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Ana Salas


¿Han tenido esos días en los que todo les va bien? Pero, ¿siempre llega un momento donde todo sale mal? Bueno, su vida esta lleno de esto. ángeles esa hija adoptada, que siempre trata de hacer ver a sus padres que hicieron una buena elección en quererla como hija. Pero vive con la constante necesidad de saber su origen.


Драма Всех возростов.

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Prologo

El frío traspasa la madera en sima de la chica, haciendo que un escalofrío le recorra por todo el cuerpo. La sensación de sentir escalofríos con la simple rozadura de una ventisca, es conocida para ella, así que no se preocupa mucho por pescar un resfriado.

La chica está acostumbrada al frío que hace en agosto, las tormentas tropicales son más comunes y ha vivido con ellas durante 10 años. Mismos que se resumen es su estadía en el orfanato "Cuna de la esperanza". El nombre le resulta gracioso.

Decir que el orfanato la salvo y la llevo a otra vida es pedir mucho. Ella era una niña muy callada y reservada cuando llegó. Lo poco que recuerda de su pasado antes de llagar al orfanato, son solo manchas que se difuminan en su memoria, sin lograr recordar una vos, una cara, el calor de una abrazo. Cosa que la llevo muchas veces a la desesperación. Psicólogos pasaron por ella, sin que ninguno lograra desbloquear si quiera algún recuerdo.

Ángeles. Lo único en lo que su memoria no le fallaba, era en recordar esa palabra, sin saber si era dirigida a ella, o un simple nombre para otra cosa. Razón por la que las maestras del orfanato, decidieron que en su expediente quedaría registrada por el nombre de Ángeles. Con poca información, mas que de salud.

La chica sigue sin creer lo que le está pasando. Sentada sobre los escalones del patio grande, trata de asimilar que ha sido adoptada. ¡Adoptaron a una chica de 16 años! Los papás no quieres a los niños grandes, solo a los bebés. Fue otra de las cosas que aprendió durante esos años.

A los 10 años seguía ilusionada soñando que un día, una pareja entraría por la puerta señalándola para llevarla con ellos a una nueva vida, donde le darían mucho amor. Que ingenua, se dice a sí misma. A los 12 años despertó de ese sueño y palpo el suelo que pisaba para establecerse en el ahora, la vida real. Dio por perdida esa oportunidad y se dedicó a idear un plan. Sabía que a los 18 años el orfanato no sería más su hogar y saldría a la horrible ciudad. Sola por el mundo sin nadie que la cuidara. Era obvio que el dinero sería una pieza fundamental, pero, ¿cómo obtenerlo?

Lulú, la única maestra que de verdad los cuidaba y en quien confiaba, le dio la gran idea de vender cosas. Pero ¿qué?

Tenía un problema para que su plan fuera un éxito. En una ocasión que se paseaba por la pequeña biblioteca observando los cientos de títulos, encontró un delgado encuadernado de no más de 20 hojas. En la portada tenia figuras de animales y cosas con una extraña forma.

Origami

Era el título de aquel encuadernado. Hojeo el pequeño libro observando el paso a paso para crear un avión, un barco, un pájaro y lo que más le gusto, flores. Y todos estos, hechos con un solo material: Papel.

Encantada, comenzó a practicar la creación de flores. Encontrando en el proceso, un don único que le facilitaba hacerlas con rapidez. Y así fue como encontró el oro que la ayudaría a obtener más. Empezó a vender sus flores de papel por toda la ciudad. Con ayuda de Lulú, salía a escondidas, con la antes mencionada como su tapadera y alcahueta.

– Ven Ángeles, ya llegaron.

Le hablo a su espalda la voz inconfundible de Lulú, sacándola de los recuerdos amargos que su mente no quiere desechar.

Se levantó de donde se encontraba sentada, sacudiendo su vestimenta para no tener polvo y que los señores no se lleven una primera mala impresión. Eso fue lo que le aconsejo la maestra que la preparaba.

Camino junto a Lulú, con ésta pasándole el brazo por sus hombros con un leve apretón para darle fuerzas y confianza.

Llegó frente a la puerta que daba a la oficina de la Directora del orfanato. Cuando se encontró dentro, observo ante ella, sentados en el sofá frente al escritorio, una pareja.

La mujer, de hermosos cabellos castaños que le caían en ondas le sonrió a Ángeles. El hombre, de cabellos azabache le lanzó una sonrisa que la tranquilizo. El panorama no podía ser más irreal, ambos con tez blanca como la leche, sin ninguna marca y con un brillo que Ángeles no logro descifrar.

– Ven linda, acércate.

Hablo por primera vez la mujer, dejando un hueco en el sillón entre ella y el hombre.

– Camina Ángeles, hazle caso a la señora Esperanza. No seas mal educada.

Salto en su lugar ante el tono duro que ocupo la señora Romina, ya que se había quedado inmóvil durante un buen rato tratando de procesar todo los que estaba pasando.

Caminó para situarse en medio de la señora Esperanza y su esposo. Miro al escritorio sin saber que más hacer. La incomodidad es uno de sus defectos y virtudes.

– Así que te llamas Ángeles, tienes un bonito nombre – hablo Esperanza.

Volteó a ver a Lulú para una especie de aprobación para hablar.

– Sí, gracias - al fin encontró su voz para responder.

– Un bonito nombre para una niña bonita – el señor es ahora quien llama su atención – Yo me llamo Alberto y es un gusto al fin conocerte.

Ángeles volvió a asentir sin saber que más contestar.

Los adultos comienzan a platicar cosas que Ángeles no llega a entender y escuchar, ella está perdida por el asombro y los mil y un escenarios que le llagan a la cabeza de cómo será su vida ahora. Calla, los niños no deben meterse en pláticas de adultos. Se estrechan las manos y dan por concluida la adopción.

Pide permiso para salir, una vez que se lo dan, se retira de la dirección para dirigirse al enorme dormitorio donde compartía con más niñas un lugar para dormir. Toma de su cama que la deja tendida y limpia una pequeña bolsa de tela. Ella misma la hizo con retazos de tela de ropa que ya no le quedaban.

Al salir de la habitación, encuentra a Lulú con unas cuantas lagrimas corriendo por sus mejillas. Ángeles se abraza a Lulú, en un abrazo que dura más de lo normal. Ambas se extrañarán y se harán falta. Ángeles vio una amiga en Lulú que duda volver a encontrar.

– Debes irte, te están esperando. Recuerda, se tu misma y no tengas miedo. El que teme no disfruta de las cosas buenas que le da la vida.

Ángeles asiente para después alejarse de la mujer para encontrar a los Señores Gómez en la entrada. Un auto está enfrente de ella. Alberto le abre la puerta trasera haciéndole una seña para que suba. Duda por un momento, pero después de pensar, al fin ingresa al auto. Albero cierra la puerta, y así, a Ángeles se le abrirá otra puerta que la llevara a una nueva vida, una vida fuera de su rutina y zona de confort. Una vida que le da nervios descubrir.

22 мая 2021 г. 5:49 0 Отчет Добавить Подписаться
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