo que durante la madrugada y contrario a la paz usual encuentra gritos y caos en el laboratorio.

— ¡STRIFE!

— S-sí señor.

— CALLALO.

Entra en un pánico como el resto y de forma torpe carga al bebé que llora desaforado. Apenas lo hace el niño empieza a calmarse, con su cara perdiendo la coloración y respirando agitado. Todos alrededor se dejan caer dando suspiros aliviados y agradeciendo que llegara. Queja por la mordida en el pecho.

—Aun no come. A este paso se va a morir de hambre. —Quejumbra una de las ayudantes de Hojou.

El miedo es palpable. Más de un año en este proceso que se puede ir a la mierda si el bebé se muere.

— ¿No? Pero-

—Por Lucrecia empezó a llorar. Estuvimos horas intentando que comiera y no la quiso. —explica otro. Cloud sube un labio y balancea suave al niño para que no se altere nuevamente.

—Al menos no ha crecido más. —acota inseguro de que decir en esta situación, pues se siente entre pequeño y ajeno al panorama a pesar de que él tiene al centro de atención. Hojou rasca su barbilla viendo al rubio.

—Levanta tu camisa.

— Discu-

— Levanta tu camisa.

Obedece con cierta lentitud y queja por la mordida directa a su pezón. El bebé está empeñado con sacarle algo y luce frustrado en no lograrlo. Hojou se aproxima y da una risa de las suyas. Tan escalofriante como siempre, con las manos tras su espalda.

—Parece que Sephiroth te toma como su madre.

"Sephiroth"

Un nombre exagerado si le permiten opinar.

—Blond-

—Cloud.

—Lo cuidarás tú… Inyéctenle hormonas.

Al principio se negó, inútil pues acaban por obligarlo a que lo haga. Hormonas femeninas que a largo plazo –como asume-, le harían lucir más femenino y de lo que ya es de por si y tener un desastre bastante importante en su cuerpo. Entre ellos que se le hincha un poco el pecho.

Glándulas mamarias en desarrollo y para sorpresa de los demás científicos, podrían funcionar.

Las primeras semanas Sephiroth sobrevivió a base de intravenosa. Cuando el tratamiento hormonal más los constantes jalones del infante hicieron efecto, Cloud empezó a lactar. Causando un asombro y celebración general en el laboratorio. A él no es que le haga mucha gracia esto, pero tampoco se trata de un mal de morir para quejarse. A un mes de vida luciendo como un bebé de seis meses por fin se lo vio satisfecho.

Examinarlo y mantenerlo vigilado es lioso, pues a duras penas soporta a Cloud lejos de su campo de visión. Apenas lo ve estira los brazos. Llora a rabiar si alguien más intenta darle de comer y en general parece totalmente programado a aceptar únicamente lo que el rubio haga con él.

Cloud por inercia lo mantiene con él. Es su trabajo ahora. Acomodarlo, peinarlo, cambiarlo, vestirlo ¡Todo! Le ha sacado risas, muchas y puede decir que es un niño encantador. Lástima que Lucrecia no tenga permiso de verlo.

— Su fijación es ilógica. Fueron tan solo dos días los que estuvieron a solas. — comenta Gast, evidentemente contrariado. Cloud está dormido a lo lejos con Sephiroth en su regazo.

Sabe que Hojou lo hizo a propósito para probar que haría Cloud con el bebé. Como lidiaría con ello.

—Lo he investigado—Afirma el científico observando muestras en un microscopio—. Hay una gran simpatía en su material genético. Es compatible con el suyo.

— ¿Que tanto?

—Posiblemente hubiera sido el único capaz de soportar las células de Jenova… De momento—Da una risa escalofriante, acomoda sus gafas redondas—. Además de que el Mako en sus venas lo hace más cercano que Lucrecia. Es… "Mother"

Gast no hace comentarios al respecto. Encuentra curiosa la coincidencia, por otro lado, no entiende cómo es que ese muchacho -de apenas quince años-, pueda tener tanto Mako encima si no estaba en SOLDIER propiamente. Hay un sinsentido aquí que no va a investigar por el bien de su propio "experimento" privado. Gast se retira, mintiendo con respecto a lo que hará. Queda Hojou a solas con el par durmiente. Revisa a Sephiroth, quien simplemente suspira complacido de no dormir en su "cuna" y Hojou observa fijamente a Cloud.

