Espinas Подписаться

Las espinas marchitas en mis heridas, palpitándose la sangre de mi desamor, que bajo la ventana de mi alma llora.

El amor se vuelve un ave encerrada de por vida, y mi amor propio parece serpiente que muerde y no deja vivir.

Mi mente se vuelve piedra, y rompe las ventanas de los otros, causando un ruido insoportable de cariño.

Mi mente subyace de ideas inadecuadas, tan fuerte que la tiniebla esconde mi amor.

Mi alma se desploma en la superficie de Plutón, que constantemente me desaparezco en el frío, sin radar alguno que me encuentre.

Suelo permitir que el granizo roce mi rostro para sentirme como flores en primavera, pero los vientos gélidos son más fuertes que la sonrisa.

Duermo en el día, y despierto con la luna, las estrellas solo son ilusión, y mi mente piensa que es amor.

La luz se esconde mientras la tristeza de los cuervos impacta en mi ser, dejándolo sin comida y sin ver el lado bueno de las cosas.

Los lobos luchan por mí, sin percatarse que mi carne se pudre en la soledad.

La soledad se pone triste y me abandona, porque ni siquiera ella puede con tantos ríos negros desbordados.

Mi vida se volvió un asiento de terapia constante, y mi depresión un plato de comida frío, que sin estar lleno me sacia todos los días.

La cotidianidad no es un hábito, pero el llorar es un hábito cotidiano que me envuelve en la hoguera del sin sentido.

Vuelvo a imaginar aquella mirada deplorable que me recuerda que a través del espejo no se esconde nada más ni nada menos que un ser triste y solo.

Narrativa corta Vol 1.

13 de Mayo, 2020