Adolescente bonito. Obediente. Un tanto atolondrado, pero útil para lo que le asignaron. No es alguien que dé méritos, pero ciertamente le es más útil en el laboratorio que con otros SOLDIER que no saben la diferencia entre un cuatro y un seis. Incluso más útil de lo que nadie en la empresa sabe.

Le hace inclinar la cabeza a un lado. Observa una pequeña herida en la base del cuello. De color rojizo casi púrpura. Claro que Gast va a preguntarse cómo un SOLDIER de infantería tiene tanto Mako encima y es que en primera estancia no tenía sino una cantidad mínima. Casi inexistente. La suficiente para que sus ojos se volvieran los típicos del programa.

La respuesta es que: Tal como ahora, que se aleja brevemente, toma una jeringa y la llena del líquido verde altamente concentrado, inyecta Mako a Cloud en pequeñas dosis que, como ha estado observando, resultan un éxito.

Un éxito superior a embutirlos de golpes en cantidades exuberantes.

Tal vez es un proceso muy lento, no lo va a negar, no obstante, obtiene lo que quiere: Un espécimen que sobrevive a guardar dosis de Mako en su sistema, adaptarse a él y hacerse con las ventajas de esto. Ningún hombre por más hormonas femeninas que se le inyecten va a lactar y si lo hace será en un periodo de tiempo mayor. El Mako lo hace más adaptable, versátil y más fuerte.

Quien sabe que más podría lograrse al convertir a este niño en ese coctel.

Incluso lo hace perderse en su mente. Un ensoñamiento de la capacidad racional. Gast puede tener a Ifalna -el muy tonto cree que no se da cuenta de ello-, pero él tiene dos creaciones: Sephiroth, su gran y perfecto futuro súper soldado y Cloud, su experimento privado para ver qué tanto puede extender los límites de la capacidad física.

Juntos podrían ser "Experimento Jenova"

Aunque por separado Sephiroth sea "Experimento S"

Y Cloud rebautizado como "Mother"

A decir verdad, la imagen en su mente es de lo más sagrada. Quien cría y el vástago que será capaz de lo imposible. Aprieta su entrepierna, Cloud mueve la cabeza. Lo normal cada vez que hay una dosis. Queda atontado y en otro mundo. Hojou abre su pantalón y empieza a frotar su miembro, viendo al par descansar. Sus grandes creaciones. Jadea y gime mientras más frota, se apoya en el sofá y continua. Excitado por el mero hecho de tenerlos ahí, que van a avanzar a ser más grandes.

Al correrse cae directo en el rostro del rubio que abre los ojos. Tan dilatados que es obvia sus pocas luces. No sabe ni dónde está. Sephiroth quejumbra y el mismo mete la cabeza para alimentarse. Cloud entorna hacia él y Hojou no hace otra cosa que repetir. Jalar su falo en enferma fascinación por algo tan banal como un niño tomando leche.

Jadea y mira su mano un instante. Sucia. Luego vuelve a la escena. La cabeza de Cloud pende y se limpia los restos en su cara.

No los toca.

No interrumpe.

Solo los mira.

Observando todo.

Porque eso es lo que más hace sin falta: Observar, analizar.

Así no perdería ni el más mínimo detalle.

~ * * * ~

— ¿Te gusta? Es un perrito.

Sephiroth da un par de palmadas suaves a la cabeza del animal. Cloud está sentado en el suelo sujetando al bebé de melena plateada y ojos verdes. Minerva, la madre de Cloud, le observa sonriente, encontrando la imagen demasiado adorable. El perro dormita con las caricias de Cloud y Sephiroth.

—Es impresionante lo grande que está.

—Crece demasiado. —quejumbra Cloud, dejándolo sentado para que continúe jugando con el animal.

— ¿Se irán pronto? —pregunta desanimada al notar como se llevan indumentaria y demás. Nibelheim está a reventar de SOLDIER’s.

—Sí. En una semana—Se encoge de hombros—. Ahora seré niñera. No es lo que esperaba precisamente. —admite con una mano en la cintura. Minerva se acuclilla a un lado de Sephiroth que la mira fijamente.

—Es un trabajo muy lindo—afirma jalando la mejilla infantil. Sephiroth quejumbra disgustado—. Solo espero que me visites pronto y no dentro de otros dos años. Quiero verte más seguido—reprende y Cloud da risa nerviosa antes de torcer el gesto—. Echarle una mano a Tifa cuando vaya a Midgar. Seguro le hará bien tener un amigo.

—No es como que lo seamos…

— ¡Por algo se empieza! —exclama animada—. Si consigues novia podrá ser la mamá de Sephiroth.

Su madre no está enterada de que es él quien alimenta a Sephiroth, quien se rehúsa a comer otra cosa que no sea de Cloud a pesar de su actual tamaño. Por razones obvias no le ha dicho. Es mejor de esta manera.

—Tal vez. Seguro le dan una allá en ShinRa. Hay gente para todo.

—Eso no quita que es a ti a quien va a querer—Asiente—. Bien, iré a terminar de comer. Puedes venir si quieres. Es lindo comer con compañía.

Una semana más y adiós Nibelheim de nuevo. Exhala fastidiado y toma a Sephiroth del suelo para llevarlo de regreso. Gast acepta que lo saque a tomar al menos un poco de sol, familiarizarse con el aire, el ambiente, gente normal, animales. Hojou lo tendría metido en un tanque todo el día si fuese por él. Nadie duda de ello.

~ * * * ~

—Ah, hola… ¿Se te ofrece algo?

Lucrecia luce muy mal. Está demacrada, apenas peinada y lo suficientemente sana como para que Cloud no se preocupe apenas lo mínimo. Ella se relame los labios y ve adentro, donde Sephiroth está sentado. Golpeando un par de juguetes que consiguió la madre de Cloud.

—De-déjame… Déjame cargarlo, por favor. E-ellos no me dejan y… y… es mi hijo, por favor. —solloza y Cloud se encoge de hombros, dejándola pasar. No hay nadie en el laboratorio aparte de él. Si no lo cuenta, va a estar todo bien.

Hojou no quiere que Lucrecia lo vea por ¿Razones? A Cloud le es indiferente y preferiría que Sephiroth sienta apego y necesidad por su madre real. No por él que apenas importa. Lucrecia va emocionada y lo toma con manos temblorosas. Sephiroth se la queda viendo un rato, sin comprender porque esa mujer está llorando como lo hace. Se deja cargar un rato, con ella hablando y dándole pequeños besos en el rostro cada tanto.

Like a small piece of dust, that floats in the air—Sephiroth gira la cabeza, fijándose en Cloud que va tarareando como siempre a esta hora de la madrugada—. If the flying snow is me I could reach you faster… —Empieza a gimotear, sin llamar la atención de Cloud—. Snowflakes are falling. Getting farther away—Gira la cabeza, frunciendo el entrecejo con extrañeza por Sephiroth llorando—. I miss you. —Sephiroth extiende los brazos y Cloud no tiene más opción que cargarlo.

—Se vuelve un poco odioso. Tal vez si- ¿Lucrecia? —su expresión es extraña y Cloud no la entiende.

Nunca lo hizo. Ella simplemente los ve. La forma en que su hijo lo rechaza y busca a otra persona totalmente ajena. Ella se fue. Desapareció no la vieron nunca más y Cloud al cabo de un tiempo dejó de preguntarse qué fue de ella. En la empresa la dieron por perdida y muerta a falta de información o algo razonable de la científica.

26 сентября 2020 г. 2:48 0 Отчет Добавить Подписаться
1
Прочтите следующую главу Niñero, amigo, extraño

Прокомментируйте

Отправить!
Нет комментариев. Будьте первым!
~

Вы наслаждаетесь чтением?

У вас все ещё остались 1 главы в этой истории.
Чтобы продолжить, пожалуйста, зарегистрируйтесь или войдите. Бесплатно!

Войти через Facebook Войти через Twitter

или используйте обычную регистрационную форму